OZ entrevista a Óscar Bribián
Hoy tenemos con nosotros a este escritor aragonés, ganador del III Premio Liter y miembro de Nocte, la Asociación Española de Escritores de Terror
Óscar Bribián nació en Huesca en 1979, aunque reside en Zaragoza. Es diplomado en Administración de Empresas y diplomado en Relaciones Laborales. Ha obtenido premios y menciones literarias en diversos certámenes, ha aparecido en varias antologías y posee una larga trayectoria como colaborador (tanto con relatos, poesías y artículos) en revistas culturales y literarias, entre las que destacan Luces y sombras, Nitecuento, Tántalo, Amalgama, El Hocino, Habitando el olvido, Poesía Picarral, etc. y revistas digitales como Rampa, Letras Perdidas, Letralia, La Tecla, Poesía+Letras, El Arco de la Rosa, Revista Voces, El Ebro, Almiar-Margencero, Proyecto Mizares, Crónica Literaria, EOM-Eldígoras, Valvanera, Antropoética, Elfos, Espacio Luke, Biblioteca Virtual Cervantes, Oxigen, NGC 3660, Shiboleth, Nuevo Mundo, Título, Scifiworld, etc.
Amablemente, se ha prestado a respondernos esta entrevista con motivo de su galardón en el Premio Liter.
Recién reinstaurado el Premio Liter de literatura de terror, has conseguido cosecharlo con tu relato "El cónclave". ¿Qué impresión te causó recibir el premio?
La verdad, cuando anunciaron a los finalistas, pensé “mierda, otra vez me voy a quedar finalista, otra vez finalista”. No es que no me guste ganar un accésit, nada de eso, pero es que nunca había ganado un primer premio, así que supuso una alegría. Después, la sensación del trabajo bien hecho.
Deseaba ganar el Liter por tres razones. La primera es que llevo apenas un año moviéndome dentro del género de terror (aunque ha sido un año productivo, con una novela y un libro de relatos finalizados), y pensé que uno de los mejores modos de demostrar mi valía en él, sería presentándome al certamen. Por otro lado, el premio se convoca en Huesca, ciudad donde nací, así que también me hacía ilusión por este motivo. Finalmente, oí que dicho premio daba suerte. Bueno, doy fe de ello, aunque no desvelo en qué medida.
Sé que escribiste el relato para la ocasión. ¿Cómo lo enfocaste? ¿De dónde surgió la idea?
Efectivamente, lo escribí apenas dos semanas antes del fin de fecha de entrega. La idea llegó como lo suelen hacer las buenas ideas, de la forma más inesperada. Mis amigos y yo pasamos recientemente un fin de semana en un pueblecito del Pirineo aragonés, donde abundaban los gatos. Mientras preparábamos una parrillada, uno de los gatos nos hurtó un filete de lomo. Supongo que para mucha gente eso no deja de ser una mera anécdota, pero es un regalo para el que tiene siempre la mente dispuesta para captar filones narrativos. Sí, el relato va de gatos. Esos taimados animalitos…
No es el primer premio que has obtenido. ¿Hay alguno que te haya supuesto una alegría especial? ¿Alguna anécdota en este sentido?
Es al premio internacional Villa de Iniesta, en el que obtuve el segundo puesto en el año 2007, al que más cariño le tengo. El alcalde de la localidad que fomentó el premio desde los comienzos es escritor, de modo que profesa un gran cariño hacia la cultura y los escritores. Eso se palpa en el trato recibido. Además, allí conocí a varios escritores y poetas con los que guardo amistad. Participé como jurado este año, así que tengo un doble buen recuerdo.
Como anécdota, diré que en la convocatoria participamos algo más de seiscientos autores, y cuando yo iba de camino con mi novia hacia Iniesta para recibir el premio, le comenté que había escuchado que el premio de narrativa breve Juan Rulfo era (en opinión de algunos) el mejor de los galardones en literatura breve de lengua castellana. Curiosamente, al llegar a Iniesta, uno de los miembros del jurado me comentó que Laura Massolo había obtenido el primer premio. Después supe que ella había ganado recientemente el Juan Rulfo (otro trofeo de su impecable palmarés) y, sinceramente, pasé de tener la espinita clavada, por no ganar el certamen, a sentirme muy orgulloso de haber compartido podio con ella.
A lo largo de tu carrera, has publicado en infinidad de revistas. ¿Qué tal la experiencia? ¿Para cuándo tu primera obra en solitario?
Comencé a sumergirme en las revistas culturales (ya fueran impresas o digitales) de una forma casi obsesiva. En ellas leí infinidad de textos de autores desconocidos (también consagrados), y me ha servido para tener algo más de un centenar de colaboraciones repartidas por ahí. Me ha servido para conocer a muchísima gente, españoles y latinoamericanos. Con algunos guardo una buena amistad. Sigo colaborando en estos medios, aunque ahora lo hago de forma más selectiva y esporádica.
