Hasta El Final

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Tony Kanapes
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En cuanto Artem saltó del carromato, los zapatos se hundieron en el espeso barro y la humedad empapó sus calcetines. Como un enjambre de moscas, los aldeanos le rodearon mientras enumeraban todo lo que ese monstruo les arrebató. Rara era la casa que no parecía a medio quemar o cuyos techos estuvieran en pie. La multitud le condujo hacia un hombre, de aspecto cansado y vestido con excesiva pulcritud; se dieron la mano:

–Artem Mijailovic Zaitsév, juez.

–Fredek Popov, sustituyo al alcalde.

–¡Llévale al silo! – gritó un hombre –, tiene que verlo.

–Me alegro de su presencia, - Fredek alzó la voz - no puede imaginarse el miedo que hay en el pueblo.

–Antes de abrir cualquier tipo de oficio me gustaría cerciorarme de que no estamos ante una broma de mal gusto. Comprenderá la extrañeza que causaron sus mensajes.

–Rápido, rápido. – como si fueran dos cabezas de ganado, la multitud les empujó con brusquedad hacia las lindes del pueblo - ¡Queremos justicia!

Al ser un pueblo con escasos habitantes no contaban con policía o retén militar y, por ello, lo tenían encerrado en el silo junto a la noria de agua. Según ascendían, los aldeanos se quedaban atrás. Ante la puerta, ya solo ellos dos, Fredek Popov le tendió un grupo de llaves:

–Esperaré aquí fuera.

En el interior olía a la humedad del rio y algo más – un olor muy denso- que fue incapaz de identificar; por agujeros en las paredes, los débiles rayos de sol apenas rompían la oscuridad. Encontró antorchas de brea junto a la puerta y, tras encender una, Artem lanzó un grito de horror. Mediría unos dos metros, cubierto de barro y hierba, todo en ello resultaba húmedo y resbaladizo como la piel de una rana. A su alrededor flotaba ese olor que fue incapaz de definir y que ahora tuvo claro: ciénaga pútrida, agua corrupta. En la cabeza de Artem, el horror luchaba contra la lógica, imposible que fuera capaz de moverse y sin embargo, aunque no respiraba ni se movía – tanto que entre brazos y tronco las arañas tejieron sus redes -, uno sabía que se encontraba ante algo vivo. Su rostro, también de barro, fue modelado para simular dos ojos enormes, sin cejas; carecía de nariz, la boca estaba abierta de forma artificiosa y las llamas de la antorcha hicieron brillar algo metálico en su interior. Con los dedos a escasos centímetros de la hendidura, la boca se cerró bruscamente. De pronto estaba en el exterior del silo, al otro lado de la puerta, mientras los aldeanos se burlaban de él. Fredek Popov le saludó con un gesto que parecía significar “¿Ahora entiende por qué me quede fuera?”.

En los restos de la tasca, tomaron unos vasos de alcohol caliente para eliminar el frio y el horror. Artem apuntaba la historia de Fredek Popov.

–Nadie supo muy bien de dónde llegó, algunos dijeron que huía de la capital por ser judío, otros hablaron de problemas con la ley, unos terceros aseguraron que su familia vivió en el pueblo mucho antes y que, por eso, se instaló en la casa junto al puente. Dijo llamarse Raam, sin apellidos. Para cuando llegó el otoño, gracias a sus conocimientos de las hierbas medicinales ya se había ganado un puesto en el lugar. Raro era el día que no le invitaban a una casa u otra.

–¡Y comía como si estuviera embarazado de un ternero!

–¡Llegó a mi casa con una olla para llevarse las sobras!

La mesa estaba rodeada por aldeanos ruidosos. Por más que Artem quiso alejarlos, interrumpían con brusquedad y carcajadas el relato de Fredek. Mareados por la bebida y el humo denso del tabaco, se pidieron algo de comida. Al contrario que el resto de los aldeanos, que usaron las manos, Fredek utilizó los cubiertos:

–El invierno pasado fue terriblemente duro, se perdieron cosechas, ganado y vidas. A falta de comida, nadie pudo compartirla con Raam. Prácticamente le habían olvidado hasta que, una noche, esa inmensa figura se llevó los carneros de Loakim; a partir de entonces, bajaba al pueblo al caer el sol. Todos estábamos aterrorizados.

–¡Tú no estabas aterrorizado, Fredek – gritó un hombre entre carcajadas -, que vivías con tu madre en las montañas!

Fredek enrojeció mientras aumentaron las bromas a su costa. ¿El temblequeo de sus manos era a causa del frio, el temor o la ira? Irritado, Artem retomó la conversación:

–Cómo supieron que el monstruo era cosa de Raam.

–Porque es judío, solo traen lo malo. – Artem empezaba a cansarse de tanta impertinencia por parte de los aldeanos – Les echan de todas partes por eso mismo.

–El alcalde subió a hablar con él y le recibió con ese monstruo a sus espaldas - Fredek elevó su voz - le encontraron a la mañana siguiente, en el camino, con los brazos y piernas rotas. Antes de morir contó que Raam lo llamaba “su golem, que obedecería todos sus deseos”.

–El cura dijo que era una blasfemia judía.

–¡Tendríamos que haberlo quemado en cuanto puso un pie en el pueblo!

