Calderilla
La acuñaron nueva, brillante, y la pusieron en circulación para cumplir los sueños de la gente. Su escaso valor, empero, le impidió alcanzar ese destino. Desgastada, hoy yace bajo el agua de la Fontana, y ruega para que al menos se cumpla el deseo del chico que la arrojó.
El brillo de ayer
Eran tiempos dorados: Serrat nos descubría el Mediterráneo, Gento aún corría por la banda del Bernabéu y yo te compraba tu amor en pesetas.
And if you want some fun, take ob-la-di-bla-da!