Puedes encontrar este relato junto al resto de seleccionados en la convocatoria en la antología Vade Retro, dentro de la colección Bestiario de lo sobrenatural, en el siguiente enlace: https://lektu.com/l/saco-de-huesos/vade-retro/7914
Juana y el demonio
Trabajo complicado de abordar desde la perspectiva del comentario del texto, por muchas razones y todas buenas, ya que tratar de mejorar lo bueno es dificil para todos los implicados en el proceso.
En lo formal, la prosa más que correcta en términos generales merecería que se evitasen los gerundios y los adverbios terminados en "-mente", para que la pluma se obligue a narrar la historia todavía mejor de lo que lo ha hecho, que ya es bastante. También, y de nuevo con la intención de que la narrativa brille todavía más, sería interesante evitar cosas como la repetición cercana de "intervenir", el chirriante por repetición, cacofonía, aliteración y lugar común, todo a la vez, uso cercano de "omoplatos" y "platos" y, sobre todo, la de la estructura "como si" y sus derivados, el tic del relato por excelencia (hay cinco "como sí" y muchos derivados próximos del estilo "como", "como un", "como una").
En cuanto a los signos de puntuación, además de haber varios discutibles, hay tendencia a usar comas que, a tenor de lo que separan, parecen pedir a gritos convertirse en punto y coma, o incluso en punto si el autor no se siente cómodo con el punto y coma, para que todo fluya con más naturalidad (por citar un ejemplo que ilustre a qué me refiero, "Y no sé si sería la impresión, pero me pareció inconcebiblemente alto, debía sacarme dos o tres cabezas, como si fuera un gigante de otro planeta dedicado a aterrorizar mujeres terrícolas.", frase en la que sería interesante convertir la segunda coma en punto y coma, e incluso quitar la primera coma, porque de la forma en que está narrada, sin querer, se crea un inciso explicativo entre las comas que generaría una frase a ambos lados como la que sigue: Y no sé si sería la impresión debía sacarme dos o tres cabezas, que no suena bien y que no era lo que intentaba el autor, por supuesto, pero lo genera).
Suele ser interesante, en la mayoría de las ocasiones, la búsqueda de "lo compacto" y "lo uniforme" en el texto. Es decir, que si el autor siempre usa una técnica para lograr algo, que siempre la use. De nuevo respecto a los incisos explicativos, este texto suele presentar las comas como herramienta para separar explicación y concepto desarrollado. Por eso llama la atención que, un par de veces, decida usar el guión para ello y prescindir del estilo habitual del texto. El autor debería valorar la razón que le ha impulsado a ello y si es más poderosa que la sensación de "irregularidad" y "arbitrariedad" que pueda generar en el lector, ya que lo que a veces trata de romper supuestas monotonías termina por despertar confusión.
En cuanto al estilo general, se han deslizado cosas aquí y allá que tal vez hay que revisar, si al autor le parece interesante. Por ejemplo, si se narra en pasado, cuando en el relato nos encontramos con situaciones como "...me di cuenta de dos cosas: que ya no me importaba nada lo que hiciera el capullo de mi ex y que quería salir pronto de ahí." resulta que el inocente "ahí" se convierte en algo chirriante porque, de nuevo por la narrativa en pasado, ese "ahí" parece que sonaría mejor si fuese un "allí" (a no ser que haya una cercanía física en el presente al lugar que se indica en el pasado, pero nada en este texto hace pensar eso). En el siguiente párrafo, cuatro líneas después, se insiste en el asunto con un "A trote ligero salimos de ahí.", donde nos encontramos con la misma circunstancia que genera incomodidad temporal y espacial en el lector, al menos a este lector.
También, en los diálogos, hay varias ocasiones en la que una pregunta no lleva los correspondientes signos de interrogación. Evitarlos en reflexiones, pensamientos, etc.. suele funcionar, pero no suele hacerlo en los diálogos. El autor debería plantearse si realmente lo hace o no. Para mí, no; pero el autor tiene la última palabra porque es su texto.
Hilando fino, porque este texto lo merece, hay momentos que no encajan bien en cuanto a lo que dicen y cómo lo dicen. Por ejemplo, "—Aparten de mí esa cosa —gritaba ella—, me quiere violar—. ". La ejecución técnica de lo narrado transmite una tranquilidad y un sosiego que no se corresponde con la situación. Hay gritos, no hay signos de admiración; hay gritos, hay tiempo para que la persona haga una pequeña pausa dramática con una coma. A este lector le parece que se podía revisar el asunto.
