¿Nunca es tarde?
—Nunca quise tenerte —confesó el moribundo al hijo que despreciaba.
—Y yo nunca quise nacer.
Después de tanto odio, comprendieron. La muerte les descubrió el amor que no supieron compartir, se burló de su estupidez y los separó antes de que ninguno pudiese decir “perdón”.
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«Aquí todos estamos locos» (Alicia en el País de las Maravillas)