Gólem

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Romahou
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GÓLEM

 

La criatura abrió los ojos imbuida de un instinto desconocido, ajeno a su creador.

Se palpó parte a parte antes de incorporarse, comprobando la funcionalidad de todos sus segmentos corporales, así como la estabilidad de su estructura molecular. Con todo, desconfiaba del proceso, por lo que se levantó de a poco, un apoyo cada vez, hasta mantenerse erguido, elevando su vista por encima de los tres metros.

¡Lo había conseguido!

Comenzó entonces a moverse para determinar el control de su organismo, y fue bueno. Recorrido varias veces ese pajar donde se hallaba, consideró la prueba un éxito. Siguiente fase.

Apeló a los sentidos. La vista respondía a los parámetros esperados. El olfato se le hizo raro, pues poco podía detectar más allá de su propio olor nauseabundo, pero no dejaba de ser una señal de la que estaba carente hasta el momento actual. Al oído se debía la vibración reverberante en su cabeza modelada; cientos de estímulos variopintos procedentes del pueblo y del bosque que lo rodeaban, desde la estridencia al susurro de una confesión llegando a su sistema auditivo. Perfecto. Descartó de mano ingerir alimento o ningún tipo de material por el momento, no formaba parte de lo imprescindible para su labor. El tacto, de momento no lo necesitaba.

Necesitaba un espejo, algo que pudiera reflejar su presencia para verse, para saber qué enfrentarían las personas con las que se cruzase y de esa manera entender sus reacciones, que resultarían en miedo mayoritariamente, como tenía ya asimilado. Así debía ser.

Se fijó en el cielo a través del techo desmejorado; oscuridad, nubes, noche, niebla. Todas esas palabras, ideas, conceptos, ya los tenía introducidos en su cabeza de fango, en su cerebro plagado de légamo y que, sin razón alguna y mucha menos lógica, funcionaba a plenitud, en semejanza a los humanos.

Entonces, el Gólem recordó.

***

Escapo.

No.

Persigo.

Lento pero constante.

Soy el cazador.

Engendrado para la venganza.

Me han concedido la marca de mi presa.

Estoy atado a su destino.

Él no podrá escapar.

Ni yo volver al barro hasta que no acabe con su vida.

No lo veo.

No lo necesito.

Recorro la noche tras su estela.

Usando el lenguaje de otros.

Pensamientos ajenos.

Directrices desde inteligencias superiores.

De mis demiurgos.

Soy autómata.

Soy homúnculo dirigido.

Me detengo.

Lo siento cerca.

No puede huir.

No conoce el vínculo de sangre que nos une.

No sabe las palabras.

Toco el simulacro que resulta mi frente.

Letras labradas.

Voy absorbiendo la tierra cercana, que se une a mi cuerpo informe.

Creciendo.

Hasta lo descomunal.

Dando sombra al mismo bosque.

Me cierno sobre el lugar bajo el que se parapeta mi enemigo.

Enemigo obligado.

Lento pero seguro.

Levanto ese árbol caído con mi extremidad ciclópea.

Descubro su agujero.

Está encogido como un recién nacido.

Llorando.

Suplicando.

No siento pena.

No siento asco.

No siento odio.

No siento nada.

Solo debo cumplir con mi deber.

Aquello para lo que fui concebido.

Aunque una parte de mí, la esencia captada que se sustrae de todo ser vivo para regalarme el aliento, sabe que mi ejecución es injusta.

