Estereotipos para la época victoriana
Aquí os presento una relación de tipos de personaje que servirán tanto para la creación de PJs como de PnJs en Espejo Victoriano. La información será útil, igualmente, para otros juegos ambientados en el siglo XIX, como Vampiro: la mascarada o La llamada de Cthulhu
En primer lugar, querría comentar que he denominado a esto estereotipos, y no profesiones o clases sociales, porque creo que define mejor cuál es su función: dar unas pinceladas sobre un tipo de persona que se puede encontrar en esta ambientación.
Además de tener en cuenta que esta información viene matizada por el origen social del personaje, pues no es lo mismo un oficial de caballería proveniente de la nobleza que uno que viene del proletariado, hay que ver el estereotipo como una guía, y no como algo rígido.
Las habilidades que vienen bajo la descripción, por ejemplo, indican conocimientos que normalmente habrá desarrollado el personaje. Todos hemos conocidos profesores que no sabían explicar, aunque fueran grandes conocedores de la materia, o sacerdotes con poco dominio de la teología. Usemos estas particularidades para perfilar mejor el estereotipo y darle una forma definitiva de personaje.
Finalmente, comentar que el punto central de esta relación es la Inglaterra victoriana por dos motivos: Londres era el “centro” del mundo occidental en esta época y aglutinaba la mayor variedad de personajes dispares en sus calles, y el Reino Unido era la potencia más importante de la época, y conservaba muchas colonias. Creo que es el escenario más interesante como punto de partida. No obstante, creo que será fácil adaptar estos estereotipos a otras localizaciones, pues, al final, el ser humano no cambia tanto con la distancia geográfica.
Abogado: Forman un importante núcleo de la burguesía respetable y un interesante vínculo de unión entre la sociedad respetable y el hampa. Algunos se dedican sólo a temas económicos, pero otros estarán interesados por el crimen.
Habilidades: Bibliotecas, Elocuencia, Historia, Leyes y Redacción
Actor: El teatro era en esta época uno de los mayores divertimentos, y había obras para todos los públicos y clases sociales. Obviamente, la variedad de actores iba pareja, desde gente renombrada a pequeños buscavidas. Todos tenían, al menos, algo en común: escapaban del analfabetismo.
Habilidades: Atletismo, Disfraz, Elocuencia, Música y Psicología
Adivinadora: Muy populares entre las clases bajas, las brujas y las adivinadoras igual vendía pócimas que leían la buenaventura. Muchas de ellas era gitanas, pero no exclusivamente.
Habilidades: Elocuencia, Juegos de manos, Medicina, Ocultismo y Psicología
Anarquista: Como se hacía en la propia época, metemos en este saco a todos los revolucionarios, incendiarios y agitadores de distintos credos y pelajes que sacudieron los cimientos de la sociedad. 1848 fue un año particularmente fértil en revoluciones, y el crecimiento del proletariado potenció la lucha social.
Habilidades: Armas de fuego, Bajos fondos, Disimular, Química y Zapar
Artesano: Una ocupación floreciente a partir de la mitad del siglo, hubo de adaptarse a los cambios traídos por la revolución industrial. Engloba profesiones tan dispares como taxidermista, orfebre, curtidor, tejedor, hilandera, carpintero, herrero, etc. Esto debería reflejarse en las habilidades. Normalmente eran pequeños comerciantes, con cierto espíritu de gremio.
Habilidades: 2 habilidades profesionales (ej. Geología y Química para el orfebre), Economía, Elocuencia y Psicología
Artista: Aunque en muchas ocasiones se ejerció sólo como pasatiempo, la pintura, la música, la escultura y otras expresiones artísticas siguieron siendo una profesión para algunos. En muchas ocasiones, eran personas duchas en varias artes.
Habilidades: habilidad profesional (ej. Pintura), Historia, Música, Química y Redacción
Asesino: Un oficio inevitable en muchas sociedades, y de indudable utilidad para los poderosos con oscuros secretos. Las motivaciones del cliente suelen ser secretas, e incluso algunos hombres devienen profesionales independientes, como los duelistas.
