30 días de noche

Imagen de Anne Bonny

Reseña del cómic de Steve Niles y Ben Templesmith publicado por Devir

 

Clive Barker, que por lo visto es un viejo amigo de Steve Niles, explica muy bien en la introducción de este cómic qué vamos a encontrar en sus páginas: una idea sencilla para desarrollar una historia de terror de la vieja escuela.

De hecho, si nos ponemos a buscar referencias, en seguida veremos homenajes a Nosferatu (los vampiros de 30 días de noche no tienen problemas en recurrir a su elegante y desagradable apariencia), incluso en la idea retomada de la plaga que aquí es más directa, como en la película de Murnau, en contraposición a la insidiosa táctica de infiltración de Dracula—, y a las películas de terror ochenteras de gore y zombis.

La trama busca también la sencillez en la que reposan este tipo de historias de terror. Tenemos un pueblo asediado por monstruos y hay un grupo de supervivientes que se afanan únicamente en eso, en sobrevivir. De hecho, la premisa base es lo único destacable de la trama, que no de la historia: la noche polar, de treinta días de duración, tiene que ser, a la fuerza, el paraíso para las criaturas de las sombras.

En el desarrollo se permiten algunas digresiones, e incluso una especie de trama secundaria que, a mi parecer, sirve únicamente para dar colorido y disfrutar con la estética (me refiero al tema de Nueva Orleáns), pero la fuerza real de la historia es su elegante sencillez. Me aterra pensar que se han hecho continuaciones de un concepto tan bien cerrado.

El apartado gráfico es sobresaliente, me atrevería a decir que perfecto para la historia que se han decidido a narrar y, sobre todo, para el guión desarrollado por Niles para la historia. Los dibujos de Templesmith están llenos de fuerza. Su plasticidad y la anteposición de la expresividad por encima de la proporción o el realismo les dan una intensidad inigualable. Las estampas que crea son desasosegantes y sangrientas como pocos artistas consiguen. En cierto modo, adentrarse en 30 días de noche es hacerlo en una pesadilla surrealista.

El color juega un papel fundamental en todo esto. No es sólo el blanco nieve, el rojo sangre o el negro oscuridad, sino toda la paleta intermedia en la que consigue transmitir conceptos mucho menos aparentes, como "suciedad" (los dientes de algún vampiro serían la pesadilla de un dentista), "cotidiano", "purificador", "esperanza"...

Se trata, en definitiva, de un cómic memorable y de referencia dentro del género de horror. Entiendo que haya suscitado el deseo de hacer una adaptación cinematográfica, pero me pregunto cómo habrán intentado captar esta expresividad gráfica sin recurrir a los dibujos animados. Quizás sólo se hayan centrado en el guión.

 

Autores

Ben Templesmith es un escritor e ilustrador conocido generalmente por su trabajo en el mundo del cómic americano, donde ha recibido numerosas nominaciones a premios como el Eisner Award. Sus obras más conocidas son 30 days of night y Fell. También es autor de Wormwood: Gentleman Corpse, Hatter M y Singularity 7.

Ha trabajado también en las franquicias de Star Wars, Army of Darkness, Silent Hill y Buffy: The Vampire Slayer. Ben creció en el oeste de Australia, donde obtuvo su diploma en diseño por la universidad de Curtin. Actualmente vive en Perth.

Steve Niles nació en Washington. Además del guionista de 30 días de noche, es escritor habitual de los cómics Hellspawn y Fused! y participó en el guión de la adaptación cinematográfica de este cómic, 30 días de oscuridad, para el cual escribió una segunda parte: Días oscuros. Comenzó su carrera fundando su propia editorial, Arcane Cómics. Sus adaptaciones incluyen trabajos de Clive Barker, Richard Matheson y Harlan Ellison.

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