–¿Dónde se encuentra el cura, podría hablar con él?

–Muerto, esa cosa le pasó por encima cuando quiso rociarle con agua bendita. – De malas formas, un aldeano apartó a Fredek Popov - Metimos los pedazos de su cabeza en una caja, los sesos mezclados con barro, antes de sepultarlo.

A partir de ese momento, como el alcohol ya había actuado, los aldeanos se interrumpieron unos a otros para continuar la historia. Esto es lo que Artem apuntó en un cuaderno:

¿Dio Raam alguna razón de por qué actuó así? Al principio fue necesidad y luego se convirtió en avaricia. Quería todo para sí. Las casas fueron destrozadas y solo quedó en pie la iglesia para encerrarnos allí cada noche. Hasta que la palmó, el cura se negó a compartir su cuarto. Yo siempre pensé que era mala gente.

Al final solo nos quedaba la vida. Esa misma noche rodeamos el hogar del judío con la paja que ya no pastarían nuestros animales asesinados. La de vacas y terneros que comió ese Judío que ojalá esté ardiendo en el infierno. Yo me asomé por la ventana y se bebía el vino del alcalde. Cuando el fuego se extendió, Raam nos vio con las estacas que reutilizamos de los cercados rotos. Las cambié en verano y ese maldito engendro las derribó para llevarse mis vacas. Casi me lo hago cuando ese hijo puta de barro atravesó la puerta. Por una vez, Fredek Popov tuvo una buena idea y utilizamos las estacas para impedirle avanzar mientras le clavábamos las puntas una y otra vez. El Golem movía los brazos con frenesí, ahora lanzaba a un hombre por los aires, a mí me rompió un brazo, luego partía una estaca. Al final se quedó así, con los brazos caídos. ¡Le habíamos derrotado! Pero Raam se había escapado durante el fragor de la batalla”.

–¿Pero cómo fue eso posible?

Todas las casas del pueblo tienen galerías camufladas – Comentó Fredek entre dientes, como si fuera un secreto inconfesable –, las utilizaron nuestros antepasados cuando los soldados venían en busca de jóvenes o comida.

Artem se abstuvo de comentar la ironía del asunto: ¿Raam huyó de la misma manera en que los aldeanos evitaron pagar, por muchos años, al gobierno que les protegía? Ebrio, ahogado por el olor a sudor y humo, Artem se levantó.

–Mañana mismo volveré a la ciudad para solicitar una orden de busca y captura contra Raam pero deben comprender que, al no saber sus apellidos, será difícil detenerle.

–¿Y qué pasa con el monstruo? – preguntó una voz.

–Perdone mi atrevimiento, señor Juez – Fredek alzó su voz, quería ser escuchado por todos los presentes –, pero aquí necesitan cerrar el asunto con un castigo ejemplar.

–Castigo a quién si no…

–Oiga, el Golem debe pagar por su dueño. – La camarera se le enfrentó, los brazos en jarra – Queremos paz.

–Pero…

–¡Usted no abandonará el pueblo hasta que se haga justicia!

La respuesta de la camarera fue coreada por toda la tasca, menos Fredek que bajó la mirada, avergonzado. Tras obligarle a pagar lo consumido por todos los presentes, le llevaron a la iglesia casi a la fuerza. Cerraron la puerta por fuera, al otro lado quedaron dos hombres de guardia.

Si cuando llegó al pueblo, Artem se sentía incómodo, la noche le descubrió ebrio y aprisionado en la celda del difunto cura. Con el estómago lleno de alcohol y grasa, moverse era una invitación al mareo. En algún momento consiguió conciliar el sueño, pero despertaba envuelto por terribles pesadillas en las que el Golem le atacaba. De madrugada, al escuchar unas voces en la calle, asomó a la ventana: todos los hombres del pueblo, y los animales de carga que sobrevivieron a Raam, se turnaban en tirar del carromato donde, rodeado por antorchas, yacía aquel ser monstruoso. Artem empezó a sudar de terror al descubrir que en el juicio “realmente” tendría un acusado.

Al cabo de una hora, Fredek Popov entró con una jofaina y una toalla.

–Espero que haya dormido bien.

–Ayer enumeré ocho muertos, quince cabras, tres vacas, un ternero, cinco perros, casas quemadas o derruidas y sacos de cereales. ¡Fredek, esto es un juicio y tengo claro el veredicto!

–Me pidieron ayuda cuando el alcalde murió hace dos semanas, porque soy el único de la zona que sabe escribir y leer. No pude volver a casa. – Ante los susurros de Fredek, Artem sintió un escalofrió - Hasta que termine este asunto, no dejaran que nos marchemos.

–¿Cómo ajusticiar a… eso?

–Dese prisa o le sacarán a la fuerza.

La iglesia rebosaba de hombres, mujeres y niños. Prácticamente todo el pueblo estaba presente, el aire era festivo como si estuvieran en un circo ambulante en vez de un juicio. Reservaron el pulpito para Artem, donde dispuso papel, tinta y pluma. El Golem, encadenado de pies y manos, estaba junto al altar, tan inmóvil como el día anterior; en un lugar tan poco aireado como aquel, su hedor resultaba insoportable. Artem decidió proceder tal como se esperaba de él:

–Fredek Popov, como alcalde en funciones me gustaría que llamara a los testigos – se aclaró la voz cuando se dirigió al Golem -, recuerdo al acusado que se le facilitará un abogado defensor en caso de pedirlo. - Lógico, el Golem no respondió – Cuando quiera, Fredek Popov.