Habilidades: 2 habilidades de lucha, Disimular, Química y Sigilo
Artista circense: Un espectáculo muy en boga en la época, el Circo puede suministrar personajes interesantes: forzudo, lanzador de cuchillos, acróbata, prestidigitador, domador de fieras, artista del hambre… las posibilidades son múltiples y sugerentes. Incluso había indios americanos haciendo acrobacias a caballo.
Habilidades: Amaestrar, Atletismo, Contorsionismo, Juegos de manos y Lanzar
Bandido: Los espacios rurales seguían siendo importantes refugios de salteadores de caminos, bandoleros y otros criminales. Organizados en bandas, generalmente, acosaban a los propietarios y terratenientes, quienes solían tener buenos grupos de sirvientes armados.
Habilidades: 2 habilidades de lucha, Montar, Sigilo y Supervivencia
Banquero: Otra profesión victoriana respetable por excelencia. Los hombres de negocios y los banqueros eran el motor oculto tras la economía, y tenían un gran peso social.
Habilidades: Bibliotecas, Economía, Leyes, Psicología y Redacción
Buscavidas: Las grandes sociedades con desigualdades suelen crear nichos en los que se aglutinan los más desfavorecidos agudizando el ingenio. El Londres victoriano fue prolífico en estos buscavidas, que englobarían cerilleras, limpiabotas, organistas de barbería (con sus exóticos monos), chivatos, recaderos, buhoneros y un largo etcétera.
Habilidades: Bajos fondos, Elocuencia, Juegos de manos, Música y Psicología
Campesino: La Inglaterra decimonónica, a pesar de su gran desarrollo industrial, siguió siendo en gran medida agraria y ganadera. Gran variedad de personas vivieron en este ámbito, y entre ellas podíamos encontrar labradores, pastores, vaqueros, leñadores, carboneros, jornaleros y campesinos en general.
Habilidades: Atletismo, Botánica, Conducir carro, Supervivencia y Zoología
Capataz: Generalmente, bajo este término se agrupaban los hombres que dirigían las plantaciones en ultramar, pero lo podemos hacer extensivo a las manos derechas de los terratenientes. En general, eran gentes duras y con pocos escrúpulos, poco más que esclavistas, pero de todo hay en la viña del Señor.
Habilidades: habilidad de armas, Botánica, Economía, Geología y Montar
Carabinero: Para luchar contra salteadores, fugitivos y bandidos y mantener el orden en los pueblos, se crearon en todos los países unidades entre policíacas y militares que denominaremos carabineros. Normalmente disponían de caballos, y siempre viajaban, al menos, en parejas.
Habilidades: Armas de fuego, Armas blancas, Montar, Primeros auxilios y Supervivencia
Cartógrafo: Una de las profesiones victorianas por excelencia, el cartógrafo o el explorador encarnan ese deseo de conocer qué queda por descubrir en el mundo. Largas expediciones y peligrosas aventuras se emprendieron con el mecenazgo de la Sociedad Geográfica.
Habilidades: 1 habilidad de combate, 1 habilidad de conocimientos, Montar, Náutica y Supervivencia
Cazador: Batidores, profesionales, tramperos, indígenas, o los muy apreciados louvetier (exterminadores de lobos), el oficio sigue siendo el mismo: matar animales para obtener pieles, carne o tranquilidad. Sus habilidades variarán según la técnica utilizada.
Habilidades: Armas de fuego (o equivalente), Amaestrar, Cacería, Supervivencia y Zoología
Cazador de marfil: Por deporte o por oficio, cientos de hombres blancos recorrieron los confines del globo con un único objetivo: cazar a la bestia más impresionante del orbe. Pieles de osos polares, colmillos de marfil, manos de gorilas, cabezas de leones… o incluso cosas más exóticas. Una profesión que mezclaba exotismo y peligro en un mundo en el que todavía abundaban los animales salvajes.
Habilidades: Armas de fuego, Antropología, Montar, Cacería y Zoología
Cazador de tesoros: Cuando el hombre volvió su vista a las maravillas de otras civilizaciones y decidió franquear las fronteras tradicionales del mundo, la curiosidad de los ricos ansió los tesoros exóticos. Egiptólogos, arqueólogos y otros científicos tuvieron que competir, por ello, con extraños mercenarios dispuestos a todo por una joya o una antigüedad.
