Hierro y Salitre
Él era fuerte y noble. Ella, tornadiza y profunda. Se conocieron en una playa, a medianoche. La pasión consumió sus días; el uno se deshizo en el otro.
A día de hoy, un corazón de carne y herrumbre sigue latiendo en el lecho del océano más triste.
Amores que matan
El cachorrito de león lloraba indefenso entre las hierbas. Había perdido a su mama, tenía miedo y hambre. Ella lo vio y se apenó de él. Le lamió cariñosa, y tumbándose, le ofreció su leche. Había surgido el amor de madre. Lástima que ella fuera un gacela.
https://www.facebook.com/RaulS.Vindel/