Cluedo Junior
Reseña de esta versión para los más pequeños del famoso juego de investigación
Cluedo Junior se presenta como una versión asequible para niños, tanto en trasfondo como en mecánica de juego, del famoso juego de investigación Cluedo. Por un lado, el asesinato se sustituye por el secuestro... de una mascota, algo terrible y capaz de emocionar a los pequeños pero menos sangriento. Por otro lado, hay investigación, pero está planteada de un modo simplificado.
Lo primero que salta a la vista es que el tablero es circular: los personajes deambulan lanzando un dado siempre en la misma dirección pasando alternativamente por las habitaciones según marca el azar y un mínimo de estrategia, que se traduce en elegir en determinados casos hacia dónde rebota el investigador.
El objetivo, por el contrario, se mantiene: encontrar al sospechoso de entre los habituales, que vienen caracterizados como en el original por un color y, esto es nuevo, por algunos rasgos: color de ojos, pelo y sonrisa, algo que recuerda un poco al ¿Quién es quién? y estimula la observación y la sensación de investigar realmente.
El modo de recabar información tiene en cuenta la poca fiabilidad de los jugadores más pequeños: en vez de preguntar nada a nadie, se trata de caer en determinadas casillas e ir desvelando información con ayuda de una lupa "infrarroja" —es decir, de plástico trasparente rojo, lo que permite leer unos textos que vienen escondidos bajo una pátina de color—: de qué habitación ha sido sustraída la mascota, con o sin alfombra y de un determinado color, cuál era el animal, qué rasgos tenía el rufián, etc.
El sistema por el cual se establecen los detalles del robo es muy ingenioso y fiable: basta con girar unas ruedas incorporadas en el tablero y en unas ventanitas quedan recuadrados los datos. Estas se pueden leer con ayuda de la lupa previamente mencionada y si los jugadores no se esfuerzan por hacer trampas —evidentemente, se puede adivinar qué pone si te acercas lo suficiente—, dicha información permanece en secreto aun a la vista de todos.
Una vez se han recabado todas las pistas, o el número que se considera suficiente, como en el juego original, toca detallar el caso y comprobar la información con la lupa. Si todo está bien, el jugador ha ganado. Si no, se queda fuera y los demás siguen.
Cluedo Junior tiene, en definitiva, bastante del espíritu del original del juego pero conserva mucho menos de la mecánica de investigación: no hace falta hacer hipótesis de ningún tipo ni tener habilidad alguna a la hora de interrogar, sino que basta con cierto cálculo de probabilidad si te quieres arriesgar a dar el resultado antes de, sistemáticamente, encontrar todas las pistas. Esto hace, además, que la interacción entre jugadores sea mucho menor, pues cada uno avanza a su ritmo y sin contar con nadie más.
De esta manera, aunque el juego cumple bien a la hora de iniciar el pensamiento deductivo y cierta lógica —después de todo, aunque pocas, hay que tomar algunas decisiones— y tiene la gracia de poder jugarse en soliario, se muestra bastante limitado en su desarrollo y, sin duda, para jugadores adultos es demasiado simple. Un buen juego para los pequeños, pero menos indicado para jugar en familia.
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