–El pueblo llama a…

–¡Oh, cállate! ¡Dejadme pasar! - Una mujer gruesa empujó al resto para llegar al frente - Soy Inna Sokolova, la mayor de este pueblo y por eso seré la primera.

Fredek y Artem cruzaron una mirada y este, resignado al infierno que le esperaba, mojó la pluma en tinta.

–Inna Sokolova, cuéntenos qué ocurrió.

Por horas, Artem fue obligado a escuchar detalles macabros sobre cabezas que explotaban, miembros arrancados, robo de enseres preciosos, familiares aplastados, cosechas pisoteadas, ganado destripado… Como si fuera un grupo de niños, cada uno intentaba que su relato fuera más siniestro, terrible y sangriento que el del vecino. Su cabeza dolorida, el hedor imperante y un calor que no cesaba, todo confluía en el estómago revuelto de Artem. Cada vez que un testigo se retiraba, contenía sus nauseas antes de dirigirse al Golem:

–¿El acusado quiere decir algo en su defensa? – Silencio. Artem mojó de nuevo la pluma en tinta. – ¿Quién es el siguiente?

–¡Yo! Levedek el tuerto.

A las dos empezó a llover con tanta fuerza que el ruido acallaba a los testigos y, por ello, Artem fue recluido de nuevo en la celda del cura. Le llevaron un plato de aspecto grasiento que rechazó, al igual que las bebidas alcohólicas; tan solo pidió un té. No permitieron que Fredek Popov le hiciera compañía. En algún momento, el cansancio pudo con él y, por eso, tuvieron que despertarle.

Aunque el descanso trajo algo de paz mental, el olor de la sala –cada vez más insoportable – le volvió a hundir en la miseria. Durante el turno del siguiente testigo, una gota de agua cayó sobre el altar. Al levantar la vista pudo ver que el techo estaba lleno de goteras, que los aldeanos aguantaban con estoicismo, y una de las goteras se abría sobre el Golem.

Artem Mijailovic Zaitsév cerró los ojos, agradecido.

El Golem se encontraba a un lado del río, tanto los brazos como la cintura rodeados por largas cuerdas que llevaban a la orilla contraria, donde los hombres del pueblo esperaban, entre murmullos y risas, las palabras de Artem. Este elevó su voz:

–Por múltiples ataques que causaron muerte a diez personas, encontrado culpable de pillaje y robo con violencia, siendo el causante de múltiples destrozos y careciendo de dinero que pudiera mitigar su condena, - Fredek Popov, al otro lado del rio, mantenía el gesto de incredulidad - el estado condena al Golem de Raam el judío a ser lanzado al agua.

A una seña de Artem, los aldeanos jalaron las cuerdas; el Golem pesaba tanto que se tambaleó sobre sí mismo, una y otra vez, hasta caer finalmente a la corriente en medio de un estallido de gotas y barro. Todo el mundo se abalanzó a las orillas. El Golem permanecía bajo el agua, inmóvil, y por un momento Artem contuvo el aliento… ¿Si la treta no salía bien, igual debería luchar para huir del pueblo?

Un vecino empezó a reír mientras señalaba la mano derecha del Golem: primero fue el remedo de la uña, luego la punta del dedo, la yema y falange. Uno a uno, los dedos fueron consumidos por una corriente que, hambrienta, subió a los tobillos tras devorar los pies. Como si fuera un animal herido de muerte, el agua se teñía de barro. Los vecinos se abandonaron a una suerte de alegría histérica, ya que unos empezaron a bailar, otros a cantar y, pronto, dejaron botellas de alcohol a la vista. Artem se acercó a la orilla: al ser tan grande y pesada la cabeza del Golem, el agua la empujaba y, por ello, el cuello se estiraba centímetro a centímetro.

Artem esquivó palmadas amistosas de los aldeanos mientras seguía la orilla, hasta unas ramas caídas que atravesaban el río, cuya corriente estaba cada vez más teñida de marrón. Fredek Popov se le acercó desde la orilla contraria.

–Cómo supo que funcionaría.

–Era al cincuenta por ciento, pero cuando vi que el agua de la gotera había derretido la cara del Golem…

–Con todo esto que ha pasado, – Fredek sonó agotado -, tengo mis dudas de que la historia sea tal como ellos la cuentan y que Raam sea el único culpable.

–Solo quiero terminar con esto y volver con mi familia. ¡Ahí viene!

Empujada por el agua, la cabeza del Golem rodaba hacia ellos. Teniendo cuidado de no perder pie, Artem esperó a tenerla cerca para hundir los dedos y tirar de ella hacia la orilla. Extrañamente, pesaba mucho y la piel ardía al contacto del barro. En cuanto los dedos de Artem se acercaron a la boca abierta del Golem, esta se cerró con fuerza pero, como el barro estaba demasiado blando, Artem pudo desgarrarle las mejillas. Ignorando las ampollas que se formaban en los dedos, tiró del objeto oculto en la boca del Golem: era una caja metálica, de aspecto muy antiguo y usado. Asustado, Fredek señaló la cabeza a sus pies: el barro burbujeaba, se convertía en un humo denso. La corriente del río pareció tomar vida propia mientras el agua se transformaba en vapor ardiente de terrible hedor.

