Clásicos UK: Transformers
Reseña del volumen recopilatorio publicado por Planeta DeAgostini
Los Transformers son una cosa difícil de entender. Aun dentro del mundo del pulp tecnológico, donde la ciencia ficción siempre ha brillado por su cartón piedra, llamaba la atención el desaguisado conceptual que presentaba. Visto en perspectiva, está bastante claro que es algo ligado a su origen juguetero. Sin embargo, los que nos tragábamos los cómics en los años '80 ni nos lo planteábamos: los devorábamos con la incredulidad no ya en suspensión, sino ahorcada por completo.
Aunque en el fondo sabíamos incluso como niños de la era prototecnológica que aquello no tenía pies ni cabeza (robots que provenían de un planeta sin vida autóctona, que interceptan las comunicaciones de todo el mundo pero tienen una sala de reuniones, que tienen ya una vaga forma de camión cuando combaten en Cybertron, que se transforman igual en un diplodocus que en una pistola sin que su tamaño original parezca guardar ninguna correspondencia...), lo aceptábamos con devoción. Los Transformers ocupaban en nuestra imaginación el lugar de los titanes, los dioses y los héroes de la mitología clásica: eran hermosos a su manera, sus drama épicos, que en ocasiones interferían en las vidas de los pobres mortales, eran trepidantes y se aceptaban sus misterios e incoherencias con la devoción que suscita la más pura admiración. Estéticamente, conceptualmente, eran algo grande, que conectaba con el subconsciente infantil de algún modo profundo.
Es por ello que este volumen de Clásicos UK: Transformers parece tener un público muy claro: esos niños fascinados que se han convertido en adultos nostálgicos. O, quizás, los hijos de esos niñoadultos. Poco importa: da la impresión que reseñar este volumen es una tarea redundante. Se ve ya desde el prólogo. No seré yo el que os desvele lo que se siente al ver de nuevo en acción a los Dinobots, las conspiraciones de Starscream o al releer historias como Hombre de Hierro.
Sí que merece la pena puntualizar que esta revisitación, además de permitirnos disfrutar de material que, pondría la mano en el fuego, no fue publicado en España en su momento, nos da una perspectiva de lo más interesante de lo que se cocía entre bambalinas. El volumen recoge el material británico, que se engarzó con la continuidad americana. Los artículos que acompañan las historietas y relatos ilustrados nos explican cómo fue el proceso de creación, qué desafíos supuso y como, en general, se llevó a cabo esa epopeya de editar unos cómics que, al menos en mi infancia, eran mucho más asequibles y populares que los propios juguetes. Una edición de lujo, vaya, y no solo por el acabado físico.
En definitiva, un viaje en el tiempo para sumirse en una de las producciones más carismáticas de los Transformers que, como digo, parece destinada a viejos lectores. E insisto en el parece porque, como decía al principio del artículo, lo de estos robots es algo difícil de entender.
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