Mi primera obra en solitario aparecerá a finales del 2009, si todo marcha bien, con la editorial Grupo AJEC. Es una novela de género fantástico, con una primera mitad muy semejante a una novela histórica medieval en cuanto al estilo narrativo (he leído más literatura y ensayo histórico que fantástico). Después, los personajes van introduciéndose cada vez más en territorios desconocidos, buscando el mismo Infierno.
Voy a comenzar a mover otra novela (de terror) y una antología de relatos, en los que tengo bastante confianza. En el cajón esperan dos libros más. En la cabeza muchos otros.
También fuiste durante nada menos que cinco años director de la Revista Oxigen. ¿Qué podrías comentarnos sobre esta etapa?
Ufff. No puedo describir lo afligido que me sentí al terminar la edición de Oxigen. Fue una etapa extraordinariamente gratificante. Puse mucho trabajo de mi parte. Los primeros dos números los efectué yo solito, con algunas colaboraciones de autores. Poco a poco fue creciendo. En su madurez, al cabo de dos años, la revista llegó a tener una plantilla de ocho personas (incluso examiné de entre más de treinta candidatos a quienes formaron el comité editorial), además de unos cuantos colaboradores esporádicos y cerca de seiscientos suscriptores. Hubo muchos mensajes de ánimo. A uno le gratifica saber que varios profesores utilizaban nuestros contenidos para presentarlos a sus alumnos en la universidad o el instituto. Algunos autores lograron publicar en papel gracias a publicitar sus relatos desde la Red. Pero también hubo temporadas difíciles, demasiada carga de trabajo. El momento más duro fue cuando la subdirectora falleció debido a una enfermedad degenerativa. Vivíamos en la misma ciudad, y ella nunca quiso que nos viéramos. Antes de fallecer me envió como regalo, por mediación de un familiar, una buena cantidad de sus libros. Después del varapalo, la revista se repuso, pero al final del quinto año sentí que debía echar el ancla. El trabajo como director de revista absorbía casi todo mi tiempo, pese a que había delegado buena parte de las funciones. Sentí que necesitaba crecer más como escritor.
Aquí, en OcioZero, tenemos muy presente siempre una cuestión: ¿Qué crees que ha supuesto Internet para la literatura?
Hace años me hicieron una pregunta parecida. Pero creo que ha cambiado mi percepción, ahora soy más pesimista.
A priori todo son ventajas. Existen pocos medios impresos hoy en día donde pueda publicarse literatura íntegramente, sin amiguismos, sin mecenas. Internet ha abierto un abanico inmenso de posibilidades. Se pueden leer los relatos de Cortázar o los poemas de Neruda sin moverse de casa, descargar los microcuentos de Benedetti o el Quijote en formatos de audio. Además, favorece muchísimo el contacto entre autores, y entre lectores con los propios autores. Internet hace que la literatura sea menos endogámica. Solo le veo un problema, pero es enorme: La mejor literatura contemporánea sigue publicándose en papel. Sí, en Internet se publica mucho, y aparecen autores muy buenos (sobre todo en revistas que tienen filtros editoriales), pero la mayor parte no lo son. De hecho, yo tengo textos pésimos colgados en la Red, pertenecientes a mis inicios.
Especialmente, se publica cualquier cosa en los foros. Digamos que parece que en Internet, a juzgar por algunos textos que uno se encuentra, hay muy pocos escritores, pero muchos aficionados a escribir, y pocos lectores. Con demasiada frecuencia se forman nocivos grupúsculos, con personas que se apoyan entre sí alabando sus defectos, y perdiendo el tiempo en lugar de leer y escribir con más constancia para mejorar.
El terror, especialmente desde tu incorporación a Nocte, apunta como uno de tus géneros preferidos dentro de la literatura. ¿De dónde viene esa atracción? ¿Qué virtudes le achacarías?
El género de terror me atrajo especialmente en torno a los diecisiete años, cuando leí a H.P. Lovecraft por primera vez. Después leí a los clásicos, Poe, Maupassant… Aunque reconozco que no ha sido hasta los últimos dos años cuando he comenzado a leer más libros dentro del género. La virtud principal del terror… bueno, Quiroga decía que si se debiera juzgar el valor de los sentimientos por su intensidad, ninguno sería tan rico como el miedo. Creo que ése es el secreto. Una buena novela de terror es doblemente intensa.
Un escritor se hace, sin duda, a base de lecturas. ¿Cuáles dirías que son los autores que más han influído en tu estilo?