Río arriba, las carcajadas se transformaron en gritos de extrañeza y horror. Artem y Fredek subieron por la orilla, con la boca tapada con pañuelos, hasta descubrir cómo, en medio del río, dos piernas y brazos brotaban de los restos ardientes del Golem. Los aldeanos mantuvieron las distancias mientras los dos hombres tomaron las piernas del cadáver para llevarlo a la orilla. La descomposición del cuerpo era avanzada y ahora Artem pudo explicarse el hedor que provenía del Golem. Antes que pudieran hacer nada más, los aldeanos les arrebataron el cuerpo y se lo llevaron casi en volandas.

–Es Raam, ese maldito judío. ¡Quemadle!

Empapados, en la orilla solo quedaron Artem Mijailovic Zaitsév y Fredek Popov, quien se santiguó:

–¿Cómo acabó en el interior de ese monstruo?

–Si obedecía todas sus órdenes, imagino que, para defender a Raam le metió en su interior para intentar atravesar el fuego.

–Los últimos minutos de Raam, luchando contra su creación antes de ahogarse en el barro, debieron ser terribles.

–Cumplió su papel hasta el final – A pesar del dolor de las ampollas en sus dedos, Artem abrió la caja metálica: un papel ajado aguardaba en el interior. – Aquí hay un listado de nombres y el último es Raam Gottlos.

–¿Me dejaría echarlo un vistazo?

–No puedo, - Artem guardó la caja en su abrigo - es parte de la causa.

Aunque Fredek Popov no le creyó, mantuvo un silencio respetuoso de camino al pueblo, donde una gran hoguera despuntaba entre los tejados. Artem, al igual que Fredek, estaba seguro de que le ocultaron la verdad de lo ocurrido entre Raam y el pueblo; pero también sospechaba que Fredek sabía más de lo que contó.

Si Artem estaba en lo cierto, aquella caja y papel tenían relación directa con la creación del Golem. En la ciudad sabía de algunos judíos conversos que, a cambio de no ser denunciados, le ayudarían en una investigación acerca de los Golem.

Claramente era un objeto de gran poder y tonto sería de no aprovecharlo a su favor.

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Pido perdón por lo incomodo que se lee el relato, pero en la previsualización se veía bien y, al guardar, se ha quedado así pero no lo he tocado por no contravenir las reglas.

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Relato admitido a concurso.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Tony Kanapes dijo:
Pido perdón por lo incomodo que se lee el relato, pero en la previsualización se veía bien y, al guardar, se ha quedado así pero no lo he tocado por no contravenir las reglas.

No sé por qué han saltado todos los saltos de línea devil

Visto que no hay comentarios todavía y que no supone ningún problema para el desarrollo del concurso, intenta pegar el relato de nuevo en un comentario, más abajo, o mándamelo a patapalo(arroba)ociozero.com y lo pongo yo.

Disculpad las molestias.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Perdonad que haya tardado tanto en corregirlo, pero ha sido una semana movida.

En cuanto a los problemas de formato, en este caso creo que venían de que estaban los diálogos como "listas" en formato .docx

Mi recomendación es que evitéis el máximo (en general cuando trabajéis en manuscritos) posible los efectos de ofimáticas: listas, tablas, movidas de tabulaciones... Lo mejor es tener un formato muy básico porque así se reducen las posibilidades de incompatibilidad entre programas.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Muchas gracias por todo y perdona las molestias.

Abrazo y larga vida al género.

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Magnífico relato, que, a mi parecer, va creciendo a medida que avanza. Al principio he tenido la impresión de que iba un poco acelerado, pero luego me ha ido ganando ese ambiente a historia eslava de terror y, sobre todo, la atmósfera opresiva que generan los aldeanos, esa sensación de caos, urgencia, exigencia brutal en la que el juez se ve envuelto.

Quizás me hubiera gustado conocer más del mismo, pero entiendo que la extensión limita las posibilidades de desarrollo, a menos que se hubiera invertido más en ello y menos en la trama. Cómo has trabajado esta me ha parecido sobresaliente. El detalle de la gotera, el giro final cuando recupera la cabeza en las aguas...

Un aproximación muy original y al mismo tiempo muy bien enraizada en el clásico para abordar al gólem. Me ha parecido muy meritoria. Deja algunas cuestiones en el aire de la trama, deliberadamente, pero el tema de fondo está tratado con mucho acierto. Muy palpable todo ese retrato de la masa monstruosa que puede llegar a ser el hombre en determinados momentos.

Muchas gracias por compartirlo.

ps.- hay un par de erratas, tildes desaparecidas en combate, pero nada que no se solvente con un buen repaso.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Tony Kanapes
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Madre mía, Patapalo. Muchas gracias por tus palabras.

Si, hay alguna parte que se acelera pero es cuestión del formato. Quien sabe, tal vez alguna vez lo alargue.

Muchas gracias por comentar y por tu opinión.

