Bueno, pues estoy jugando al que posiblemente sea el peor port de consola a PC, Dark Souls, juego al que tenía ganas de echarle el guante ya desde Demon Souls. Y, joder, qué sentimientos más encontrados. Por una parte odio esa dificultad tramposa (ya explicaré más detalladamente a qué me refiero que ahora tengo prisa), pero por otra es tan adictivo y por alguna extraña razón mola tanto, que no puedo dejar de jugarlo.
Me siento un Breogán de la vida. Disfruto por disfrutar, como cuando tenía 10 años.
Se comenta que el port es increíblemente ruinoso, que hay que jugarlo con mando casi por cojones y cosas así.
Xoso vive en un mundo post apocaliptico (...) y recorre en su motocicleta steampunk la desolada tierra acompañado por Pérez Reverte... [1]