En cuanto al fondo, hay posesión. Real o no, la encontramos demoniaca e incluso psicológica. Se elige a un demonio que encaja muy bien en ambas y la construcción mental de la protagonista enlaza de maravilla con las dos. Sin embargo, el punto de ruptura con la realidad no se ve como tal. Primero hay sueño, luego hay realidad, después fantasía, que mezclan muy bien planteamiento, nudo y desenlace sin compartimentarlos, pero no permiten a este lector ver cuándo y cómo, de forma concreta, la protagonista se aleja de la realidad, si es que alguna vez estuvo atada a ella.
En las bases no he visto nada en contra de dividir las estrellas en cuartos, pero no he visto ninguna puntuación de ese estilo y sí medias estrellas. Creo que puedo hacerlo, pero que me disculpen si me equivoco y lo corregiré si es necesario. Mi calificación es de 3,75 estrellas.
En las bases no he visto nada en contra de dividir las estrellas en cuartos, pero no he visto ninguna puntuación de ese estilo y sí medias estrellas. Creo que puedo hacerlo, pero que me disculpen si me equivoco y lo corregiré si es necesario. Mi calificación es de 3,75 estrellas.
Es posible incluir cualquier valor entre 1 y 5, incluidos los cuartos de estrella. Personalmente, recomiendo evitar las divisiones para que el propio juez no se complique la vida, pero si se siente más cómodo así, no hay nada que objetar. Al final, depende de cómo se organiza cada cual dentro de sus criterios y, a juzgar por tus comentarios, te organizas la mar de bien
Gracias, Olethros, por tu increíble comentario. Ya he hecho los cambios más urgentes, bueno los más sencillos de hacer. Me lo has puesto fácil . Otros, como la extirpación de los -mente y gerundios o esos "como" y familia llevarán más tiempo. En cualquier caso, me lo apunto todo.
Mira, tío. Te voy a dar la nota directamente: cuatro estrellas y media. Y ya estaá. Si no te doy más es porque no me sale de los tal o quizá porque el relato en su conjunto, tras una primera lectura, parece un poco fragmentado. Pero en cuanto lo relees con atención, mejora mucho. Y ya no me obligues a decir nada más. Que voy a parecer un moñas o un colega que te conoce y eso que no tengo ni idea de quién eres.
Soy capaz de reconocer un muy buen relato porque en seguida me posee la envidia y me pregunto porqué no lo habré escrito yo. Me encanta el estilo, el lenguaje, el giro surrealista que tomo al final, el no saber qué va a pasar a continunación incluso, aunque tenemos un resumen en la acertadísima cita.
Enhorabuena, tío. Que sepas que me voy a fijar bien en cómo lo has hecho para aprender a hacerlo yo también.
Gracias, LCS, por tu generoso comentario. La primera lectura es la que cuenta, dicen. Tendré en cuenta eso que apuntas, creo que tiendo a fragmentarme
Muy buen relato. De lo mejor que he leído en el concurso. Prosa impecable más alla de algún detalle que ya han sabido señalar en otros comentarios.
Sólo me queda una duda: el final. ¿El padre era un ángel? ¿Y al final la viene a rescatar? Creo entender eso. Tal vez para la coherencia del relato, quedaría mejor que ella se fuera con otro demonio. Es decir, a lo largo del relato, queda clara la tendencia de la protagonista al masoquismo. Ella sufre de esa pareja bestial, pero le gusta, le apetece "sufrirlo". Con seguridad no demore mucho en encontrar a alguien que se parezca más a la expareja que al padre. Tal vez al final, sobre esa bestia que viene a rescatarla, él se presente con un apellido que a ella le suene al nombre de otro reconocido demonio. No lo sé. Es tan sólo una idea.
De cualquier forma, el relato está impecablemente escrito y ha sido un gusto leerlo.
Le doy 4 estrellas.
Un relato muy arriesgado, donde la posesión la tenemos, a mi parecer, haciendo equilibrio en una fina linea.
Por un lado está la necesidad de la protagonista de tener a alguien a su lado, aunque sea un ogro como Óscar. Se podría entender que este tipo la posee mentalmente (hasta física), consiguiendo así que ella, durante casi un año, haga lo que él quiere.
