A mí particularmente me gusta así, sin ocultarse, es lo que da el alicente a este reto. Que nos veamos las caras subidos a nuestros caballos con lanza y escudo en mano. Con la incertidumbre de no saber quién se enfrentará a nosotros, o con el miedo ya alojado por conocer a quién y con qué nos enfrentamos. Voto por que siga igual.
Dudas y sugerencias
Yo estoy con Dreamy.
Yo también.
Melkor, me chifla tu avatar (dicho sea de paso).
Gracias, soy un gran fan
Por cierto, sobre los gorriones, que antes no lo había visto, yo con nueve años pillé uno que se había caído del nido. No quería comer así que simplemente le abría el pico y le metía la comida en la boca. A la semana ya había cogido confianza y se comía la comida simplemente acercándosela a la boca.
Bonita historia, Melkor. ¿No hay segunda parte?
Bueno, lo crié durante unos meses y hasta le enseñé a revolotear y volver a la jaula que había fabricado con cosas que había por la casa. Lamentablemente, un día escapó. Años después, mi padre me confesó que, en realidad, había entrado un gato en la casa (había cientos en mi pueblo), habí tirado la jaula (con lo que esta se abría, no era un gran logro en cuanto a ingeniería) y se lo había zampado. No me lo contó en su momento porque era muy pequeño.
¿Cuándo comienza la 3ª ronda?
Un saludo indio
Hasta hoy a medianoche tiene tiempo el rezagado para colgar su micro. Mañana por la mañana colgaré los temas nuevos (ya los tengo listos) y la lista de quienes siguen en liza.
Una pregunta, en el supuesto de que esta ronda se resuelva antes de finalizar el plazo, se adelantaría la siguiente ronda??
Sí, se adelantaría. El plazo de una semana es el plazo máximo, pero no es obligatorio.
Creo que apra futuras ediciones debería ser penalizable que un autor explicara su micro antes del veredicto de los jurados.
Se puede poner la especificación de que el justero no puede hablar de su micro hasta el veredicto. A ver qué opinan los otros jueces.
Como jurado no presto atención a las explicaciones del microrrelato. Solo valoro el texto presentado.
Retomando el asunto pajaril, y con el fin de entretener la espera, os contaré que yo sobre gorriones apenas sé nada, pero sobre canarios..., sobre eso sí que sé; vaya si sé:
Mi padre trabajaba en la mina.
Cada mañana, antes de salir, mi madre le preparaba el almuerzo —unos gusanos vivos y media hoja de lechuga fresca— y le despedía en la puerta con un pico sonoro y cariñoso.
Cuando regresaba, ya de noche, el negro del carbón apenas permitía verlo, y antes de meterse en el nido se daba un baño en el estanque de la compañía, junto al resto de los empleados. Cuando recuperaba su amarillo brillante, mi madre le servía la cena en una rama cercana y nosotros, a escondidas, escuchábamos desde el hueco del tronco las historias sobre el grisú y los peligros de las explosiones.
Un día de primavera, para nuestra sorpresa, regresó a casa a media mañana, con una tos persistente y una lágrima enorme inundándole el pico. Mamá le preguntó qué había pasado y él, entre sollozos, solo logró confesar que el hombre, el que cada mañana les acompañaba metido en su jaula, había muerto.
Yo tengo una sugerencia: que a Hank se le prohiba participar en futuras justas... más que nada para que el resto tengamos alguna opción.
Hombre, si gana igual le liamos para que haga de jurado
¿Quieres decir que presentasen varios micros? Había pensado en ello, pero para la final. Antes puede lastrar el ritmo del concurso, ¿no?
Hombre, parte del aliciente es decidir contra qué te vas a enfrentar. Así puedes elegir por tema o porque crees que puedes vencer al relato ya previso. De este modo, el concurso es más táctico y no se limita solo a colgar relatos y que los jueces digan cuál es el mejor.
Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.