La ciudad de oro y de plomo
Reseña del segundo volumen de la Trilogía de los Trípodes de John Christopher
Si el primer volumen de la Trilogía de los Trípodes, Las Montañas Blancas, era un claro homenaje a La guerra de los mundos de H.G. Wells en el que se presentaba un cambio de época y un escenario en el que la invasión no solo no había sido rechazada, sino que había avanzado lo suficiente para tener controlada a prácticamente toda la humanidad, en La ciudad de oro y plomo ahondamos en ese escenario en el que se lucha contra el invasor, y de un modo francamente original.
Lejos de tratarse de una narración bélica, La ciudad de oro y plomo nos plantea una misión de infiltración en una de las ciudades-cúpula de los trípodes. Hay tres en el mundo, situadas en América, Europa y Asia, y nuestros protagonistas van a intentar entrar en la segunda (recordemos que venían de Inglaterra). Para conseguirlo, tienen que conseguir ser elegidos en una especie de Juegos Olímpicos que permiten a los Amos (los extraterrestres) elegir a sus sirvientes, ya que, en apariencia, no hay otra forma menos arriesgada de entrar en ellas, ya que el tráfico está restringido solo a los trípodes.
La historia es de un gran suspense, sobre todo la primera vez que se lee, porque los héroes de la misma saben muy poco de lo que les espera dentro de esas misteriosas ciudades. De hecho, ese es el principal motivo de su misión: que tienen que averiguar todo lo posible sobre sus enemigos para poder combatirlos con eficacia.
La trama que despliega John Christopher es formidable. Apoyándose en las diferencias entre las necesidades de los alienígenas y de los humanos (de atmósfera, nutrición, etc.) y de las particularidades culturales de los mismos, crea un relato opresivo donde los protagonistas están en territorio extraño y hostil rodeados tan solo de enemigos y de humanos esclavizados a través de la Placa que controla en parte sus impulsos naturales y sus pensamientos, pero que ni siquiera ellos mismos comprenden del todo y que, además, tienen que fingir que llevan implantada.
El desarrollo es magnífico. No solo están todos los elementos de tensión ya mencionados, sino que el tratamiento de los personajes, humanos y alienígenas, es formidable. Así, La ciudad de oro y plomo no es solo una excelente continuación del primer volumen, sino quizás el libro más potente de la trilogía, muy interesante y muy bien ejecutado. Ciencia ficción juvenil de gran calidad.
- Blog de Pequemonstruos
- Inicie sesión para enviar comentarios