Para románticos sin remedio y espíritus teen sin complejos

Crítica de Eclipse

Se ha escrito tanto (y con tanta acritud) sobre esta tercera entrega de la Saga Crepúsculo, que me resulta tentador romper una lanza a favor de este (sorprendentemente) polémico producto. ¿A qué viene que despierte tanto amor y tanto odio? Aunque ya aviso que será sólo una lanza, o como mucho dos.

Como muchos han señalado ya, que Stephenie Meyer sea una mediocre escritora no justifica que las adaptaciones de sus libros sean también mediocres. En mi opinión, la primera entrega de la serie de películas es la más decepcionante de las tres, porque casi consigue ser interesante. Sus puntos a favor eran la ambientación, la fotografía, la banda sonora… y en contra, como tanto se ha repetido, el ritmo y el casting.

Personalmente, no comprendo el odio furibundo que despierta Robert Pattinson, pero la elección de Kristen Stewart como protagonista siempre me parecerá el más grave error de esta propuesta. Independientemente de su deficiente actuación (constantemente hace los mismos pucheros y muecas), la actriz no consigue despertar simpatía alguna en el público. Aparte de su fotogenia, Stewart carece de encanto para llevar adelante un personaje que, ya de por sí, no cae muy bien. Es demasiado mona para querer parecer patosa, demasiado fría para despertar tantas pasiones, demasiado apática para ser la heroína de la historia.

Cierto es que, como se desvela en esta tercera entrega, es este carácter frío y apático una aparente conexión natural que ella tiene con el mundo de los vampiros. Aun así, comparto la opinión con Kaplan (redactor de esta web) de que la secundaria Anna Kendrick (nominada al Oscar por Up in the air) le hizo sombra desde el principio, y hubiera hecho, probablemente, una aproximación al personaje de Bella mucho más memorable.

¿Dónde están los buenos guionistas?

Como decía, esta elección de la protagonista, es un error que acusan todas las entregas. Pero otro problema importante es que, si las historias narradas en los libros eran inconsistentes y les faltaba algo, esto se traslada tal cual a la pantalla. ¿Por qué hacer una adaptación tan fiel de las partes más aburridas y vacías de los libros? La segunda entrega, Luna nueva, era larga y tediosa durante hora y tres cuartos, para terminar con unos quince minutos de acción cogida por los pelos, de lo más desaprovechada.

Me centro ya en la película que nos ocupa: Eclipse es, sin duda, la mejor de las tres, cinematográficamente hablando. No digo que sea un peliculón, ni mucho menos, pero hasta los fans más incondicionales distinguirán que todo en este film es mejor que en los anteriores (excepto la sustitución de Rachelle Lefevre por Bryce Dallas-Howard en el papel de Victoria, que no aporta nada). Hay más acción, una trama más elaborada, más personajes, ¡por fin empiezan a pasar cosas!

El ritmo de la narración adquiere cierta “normalidad”, aunque siguen haciéndose largos los momentos de diálogo entre los protagonistas. Sigo sin ver necesidad de estirar como un chicle los momentos supuestamente románticos, que llegan a provocar hilaridad en el espectador. Sin embargo, no resultan tan pesados como en las dos anteriores. El final es un poco abrupto y contiene un epílogo algo ñoño y redundante, pero vaticino que la cuarta entrega (que serán, en realidad, dos, ya que el libro Amanecer dará para dos películas) será mejor aún que ésta. La fotografía y banda sonora siguen siendo destacables, así como la interpretación de los actores secundarios, que cobran más protagonismo.

Los flashbacks y tramas secundarias son lo más entretenido de todo, y una se queda con ganas de ver y saber más de los Vulturis (por ejemplo, si van así vestidos -con capas y ropajes de siglos pasados- cuando viajan en avión de Italia a Estados Unidos, ¿no llaman mucho la atención? Esto es un chiste malo, pero no pude evitar preguntármelo).

La historia interna de este episodio está mucho mejor resuelta que la de Luna nueva, aunque, insisto, no nos encontramos ante una gran obra, ni lo pretende nadie en ningún momento. La Saga Crepúsculo es lo que es, y no entiendo que despierte tanta animadversión, ya que no es obligatorio ir a verla. A mí no me interesa el mundial de fútbol, así que ayer me fui al cine en lugar de ver el partido, y ya está.

Se ha criticado mucho el aspecto anticuado respecto a la sexualidad que contiene la historia. Sinceramente, tampoco comprendo esto. Puede resultar ridículo a algunos que un vampiro quiera llegar virgen al matrimonio (o cualquier persona), pero no deja de ser un elemento más del argumento, y es hasta original en estos tiempos de promiscuidad y edredoning. Un poco de romanticismo a la vieja usanza no viene mal, y creo que esto forma parte de las claves del éxito de Crepúsculo. Los dos chicos peleando por el amor de una chica, los torsos desnudos, la moto de Jacob… todo es infantil hasta decir basta y deliciosamente erótico. ¿Y por qué no? A otros les da por fumar crack…