***

El campesino no tuvo más remedio que tomar parte de la siembra y llevarla a casa para dar de comer a su famélica familia, exprimida por el patrón. El campesino era listo, cogía de aquí y allá. Pizcas mínimas durante sus interminables jornadas de sol a sol. El campesino amaba a su mujer, una belleza de voluntad sin par, una desheredada que le había elegido por encima de su casta. Amaba a sus hijos, alegres bichospalo, la pequeña Anette y el pequeño Jonh. El campesino adoraba pasar el tiempo con ellos en sus pocos días libres. Trabajaba los campos, se deslomaba regando la tierra con su sangre y el pellejo desgarrado de su carne. Sin ambición más que complementar su pírrico beneficio con pellizcos sustraídos, carentes de maldad. Por pura supervivencia. El patrón no era tonto, y sí metódico; avaro. Contaba sus ganancias, en grano, en animales, en monedas, en siervos. Algo fallaba. Algo faltaba. El patrón se encolerizó. Puso los ojos de sus capataces, muchos, tras el asunto en cuestión. Pronto detectaron el metafórico agujero en su bolsa. El campesino, ese campesino listo, ese campesino casado con una belleza que no debiera pertenecerle. El patrón quiso dar ejemplo. Proclamó a los cuatro vientos cardinales su culpabilidad. Lo expuso. Le prometió una justa oportunidad. Debía reembolsarle lo hurtado y abandonar la región en tres días. De lo contrario, invocaría al Gólem. Ese era su derecho, su autoridad como patrón. El campesino ni aceptó ni se negó, marchando a casa para decidir con su mujer. Y decidieron: no habría devolución. Desaparecerían esa misma noche. Se reinventarían en otro país. Caminarían hasta tener los pies en piel viva cargando con su prole y sus pírricas (PAUPERRIMAS) pertenencias a las espaldas lacradas. El patrón sabía. El patrón secuestró a los hijos de la escuela antes que ellos los recogieran. Los llevó a su hacienda. Los retuvo cautivos como una garantía. E invocó al Gólem. Concediendo una nueva oferta: el campesino sería libre y podría huir si ella venía a servirle a su morada. Una servidumbre completa, sumisa, eterna. El Gólem fue soltado como perro de caza sin esperar respuesta de voz a la propuesta. La mujer debía presentarse ante él de inmediato. No tuvieron tiempo.   

***

Lo cojo.

Su figura inerme por el miedo es una frágil rama entre mis dedos descomunales.

Quebradizo.

Tiembla.

Aprieto.

Fluye su maná por las oquedades de su cuerpo, las habituales, y las nuevas que surgen cuando rompo sus costuras.

Aprieto más.

Supura.

Se rompe.

No puedo escucharlo.

La mujer grita.

Me golpea.

Intenta detenerme.

No puedo verla.

Apenas soy consciente de su presencia; de su resistencia o agresión.

Aprieto más.

Queda solo una mancha de sangre, carne y hueso en la palma.

Suelto el desecho.

Me giro.

Debo volver a casa.

Al creador.

Al Abbá.

Alguien sale a mi encuentro.

La mujer.

De nuevo.

No es mi objetivo.

La ignoro.

Ella carga contra mí.

De nuevo.

Tarde.

Trepa por mi pierna.

Asciende a la espalda.

Llega a los hombros.

Me encara desde ellos.

Porta algo.

Lo clava en mi frente.

Mueve de forma frenética ese objeto que reconstruye parte de mi sesera.

Algo explota en mí.

No tengo orden.

No tengo maestro.

No tengo misión.

La mujer continúa borrando, sustituyendo, escribiendo nuevos signos.

No uno.

Muchos.

Me reconfigura.

El barro no primigenio cae de mi hasta recuperar el tamaño inicial.

Ella no deja de aferrarse.

Termina su labor.

Me mira a los ojos que brotan.

Murmura unas palabras suaves a mi oído recién nacido.

Me concede una premisa, no un mandamiento.

Cobro conciencia.

Lo recuerdo…

Todo.

De todos.

***

Cuando el Gólem recuperó su memoria, se puso en camino. Amparado por el camuflaje de las tinieblas, lejos de las fuentes de luz, convertido en una sombra desmesurada. Absorbiendo la poca tierra que resta en este mundo de asfalto. Medrando.

Se acercó sigiloso a la vivienda, tan sigiloso como lo puede ser un titán. Lo estaban esperando. Armados. Con fuego. Con magia. Primero pronunciaron una palabra que ya no lo tenía prisionero. Después dispararon, rodeando al Gólem, impasible ante sus actos. Avanzando lento, seguro, constante; convirtiendo el pasado en presente.

