El violador ventrílocuo y otros (mini)cuentos populares
Un breve comentario sobre la terrible antología de Alfredo Álamo publicada por Ediciones Efímeras e ilustrada por Fede Carroza
Con un título tal que El violador ventrílocuo creo que a nadie le sorprenderá oír que esta antología se pone pocos límites a sí misma. El humor negro, lo macabro, el horror más duro y sin concesiones se dan cita aquí con el agudo ingenio de su autor: Alfredo Álamo. Este imprime unos giros y una precisión a los microrrelatos que hace que la lectura sea apasionante a pesar de la crudeza que destila en algunos momentos.
El autor juega, principalmente, con referencias a los cuentos populares clásicos: leñadores, duendes, princesas, dragones y un largo etcétera de estereotipos y protagonistas de historias sobradamente conocidas se dan cita en la veintena larga de microrrelatos que aquí se recogen. Álamo no se detiene en ellos, sino que sigue tirando del hilo y salta a referencias más contemporáneas pero que mantienen, de algún modo, relación con sus predecesoras. El tono de humor macabro es la nota predominante.
El conjunto viene acompañado por las acertadas ilustraciones de Fede Carroza, que siempre acompañan bien los microrrelatos y, en ocasiones, les dan una dimensión adicional. Su estilo, de trazo limpio y simpático, crea un curioso contraste con la dureza implícita de los temas.
El resultado es una antología que permanece en la memoria. La leí por primera cuando se publicó, hace ya dos años, y no he podido evitar releerla para Micromanías.
Aquí tenéis una pequeña muestra de su potencia:
Todos se sorprendieron al ver que el emperador caminaba desnudo. Sólo un hombre se fijó en que el pellejo que llevaba por encima le venía un poco grande.
Si queréis seguir adentrándoos en estos horrores lúdicos, solo tenéis que visitar www.edicionesefimeras.com, donde está disponible la antología al completo para libre descarga.
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