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jane eyre
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Puntos: 10051

“ recuerdo al acusado que se le facilitará un abogado defensor en caso de pedirlo” fórmula que suena demasiado actual para la época ¿no?, sobre todo cuando puedes tener en cuenta que en el contexto de la historia tampoco encaja esa formalidad.

El título no aporta demasiado y tampoco tiene punch (que sería lo perdonable en caso de no aportar) yes

Me ha gustado que el amo estuviera dentro del golem, sin embargo no me ha gustado tanto el recurso usado para descubrirlo: se justifica en forma de suposición de uno de los personajes. No sé, es uno de los detalles que veo descompensados. Creo que todo lo que se cuenta antes encajaría perfectamente en la parte del juicio, y el lector lo iría descubriendo a la vez que el personaje, eso siempre añade tensión y, personalmente, es algo que me gusta porque hace que me implique más en la historia.

 

Con todo, la atmósfera está muy conseguida y eso siempre es disfrutable en este certamen

 

Mi puntuación: 4 estrellas

 

 

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Tony Kanapes
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Poblador desde: 08/12/2015
Puntos: 173

Gracias por comentar, Jane.

Si, la verdad es que lo que comentas del juicio es por haber visto muchos judiciales. También tienes toda la razón con el titulo, pero le di vueltas y ningunor convencía demasiado.

Gracias por la valoración y la puntuacion.

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Danduay
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Poblador desde: 07/05/2020
Puntos: 256

A pesar de tener bastante diálogo (más que la media de los relatos colgados hasta ahora) la ambientación es buena, vívida y bien conseguida. No es una crítica, creo que los diálogos agilizan el relato, le vienen bien, dan inmediatez y realismo a la historia.

Quizá hay algunas expresiones coloquiales modernas que chocan un poco en el conjunto y, creo, no le pegan al resto del relato. Aparecen tanto en la narración como en los diálogos, creo recordar (añado esto días después de la primera redacción del comentario). Esto, aunque sea sólo un detalle, quizá hace que vea demasiado al escritor tras el narrador y los personajes. Quiero decir que, tanto el narrador, como los personajes, dan la impresión de adoptar expresiones del propio autor, en vez de tener voz propia durante todo el relato. Me parece que también se ha pasado alguna cosilla de gramática, aunque menor.

Es posible que la historia, tal y como está planteada, tenga más el ritmo y el posible desarrollo de un texto algo más largo. Más que un relato terminado, da un poco la impresión de ser un extracto de algo más grande, o, sobre todo, de una historia que continúa después. Aun así esto no penaliza la historia, porque está bien en el punto en el que termina.

Para mí, 3,5 estrellas (1 por el gólem, 1 por el ambiente, 0,5 por la forma, 0,5 por la historia y 0,25 extra por la historia que se adivina una vez que termina el relato, por esa vía abierta que deja la historia).

P.S. Releyendo la crítica antes de subirla me da la impresión de que he sido algo más duro que con otras, creo que es porque al leerla tuve la sensación de que ya había algún otro relato anterior con ciertas similitudes y eso ha penalizado este. Quizá si hubiera leído este antes, habría sido al contrario.

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Tony Kanapes
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Poblador desde: 08/12/2015
Puntos: 173

Muchas gracias por la valoración, Danduay.

Si, lo que dices de los diálogos es cierto, pero es difícil separar a veces el autor de ese tipo de cosas.

Respecto a si la historia fuera parte de algo más grande, es algo que prefiero dejar en alto porque aunque se ha marcado un camino, es el lector quien debe seguirlo.

Gracias por la puntuacion y comentar mi relato.

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Bio Jesus
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Poblador desde: 11/07/2014
Puntos: 1514

Un juez se presenta para investigar un crimen en un pueblo cargado de atavismosy racismo. Es como trasladar "Conspiración de silencio" (peliculón con el gran Spencer Tracy) o "Arde Missisipi" (peliculoón conel nomenos gran Gene Hackman) del Sur redneck de los EEUU al mundo rural eslavo, antisemita y bastante cafre en ocasiones.

Me ha gustado el enfoque judicial y también la cintura del juez para bregar con los aldeanos, tan amenazadores que te imaginas lo terrible que debe ser el gólem para acongojar a los campesinos.

Respecto al lenguaje judicial, no me molesta, es un tanto anacrónico pero aporta algo de frescura y humor. De hecho yo hubier ido un poco más allá, ofreciendo un biblia al gólem y diciendo aquello de "jura decir la verdad..." y como el gólem no contesta el juez haría constar en acta su impiedad.

Lo que nome funciona es el principio (el título)  y el final, el uno por neutro y el otro por tirar un poco de deus ex machina y por no ser concluyente, con ese juez repentinamente maquiavélico .

Por otro lado, hay momentos muy  buenos, mi favorito es la primera noche del juez en el pueblo y esa borrachera que pilla el juez a lo tonto.

Pese a sus altibajos, el enfoque es original, está empapado de fosquedad y resulta grato de leer

Mi nota es 3'75

 ¡Suerte!

 

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Curro
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Poblador desde: 24/09/2015
Puntos: 1048

Seguramente fui el único masoca que leyó el relato antes de que Patapalo lo formateara. Iba a esperar al arreglo, pero la verdad es que lo empecé y… porras, me enganchó. Juro que esto no influye en mi juicio.

