1602: La Inquisición Española contra los mutantes
Los habitantes del Universo Marvel han llegado a un punto en el que poco o nada les sorprende.
Los prodigios campan a sus anchas por Manhattan enfundados en látex, los mutantes libran sus guerras, los hombres araña se columpian por la ciudad y gigantescos helitransportes surcan el cielo comandados por un viejo soldado con un solo ojo. No, ya nada sorprende al neoyorkino medio de la casa de las ideas, pero ¿y al inglés del siglo XVII?
A eso, precisamente, trata de contestar Neil Gaiman en su miniserie 1602, reeditada recientemente por Panini en un tomo de la colección Marvel Deluxe.
Por un motivo que no se desvela hasta el final de la serie, la Tierra se ha visto forzada a comenzar mucho antes de lo previsto la llamada “Era de los Prodigios”. Los más famosos de éstos, por supuesto, son los Cuatro del Fantastick, los tripulantes de un barco que naufragó en las costas del Nuevo Mundo y que fueron transformados por una magia desconocida, pero hay muchos más, como los llamados “Nacidobrujos”, dotados con poderes más allá de lo humano y perseguidos nada más y nada menos que por la Inquisición española. Algunos de ellos, no obstante, han logrado escapar de las garras del gran inquisidor, el hermano Enrique, y han encontrado refugio en la escuela del profesor Carlos Javier.
Con la reina Isabel I enferma y el heredero al trono preparado para usurparlo cuando antes, la única esperanza de Inglaterra radica en un objeto mágico que el Anciano transporta desde el lejano Oriente a petición del boticario de la reina, el doctor Stephen Extraño. Sir Nicholas Furia, jefe de espías de Su majestad, acompañado de su aprendiz Peter Parquagh, se reúne con uno de sus mejores hombres, un bardo ciego apodado Diablo, para que se reúna con el Anciano y lo escolte hasta Inglaterra a salvo del gobernante de Latveria, aliado con el pretendiente al trono.
Al mismo tiempo una niña, la primera nacida en las colonias americanas, viene desde el Nuevo Mundo acompañada de un indio rubio llamado Rojah.
Al margen de la historia y del magnífico dibujo de Andy Kubert, lo más interesante de 1602 son las peculiares versiones que ofrece de los héroes que todos conocemos. Desde la Patrulla-X, Spiderman o la Hermandad de Mutantes, hasta el Capitán América, Daredevil, la viuda Negra o el Doctor Muerte.
Una buena lectura, no olvidemos que está firmada por Neil Gaiman, con el aliciente añadido de mostrarnos unas versiones peculiares y extrañísimas de los personajes Marvel de siempre.
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