Francamente, he sido tan sumamente caótico en mis lecturas que resulta difícil determinarlo. Un día leo un poemario de Gil de Biedma, y al día siguiente leo a Matheson. Los únicos autores con los que he mantenido absoluta fidelidad han sido Hermann Hesse y Tolkien (buena mezcla, ¿eh?). Influirme, en cambio, lo ha hecho más el primero. También Joyce, Beckett, Azúa…
¿Tienes alguna rareza confesable, en lo literario?
Reconozco que ostento una rareza poco usual en alguien que adora los libros. Gusto de garabatear, en las últimas páginas en blanco, todo tipo de anotaciones sobre lo que leo. Apunto ideas que me surgen, frases que creo perfectas, expresiones utilizadas por el autor, referencias a los párrafos más logrados, vocabulario que aprender, etc. Se ha convertido en una manía difícilmente evitable.
Una cosa que me llamó la atención de tu relato "El cónclave" es su ambientación, la cual, como paisano tuyo, me resulta muy cercana. ¿Es una elección voluntaria o simplemente sale así la historia?
Como he mencionado antes, la inspiración resultó crucial. Surgió en un pueblecito del Pirineo, y por eso quise ambientarlo ahí. Creo que en esos lugares es más fácil idear historias sobre componentes fantásticos. En las ciudades suceden los crímenes más atroces, pero en los pueblos se ocultan las leyendas.
¿Te animarías a recomendarnos algunas lecturas? ¿Y de terror?
Claro. Si se tiene un cierto carácter reflexivo y solitario, recomiendo casi cualquier cosa de Hermann Hesse. Especialmente, “El lobo estepario”, “Demian” y “Siddharta”. Son obras impresionantes. Unamuno es también muy reflexivo, imprescindibles su “San Manuel Bueno, Mártir” y “Niebla”. Quien quiera la mejor aventura fantástica, para mí “El señor de los anillos” siempre será inigualable. “Mi planta de Naranja Lima”, de José Mauro de Vasconcelos, es uno de mis favoritos. Nunca he leído un libro que desprenda tanta ternura. “Diario de un hombre humillado”, de Félix de Azúa, es increíble estilísticamente. “El guardián entre el centeno”, “1984”, las novelas cortas de Truman Capote…
De terror, recomiendo a Lovecraft y a Barker. Diametralmente opuestos, son los dos autores de terror que más me han impresionado.
¿Qué impresión te causaron las jornadas del Liter Imaginarius? ¿Crees que se deberían fomentar más estos encuentros?
Pienso regresar cuantas veces pueda. Las ponencias allí expuestas me encantaron. Creo que esas jornadas son imprescindibles para todo aficionado al terror. Y para todo aficionado a la literatura en general. El ambiente me pareció realmente agradable, y acuden muchos de los autores que desarrollamos el género. Sí que se deberían fomentar estos encuentros. Creo que la riqueza cultural de un país se mide en pequeñas cosas como ésas. En España, ya puede venir a un acto uno de los poetas, escritores o pintores más importantes del país, que la sala estará desangelada si no acude invitado un personaje televisivo. Siempre digo que parece que haya que repartir vino y canapés para que vengan más asistentes. La gente acude fervorosamente y demuestra una gran inquietud cultural cuando sabe que tras las charlas les van a ofrecer unos bocaditos. Quizás los escritores debiéramos aprender algo de hostelería. ¿Cómo era eso de la montaña y Mahoma?
Y ya para terminar, ¿cuáles son tus próximos proyectos?
Vamos a ver. Quiero pulir un libro de relatos hasta finales de año. Después abordaré alguna de las ideas que me rondan. Hace un par de años decidí aumentar mi producción literaria, imponiéndome como objetivo escribir al menos un libro al año (novela o antología de relatos), cosa que voy consiguiendo con creces. Por mi cabeza ronda un libro sobre mitología fantástica aragonesa, proyectadas dos novelas policíacas, una novela de ciencia ficción, otra de terror, dos novelas realistas contemporáneas, y una novela histórica. No son ideas vagas. Con las distancias largas no funciono por impulsos, sino por objetivos. Voy recopilando ideas e información, creando estructuras, hasta que me lanzo al reto.
Como guionista de cómic también tengo varios proyectos, algunos de ellos basados en relatos de terror. Claro que aquí dependo del ritmo del dibujante.
Mucha suerte y ánimo con estos proyectos, Óscar, y muchas gracias por brindarnos esta entrevista. Te iremos siguiendo la pista.
Muchas gracias por ofrecerme este pequeño espacio. Por cierto, mi página de autor es http://www.oscarescritor.galeon.com/, hasta que adquiera un dominio propio. El relato “El cónclave”, en principio, aparecerá en el 2009 en la magnífica revista Historias Asombrosas.
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