Es esta manera de enganchar al lector lo que a mi juicio supone el mayor atractivo del relato. El ambiente disparatado pero en cierto modo creíble, casi costumbrista, está muy bien trabajado y empapa tanto las situaciones como a los personajes.  El conjunto resulta hilarantes y a la vez perturbador. Uno empieza a leer y de pronto poco le importa hacia dónde puede ir la historia, sino disfrutar la historia en sí, todos sus elementos. Se lee en un suspiro gracias a una prosa sencilla muy adecuada para el tipo de relato.

El final me resulta algo confuso. De pronto, cuando parece que va a terminar, pasan demasiadas cosas. Creo que el hecho de descubrir que el creador del golem estaba dentro el mismo es un añadido suficientemente potente como para además añadir más misterio, en forma de la caja contenida en el interior de la boca del ser. No es que sea enemigo de finales abiertos, pero en este caso dicha apertura se formula justo al final, en las últimas líneas de pronto se introduce un nuevo misterio que queda en el aire. No sé, creo que habría terminado mejor con un… ¡caso resuelto!

Igual se pueden cuidar algunos detalles gramaticales en frases que se podrían mejorar. Un ejemplo:

A su alrededor flotaba ese olor que fue incapaz de definir y que ahora tuvo claro:

Tengo varios problemas con esa frase.

  • En lenguaje escrito, si se narra en pasado, no se debe usar ahora sino (por ejemplo) entonces. Aunque me consta que hay quien no opina así.
  • Si se lee una segunda vez, queda claro, pero al principio lo vi contradictorio: ¿es incapaz de definirlo y a la vez lo tiene claro? Igual se le puede meter un antes (que antes fue incapaz de definir). O mejor todavía, quitar eso, ya que solo unas líneas antes ya se deja claro que al principio no sabe identifica el olor.
  • Lo que realmente tiene claro no es el olor, sino el origen del mismo.

Otra que tenía señalada:

Mareados por la bebida y el humo denso del tabaco, se pidieron algo de comida.

Ese se entiendo que se ha colado (diría que solo es válido en lenguaje coloquial).

Pero vamos, peccata minuta. El resultado es muy bueno; como digo, combina muy bien un humor muy especial (que me extraña que otros comentaristas no hayan señalado), una atmósfera inquietante y un caso judicial atípico de principio a fin. Tres estrellas y media.

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Tony Kanapes
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Poblador desde: 08/12/2015
Puntos: 173

Gracias por comentar, Bio Jesus.

La verdad es que lo de los títulos siempre es mi lucha, hay veces en que llego a un punto que me gusta o, como has apuntado bien en este caso, algo que ni quite ni aporte.

Y si, tal vez parezca precipitado el cambio final del personaje, pero digamos que muchas cosas se perdieron en el recorte a las tres mil palabras. Tal vez algún día me ponga con la versión larga y pueda cimentar ese final.

De nuevo, gracias por tu valoración.

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Tony Kanapes
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Poblador desde: 08/12/2015
Puntos: 173

Te mereces una medalla por leerlo sin editar, Curro.

Gracias por tus palabras y valoración. Tomo nota de esos apuntes, que siempre ayudan a mejores.

Gracias de nuevo por comentar.

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torpeyvago
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Poblador desde: 29/02/2016
Puntos: 1890

Luke en un tauntaun

Por primera vez, anatomía del sistema digestivo del gólem.

Lo +

La cabeza «cascanueces» del gólem. El ambiente y la historia tipo «cuentos de Hoffmann» o relatos de Chejov. La lógica del final.

Lo -

Tras leer los comentarios, he cambiado lo que escribí sobre el guion largo, ya que parece que había problemas con el formato. Sólo señalar que es «—» en vez de «–» y que hay varios espacios mal colocados en los diálogos, lo que supongo debido al mismo problema.

En algún momento me parecen forzadas las acciones, aunque no exentas de lógica. Por ejemplo, el encierro del juez se me hace algo brusco —insisto que no injustificado; es muy chejoviano—. El final lo he tenido que releer porque se me había hecho algo confuso; esto no es grave, un pequeño cambio o unas palabras añadidas y queda cerrado perfectamente.

No veo claro la realidad de Raam y los hechos ocurridos en el pueblo, es decir, queda como irresoluto cierto misterio en cuanto a la actitud real del judío. Al menos desde mi humilde punto de vista. El título no no me ha gustado, creo que aporta poco al relato, si bien es llamativo.

En cualquier caso, un gran relato de:

★★★½

Estadísticas

Palabras : 2913
Matrices : 16.601
Caracteres : 13.743
Letras : 13.200
Párrafos : 80
Sílabas : 5688
Frases : 168
Szigriszt1993: 68
Perspicuidad : Bastante fácil

___________________________________________________________

En un lugar de La Mancha de cuyo nombre me acuerdo perfectamente...

https://historiasmalditas.wordpress.com/

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L. G. Morgan
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Poblador desde: 02/08/2010
Puntos: 2674

Relato con un argumento de lo más interesante y una ambientación súper lograda. Aunque agradezco los diálogos, me parece que en general se introducen (o se suceden) un poco bruscamente. Como ejemplo:

–Antes de abrir cualquier tipo de oficio me gustaría cerciorarme de que no estamos ante una broma de mal gusto. Comprenderá la extrañeza que causaron sus mensajes.