Habilidad: 2 habilidades físicas, Bajos fondos, Historia e Investigación
Charlatán: Siempre ha habido gente pronta a vivir del cuento. Seductores, aduladores, embaucadores, y un largo etcétera que han contado sólo con su lengua para salir adelante en la vida. La época victoriana no fue una excepción, aunque sí terreno fértil para un nuevo tipo de charlatán: el médium.
Habilidades: Disfraz, Elocuencia, Juegos de manos, Ocultismo y Psicología
Científico: En el siglo XIX los científicos abandonaron definitivamente los laboratorios para explorar y entender el mundo. Entomólogos, antropólogos, geólogos, paleontólogos, egiptólogos y miembros de todas las disciplinas imaginables hicieron el hatillo para estudiar in situ sus teorías. Eran tan aventureros como eruditos, los predecesores de Indiana Jones.
Habilidades: (para, por ej., el egiptólogo) Geología, Historia, Investigación, Ocultismo y Zapar
Cochero: Un clásico de la era victoriana y de las historias de Sherlock Holmes. Los cocheros, o los barqueros en los ríos, transportaban a la gente discretamente, y tenían el suficiente aplomo para cruzar todo tipo de barrios. Solían estar bien informados y ser, hasta cierto punto, hombres de acción.
Habilidades: Amaestrar, Armas blancas, Conducir carruajes, Mecánica y Psicología
Comerciante: Otra basta denominación que agrupa a las decenas de vendedores y compradores existentes en esta época en la que el comercio, a veces de lo exótico, florecía. Anticuarios, apoticarios, vendedores de productos de ultramar, libreros, simples pescateros o carniceros... solían caracterizarse por tener negocios muy pequeños y ser sus propios patrones. Algunos eran auténticos especialistas en su área. En esta época fueron populares los comerciantes chinos, que traían productos nunca vistos a Londres.
Habilidades: (ej. apoticario) Botánica, Economía, Psicología, Química y Medicina
Contrabandista: El siglo XIX mantenía un tráfico constante de productos de dudosa procedencia y alto valor económico, que tenían que sortear a los gobiernos locales de origen y, muchas veces, también a los del Reino Unido. Esclavos, marfil, antigüedades, armas, opio y un largo etcétera hicieron que muchos aventureros se lucraran en oficios no muy distintos al de la piratería (la cual, por cierto, todavía existía en algunos mares).
Habilidades: 2 habilidades de armas, Bajos fondos, Elocuencia y Náutica
Deportista: Boxeadores, regatistas, jockeys, jugadores de polo e incluso atletas y jugadores de rugby podían vivir del desempeño normal de su oficio y llegar, en algunos casos, a devenir celebridades y codearse con la nobleza (que también participaba, como amateurs inevitables, en algunos campeonatos de renombre).
Habilidades: Armas blancas, Atletismo, Montar, Natación y Náutica
Detective: Aunque la realidad de los detectives de la época diste bastante de la presentada por el célebre personaje de Arthur Conan Doyle, es inevitable introducir este estereotipo en un juego de rol. Su interés interpretativo es tal que sería un absurdo no hacerlo. Al detective habrá que entenderlo, no obstante, como un profesional ligado a la policía que presta servicios especiales a abogados y gente pudiente, o simples criminalistas amateurs, una ciencia que estaba muy en boga en la época y que postulaba que los criminales podían conocerse por rasgos físicos (como las orejas) y mentales.
Habilidades: 1 habilidad de armas, Bajos fondos, Bibliotecas, Investigación y Psiología
Diletante: Una sociedad con tantas desigualdades sociales tenía que crear su propio estamento de gente que no hacía nada “útil”. Bohemios, médiums, dandys, pilotos de globo, damas casaderas, simples ricos excéntricos, "infatigables" estudiantes y un largo etcétera vivían de, precisamente, no hacer nada, eternos asistentes a las numerosas fiestas de la época aprovechando su cuna noble o su simpatía o belleza.
