Llamadas perdidas
4:00 am. Suena el teléfono. Descuelga el auricular y escucha de nuevo los jadeos y las respiraciones entrecortadas. Maldito pervertido, es la quinta vez que llama. A la mañana siguiente vuelven a llamar del mismo número. Es la residencia del abuelo. Se pone el vestido negro entre lágrimas.
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