Las balas lo atraviesan o quedan encajadas en su cuerpo sin afectarle. Traspasa el muro exterior accediendo a la casa, hogar reverencial del patrón; del Abbá. Continúan lloviendo y explotando sus proyectiles ineficaces. Cruza otra pared por derribo. Forman una barrera frente a él y utilizan llamas. Es rociado con un líquido, prendido para convocar al infierno. Se escucha un sonido gutural, escalofriante. La risa del Gólem. Que se sacude indemne de la flama mientras se ríe de sus atacantes. Para barrerlos después con el colosal brazo. Llegando a su creador. Patrón. Abbá.

Le saluda con reverencia.

El patrón, el Abbá, intenta revocar el hechizo, anular al Gólem, devolverlo al barro.

Sin efecto.

El Gólem abraza a su padre. Lo abraza fuerte. Tan fuerte como aplastó al campesino. Más aún. Lo espachurra quebrando todos sus huesos con pausa. Se asegura que conserve el hálito hasta el final, cuando lo integra a su propia persona.  

Nota un pequeño cambio. Un latido. Un estertor luchando por surgir. Lo está consiguiendo; tornando a humanidad mientras intenta evitar lo peor de la humanidad: su mezquindad, el egoísmo, la iniquidad, la soberbia, la envidia, el odio.

Abre una puerta con suavidad, dejando la violencia atrás. Esposas asustadas, concubinas, sirvientas, esclavos, infantes sustraídos. Continúa su recorrido. Llegando a una habitación concreta. Dos niños que lloran. Y dejan de hacerlo cuando ella, la mujer, accede ágil por la ventana, sabedora de su enemigo muerto. Abrazando a sus hijos, Anette y Jonh. La mujer agradece muda al Gólem para después desaparecer con sus vástagos en la noche. 

Reconfortado, abandona la casa en busca de una guarida para completar su metamorfosis. Dejando lodo tras sus pasos cual flautista de Hamelín. Nadie lo perseguirá. Ya no se ladran mandamientos.  

Vuelve a recordar. Las palabras anegadas en su frente. Nuevos signos. Una dádiva de la mujer. De la viuda. Atesorada. Lejos de manos aviesas que pudieran volver a modificarlo. 

Aquello que reforzó ella de voz:

«Subsiste. Libre. Como un humano. No eres ya esclavo de nadie. Harás justicia si lo crees oportuno. Siempre. Quizá por mi marido tu víctima. Y te transformarás en un poco más humano a cada vez. Vivirás como nosotros, conservando tus capacidades bestiales. Así sea».  

Y el Gólem, en el albor de una nueva existencia, por vez primera, llora.

Román 

~^(;,;)^~ 

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Patapalo
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Relato admitido a concurso.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Un relato que, a mi parecer, empieza algo moroso, pero que va ganando continuamente en intensidad y emoción. Al final, he de decir que me han gustado los cambios de perspectiva, creo que expresan muy bien los sentimientos de cada escena. El descubrimiento, lo inexorable de la persecución, la perplejidad... El conjunto funciona muy bien y es muy emotivo.

Hay alguna errata por ahí y un par de elementos que no me han convencido. El primero es una pejigada, pero recurrente en muchos autores, y no soy capaz de morderme la lengua: el uso del verbo "enfrentar".

Para mí, es evidente que enfrentar es poner algo frente a frente. Es decir, que se enfrenta a alguien con algo, o a algo con algo, o a alguien con alguien. Así, construcciones como "lo que enfrentarán" se me quedan cortas. ¿Lo enfrentarán a quién o a qué? Para mí, lo lógico sería "con lo que se enfrentarán". Sin ese pronombre, me falta contenido.

El otro, creo que sí que puede tener algo más de relevancia: me sobran los nombres de los niños. Al optar por un tipo de hombre (poco importa cuáles) haces tambalear toda una ambientación que, de momento, es bastante etérea, atemporal, sin localizar. Conduces al lector a prestar atención a algo que no es necesario y corres el riesgo de sacarlo del ambiente que con tanto acierto has creado. ¿Por qué "Jonh"? ¿Es una errata? ¿Es una ambientación anglosajona? ¿Fantástica? En realidad, no tiene interés. Mejor (creo yo) sustituir los nombres por dos denominaciones, dos apodos, dos elementos que permitan identificarlos pero que no susciten una pérdida de atención en el lector.

