En el reportaje que vi ayer un egiptólogo había puesto en marcha un proyecto para derruir las casas de gente que se las construía encima de las tumbas para ir sacando poco a poco cosas que vender en el mercado negro, de estrangis. Se ve que en Egipto tienen una larga tradición al respecto.
El caso es que me suscito la cuestión lógica: ¿esto está bien? ¿En qué sentido? Nuestro mundo no es ideal, está claro, y hay que establecer prioridades, pero con el tema de las Antigüedades me surgen siempre muchas dudas. ¿Se les devuelve el obelisco a los egipcios aunque corramos el riesgo de que la caiga un bombazo? ¿Deberíamos parar las excavaciones hasta tener los mejores medios para hacerlas (a Tutankamon le partieron las piernas la primera vez que lo desenterraron)? ¿Dónde se pone el límite?
El práctico, cabe suponer, lo pone el interés económico, pero el ideal, ¿dónde lo pondríais vosotros?
Una pequeña digresión: en el reportaje contaban que habían encontrado un templo votivo con millares de momias de gatos. ¿Qué demonios se supone que haces con miles de momias de gatos?
Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.