–Rápido, rápido. – como si fueran dos cabezas de ganado, la multitud les empujó con brusquedad hacia las lindes del pueblo - ¡Queremos justicia!

Sin contestar a la frase del juez, entran en juego los aldeanos y enseguida se describe una acción. En parte la sensación extraña es causada por la puntuación del diálogo. Tras "rápido" no debería ir punto. Iría la raya de diálogo, dejando un espacio, tal como está; y luego el Como, con mayúscula y pegado a la raya. Y al final sería: pueblo—. ¡Queremos justicia!

Así quedaría claro qué es lo que dice el pueblo y cuál es la acción. De todas formas, me faltaría la respuesta al juez. Cuando están en la tasca es menos notorio, pero también me han resultado algo extraños los diálogos, que en realidad son casi como frases al aire y así deberían estar recogidos.

La resolución del caso (el ajusticiamiento, que el judío estuviera dentro, la disolución del barro, etc.) me ha gustado mucho. Solo le pesa, en mi opinión, que se dejan aposta ciertas incógnitas sin resolver (el nombre de Raam en la lista de la caja que parece que activaría al Gólem, que podría ser la lista de los dueños del monstruo, o la de sus víctimas programadas) y que todo parece apuntar a que habrá más capítulos en esta historia.

3,5 estrellas

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Dr. Ziyo
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Puntos: 2776

Relato interesante en cuanto a la ambientación y esa atmósfera casi agobiante de pueblo que pide justicia/venganza.

Algunos diálogos me han sonado algo raros, como forzados, o al menos a mí me dejan una sensación de poca naturalidad, por ejemplo:

–Espero que haya dormido bien.

–Ayer enumeré ocho muertos, quince cabras, tres vacas, un ternero, cinco perros, casas quemadas o derruidas y sacos de cereales. ¡Fredek, esto es un juicio y tengo claro el veredicto!

–Me pidieron ayuda cuando el alcalde murió hace dos semanas, porque soy el único de la zona que sabe escribir y leer. No pude volver a casa. – Ante los susurros de Fredek, Artem sintió un escalofrió - Hasta que termine este asunto, no dejaran que nos marchemos.

 

Me ha gustado mucho la idea de que el dueño del gólem se metiera dentro de él, y lo de que estuviera muerto y apestando me ha parecido tremendo, aunque en el final, y como he leído a Curro, creo que pasan demasiadas cosas.

Me pregunto una cosa viendo el apellido de Raam. Gottlos sería un término en alemán y vendría a significar en español "Sindiós", ya que Gott significa díos y -los es una particula que se añade al final de una palabra para indicar ausencia de esa misma palabra en algo que se describe. A ver si me explico, por ejemplo, es lo mismo que en inglés -less en la palabra contactless (sin contacto). Pues eso, que no sé si está hecho adrede o ha salido de casualidad.

Le doy 3,75 estrellas.

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Germinal
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Poblador desde: 08/03/2016
Puntos: 1307

En primer lugar, comento que abundan numerosos errores ortotipográficos que al encontrarlos siempre me afean el resultado final. También he encontrado alguna construcción extraña.

Dicho esto, tengo sentimientos encontrados. Hay pasajes que me parecen interesantes, por momentos se consigue crear una atmósfera opresiva, pero en ocasiones me saca del relato alguna expresión que no termina de empastar y me deja descolocado. El final me ha resultado algo confuso, como si no terminase de esclarecerse, pero en ocasiones me ocurre con algún relato y no descarto que sea culpa mía.

Voy a darle 3 estrellas. Gracias por compartirlo.

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Tony Kanapes
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Poblador desde: 08/12/2015
Puntos: 173

Gracias por el comentario, torpeyvago.

Respecto a lo del judío y el pueblo, preferí no dar respuestas más allá de que el protagonista está seguro de que todos mienten. No recuerdo quien mencionó en su comentario la película Conspiración de Silencio y creo que cada uno debe montarse su historia respecto a lo que paso.

De nuevo, gracias por leer y comentar.

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Tony Kanapes
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Poblador desde: 08/12/2015
Puntos: 173

Gracias por comentar, L.G. Morgan.

Apunto todo lo que me has dicho de los guiones y puntos porque son reglas que me superan.

Respecto a los diálogos que se interrumpen y que suenan bruscos, lo hice porque en este relato nadie escucha a nadie, todos van a lo suyo.

Muchas gracias por leer y valorar.

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Tony Kanapes
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Poblador desde: 08/12/2015
Puntos: 173

Gracias por comentar, Doctor Ziyo.

Si, tienes razón en lo del apellido. Busqué apellidos de judíos conversos en toda la zona desde Alemania hasta Rusia y Gottloss fue un apellido impuesto a los judíos que, con el paso del tiempo, se convirtió en usual. Eran apellidos utilizados despectivamente para señalar a judíos.

Gracias por leer y valorar.

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Hekizade
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Poblador desde: 22/05/2021
Puntos: 64

Los puntazos: la ambientación en el inicio y a lo largo del relato; la trama "jurídica"; el estilo narrativo.