Si esta hubiese sido toda la historia, yo no lo hubiera visto como posesión, pues una cosa es estar totalemente influenciada y ser sumisa de una persona, y otra que aquí haya un ente, real o imaginado, que tome el control de sus actos.
Pero luego está el subtrama del hijo de Óscar, un ser diabólico, un pequeño demonio obsesionado con el sexo. Gracias a este divertido personaje el relato sí entra en el tema.
Curioso el exorcismo (si se puede llamar exorcismo) que llevan a cabo en el hospital para sacarlo de su interior.
Y un final que veo abierto. El tipo que la salva es un ángel para la protagonista. Pero es que para ella, que es enamoradiza y necesita a alguien a su lado, al principio todos los hombres son ángeles. Seguo que incluso Óscar lo era. ¿Cuánto tiempo pasará hasta que se le caigan las alas y le crezcan cuernos?
Además no se sabe qué pasa con su hijo. ¿Lo veremos aparecer en algún otro relato, haciendo de las suyas?
Por lo demás, una prosa directa, de colegueo, bien escrita y amena de leer.
4 estrellas.
Me parece que no he acabado de entender bien este relato, me suele pasar con los de estilo surrealista. Sí desde el principio veo que estoy en un mundo surreal donde cualquier rareza puede pasar, que es un sueño, o una paranoia, o como la realidad se va deslizando hacia ese lado, vale, pero cuando un relato aparentemente realista, de pronto cae ahí, me descoloca. El principio, con esa escena sórdida y voyeurista, no sé a qué viene, pues ella no parece conocer a ninguno de los implicados y el suceso parece pasar de casualidad al pasar ella por ahí, sin que tenga ninguna repercusión a posteriori en el relato... aunque, no sé, por la descripción física, el tipo se me asemeja al "angelote" rescatador del final... podría empezar directamente con el momento de poner la lavadora y no pasaría nada. El final chocante y abierto tampoco lo pillo, con esa alusión al padre (de ella, no del bicho). "Omóplatos como platos" queda muy cacofónico, aunque por lo demás está bien escrito aparte detallicos ya comentados. Los finales, tanto en cine como en literatura, donde alguien sale literalmente volando me dan dentera. Tres estrellas raspadas:
***
Notarísimo, gracias por este relato tan absurdo. Está genial. Dejando el ojo crítico, pues se disfruta mucho más este trabajo sin buscar tres pies al gato, es un aire fresco al certamen.
Yo puliría algunas cacofonías (sí, omóplatos como platos no riman pero es un flash que deslumbra y te saca del texto) y pocos fallos de estructura que ya te han señalado. De todas maneras no veo grandes errores que una relectura no pueda solucionar. El estilo tiene ritmo y fluye, nos zambulle en el absurdo. Si el lector entra en juego se disfruta, si no quiere jugar puede que le rechine.
Solo añadir que yo sí veo el relato concluso, incluso redondo y compacto, a su manera. También creo ver en él, y esto puede ser un reflejo de mis propios pensamientos, una metáfora muy realista sobre las relaciones posesivas y sus resultados; aunque llevado al absurdo. Dichas relaciones, después de acabar mal, uno/a siempre busca el hogar para ser acogida por la familia, que siempre son unos santos.
Como ya he dicho, es un relato que se disfruta muchísimo, que deslumbra por su imaginario y ocurrencia para solucionar todas las barreras que se desenlazan en su transcurso. Bravo.
Aun así no se merece la máxima nota. Lo puntúo con unas magníficas 4 estrellas.
Gracias, Molu, Sanbes y Ligeia por vuestros comentarios, tomo nota. Solo precisar que salir al trote no es salir volando, y que el tío del descampado no es otro que (creo que es tan obvio que no desvelo nada diciéndolo), no es otro que... No lo voy a decir, pero, vamos, no es uno que pasaba por ahí
jajaja tranquilo, es que me produce una asociación entre alas y salir corriendo, que visualizo que es pillar carrerilla para despegar XDXD y sí, ahí hay algo que se me escapa, debo estar un poco espesa, pero voy a estar releyendo hasta que el interruptor haga clic, porque estar, está ahí.
Lo puntúo con unas magníficas 4 estrellas.
Ni que lo digas, Salino . Gracias a ti también por el comentario y la nota.
