No se puede imaginar algo peor que un largo invierno, a excepción de un largo invierno de guerra. Sin embargo, para las gentes de Poniente, esto es una desafortunada realidad. El frío extremo, la falta de comida y cobijo, y un brutal e incesante conflicto han convertido en refugiados los pueblos del Reino, llevándolos a la desesperación. En tiempos así, si no estás preparado para aprovecharte de los débiles, tu único recurso es rezar por tu mera supervivencia.