Reseña sobre esta pentalogía de David Eddings (el vividor que aparece en la foto) que nadie debería leer. Lee esta reseña antes de comprar nada y no te olvides luego de darme las gracias por ahorrarte dinero.
Crónicas de Mallorea es la secuela directa de Crónicas de Belgarath. Como mi crítica va a ser dura, me gustaría advertir que guardo muy buen recuerdo de las Crónicas de Belgarath. Lo digo para que el lector no piense que me ensaño. Si el señor Eddings no hubiera escrito esta secuela, yo estaría ahora reseñando una pentalogía que, si bien no es una maravilla literaria, no carece de encanto y que consiguió hacerme pasar muy buenos ratos. Además puedo ser benévolo con un escritor que se esfuerza aunque luego fracase, pero no cuando simplemente su único interés es la maximización del beneficio. Lo peor que se puede decir de un libro es que jamás debió escribirse. En este caso no fueron uno sino cinco los libros que jamás debieron escribirse.
Para empezar, no está muy claro por qué continuar una saga que quedó perfectamente concluida. Muerto el dios del mal, ¿cuál es el problema? A David Eddings tampoco se le ocurrió una explicación y probó a complicar la trama, a ver si con eso colaba. No convence al lector sino que más bien consigue que no se entere demasiado de lo que ocurre.
Con todo, el argumento poco convincente es sólo el primero de los problemas. Porque tampoco los personajes funcionan. Sí, Belgarath y Polgara están ahí, para algo no envejecen a lo largo de los siglos, pero Garion ya no es aquel muchacho encantador sino un personaje adulto tan vulgar como C'Nedra, ahora una señora muy respetable... Otros personajes es que simplemente resultan cargantes y sus pequeños líos domésticos quedan fuera de lugar. Fue durante estas largas charlas sobre mascotas y problemas matrimoniales que empecé a bostezar (¿echarían algo interesante por la tele?).
Éste es otro interesante tema. Cierto que los diálogos son fundamentales para una novela y que proporcionan agilidad. Pero Eddings abusa de los diálogos hasta el extremo de que parece que estemos leyendo una novela dialogada. ¿Exagero? Bien, el lector no tiene más que ver páginas enteras de diálogos apenas interrumpidos por alguna que otra descripción, rápidamente despachada en un párrafo. La novela dialogada es un género interesante pero parece un recurso dudoso para la llamada narrativa fantástica, donde se supone que priman la acción y las descripciones. Quizás al autor se le diera mejor escribir guiones para teleseries.
Por otra parte, los nuevos países que aparecen para esta saga no resultan demasiado interesantes. Mallorea, Melcene, Dharsiva... Son nombres sugerentes pero poco más, porque Eddings no se rompió la cabeza con la ambientación.
Ah, tampoco espere el lector episodios bélicos como en las Crónicas de Belgarath. Hay batallas pero se despachan con brevedad y la verdad es que no interesa mucho el resultado. Además Eddings opina que la guerra es mala y no está bien divertirse con descripciones bélicas.
Para terminar, aunque no sé si es necesario comentarlo después de todo lo dicho, la tensión narrativa es mínima. El argumento no interesa y la acción brilla por su ausencia. El desenlace final entre el bien y el mal podrá ser un episodio decisivo para el destino del universo, pero al lector no le emocionará más que ver cualquier concurso de televisión.
Es lo que me sucedió a mí, que me di cuenta de que me interesaba mucho más si el concursante de la tele tenía sesenta mil euros en su caja o una bolsa de panchitos, así que pasé de las últimas cien páginas para averiguarlo. Tiene mérito que yo dejé un libro para ver la tele... Quizá ocurra algo maravilloso en esas páginas que salve toda la saga pero ya nunca podré saberlo ahora que los cinco libros se fueron al bidón de reciclaje para papel y cartón.
Autor
David Eddings nació en 1931 en Washintong (Estados Unidos). Trabajó para la Armada y para una compañía aérea antes de dedicarse profesionalmente a la literatura. Sus primeros libros tuvieron una acogida moderada, pero alcanzó la fama escribiendo fantasía épica.
Frente a las críticas a sus obras, declaró: “I don't take orders from readers” (No aceptó órdenes por parte de los lectores).
Su mujer participa en la escritura de sus libros.
Edición
Lo mejor es que no lo compres pero, si insistes, "sólo" te costará cuarenta o cincuenta euros en tapas blandas. También hay edición para yuppies en tapas duras por el módico precio de cien euros o más.
Sinopsis
Muerto el dios del mal, el mundo vivía en paz... Hasta que se revelaron antiguas profecías que ni el mismísimo Dan Brown hubiera podido explicar. Pero, claro, el universo entero estaba en juego y era la excusa perfecta para hacer turismo en familia por el continente de Mallorea.
Conclusión
Vale, sabía que una secuela difícilmente puede ser mejor que la obra original, pero este despropósito literario merece una explicación. No es necesario estudiar Economía como yo para darse cuenta de que a ocho eurazos por librito, son cuarenta por la pentalogía completa. Eso en tapa blanda y cien euros en tapa dura. Un precio fascinante, por cierto, para una lectura que se supone juvenil. No está mal fomentar la lectura entre los jóvenes y, total, siempre será mejor que se gasten la paga en libros de dudosa calidad que en anfetas y litronas.
En conclusión, aunque el autor no sabía muy bien cómo continuar la saga tenía conciencia de que habiendo tantos dineros en juego no podía perder la oportunidad de engordar su cuenta corriente. Tampoco tuvo que trabajar mucho: ya se había esforzado demasiado escribiendo la primera saga y a los "fans" se les puede dar cualquier cosa.
Con todo, resulta admirable cómo se puede uno forrar escribiendo con el mínimo esfuerzo.
Yo, de mayor, quiero ser como David Eddings.
Nota: La pentalogía "Crónicas de Mallorea" está formada por "Guardianes del oeste", "El rey de los murgos", "El señor de los demonios", "La hechicera de Dharsiva" y "La vidente de Kell". Cada título es peor que el anterior.
Juas, qué cariño le tengo a esta crítica que le hice a David Eddings.
Reconoced que estaba inspirado al hacerla... y de muy mala leche
Gracias por recuperarla, otra reseña que había perdido.