08 Jun 2009
Isaac Rosa
“En la crisis actual, más que nunca debemos apostar por un comercio internacional libre y abierto” -Del programa del PP para las Elecciones Europeas-
Durante años, si pronunciabas en público la palabra “capitalismo” lo hacías a media voz, o disimulando entre toses, y aun así notabas la incomodidad o la risilla de los demás. Decir capitalismo no estaba bien visto, era una palabrota. Dominaba el mundo pero no podía decirse, nombrarlo parecía una antigualla ideológica, como imperialismo o explotación –aunque siguieran existiendo-, y sólo lo usaban quienes se negaban a aceptarlo como algo natural.
Pero llegó la crisis, y todos nos pusimos a hablar del capitalismo como si de repente nos acordásemos de que estaba ahí, obviado por evidente. Es como la salud, que hasta que se deteriora no nos acordamos de ella.
El capitalismo ha vuelto al lenguaje en todas sus extensiones: el lenguaje político (partidarios y detractores lo nombran sin temblarles la voz), el lenguaje económico (del que había sido desplazado por eufemismos y tecnicismos), y el lenguaje de la calle: ya nadie se asusta con la palabra maldita, incluso está bien visto usarla. Algunos hasta abusan, quizá para desquitarse tras tanto tiempo sin decirla.
En las europeas, por ejemplo, se ha hablado mucho de capitalismo. Había un partido llamado anticapitalista, otras seis o siete candidaturas que se referían a él de forma crítica, y hasta el PSOE habló en sus vídeos del “capitalismo codicioso”.
Todos lo usan en negativo, así que se echa de menos un partido que se declare partidario del capitalismo. No digo que no los haya, al contrario. Me refiero a un partido que lleve en el programa la defensa del capitalismo, con todas las letras, con la misma contundencia que usan sus detractores. O incluso que se llame así, Partido por el Capitalismo. No se atreven.
es cierto
Será cierto, pero sí se ha hablado de refundar el capitalismo, y los liberales, no dejan de ser capitalistas.
Y bueno, se siguen defendiendo las bondades del mercado desde deterimanos sectores.
La otra cara de la moneda es: ¿hay algún partido que se vuelva a declarar partidario de la economía planificada?