PDA: ...MariposasZero

Se marchitaron las rosas,
el sol calló cobarde mientras la luna miraba a otro lado.

La adiviné de espaldas,
su pelo rubio y rizado, su pálida piel,
abrigada apenas con los últimos rayos de la tarde.

A pesar de la hora seguía en bañador,
tenía la mirada pérdida en el horizonte,
y sus lágrimas oceánicas rompían en la arena.

Yo sabía qué le pasaba por la cabeza,
tantas preguntas que antes parecían tener claras respuestas,
tanto miedo a defraudar a los demás,
tantas disculpas, tantos "lo siento",
demasiadas veces intentando no ser quién era...
...y ahora se sabía perdida, sola entre tanta gente,
triste ante tantas falsas sonrisas.

Como una marchitada rosa que nadie cuidó,
como las palabras que le faltaron al sol y que la luna no quiso escuchar.

La vi caminando hacia la orilla.
Tuve la certeza de que tenía los ojos cerrados,
de que simplemente se dejaba llevar.

Se desnudó y siguió avanzando,
el agua le llegaba hasta los tobillos,
fue subiendo el nivel hasta sus rodillas,
sus caderas, su cintura, sus codos,sus hombros, su cuello...

Me acerqué a la orilla,
y con las alas acaricié sus lágrimas,
aquellas que rompían en paz contra la arena.

Gracias por el coment. Me gusta que sea visual; lo de triste era inevitable.

Otra vieja canción...

Suena en el toca discos, y con ella la casa de repente vuelve a oler a tí.
Veo como te arreglas en el tocador,
y me escucho diciendo lo mismo de siempre: "no necesitas nada más de lo que tienes, ya eres preciosa";
te pones colorada, me sonríes calurosamente y sigues con lo tuyo.

Me paseo por el salón,
huele a jazmines, como tanto te gusta.
Los has puesto por todas partes, y me agrada,
me sienta bien tu ambiente.

Salgo a la terraza,
y el olor se va desvaneciendo,
y la casa adquiere de nuevo un tono muy ceniciento..
... lloro desconsolada, lloro por todos aquellos que no nos entendieron,
por los prejuicios, por tu dolor, amor mío.

Puedo escuchar el portazo final,
las lágrimas me saben a recuerdo,
son mi sabor amargo.
Tu imagen, tu mirada, lo dulce de mi vida...
...nuestro secreto antes salado ahora apesta a mentira.

Pero para olvidar tu abandono,
vuelvo a entrar en casa,
la canción se repite en el viejo tocadiscos,
y tú vuelves con ella... eres como aquella vieja canción...inolvidable.

No era mi intención Lycankali, pero me gusta que te haya llegado tanto.

Esto es para tí

Pequeña "Smiley"

Llena el mundo de alegría,  viste mi canción rosada, da vueltas y vueltas hasta que no seas capaz de dar un sólo paso recto, caéte al suelo, y sonrie, y devuélvele al mundo sus colores con tu sonrisa.

Grita si tienes ganas, salta y brinca de un lado a otro, llora hasta quedarte seca... entonces baila, da vueltas y vueltas hasta que no seas capaz de dar un solo paso recto, caéte al suelo y sonrie, y devuélvele al mundo sus colores con tu sonrisa.

Se feliz pequeña "Smiley", vuela alto mientras sueñas, y vive soñando mientras puedas.

Pero sobretodo sonríe al despertar, sonrie, y devuélvele al mundo sus colores con tu sonrisa.

Que tus ojitos pardos nunca dejen de brillar pequeña "Smiley", ni si quiera cuando me vaya. Si pudiera te robaba  la sonrisa y la metía en mi maleta, pero sería una carga tan pesada que no podría nunca dar el paso definitivo hacia la puerta. Así que junto a tu almohada te dejo tu sonrisa, para que la uses todos los días, y que yo vea el mundo tan colorido como cuando te tenía cerca.

Sonríe, mi pequeña "Smiley".

Hada oscura.

Alas negras, las que despliegas sobre tu reino.  Bruja mirada, con la que hechizas a todos los hombres.  Tu piel grisácea, que sólo potencia el blanco y negro de tu vida.

No sabes, reír; te has olvidado también de llorar, de amar, de sufrir, de sentir. ¿Acaso no has olvidado también quién eres? 

Vives encerrada, en un castillo de sombras; un castillo de sal, construido con las lágrimas de tus víctimas, con sangre de muchos y remordimientos de otros.  Eres la madrastra mala de todos los cuentos, la asesina morbosa, la cruel amante.

...Sin embargo, como yo soy curiosa te he estado espiando; y ahora he decidido darte un regalo.

Revoloteo juguetona y me aseguro de que ni si quiera te percatas de mi presencia. Entonces me acerco un poco más, hasta ver bien tus grandes alas negras.

Con el polvo de estrellas que llevan las mías te envuelvo, y sorprendida admiro cómo tu reino va adquiriendo colores. Ahora sí que eres consciente del cambio y miras de un lado a otro como acaba de despertar.

-Tranquila, yo acabaré con tus pesadillas- te susurro al oído, y asiento al ver caer tu primera lágrima, y me enredo en el sonido de tu primera sonrisa... y me emociono cuando al fin late de nuevo tu corazón.

Me alejo un poco, y me doy cuenta de tu real belleza. Aunque sigue primordiando el negro, ahora sé lo que significa; esa melancolía que tienes por sombra, en tu profunda agonía eres bella, la más bella de las hadas que haya visto. La musa de tantos poetas, la encantadoras de almas; es por tí por quién tantos aman, porque gracias a tí los demás son capaces de ver la luz cuando llega.  Porque no tener un hada oscura, es como que al día le falte la noche; imposible.

Y es la noche tan bella, como el hada oscura.

Por más que te miro, sé que falta algo, y no paro de darle vueltas... vueltas y más vueltas, hasta que acabo mareada.

¡Ya sé! Mientras sigues ensimismada frente al espejo que sujetas con tu mano izquierda, me vuelvo a acercar. Y con mis alas, llenas de polvo de estrellas, rozo sutilmente tus labios y los pinto de rojo.

Se te cae el espejo de las manos y me miras fijamente. Entonces sonríes; me sonríes, y yo asiento complacida.

-Gracias; ahora recuerdo quién soy... - me dices agradecida.

Y yo como siempre, salgo volando por la ventana.

Mi mamá me mima 

Quiero volar, para ver bajo mi cuerpo cómo pasa la vida.

Para atravesar el arcoiris de aquellos buenos momentos,
para que el sol de tus besos abrigue mis sueños,
y que la risa sea mi brisa, y me lleve lejos, muy lejos...
... tan lejos.

No cerraré los ojos, para no perderme,
para seguir tus pasos que me llevaron tantas veces a casa,
y lo volverán hacer aunque no seas consciente.

No llores mi ausencia,
porque desde aquí todo está más claro,
y eres tú quién me enseñó a volar,
quién sanó mis heridas,
quien me mostró el universo de los libros...

... tú mi madre querida.

Quiero volar para ver bajo mi cuerpo cómo pasa mi vida,
y gritarte desde el cielo todo lo que significas.

Te quiero.