Habilidades: ninguna relacionada directamente con su "profesión", así que queda a discreción de la imaginación del jugador
Erudito: El avance de la ciencia trajo consigo un aumento en el número de científicos dedicados en cuerpo y alma a su disciplina bajo el auspicio de mecenas, de sociedades y de universidades. Ratas de biblioteca con inmensos conocimientos, no estaban exentos de un aura aventurera. Muchos inventos sorprendentes vieron la luz durante esta época, como el buzo moderno, los primeros ingenios voladores, las máquinas de vapor predecesoras del automóvil y un largo etcétera. Pensemos en Frankstein o en el histórico Davy.
Habilidades: 3 habilidades conocimiento, Bibliotecas y Redacción
Escritor: Poetas, autores de teatro, novelistas… la mayor parte de las veces eran miembros de la nobleza que dedicaban a este pasatiempo sus horas libres, pero algunos ejercían de un modo profesional la actividad. Numerosas revistas de relatos góticos nacieron en esta época, dejando un acerbo cultural literario muy importante a nivel mundial.
Habilidades: Bibliotecas, Historia, Psicología, Música y Redacción
Espía: A veces infiltrándose entre la nobleza, otras directamente al servicio de las embajadas, y otras simplemente mezclándose entre el pueblo en busca de exiliados o revolucionarios, los espías, como en toda época, existieron en el siglo XIX. El límite de sus atribuciones dependerá del personaje en particular. Algunos no ocultaban su naturaleza de espías. La cortesía y la educación tenían otro sentido.
Habilidades: 1 habilidad de armas, Bajos fondos, Disfraz, Investigación y Psicología
Estudiante: Ya sea de un colegio, una escuela o una universidad, estudiantes hubo y muchos en la época. Los primeros intentos de erradicar la incultura toman fuerza en el siglo XIX, y se debería notar hasta cierto punto. Las habilidades dependerán del grado de estudios y el contexto social del estudiante. Algunos no distaban mucho de los pilluelos de la calle, o de los diletantes de la nobleza.
Habilidades: dependerán del nivel de estudios y el entorno del personaje
Exterminador: Una de las profesiones más curiosas y siniestras de la época. Las plagas de ratas, de perros salvajes, de alimañas varias en las urbes, hacían necesaria la actuación de estos especialistas en dar muerte que desarrollaron los primeros venenos químicos contra plagas.
Habilidades: Armas blancas, Química, Zoología, Cacería e Investigación
Fotógrafo: El siglo XIX vio el nacimiento de la fotografía moderna, y ésta se popularizó como un servicio público y como apoyo a los periódicos. En sus primeros pasos, era un oficio casi artesanal y con su aura de misterio.
Habilidades: Ingeniería, Química, Elocuencia, Mecánica y Redacción
Gitano: En la sociedad británica de la época, las ferias ambulantes de gitanos eran fuente de fascinación y desconfianza a partes iguales. Lecturas de buenaventura, espectáculos circenses, osos danzarines y otras atracciones eran el plato de cada día ofrecido por estas fiestas que vagaban de pueblo en pueblo.
Habilidades: Juegos de manos, Música, Ocultismo, Psicología y Amaestrar
Guardián: Una sociedad tan rígida y con tantas desigualdades y diversidades culturales presentes necesitaba todo un cuerpo de profesionales para mantener el orden establecido. Guardavías, celadores, vigilantes de hospicios, serenos, guardabosques, torreros (encargados de los faros)… La diversidad era enorme, y dependiendo de un puesto u otro contaban con algún conocimiento más allá del uso de la vara.
Habilidades: Armas blancas, Lucha, Psicología, Investigación y Mecánica
Guía: Al tiempo que las clases pudientes se lanzaron a visitar el mundo, tanto montañas como paisajes exóticos de otros países, los naturales de estos lugares, fueran indígenas o simples campesinos, se inventaron esta nueva ocupación de guiar a los visitantes al lugar correspondiente. Los sherpas y los porteadores negros son los más presentes en la literatura, pero igualmente hubo guías “turísticos” en los Alpes.
