600

Reseña del cómic parodia de Enrique V. Vegas

Si hay algo que se nos dé bien a los autores hispanos, es la parodia. En cuanto algo se pone de moda, o hay una novedad en el punto de mira, enseguida arrancamos nuestra máquina de generar chascarrillos (y, por consiguiente, euros). Quizás en el ámbito cinematográfico nos llevan algo de ventaja los yankis, pero en nuestro favor hay que decir que ellos van perdiendo fuelle (ver las últimas aportaciones, como Epic Movie o Scary Movie 4), mientras que aquí se agudiza el ingenio.

También contamos con la ventaja de que podemos hispanizar cualquier obra, llenándola de chistes cañís que siempre suenan mucho más graciosos si se ponen en boca de, por ejemplo, un Will Smith en versión ibérica.

Enrique Vegas lleva ya el suficiente tiempo en el negocio del cómic-parodia como para considerarlo un referente a nivel nacional. De su lápiz han salido versiones de sagas completas (Matrix, Star Wars, Blade...) o cualquier filme cuya popularidad se preste a ello (Spiderman, Resident Evil, Kill Bill, etc).

Cuando estamos a apenas unos días de que vea la luz su última obra, la parodia de la novela de Richard Matheson que inspiró la película Soy leyenda, protagonizada por Will Smith, y que bajo su prisma se convierte en Soy leyendón, he decidido descubrir una de sus joyas que todavía no tenía en mi colección: 600.

Se trata, obviamente, de una parodia de la película de Zack Snyder, basada en el cómic de Frank Miller.

De inicio, ya tenemos una vuelca de tuerca curiosa, porque estamos ante el cómic que parodia la película basada en otro cómic. Y se queda tan pancho.

La edición merece que se comente, porque han respetado el formato horizontal en que se publicó en su momento la obra original de Frank Miller, y esto es todo un acierto por parte de autor y editores.

Las señas de identidad de Vegas son inconfundibles, ya que nos presenta en 600 a un Leónidas al mando de un ejército de cabezones, y capaz de soltar perlas como “Conmigo sólo vienen espartanos cachas y depilados” o “¡Los discursos son para los pagafantas!” Creo que esto resume bastante bien lo que el lector puede esperar.

Entretenimiento puro, precio muy asequible, dibujos sencillos pero trabajados, con una seña de identidad que es perfectamente reconocible, y unos guiones que siempre consiguen arrancarte una carcajada. Y el placer de burlarnos de los colegas del otro lado del charco. Es nuestro rollo, no hay duda.

A la espera de que nos llegue ese Soy leyendón, que nuevamente edita Dolmen, recomiendo a los que no conozcan al (ya) clásico del cómic de humor hispano que empiecen por este 600, que se destapa como una de sus adaptaciones más divertidas. Y esto es mucho decir.

Darío Vilas

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