En cualquier caso, son detalles menores. He disfrutado mucho con la lectura. Gran trabajo. Gracias por compartirlo.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Romahou
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Buenas y gracias por la lectura y comentarios. Sí, intentaba que la entrada en el relato fuese progresiva, además de indentificarse con un personaje tan peculiar. 

Espero que la atmósfera y la empatía se hayan transmitido. 

Sobre el pronombre, puede ser, me parecen cuestión de las sensaciones de la lectura, pero suelo abreviar en ese sentido, así que, mea culpa. 

Con los nombres de los niños siempre peco por exceso de detalle, me parecía importante significarlos, aunque los nombres fuesen elegidos por sonoridad, y quizá no hayan cumplido el propósito de crear un mínimo vínculo con ellos. 

Esto de escribir es un aprendizaje continuo, e imposible sin el feedback de los lectores. 

Gracias!

Román 

~^(;,;)^~ 

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Danduay
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Este relato me deja sensaciones ambivalentes, hay cosas que me gustan bastante y otras que me descolocan y me sacan del relato (bastante interesante por otra parte).

Me gusta sobre todo el tema de fondo, la redención del gólem. Y también me gusta la valentía que supone tratar de trasladar al texto su diálogo interno y su evolución interior tras ser liberado.

Me gusta menos el estilo literario. No es que esté mal, yo diría (y es una sensación) que no es uniforme. En algunos momentos me parece un poco rebuscado (sigo opinando), pero luego se mezcla con expresiones como “espachurra” o “reinventarse” (coloquial la primera y demasiado contemporánea la segunda). En algún fragmento, el estilo literario también afecta un poco al ritmo, al usar muchas frases cortas con punto y seguido y en presente (por cierto, creo que hay algún baile de tiempos verbales, coexisten en algún momento verbos en pasado y en presente y no sé si se ajusta del todo a la narración).

También me gusta la intervención de la mujer. A priori, en el opresivo mundo de hombres del relato podría pensarse que sería una mera “convidada de piedra” y, sin embargo, se las apaña para darle la vuelta a la situación.

Puntuación: una estrella por el gólem, 0,75 por el tono y la ambientación, 0,5 por la historia y los personajes, 0,25 por la forma y 0,5 extra por la intervención de la mujer y el mundo interior del gólem. Total, 3 estrellas. ¡Suerte!

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torpeyvago
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Error azul de güindous.

No tengo claro porqué, me recordó, para bien, a «Las reglas del juego».

Lo +

La forma, sin duda. El tema de la convocatoria con este 110% gólem. El rescate de la familia y esclavos. La ejecución del campesino. Un montón de pequeños detalles distribuidos por el relato.

Lo -

Algunas cosas —discúlpeseme el comodín— que me han chirriado: «pies en piel viva», «pírricas (PAUPERRIMAS)» —además, repetido en poco espacio, ¿quizá era una anotacón para corregir?—. «Me reconfigura.» se me hace, personalmente, fuera de contexto. Comas ausentes en, por ejemplo: «Quizá por mi marido tu víctima.».

Los personajes se me hacen algo estereotipados: malo malísimo y campesino pobre oprimido.

La historia, de transcurrir y finaliar bastante previsibles —aunque no es del todo malo, en muchas ocasiones vamos por un camino conocido en agradable paseo de la mano del autor—.

El título. Esto sí que sí, ¡cámbialo, por favor! :)

Un gran relato que me ha tenido entretenido en su lectura:

★★★¼

Estadísticas

Palabras : 1588
Matrices : 9467
Caracteres : 7991
Letras : 7641
Párrafos : 129
Sílabas : 3291
Frases : 224
Szigriszt1993: 71
Perspicuidad : Bastante fácil

___________________________________________________________

En un lugar de La Mancha de cuyo nombre me acuerdo perfectamente...

https://historiasmalditas.wordpress.com/

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Danduay
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Puntos: 256

Me adhiero a lo que dice Torpeyvago del título. Iba a poner algo así, pero al final se me ha pasado.

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Romahou
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Poblador desde: 07/04/2018
Puntos: 26

Buenas y gracias por las opiniones. 