Habilidades: Atletismo, Escalar, Geología, Zoología y Supervivencia
Indígena: Al mismo tiempo que se traían tesoros de las culturas descubiertas, los exploradores occidentales llevaron a las urbes inglesas, en ocasiones, a salvajes (incluso disecados). Aunque es absurdo intentar englobar a los aborígenes, los hotentotes, los zulúes, y las miles de otras tribus que vieron afectadas sus existencias por los exploradores de la época, este estereotipo debería servir para recordarlas.
Habilidades: Armas blancas, Atletismo, Lanzar, Cacería y Supervivencia
Ladrón: Otra de las ocupaciones más antiguas de la humanidad, el ladrón estuvo presente durante la época victoriana, en la que desarrolló extrañas especialidades, como la de ladrón de tumbas (en Egipto) o de cadáveres (para suministrar cuerpos a los estudiantes de medicina o a los carniceros en épocas de hambruna).
Habilidades: Juegos de manos, Bajos fondos, Disimular, Mecánica y Zapar
Maestro de esgrima: Una disciplina muy presente todavía en la educación tanto militar como de los jóvenes caballeros, la esgrima requería de sus maestros para transmitir los valores de disciplina, control y elegancia.
Habilidades: Atletismo, Esgrima, Historia, Mecánica y Primeros Auxilios
Maquinista: El siglo XIX trajo consigo el desarrollo de grandes ingenios mecánicos y eléctricos. Los trenes, las máquinas de vapor, las calderas de los barcos, el telégrafo… todas estas máquinas requerían a técnicos especializados que velaran por ellas y su correcto funcionamiento. A finales del siglo y principios del siguiente prosperarían aún más con la aparición del automóvil.
Habilidades: Ingeniería y mecánica junto a otras de la especialidad (Zapar, por ejemplo, si se trabaja en una mina; Redacción si se es telegrafista)
Marinero: A pesar del naciente ferrocarril, el siglo XIX siguió contando con las rutas marítimas para el comercio y el transporte. Los piratas estaban casi erradicados, a excepción de algunas zonas aisladas, y los barcos de vapor se imponían a los de vela salvo por la aparición de los clíper. Mención especial merecen los arponeros de los barcos balleneros, auténticos héroes dentro del oficio.
Habilidades: Armas blancas, Escalar, Natación, Astronomía y Náutica
Matón: En principio, hombres con poco cerebro y mucho músculo que se ponían al servicio de líderes del crimen locales como guardaespaldas o sicarios. Los proxenetas y similares entrarían dentro de esta categoría de vividores.
Habilidades: Armas blancas, Atletismo, Lucha, Bajos fondos y Disimular
Médico: Aunque la profesión de galeno llevaba tiempo instituida, en el siglo XIX vivió grandes avances y el desarrollo de un espíritu gremial acorde a la nueva clase social en la que se enmarcaba (no era considerada una profesión de caballeros, como pudiera ser la armada o la marina). El descubrimiento de nuevos medicamentos o avances como la jeringuilla fueron desterrando las sangrías y a las sanguijuelas… en ocasiones. En los hospitales contaban con la asistencia de enfermeras y camilleros. El siglo XIX vio la creación de la Cruz Roja.
Habilidades: Botánica, Medicina, Química, Psicología y Primeros auxilios
Mendigo: Inadaptados, desahuciados, lisiados de guerra, borrachos, vagabundos, adictos al opio… la sociedad victoriana tuvo sus propias bolsas de pobreza y mendicidad, y fueron tan extravagantes o tan ordinarias como su propio mundo. Piensa bien en el origen del personaje y su modo de vida actual a la hora de crearlo.
Habilidades: Lucha, Bajos fondos, Psicología, Elocuencia y Supervivencia
Militar: Marina, infantería, caballería, artillería… Oficiales, suboficiales y soldados, incluso mercenarios y tropas indígenas. El espectro es amplio, y bien considerado dentro de la sociedad británica. La paga es mala, pero eso no impide que un caballero vista el uniforme y se mantenga con sus rentas mientras sirve a la patria. Las habilidades de los “casacas rojas” variarán en función del cuerpo al que pertenezcan.