Error
jajjajajajjajajjaja
Bueno, pues ya he completado la revisión (por ahora); aparte de lo que ya había hecho (matar la cacofonía de omóplatos, cambiar "ahi" por "allí", y tal), he reducido a uno los cinco "como si", he puesto los interrogantes que faltaban, he precisado quién es quién y sobre todo he quitado los gerundios y adverbios terminados en mente, todos, arrancados uno a uno y aplastados como cucarachas
jajjajajajjajajjaja
Escrito con un muy buen estilo que te arrastra a través de la historia. Los toques surrealistas, acompañados de un argumento que parece andar sin una dirección clara, no impiden que se narre una historia cruel y divertida, entretenida y para mí, deliciosa.
5 estrellas
La forma de narrar tiene mucha fuerza en este relato y creo que es lo mejor de él. Tanto es así que los pocos problemas formales no me han detenido en la lectura. El argumento es otra cosa. No encuentro las necesarias relaciones entre planos, sucesos, efectos y causas. Eso siempre es un problema para mí, porque hace que me distancie un poco de lo que se narra al ver que el campo de juego queda libremente en manos del autor, sin reglas. Ahora bien, es problema mío, lo sé.Tampoco he terminado de creerme a ese sado-sátiro demoníaco y a ¿su hijo? Este último me ha parecido más un caso de parásito sexual que de verdadera posesión, ya que el supuesto vástago no parece controlar la mente ni las acciones del ocupado. De todos modos, el texto tiene tanta vis atractiva, que creo que, por mi parte, le corresponderían 3,75 estrellas.
Si tuviera que elegir trece relatos entre los presentados al certamen para publicar una antología sobre posesiones, éste entraría en mi lista de quince preseleccionados tras la lectura de todos ellos.
Encaja en el tema de la convocatoria de forma peculiar, el argumento es suficiente y poco más pero compensándolo con ese estilo diferente a la mayoría de los relatos, gozoso de leer aunque tenga detalles por corregir. Mi duda es sobre el auténtico valor comercial de su surrealismo.
★★★☆☆
Sin embargo competiría con otros catorce relatos por conseguir una de las cinco plazas vacantes en la antología, porque desde mi punto de vista hay ocho fijos entre los presentados al certamen. Me sentaría con el editor para analizar si este relato funciona mejor que otros en la selección final, buscando evitar en lo posible la repetición de temáticas, puntos de vista, esquemas, estilos o ideas en el conjunto de la antología.
Un relato muy intenso y original. Muy potente la forma en la que funde una narración aparentemente mundana con todo el simbolismo y trasfondo de las posesiones para hablar del maltrato. Quizás al final se acelera algo para mi gusto, pero al mismo tiempo rompe así con el desenlace más evidente para ahondar todavía más en la faceta simbólica de la historia. Me ha gustado mucho, sí.
Relato un tanto surrealista, pero no lo digo como algo negativo, al contrario. Me gustan el estilo y el lenguaje empleados y sobre todo, esa manera de “sacar” al demonio del cuerpo de Juana. Genial.
El pero que le pongo es que tal vez al final da la sensación de acelerarse y que no llega a parecerme realmente un caso de posesión, ya que Juana no pierde en ningún momento el control de sus actos, aunque su cuerpo lleve dentro un demonio. Por lo tanto, y lo siento mucho, no lo voy a puntuar, aunque es de esos relatos que se hubieran llevado un montón de estrellas.
Relato impactante. Crudo, contundente y, más que surrealista, delirante total
Va como in crescendo, encadenando escenas cada vez más bestias y más locas (ya, lo de comerle el parrús a la enfermera para hacer el exorcismo me ha mataó. Me parecía estar en una peli de Almodovar ); pero con todo bien ligado, con escenas y personajes muy potentes y que, dentro de su excentricidad, actúan coherentemente. Cómo decirlo, hasta lo más estrambótico parece encajar bien en la trama y en el estilo. Yo entiendo que el tipo bestia del principio no es otro que nuestro prota, y me imagino que sale de la lavadora, renacido de alguna manera por los vaqueros que se lleva Juana. (Acepto que se lleve toda la ropa sucia a lavar a casa, le pega que ni pintado al tipo semejante morro XDD). Lo que no entiendo es lo del móvil.
Por cierto, buscando a Juana (me chocaba la primera cita) he llegado al caso de «las endemoniadas de Loudun», donde la superiora ursulina, Juana de los Ángeles (aparte de otras hermanas) se decía poseída por Asmodeo, un demonio asociado a la lujuria. Eso para mí aporta un punto extra, así el relato resulta aún más ajustado, más premeditados nombres y situaciones.
Relato admitido a concurso.
Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.