Era la intención jugar con los cambios del ritmo, pensamientos fugaces del golem, casi ajenos, y complicarlos después, al igual que en los tiempos, alternando el pasado y saltando al presente para acompañar a los protagonistas en esta última escena. En caso de fallo, atribuible a mi persona, y disculpas. Son juegos que utilizo para implicar al lector. 

Y tomo nota de esas distorsiones en el vocabulario. 

Gracias de nuevo y saludos!

 

Román 

~^(;,;)^~ 

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Romahou
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Poblador desde: 07/04/2018
Puntos: 26

Muchas gracias, gran impulso este feedback!

Lamentable que se colase ese "pírricos-paupérrimos", que sí, es una corrección, prisas mediantes, al copiar y pegar la versión anterior a la definitiva. Y también es pobre el título, cierto. 

Pero me recuerzan todos estos aportes positivos, porque significa que por sonoridad ritmo e intención consigo que entres al relato, y la empatía con un personaje tan complejo como pueda ser el Gólem. 

Muy agradecido. 

Saludos!

Román 

~^(;,;)^~ 

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Lenteja
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Puntos: 106

A mí me ha descolocado un poco el salto entre el arranque y el resto de la historia. Me refiero a que partimos de una criatura que sabe cómo comprobar "la estabilidad de su estructura molecular", lo que prepara para un tono tecnológico que no vuelve a aparecer. Al contrario, parece que es la magia la que justifica su creación. No me queda claro cómo la mujer consigue "reconfigurarlo" tan fácilmente y me hace dudar de nuevo entre magia o tecnología.

Tal vez un poco de repaso beneficiaría al texto, para pulir expresiones, centrarlo y enfatizar esa sensibilidad latente en los pensamientos de un monstruo que pasa de saber "que no siente" a llorar. Y ese es, para mí, el punto fuerte del relato.

Puntuación: 3 estrellas.

 

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Romahou
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Poblador desde: 07/04/2018
Puntos: 26

Buenas y gracias por el comentario y las sensaciones. Sí, la intención en compartir esa transformación de la criatura, su adquisición de sensaciones y sentimientos. Quizá mal expresada en esa comprensión de su estructura molecular. 

La intención es acudir al lado místico, pero dejando abierto a la interpretación del lector o lectora, pero lamento que se quede a medio camino. 

La manipulación de la Mujer consiste en borrar las letras de su frente que lo conforman y implantar una nueva orden de letra y signo. 

Gracias de nuevo y saludos. 

Román 

~^(;,;)^~ 

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Germinal
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Puntos: 1307

No he podido conectar con este relato.  Un gólem que se reconfigura y va adaptando su estructura molecular o que camina sobre el asfalto, por momentos parece que vayamos hacia un relato cifi, sin embargo, se trata de una historia casi medieval diría y lineal. He tenido una sensación de anacronismo constante, también el estilo de la prosa parece haberse impregnado de ello. En resumen, no ha terminado de convencerme.

Voy a darle 2 estrellas. Gracias por compartirlo.

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Poblador desde: 07/04/2018
Puntos: 26

Gracias a ti por la lectura, y siento no haber sabido transmitir esa atemporalidad que pretendía. 

Saludos.

Román 

~^(;,;)^~ 

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jane eyre
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Poblador desde: 02/03/2009
Puntos: 10051

La sensación continua mientras leía el relato era la de fluctuación en muchos aspectos. En el ritmo: lo bueno que tiene la ruptura con esas dos maneras narrativas que diferencian el narrador externo del propio gólem, queda empañado por una adjetivación excesiva y detalles que no aportan demasiado a la trama. En el estilo también porque hay frases muy meritorias que quedan escondidas entre párrafos llenos de lugares comunes. En la ambientación me había dejado arrastrar a una zona rural, por los personajes y esa relación casi feudal, hasta que una frase me lo ha desmoronado todo mandándolo al traste “Absorbiendo la poca tierra que resta en este mundo de asfalto.” La personalidad del propio gólem tampoco se me ha quedado bien fijada, en algunos momentos lo veo como despertando a su realidad y en otros, sin que quede justificado, es como si se le capacitara con conciencia aunque no debiera.