Habilidades: Armas blancas (o esgrima), Armas de fuego, Lucha, Montar, Elocuencia (los oficiales), Náutica (en la marina), Zapar (pontoneros) son algunos ejemplos
Noble: La nobleza constituía en el siglo XIX una de las fuerzas vivas del Reino Unido y su peso político, económico y social era grande. Su propio poder les permitía llevar modos de vida muy distintos, por lo que las habilidades son meramente orientativas de lo que podría ser un terrateniente típico, porque, eso sí, la nobleza estaba aferrada a la tierra. El comercio y, sobre todo, la industria, no se podían considerar actividades talmente importantes como la tierra, de la que lo que se valoraba no era principalmente la productividad, sino el estatus y el confort que implicaba.
Habilidades: Esgrima, Montar, Historia, Cacería y Elocuencia
Obrero: Aunque Inglaterra (y más todavía Irlanda y Escocia) seguían siendo mayormente rurales, la creciente industria iba atrayendo cada vez más trabajadores a las urbes que malvivían trabajando en telares, azucareras y similares. A diferencia de otros peones, éstos tenían contacto con la maquinaria industrial.
Habilidades: Atletismo, Mecánica y alguna otra habilidad relacionada con su profesión (Geología y Zapar en una cantera, por ejemplo)
Ocultista: Como hemos comentado, las ciencias ocultas despertaron gran interés durante el siglo XIX, tanto desde el punto de vista científico como del folklórico. El hipnotismo, el espiritismo y otras prácticas resultaron comunes e incluso de buen gusto. Algunos ocultistas devinieron famosos y llegaron a ser considerados auténticos brujos.
Habilidades: Astronomía, Ocultismo, Psicología, Bibliotecas y Elocuencia
Orador: Sindicalistas, hombres políticos, parlamentarios… muchos ciudadanos británicos, con recursos o sin ellos, hicieron de la palabra su oficio, dedicándose a escribir encendidos artículos en la prensa o a defender a viva voz sus proclamas, en la calle o en el parlamento.
Habilidades: Historia o Leyes, Psicología, Bibliotecas, Elocuencia y Redacción
Peón: Trabajo no cualificado ha habido y habrá siempre en toda sociedad, y la victoriana, con su desarrollo industrial, necesitó mucha mano de obra para cubrir huecos. Enterrador, minero, carbonero, estibador… muchos oficios buscaban únicamente brazos fuertes y un carácter resignado.
Habilidades: Atletismo, Conducir carruaje y Zapar pueden ser algunas habilidades adecuadas
Periodista: El periodismo, con el aumento de las clases instruidas, vivió una época de éxito creciente durante la época victoriana. Periódicos de economía, de sociedad, literarios y un largo etcétera llegaban a los hogares burgueses cosmopolitas. Algunos periodistas, como hemos dicho, eran fotógrafos. Aquí nos centraremos en los redactores. La máquina de escribir se inventó en 1829, pero tampoco se popularizó muy rápido. Los corresponsales de prensa sí que fueron más populares y visitaron guerras y exóticas cortes de todo el mundo.
Habilidades: Historia (u otra especialidad), Psicología, Bibliotecas, Investigación y Redacción
Policía: La famosa Scotland Yard es bien conocida por todos: una policía que respeta el honor de la gente y no pretende perturbar a la buena sociedad. Los agentes de a pie muchas veces no llevaban armas de fuego, y la criminología era una ciencia que apenas nacía. Londres, además, era una ciudad muy grande y conflictiva. Un buen caldo de cultivo tanto para inspectores como para agentes en busca de aventura, o de evitar que se produzca.
Habilidades: Armas blancas, Armas de fuego, Bajos fondos, Leyes e Investigación
Prestamista: Tradicionalmente relacionados con los judíos, eran uno de los motores de la economía a bajo nivel y un punto de encuentro típico en los bajos fondos. Los grandes bancos sólo recibían a la gente pudiente. Los gerentes de las casas de empeño se podrían incluir en esta categoría.
