¿Y por qué esperar a ser invitado? A ver, no creo que devalúe al autor el hecho de hablar con algún librero para ver si le interesa que esté una jornada en su puesto.
Lo de esperar a que nos vengan a buscar a casa no lo veo. Pero bueno, es que en mi caso si no me muevo me muero del asco. Nadie me invita a ningún lado 
Aquí no tenemos zapatillas a la venta en la feria del libro. No somos tan fashion como en Madrid :(
Xulio, pues supongo que cada autor tiene una manera de pensar y también depende de las circunstancias.
¿Y por qué esperar a ser invitado? A ver, no creo que devalúe al autor el hecho de hablar con algún librero para ver si le interesa que esté una jornada en su puesto.
Eso es lo que tendría que haber hecho yo para ir a la Feria del libro en Madrid.
El problema es que si nadie te solicita es porque ni te conocen ni interesas, y aunque hubiera ido a la Feria (que me hubiera gustado, pero más como satisfacción personal que como otra cosa) le habría firmado una servilleta a algún amigo. Poco más.
Eso es lo que tendría que haber hecho yo para ir a la Feria del libro en Madrid.
(Er tose)
(Er tose más fuerte)
(Er tose aún más fuerte)
(Sale un mostruo de dentro de Er)
¿Cómo se llama el relato? XD
pd. Vale ya me voy XD aunque os leo 
Y digo yo, esto es un negocio, ¿no? Imagino que a la editorial le costará un desembolso "colocar" a uno de sus escritores en un stand de la feria. Evidentemente, esto se lo puede permitir la editorial si va a obtener un beneficio en venta de libros, en caso contrario, pues no. Supongo que en este caso será algo de esto, la editorial habrá visto que no le sale rentable este autor o su libro o qué sé yo...
Lo que hay que tener presente es que esto es un negocio y no se trata de tener que estar invitado a algo como una feria del libro por el simple hecho de ser malagueño, habrá que buscar calidad, venga de donde venga. Si en Málaga no hay esa calidad pues deberá venir de fuera, creo yo.
Esa es mi modesta opinión.
Las sesiones de firmas no conllevan ningún desembolso, al menos en la feria de mi ciudad. Pero obviamente tiene que resultar rentable para el librero que ceda espacio en su stand.
Yo todavía no sé lo que haré en la de Vigo, porque, como dice Léolo, si voy por mis propios medios corro el riesgo de quedarme allí viendo pasar la tarde.
Según voy leyendo me doy cuenta de que las diferentes perspectivas provienen de distintos lugares. Yo soy también de Madrid y nunca esperaría que eso me supusiera ventaja alguna en mi ciudad. Somos tantos, es tan grande, hay tantos autores... que da igual de dónde seas. Conozco varios concursos de otros sitios destinados a autores locales, hay otros muchos específicos para autores que escriban en determinada lengua, pero en el caso de Madrid no existen. Hay eso sí, un concurso de novela ambientada necesariamente en Madrid, lo que me parece más lógico. Que una ciudad quiera promocionarse y fomente su presencia como escenario literario me parece mucho más comprensible, que el que se fomenten autores locales solo porque sean de allí.
Interesante la reflexión, Morgan. Pues puede que sea una de las claves. De todas formas, también habría que ver qué se consideran autores locales. En la Asociación Aragonesa de Escritores hay gente, por ejemplo, que no es de Aragón, pero que está ligada de algún modo a la tierra.
De todas formas, la idea cuando se habla de autores de un lugar debería ser, supongo, que tengan una particularidad en su modo de abordar la literatura, ¿no? No es una simple cuestión de padrón sino de particularidad.
También comprendo el aspecto de fomento de la cultura, que debería ser un objetivo para los gobiernos. Pero sobre ese punto, más entendería un fomento de la literatura en castellano (que ya existe, por parte de muchas instituciones) o de autores nacionales frente a los extranjeros, porque aquí sí creo que, como dice Xulio, hay una cierta tendencia a preferir lo de fuera. Por la misma razón, muy humana, que preferimos leer sobre escenarios distantes como Tennessee o Kyoto, en vez de lo sucedido en Navalmoral o Segovia, por ejemplo. Resulta más exótico y diferente, y más misterioso.
No sé si a estas alturas de la jugada una novela ambientada en Estados Unidos o en Sevilla por un americano es más exótica 
En cualquier caso, sí considero que el lector es soberano y que puede leer lo que le dé la gana, que para eso es su tiempo y su dinero.
Respecto a las Ferias del Libro, si yo fuera librero y (gracias a la información, Patapalo) pagara mi caseta, llevaría las obras y los autores que más crea que van a venderse, al margen incluso de su calidad. Y no digo que si se vende bien no pueda tener calidad, para nada. Pero sí pienso que a la mayoría (y eso es lo que te interesa si tienes un negocio, la gran mayoría) no les interesa algo demasiado complejo o demasiado profundo, en forma o fondo, sino algo fácilmente digerible. Yo en mi casa leeré lo que me dé la gana, pero trataré de VENDER lo más vendible. Quizá si eres una editorial lo enfoques de manera ligeramente diferente, además de la ganancia inmediata debes considerar el prestigio (o a veces, la especialización), lo que a la larga también trae beneficios. El negocio tiene dos posibilidades: vender mucho barato, o poco caro.
En resumen, que lo normal es llevar a aquellos autores que generen a priori más ventas y actúen de reclamos.
Hasta tal punto que en la de Zaragoza los miembros de la AAE eran sorteados entre las casetas, porque algunos, claro, atraían mucho más público.
No sé, con este tema al final tengo la impresión de hablar por hablar. Me parece que se sale de la cuestión literaria y entra más en la política.
No sé, con este tema al final tengo la impresión de hablar por hablar. Me parece que se sale de la cuestión literaria y entra más en la política.
Yo creo que entra sobre todo en el campo de la economía. La literatura es un arte, pero también es un negocio. Y creo que a todos nos gustaría poder vivir de ella, a la mayoría que fuera nuestro trabajo, uno que te guste pero que también te dé un sueldo digno. Si eres editor, te gustará publicar buenas obras y que además te proporcionen beneficios. Y a veces nos sentimos mercenarios si miramos el aspecto económico del asunto, pero creo que se debe a que hemos llegado a considerar, invariablemente, que la calidad está reñida con las ventas.
Es cierto que a menudo se renuncia a la calidad por el negocio, pero no es necesariamente así. Sigo pensando que algo muy comercial tiene que ser más bien fácil, digerible por casi todos los paladares, pero puede haber un equilibrio: a veces se venden bien obras de una gran calidad que, por algún motivo, han llegado al gran público.
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Lo que hay es mucho fetichista ;o)
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