La escena del crimen
Reseña del cómic de Ed Brubaker, Michael Lark y Sean Phillips publicado por Planeta
Esta miniserie que acaba de reeditar Planeta Cómic es todo un clásico del género y por motivos que van mucho más allá de su aparición pionera en Vertigo antes de que la novela negra volviera al mundo del cómic por la puerta grande. La escena del crimen encierra una historia en apariencia sencilla, de sota, caballo y rey, pero ejecutada con tal maestría que sufre el paso del tiempo como los buenos vinos: da gusto sacarla de la bodega.
El guión de Ed Brubaker es novela negra en estado puro. Detective en sempiternas horas bajas (que además es en parte un trasunto del propio guionista), mujer fatal que se cruza en su camino y una trama en la que no todo es lo que parece por mucho que algo huela mal desde el principio y te mantengas alerta. Más diálogos que acción, miradas que cuentan tanto como los datos y un ritmo sostenido pero que evita apresurarse en todo momento hacen que la narración funcione a las mil maravillas.
Si entramos al detalle de la historia, se puede adelantar que anda relacionada con un clásico del género negro, las drogas, y un elemento que todavía tiene un punto exótico en nuestro mundo globalizado y que es muy propio de la idiosincrasia americana: las sectas new age. Hay que reconocer que las grandes extensiones y las granjas aisladas se prestan a su versión americana; las europeas, que también las hay, tienen otro toque.
En el apartado gráfico nos encontramos con Michael Lark a los lápices y a partir de la mitad de la serie a Sean Phillips como encargado del entintado. El trabajo que hacen ambos dos es formidable. Los personajes son tan carismáticos como expresivos, te arrastran como si fueran personas reales pero guardan el encanto del dibujo: las aristas, los claroscuros, los encuadres, todo gana en este formato hasta tal punto que ponen de manifiesto que el cómic es un terreno privilegiado para este tipo de historias.
En conjunto, La escena del crimen es una obra que funciona muy bien. No necesita recurrir a su carácter fundacional para reivindicar su importancia. Tiene calidad y hablar ese lenguaje especial de la novela negra, justo el que deseamos oír cuando abrimos un volumen como este.
Cabe señalar que la edición de Planeta Cómic incluye un prólogo simpático y emotivo de Brian Michael Bendis, otro más técnico y muy interesante de José Torralba y numeroso material adicional de la mano del propio Brubaker, lo que le da un valor adicional.
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