Habilidades: Historia, Leyes, Psicología, Economía y Elocuencia
Profesor: El aumento de la clase media durante la época victoriana trajo parejo un aumento del número de profesores. Universitarios, maestros de escuela rural, institutrices, profesores particulares… los tipos y proveniencias (sin excluir la iglesia) eran numerosos, pero en el fondo de dedicaban a lo mismo.
Habilidades: 2 habilidades de conocimiento de su área (Química e Ingeniería, por ejemplo), Bibliotecas, Elocuencia y Redacción
Prostituta: Dicen que el oficio más viejo del mundo. En cualquier caso, presente en múltiples facetas en la época victoriana, desde las sórdidas existencias de las víctimas de Whitechapel que sucumbieron a manos del destripador a las cortesanas elegantes de la nobleza.
Habilidades: Bajos fondos, Música, Psicología, Elocuencia y Disfraz
Raquero: Por su aparición en Drácula y su carácter decimonónico, me he decidido a incluir este estereotipo. Los raqueros se dedicaban a rescatar tesoros de los naufragios, en los puertos y en las costas. Algunos eran casi piratas y encendían hogueras para simular faros y atraer a los barcos a los arrecifes.
Habilidades: Escalar, Natación, Bajos fondos, Geología y Náutica
Religioso: sea de la Iglesia de Inglaterra, la más extendida de la época y oficial de la monarquía, o católico, la formación del personaje será similar. Igualmente, sean los votos que sean los que haga terminada su formación, podemos ver un tronco común en personajes diversos como monjes, predicadores, misioneros, párrocos, curas, exorcistas, profesores religiosos o teólogos.
Habilidades: Bibliotecas, Elocuencia, Ocultismo, Redacción y Teología. Otras habilidades conocimiento dependiendo de su especialización, pues son hombres de saber.
Sectario: El siglo XIX también se caracterizó por la aparición de extraños cultos exóticos traídos de las colonias. Aunque no soy partidario de las sectarios estereotípicos creo que bien merece la pena darles un espacio a modo de recordatorio.
Habilidades: Cerbatana, Sigilo, Ocultismo, Psicología y Teología
Sirviente: Una profesión muy en boga en la época, donde hasta los burgueses de ingresos medianos tenían al menos una sirvienta. Cocineros, mayordomos, hombres de pago (encargados de acompañar a las señoritas), camareros, jardineros, mozos de cuadras, guardaespaldas, amas de llaves… cada uno tenía su responsabilidad y su lugar en la casa, y, muchas veces, el control efectivo sobre las propiedades de sus amos.
Habilidades: (de un mayordomo) Armas de fuego, Historia, Psicología, Economía y Elocuencia
Sirviente exótico: Básicamente, su función era la misma que sus homónimos europeos, pero traían sus propias habilidades de casa: silenciosos guardaespaldas sij de la India, llamativos camareros hotentotes, seductoras sirvientas francesas, misteriosos sicarios orientales... Las habilidades deberían estar en función de su oficio efectivo más que de su origen.
Tahúr: Desde el lejano oeste a las cortes europeas, una buena sonrisa y una mano hábil con las cartas podía abrir muchas puertas, e incluso permitir labrar una fortuna. Un vividor de un tipo tan sugerente que merece consideración aparte.
Habilidades: Juegos de manos, Psicología, Disimular, Elocuencia y Juegos de azar
Vendedor ambulante: Buhoneros, comerciantes que van de pueblo en pueblo, quincalleros… Todos transportando su pequeña fortuna en productos de un sitio a otro, comprando y vendiendo y, sobre todo, vociferando sus mercancías. En una sociedad cerrada, los extraños y los visitantes de paso no siempre eran bien vistos, pero al mismo tiempo traían novedades.
Habilidades: Conducir carruajes, Bajos fondos, Psicología, Disimular y Elocuencia
Por supuesto, esta relación no es todo lo intensiva que podría ser, pues las variantes de cada profesión y estereotipo son infinitas. No todos los orientales venidos a Londres se dedicaban al comercio, y hay miles a artesanías distintas. En manos del máster y de los jugadores está el crear y matizar esta base para dar más riqueza a sus partidas. Espero que sirva, al menos, de punto de partida.
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