Gracias, Gwirdyon. Alguna cosa sí se me ha aclarado.
Por si sirve para resolver alguna de las dudas.
La carnicería tendría que producirse entonces. Pero, ¿cómo traslada los cuerpos? ¿Por qué en el hotel no se alarman por los signos que debieron quedar, sí o sí? ¿Cómo lleva a Arturo a su propia casa? ¿Se deben los dolores y anomalías de Arturo solo a la sesión de sexo desenfrenado? ¿Por qué a él no lo mata Àlvaro?
—¿Por qué me encadenas? —Álvaro lloriqueaba y tiraba de los grilletes. Sibila cerró con llave la puerta de la celda que había construido en el sótano de su casa. Se sentó enfrente, en una silla y le observó.
—Esta noche hay luna llena. Te quiero demasiado para permitir que te hagan daño. Mañana te soltaré. Me cuesta mucho trabajo deshacerme de los cadáveres que dejas en tu camino y ahora con las patrullas es casi imposible que no te vean.
Con esto entiendo que es la esposa la que lo limpia todo. Pero se me sigue haciendo difícil creer que en la habitación de hotel donde se produjo todo no quedaran señales de semejante carnicería (con miembros arrancados, vísceras devoradas, señales de lucha, sangre a raudales) y que nadie oyera los gritos ni los ruidos inevitables.
—Arturo no llegó a irse a su casa el día que estuvo en mi consulta —murmuró Álvaro—. Está tal cual la dejamos cuando estuve comiendo con él antes de ir al congreso de médicos. Arturo, coño, ¿dónde te has metido?
Bueno, yo me refería a cómo trasladó a Arturo desde el hotel donde tuvo lugar la juerga hasta su casa. Aunque supongo que sería también su hermana.
No sé si a alguien más le habrá ocurrido que como tú crea que los asesinatos de las chicas ocurrieron en el hotel. Cuando Arturo se despierta a medianoche están vivas, con él, o eso le cuenta a su amigo. No sabemos si dice la verdad. Porque la pelirroja se va antes de todo eso, así que va a ser que Arturo se tira el pegote con su amigo diciéndole que se lo ha montado con tres. No hay indicios de por qué no han oído nada en el hotel o de cómo se lleva a Arturo de allí o de por qué no le mata a él, porque no ocurre en el hotel. Eso lo dices tú, no el relato. Y Arturo sigue en el hotel cuando habla con su amigo por teléfono. Y su amigo le va a buscar para llevárselo a su consulta. Que los médicos forenses, aparte de ver muertos también pueden tener sus consultas privadas normales.
Supongo que tener la historia en la cabeza es una cosa y sacarla fuera para que los demás la vean igual es otra muy diferente, pero poco a poco iré aprendiendo. Gracias por tu tiempo y tu interés.
“ Álvaro reconoció el dedo acusador que días antes le había “invitado” a irse”¿De verdad es creíble que se reconozca un dedo amputado totalmente descontextualizado, en un escenario distinto y sin sortijas ni nada especial que lo identificara? Y, para colmo, después aparece la cabeza y el personaje no hace ninguna alusión a su identidad.
En medio de un amasijo de vísceras e intestinos, encontró un brazo cercenado y retorcido en un ángulo imposible, tres fémures despedazados con restos de carne pútrida que un día formaron parte de sus respectivas piernas, y una cabeza con cabello rubio cuyas raíces póstumas delataban que era tintado.
Se acercó al cúmulo de entrañas para observar mejor la única extremidad superior hallada en aquel infierno. El ataque y posterior deterioro del cadáver no habían estropeado la manicura ejecutada en rojo sangre de la mano de la víctima. Álvaro reconoció el dedo acusador que días antes le había “invitado” a irse del hall del hotel donde Arturo y él habían hecho una pamema para engañar a las únicas tres chicas sentadas en la barra.
¿Qué se supone que ha quedado aclarado?
No se trata de un dedo suelto, amputado, sino de un brazo entero. Álvaro, por su trabajo como forense, acostumbrado a fijarse en los detalles más mínimos, sí recuerda ese dedo que le apuntaba desde una distancia de menos de un metro. Ya que él estaba situado justo detrás de su amigo y las tres chicas alrededor de Arturo justo debajo de él. Quizá la información que he dado en el relato no era suficiente para hacerse esa imagen en la cabeza. Tomo nota.
"Es extraño, pero es verdad porque la verdad es siempre extraña, más extraña que una ficción". Lord Byron.