En fin, que me parece que este relato se ha escrito en una de esas veces que empezamos una historia sin tenerla perfilada del todo y añadimos acciones y actitudes de personajes a la trama sin darnos cuenta de que no está encajando porque ya no es lo que teníamos pensado.

 

Mi puntuación es: 1 estrella

 

 

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Romahou
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Poblador desde: 07/04/2018
Puntos: 26

Buenas y gracias por la opinión. No comparto algunos de los razonamientos, pero tood suma a la hora de valorar lo bueno y lo malo de un texto de cara al siguiente. 

Saludos. 

Román 

~^(;,;)^~ 

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Dr. Ziyo
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Poblador desde: 30/01/2016
Puntos: 2776

Me ha pasado como a Lenteja, las frases iniciales me inducían a pensar que me encontraba ante un relato de ciencia ficción, algo que luego se desmiente al avanzar en la lectura. No lo comento como algo negativo, sino como un dato curioso que me ha llamado la atención.

A mí el relato me ha gustado bastante, especialmente la parte de los pensamientos del gólem, con esas frases cortas y sencillas, en su mayoría, y que transmiten una sensación de pensamiento robótico, sin sentimientos, como corresponde a un ente sin alma. También me ha gustado mucho la frase que lo cierra.

Alguna cosilla se ha escapado por ahí, como ya te han señalado, y coincido en que los nombres de los niños sobran totalmente, aunque lo que menos me ha gustado ha sido el título... podías haber puesto cualquier otro, porque el que has puesto me da la sensación de que es como que no se te ocurría nada y lo dejaste así.

Un relato muy entretenido, con el que he conectado, que se lee con facilidad y que tiene fosquedad de sobra. Le doy 4,25 estrellas.

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Romahou
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Poblador desde: 07/04/2018
Puntos: 26

Buenas y muchas gracias. Mis disculpas de nuevo por esas erratas y lo torpe, burdo y simplón del título, son nomenclaturas que, si no me vienen de primeras, no las fuerzo. 

Me alegraque te haya llegado el tono del Gólem y los cambios que sufre, la evolución hacia lo humano mientras la misma humanidad se percibe deshumanizada (parece un trabalenguas...). 

Un abrazo!

Román 

~^(;,;)^~ 

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Curro
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Poblador desde: 24/09/2015
Puntos: 1048

Un relato que me dejó sensaciones enfrentadas al terminar su lectura, porque realmente quiero que me guste.

Yo sí aprecio la sensación de atemporalidad, lo tenía anotado como algo a comentar. Por momentos me imaginaba una sociedad medieval, aunque ciertas expresiones y escenas le me hacía pensar en una sociedad industrial. Creo que queda a discreción del lector ubicarlo temporalmente; yo terminé por imaginarme una sociedad moderna decadente (quizás porque últimamente estoy demasiado sumergido en universos posapocalípticos como el videojuego Wasteland 2 o el juego me mesa Scythe…).

Me costó empezarlo, sobre todo conectar las dos primeras partes con la tercera, la historia del campesino, ¡y mira que me gustan las historias desordenadas que empiezan por el medio! Pero creo que quedan demasiado deshilvanadas, requieren almacenar lo leído en alguna parte del cerebro para ir encajándolo más adelante. Quizás sea porque al comienzo se narra todo desde el punto de vista del gólem, luego se cambia a un narrador omnisciente y después se vuelve al interior de la criatura.

Cuando terminé la lectura, hice el ejercicio de encajar las piezas y me pareció muy buen relato. Se ha jugado en otras historias presentadas con el recurso de la liberación del gólem; esta en particular lo resuelve con solvencia, aunque quizás sin demasiada ambición.

Me parece en definitiva buena historia, poco arriesgada dentro de un certamen de temática gólem pero efectiva. Quizás se podría haber reforzado dando más detalles sobre la sociedad que habitan los protagonistas ―que encuentro muy interesante― o un enfoque más centrado en los sentimientos recién estrenados de la criatura, del que al final no se sabe lo suficiente ―en mi opinión― como para comprender exactamente por qué llora.

En cuanto a la forma, se ha comentado lo suficiente, creo; al menos lo que tenía anotado. Quizás un repaso más profundo habría limado las aristas más llamativas (sí, sé que repito mucho esto en mis comentarios, pero son muchos relatos y al final es inevitable encontrar aspectos comunes a comentar).

