La tasca del caballero del yelmo abollado

Cuando vi el tema que se proponía en esta tercera ronda pensé que menos mal que yo no estaba compitiendo, porque a mí se me atraganta el tema política y no hubiera sabido reflejar lo que pedían las bases (seguramente habría acabado escribiendo cualquier chorrada en plan cómico para pasar el trago), pero los justeros han hecho gala de una inventiva increíble y han escrito micros de muchísima calidad y por eso tenéis mi admiración.

Y ahora, que gane el mejor o los mejores.

De nada, Barón Esdrújulo.

Tengo que decir que cada vez estoy más contento de haber descubierto este foro, porque aparte de aprender mucho, estoy descubriendo que aquí hay auténticos magos de la palabra (no hay más que leer vuestros microrrelatos) que no se arredran ante nada. Aparte de eso te digo también que en tu justa con el señor Majoy van a saltar chispas literarias y que te lo ha puesto muy difícil. Os deseo suerte a ambos y que pase el que menos abollado quede.

Señores Jueces, creo que deberían poner una diana en la tasca. Para practicar más que nada. A ver si así tenemos más puntería en la segunda ronda. ​

Una pinta de anís de mono para está señorita virginal. ¿Hay algún soltero en la sala?

Desde la óptica de un espectador imparcial, que no ha participado en esta ocasión en ninguna de las suertes de las microjustas, no puedo resistir la tentación de decir que no recuerdo (con perdón para los demás) una actuación de los jueces tan digna de elogio como en esta ocasión.

Y tengo que hacer una mención especial a Camelia, en su acendrada defensa de la pureza del lenguaje. ¡¡¡Bravo!!!

No se le escapa ni una coma, ni una tilde, ni cualquier pequeña menudencia, de ésas (sí, con tilde) que marcan la diferencia entre contar una historia y hacerlo magistralmente. ¡¡¡Chapeau!!!

¡Ohhhhhh! Qué gatito tan lindo... Ya veis que soy de cortas palabras, pero ahora me he quedado muda y colorada. Eternamente agradecida por las flores.

Ofrezco mi falda por si alguien se quiere esconder debajo.

Yo lo haría, señora, pero atreverse es de valientes.

Mi querido Barón, tómate lo que quieras, el humor te va a cambiar en cuanto empiece la frikifunción. No hay nada que no arreglen unos puntitos regalados y un pan calentito.

¡Pues que corra la cerveza negra acompañada de esas deliciosas tortitas de sangre frita de tejón que Morgana prepara como nadie!

¡¡Que sí, que sí, invito a la primera ronda, bastardos!!

Que va , mi querido barón! No veis aquel montón apilado allí al fondo? Son los justeros más aficionados a esta taberna, que a pique de entrar en coma duermen la mona como benditos. Ahora mando yo mis pingüinos para que vayan enderezando lomos y corbejones y les espabilen un poco. A nada que me voy de viaje hacia el sur, y regreso, siempre me encuentro así al personal.

¿Aún está en pie esa primera ronda de licor?

Rellenadme con ese licor. 

Ay, qué quietud. 

Torpeyvago, por ti brindo en esta primera ronda de chupitazos de licor de saliva de mochuelo!!!