Los vertiginosos tiempos modernos enfrentan de formas muy diversas el elefante en la habitación en que se ha convertido el aburrimiento: ya sea mediante la hipnosis por una pantalla, el trabajo inagotable, los estados de conciencia alterados o las infinitas variantes posibles, se trata ante todo de negarlo, de no aburrirnos nunca, de estar siempre haciendo algo.