Le asigno 2,5 estrellas.

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Hedrigall
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Poblador desde: 14/01/2011
Puntos: 1132

Buen relato, con varios momentos destacados. Los cambios de perspectiva funcionan, y creo que donde la narración brilla más es en la primera persona, escueta, concisa, que alterna pensamientos con la acción. Bien manejada la intriga, proporcionando información poco a poco.

El apartado donde se narra la historia del campesino está escrito con el mismo tono de narrador equiescente de la primera y última parte. La historia del campesino es narrada por una tercera persona omnisciente, no desde la perspectiva del gólem, y aún así contiene elementos característicos de la primera y última parte, en especial esas frases cortas y contundentes que encajan tan bien con el pensamiento de la criatura.

Otro apunte muy personal es el hincapié en la historia del campesino sobre las dificultades, la injusticia, lo mucho que quiere a su familia, lo injusto y avaro y miserable que es el patrón… Creo que narrando los hechos de la historia sin más se deduce todo eso sin necesidad de que el narrador lo ponga por escrito.

Coincido con lo expuesto por algunos sobre el tono del principio, que hace pensar en otro escenario más futuro por las expresiones usadas. También creo que esa primera parte es muy morosa, recreándose de forma innecesaria en el despertar, cuando la verdadera historia comienza cuando el gólem recuerda.

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Bio Jesus
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Poblador desde: 11/07/2014
Puntos: 1514

Un relato interesante, bien pergeñado y ejecutado. Bien podía haberse titulado"Crónica de un viaje de ida y vuelta" pues el del gólem es, en cierto modo un viaje iniciático, una metamorfosis de monstruo a humano que culminan esas lágrimas como buen broche final.

El problema es el cambio de perspectiva narrador-gólem-narrador, enel que lavoz del que cuenta noes homogenea, ora es neutra ora toma partido... un tanto irregular que da la sensación de que el relato avanza con altibajos. A ello contribuye la indefinición temporal y geográfica (niños con nombre anglosajón y dueño del gólem apelado con un vocablo árabe...)

En el sube y baja del relato se imponen los  elementos positivos y deja una sensaciónde estar ante un buen cuento, que refleja al gólem correctamente y narra una historia con solvencia. Un pulido y brillará, estoy seguro.

Mi nota es 3'2.

 

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Hekizade
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Poblador desde: 22/05/2021
Puntos: 64

Los puntazos: las partes en cursiva, esa intensidad visceral; la idea de que una víctima pueda "rediseñar" sus órdenes originales y volverle contra su abbá. 

Las puntadas: es un relato desasosegante tanto por el tema como por el estilo, y eso me gusta (en parte). Sin embargo, además de algunas erratas menores, hay frases que directamente no entiendo y que dificultan la lectura ("tornando a humanidad mientras intenta evitar lo peor de la humanidad"; "Quizá por mi marido tu víctima") . Los nombres propios (¿ingleses, franceses?), la referencia a Hamelin (!), rompen una atemporalidad muy sugerente que se había mantenido hasta el final. 

Relato peculiar: 2,75 estrellas. 

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LCS
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Poblador desde: 11/08/2009
Puntos: 6785

No soy yo el más indicado para hablar del título porque yo también he utilizado la palabra Góleme en el mío, pero bueno, creo que Gólem sin más es demasiado facilón.

Para mí, lo más importante cuando leo un relato es que se proceda la suspensión de la incredulidad, es decir, que la historia te atrape y te sumerja en la historia. En esta ocasión, no lo he conseguido. Supongo que es culpa mía y de mis manías, pero no me han gustado los dos enfoques y puntos de vista que ha utilizado el autor. Concibo los relatos como algo más esférico y unitario, formado por una única materia prima y, a ser posible, un único narrador. 

Lo siento, pero no puedo darte más de dos estrellas y media ** 1/2.

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Ligeia
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Poblador desde: 03/12/2013
Puntos: 1152

Coincido en lo ya comentado de que hay leves errores, detalles que suspenden la credibilidad y una indefinición espacio-temporal poco pulida.

