El juego de Ender: Escuela de mando
Reseña del cómic de Yost y Ferry a partir de la novela de Orson Scott Card
El juego de Ender, la novela de Orson Scott Card, es uno de los libros que más veces he releído. Lo compré como regalo para mi hermano por recomendación de un librero sin que el título me sedujera lo más mínimo, y tampoco demasiado el argumento. Pero cuando lo leí me subyugó por completo. Tiene un ritmo hipnótico, una estructura muy ingeniosa y consigue plasmar la historia que hay detrás con una precisión envidiable.
Cuando me enteré de que había una adaptación a cómic, lo último que deseaba era leerla. Estaba convencido de que no captarían bien la magia de la novela. De momento, solo he leído este segundo volumen: El juego de Ender: Escuela de mando, que corresponde a la parte final de la novela original. Supongo que la primera parte estará recogida en otro tomo de la misma envergadura.
He de decir que el guión de Christopher Yost funciona a la perfección. Es cierto que el ritmo es más acelerado. No hay tiempo para sumirse en el proceso de aprendizaje de Ender, en su avance por la academia hasta la escuela de mando del título, pero hay que reconocer que la narrativa está muy bien adaptada al lenguaje del cómic. Mi única pega es que el final, ese tremendo final de relojería de la novela, no tiene la misma fuerza, precisamente, porque la lectura es más rápida. No es que avancemos de un modo mucho más apresurado, solo que la lectura de imagen y texto es en general más rápida.
En el apartado gráfico, otro que suscitaba mis miedos porque cada uno se hace la imagen mental que se hace de los escenarios, me parece muy bien resuelta por Pasqual Ferry. El desafío no era sencillo. Aunque El juego de Ender ha cumplido ya unos cuantos años, una de las gracias que tiene es que presenta una estética en buena medida atemporal, algo que funciona muy bien en el cómic. Al mismo tiempo, el dibujante consigue lidiar con otro de los aspectos peliagudos: los cadetes son niños y preadolescentes, algo que, visto, puede ser incluso más chocante y difícil de digerir que en una novela. De nuevo, está resuelto con mucho acierto.
Además, el cómic capta muy bien el dinamismo de los entrenamientos (con un muy buen trabajo también en el coloreado de Frank D'Armata), la atmósfera opresiva y extraña de la base, incluso la apariencia particular de los alienígenas contra los que se enfrenta la humanidad.
Así, solo cabe reconocer que El juego de Ender: Escuela de mando es una buena adaptación a cómic de una gran novela de ciencia ficción. La edición de Panini Comics, de tapa dura, papel de calidad, buen prólogo y buena edición, es muy recomendable. Como es habitual, han hecho un muy buen trabajo.
Personalmente, sigo prefiriendo la novela por el desarrollo pausado que ya he mencionado que, a mi parecer, la da una fuerza muy particular al cierre, pero sin duda el cómic resulta también una lectura muy entretenida y una forma más inmediata de volver a visita El juego de Ender.
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