Las puntadas: algunos errores ortotipográficos que oscurecen el texto (por ejemplo las intervenciones de los aldeanos podrían haberse puesto entre comillas para no confundirse con el diálogo de Artem y Fredek); las motivaciones de Raam un poco difusas como para provocar semejante conflicto ("Al principio fue necesidad y luego se convirtió en avaricia"); la trama se enturbia hacia el final y habría agradecido un poco más de desarrollo, llámame obtuso :)

Un gran relato en conjunto. 4,25 estrellas. 

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Hedrigall
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Poblador desde: 14/01/2011
Puntos: 1132

Buena trama, enfoque original que presta más atención a las consecuencias del crimen, que al propio crimen en sí. En este sentido me ha gustado como se articula la voluntad del pueblo, mostrándolo con intervenciones de la turba, de aldeanos concretos, pero en especial a través de Fredek. Como decía, se enfoca mucho más en el sainete de la muchedumbre, por momentos descontrolada, a través de los ojos impotentes y civilizados de Fredek y Artem. El misterio de lo sucedido con Raam queda aclarado pero con la sensación de faltarnos algo relevante, aunque esto, en lugar de jugar en contra, creo que encaja con el enfoque realista, por momentos dedicado a mostrarnos la idiosincrasia de las gentes de esa región y dejar a Raam y su gólem en segundo plano.

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Tony Kanapes
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Poblador desde: 08/12/2015
Puntos: 173

Gracias por contestar, Hekizade.

Tomo nota de lo que has comentado y ya te digo que de obtuso nada, sino que tal vez al final pasan demasiadas cosas.

Respecto a la frase que dices: al principio Raam lanza el Golem sobre el pueblo para conseguir comida (la necesidad) y al final termina por llevarse todo lo de valor del pueblo (la avaricia). Vamos, que se pasó de frenada.

Gracias por la valoración.

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Ozymandias
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Poblador desde: 27/04/2020
Puntos: 79

Me ha gustado mucho, veo que más que a la mayoría. Está claro que el gusto es muy personal pero veo puntos muy notables en este relato, desde la ambientación hasta la historia en sí. El retrato de la gente del pueblo me ha parecido encantador y muy divertido. La forma de hablar de Artem no me parece un inconveniente porque refleja el contraste entre el mundo sofisticado de la gran ciudad a la que pertenece y las gentes rústicas y conservadoras del pueblo. 

Es un relato bastante ameno cuya lectura sólo se ha visto perjudicada por problemas en el uso de algunos tiempos verbales y en la puntuación. Algún detalle como la falta de líneas en blanco o de signos de puntuación me sorprendió mucho porque son detalles muy tontos. Lo peor es que en algún momento me he quedado desubicado y he tenido que retroceder para entender qué pasaba. Por ejemplo, cuando se pasa del juicio al castigo en el río. Una simple línea en blanco lo habría evitado, advirtiendo al lector del cambio de tiempo y lugar. 

En cuanto al final, me resultó satisfactorio, como el relato en su conjunto. 

Mi nota es 4'5.

And on the pedestal these words appear:

My name is Ozymandias, king of kings:

Look on my works, ye Mighty, and despair!

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Stendek
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Poblador desde: 27/05/2020
Puntos: 198

Leidos los comentarios de los que me precedieron, creo que no hay mucho que añadir: un buen relato. El título, en efecto, me parece de marca blanca. Lo único que me choca es el entusiasmo legista del pueblo, cuando el canón establece claramente que no hay mejor justicia contra monstruos variados que una buena turba con antorchas. cheeky

Le doy cuatro estrellas.

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Ligeia
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Poblador desde: 03/12/2013
Puntos: 1152

Pues sí, a mí también hay palabras y expresiones que me suenan demasiado modernas, o descripciones que suenan a salidas de una mente moderna (lo de insistir en la comida con grasa jijija XD mismamente) y me sacan del relato, o esa sensación de que hay cosas importantes que se omiten, al menos alguna pista estaría bien, y el final que resulta un principio.

Tres estrellas: ***

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Invierno
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Poblador desde: 21/09/2010
Puntos: 903

Lo mejor de este relato, para mí, es lo conseguido que está que “el pueblo” sea un personaje más. Diálogos muy bien resueltos, a pesar de toda la información que tienen que aportar y de que hay múltiples interrupciones y cambios de escena. Hay intriga y fosquedad de sobra. Quizá ese final que deja cosas en el aire podría estar mejor cerrado, y el título es mejorable. Un gran relato.

4 estrellas.

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Tony Kanapes
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Poblador desde: 08/12/2015
Puntos: 173

Gracias por tu comentario, Ligeia.

Tienes razón respecto a las frases que igual suenan demasiado modernas, pero me causan problemas todas estas películas, libros y relatos que intentan reproducir fielmente un modo de hablar antiguo, así que prefiero evitarlo. Respecto a la grasa que dices, no era por el rollo "esto me va a engordar" sino una mala elección para decir que la comida era demasiado grasienta y que grasiento + alcohol es mala combinación a la hora de dormir. Gracias por apuntarlo, ya que debo cambiarlo.

Gracias de nuevo por leer y valorar.

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