Tres estrellas: ***

 

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Stendek
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Poblador desde: 27/05/2020
Puntos: 198

Un relato que pudo ser magistral, pero que se frustra sobre todo por las distracciones del lenguaje. La habilidad de la esposa para "reconfigurar" al gólem es un deus ex machina de libro, pues nada nos ha preparado para eso.

Le doy dos estrellas.

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Ozymandias
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Poblador desde: 27/04/2020
Puntos: 79

Es curioso pero justo el relato que leí antes es el más parecido al tuyo de la convocatoria. Me refiero a "Cuando abro los ojos". No tendré en cuenta esto porque es una casualidad.

El cambio de perspectiva era una idea bastante buena. Lo que no me convence es la ejecución. El uso de oraciones cortas, simples y contundentes por parte del gólem es muy apropiado pero cuando cambias a tercera persona resulta que utilizas el mismo estilo, a veces incluso de forma más acusada, pareciendo que el narrador es un gólem hablando de otro gólem (?):

El patrón sabía. El patrón secuestró a los hijos de la escuela antes que ellos los recogieran. Los llevó a su hacienda. Los retuvo cautivos como una garantía. E invocó al Gólem.

Pero luego resulta que el gólem dice cosas como:

Su figura inerme por el miedo es una frágil rama entre mis dedos descomunales.

Frase mucho más elaborada y propia del narrador que del gólem. Estos cambios en el estilo me descolocan. Parece como si cada párrafo estuviera escrito de una manera diferente. 

El título no me parece una buena idea, la verdad.

Mi nota es 2.

 

And on the pedestal these words appear:

My name is Ozymandias, king of kings:

Look on my works, ye Mighty, and despair!

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Invierno
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Puntos: 903

Ya habrán comentado lo del título mis compañeros. Ya de por sí algo sosete, dentro del contexto de este concurso funciona regular.

El relato es interesante. Me gusta el punto de vista del gólem aunque con ese estilo de frases tan cortas el ritmo se resiente un poco. Luego, pasamos a la historia del campesino, en la que me da la impresión de estar leyendo un resumen, una sinopsis de otra obra. Lo encuentro todo demasiado comprimido y, lo que menos me ha gustado, muy “dirigido”, el texto casi que exige que sientas pena por esa familia. Creo que forzar las emociones en el lector suele causar el efecto contrario.

2,5 estrellas.

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Romahou
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Puntos: 26

Buenas y gracias. Me alegra que se vea la intención de atemporalidad y que contenga matices indentificables con tiempos clásicos y este nuestro lleno de modernidad. Y sí, no quise complicar excesivamente tanto el origen como la modificación del Gólem, dentro que la complejidad propia ya dsiponía de alternancias de voz narrativa y me preocupaba alejar en demasía el relato del lector. 

De nuevo, gracias por el feedback, coincidiendo que requiere más trabajo este texto, y que se lo concederé en su momento. 

Saludos.

Román 

~^(;,;)^~ 

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Gracias. Me deja grandes sensaciones tu aporte. Necesitaba situar en un presente ficticio este arranque, ariesgando, y consciente que la parte potente supodría el periplo del Gólem, y su pensamiento simplificado. De cazador. Tomo nota de las sugerencias para mejorar el texto. 

Un saludo.

Román 

~^(;,;)^~ 

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Gracias. Peco en exceso de querer introducir demasiados elementos que pueden conforontar, por ajenos entre sí, y además desviar la atención del foco del relato. Pero veo que se capta la esencia. Cojo todas estas opiniones y críticas y reconstruiré el texto en su momento. 

Saludos.

Román 

~^(;,;)^~ 

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Puntos: 26

Gracias. De nuevo entiendo que el exceso de elementos discordantes (algunos referencias) sacan del texto, y que la gran virtud parece su visceralidad, su contundencia. Tomo buena nota. 

Saludos. 

Román 

~^(;,;)^~ 

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Romahou
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Puntos: 26

Buenas y gracias. Cuestión de estilos, gustos y percepciones. Me pasa lo contrario, como autor y lector prefiero la riqueza y la variedad de tiempos y voces narrativas. Siento que el texto no te haa llegado. 

Saludos.

Román 

~^(;,;)^~ 

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