El velo
Reseña del cómic del Torres y Gabriel Hernández publicado por Dibbuks.
Chris Luna es una detective de Nueva York muy especial. Sus clientes no son maridos infieles o huérfanos en busca de sus padres. Sus clientes son fantasmas. Desde que sufriera un traumático accidente de tren durante su adolescencia, Chris es capaz de ver a través del velo que tras el cual se esconde lo desconocido. Y creedme cuando digo que no es un don, sino una maldición (aunque la propia Chris tiene su propia teoría). Luna malvive destapando casos de asesinatos gracias a las confesiones de quienes mejor conocen la verdad: las víctimas muertas. Un negocio muy poco lucrativo que le obliga a dejar la ciudad y regresar a su ciudad natal, Crooksville, en Maine. Su tía Emma, fallecida tiempo atrás, le ha dejado en herencia el viejo caserón donde creció. Pero el retorno no tiene nada de agradable. Además de revivir los malos recuerdos que acontecieron tras su accidente, una serie de pesadillas comienza a torturarla. En ellas aparece un horrible ser que, por fuerza, no puede ser real. O tal vez sí. El Hombre Babosa.
Dibbuks apuesta por esta gran obra, alabada por la crítica en Estados Unidos, donde fue publicada originalmente, a pesar de que ambos autores son españoles (Gabriel Hernández, el dibujante, trabaja además para Marvel). Todo un acierto, pues estamos ante una novela gráfica de una calidad fuera de lo común. El argumento es exquisito, una historia de terror pero también de horror, que comienza lenta y con sabor a tópico, pero que conforme pasan las páginas gana en originalidad, en angustia, en tortuosidad. A través de las reflexiones de Chris (de una amargura estremecedora, pero que el personaje asume con naturalidad), nos acercamos a la detective y a su esquizofrenia sobrenatural; y, como si sus ojos fueran los nuestros, asistimos a la contemplación de esa realidad oscura que subyace detrás del velo. Nos angustia, nos abruma y nos embota, porque está tan bien plasmada que es horrorosamente real, aunque todos sabemos que los fantasmas no existen. O eso nos empeñamos en creer.
Tras una primera parte de la obra que nos puede recordar a lo que debería ser Entre fantasmas (esa serie tan “para toda la familia”, y que la propia Chris menciona en la novela), los espíritus en pena pierden un poco de peso en favor de lo macabro. Ahí es donde comienza lo bueno, lo realmente espeluznante: ese Hombre Babosa que no sabemos muy bien lo que es, pero que nos transmite un asco mezclado con un terror más allá de lo común. No puedo ni imaginar cómo sería una adaptación al cine (bien perpetrada); insoportablemente terrorífica. La parte estrictamente narrativa (bocadillos y comentarios de la propia Chris), están además tratados con un estilo magnífico, típicamente literario y muy bien cuidado.
Y qué decir del dibujo, aparte de que es perfecto para esta historia tan dura. Realmente me sorprende cómo un dibujante puede ser capaz de ilustrar a superhéroes mutantes para la compañía número uno de cómics y al mismo tiempo plasmar unos dibujos tan tenebrosos; de trazo duro, sucio si se me permite, y con tendencia a los colores turbios (excepto cuando estalla el rojo, sobre todo en la parte final), pero a la vez detallista. Hernández a creado un ambiente opresivo que aumenta el poderío narrativo del guión. Si el argumento es siniestro, el dibujo no podía serlo menos (¿a alguien más le recuerda al mortificante estilo del videojuego Silent Hill?).
Para rematar la faena, la presentación de la obra es fabulosa. Dibbuks ha publicado una edición en tapa dura, con diversas ilustraciones alternativas al final del libro. Un lujazo que bien merece gastarse los eurillos que vale.
Amigos del horror hispano, esta novela gráfica es absolutamente imprescindible. Al menos si nos tenemos por lectores de terror. Su lectura, en un ambiente adecuado, pondrá los pelos de punta a cualquiera. Prometido.
LO MEJOR: El ambiente asfixiante, las reflexiones de la protagonista, el giro a mitad de la historia, que aparta a los fantasmas por algo mucho más horrible. Y, sobre todo, el dibujo.
LO PEOR: Casi nada. Tal vez la conclusión final no llame mucho la atención.
MI PUNTUACIÓN: 9
Javier Pellicer
- Inicie sesión para enviar comentarios
Pinta formidable el cómic. Me lo apunto para estas navidades.
Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.