Este fue uno de los relatos seleccionados en la convocatoria. Puedes disfrutar del mismo en una edición revisada junto a los demás seleccionados y dos obras adicionales en el Bestiario de lo sobrenatural: Aullidos.
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Angelito, magnifico relato. El ritmo y el estilo me han despertado envidia. Se lee de un tirón, al punto de que no he encontrado detalles (sugerencias, posibles cambios, errores, lo que sea) para de algún modo intentar contribuir a que el relato se acerque a la perfección.
Ando con poco tiempo, entro con la intención de valorar alguno de los relatos que aún no han recibido valoración y me encuentro con esto. Menuda sorpresa. Me encanta el estilo: agresivo, moderno, ágil. También muy interesante la idea de incluir al lector, de crear en este juego una intriga paralela.
Lo único que podría sugerirte (haciendo gala de una buena dosis de atrevimiento) es lo siguiente. Cuando el inquisidor gira hacia el niño (hacia el final), yo pienso (SPOILER) "la pócima está en el niño". La pregunta es: ¿se podría haber estirado esta revelación aún más? Tal vez. Quizás unos renglones más. En un relato así, cada palabra, cada segundo de lectura (y más a esta altura del relato), se multiplica.
Lindo detalle que no se coma al verdugo. Y broche de oro con la idea final, clásica pero poco usada en lo que he visto del certamen, de que la bestia es el hombre. En resumen: tremendo relato (¡bien, gurí!), más por el estilo que por la historia.
No me gusta hacerlo, Angelito, me resisto a hacerlo. Pero no me dejas otra.
5 estrellas.
Joder con el narrador, qué tío más borde. Me encanta, es como yo :) Y bestia, sí, podéis jurarlo. Desagradable. Mucho. En determinado momento he tenido que parar, ¿me atrevería a seguir? Buf, eso duele. Aunque la factura es impecable no se puede decir que la lectura sea placentera, no. El relato en su conjunto tal vez esté un poco descompensado, igual el límite de palabras se le echó encima al Angelito, que menudo diablo :)
**** 4 estrellas
Un relato muy gráfico, con un narrador muy logrado, capaz de mantener el ritmo de la narración pese a que esta, en alguna fase, se vuelve repetitiva.
El juego planteado no se si es retórico o realmente es un juego pero la identidad se ve venir.
Y la frase final es antología.
En suma, un gran relato. No es el estilo que más me gusta, pero la calidad es incuestionable.
Nota: 4
Desmesura de las desmesuras me parece este relato. En todas las elecciones posibles, siempre se busca la solución que pueda resultar más extremada y provocadora para el lector. Y eso se ve incluso en la oratoria del protagonista que se dirige directamente, no hay otro interlocutor conocido en el texto, lector, a quien, incluso, se le permite ir al servicio, si acaso lo necesita. Todo eso acrecienta la sensación de artista del espectáculo que el protagonista del monólogo tiene. Es un recurso vistoso, desde luego, pero no muy creíble en mi gusto personal, y más, quizá, por la sobreabundancia de su uso a lo largo de todo el texto. Tampoco he terminado de entender la reacción del verdugo: ¿para qué lo salva, si luego no lo usa como fuente de ese poder que parece motivar su acción?
Por otra parte, el relato está muy bien escrito y, desde luego, cumple con crees la función perseguida por su autor desde, naturalmente, la óptica elegida. A pesar de mis gustos personales, es de reconocer que se trata un buen y entretenido relato, excesivo pero bueno.
Tiene, en mi consideración, una valoración de 4 estrellas
Me ha gustado el contexto histórico en el que has desarrollado la historia, aunque entra dentro de los clichés de historia de hombres lobo . Tu forma de escribir me ha hecho disfrutar en todo momento. El final creo que podrías haberlo narrado mejor, pero aún así me ha gustado. Engancha y sigue un ritmo bueno.
¡4 estrellas!
Magnífico relato, para mí uno de los que debería formar parte de la antología. El principio ya es demoledor y creo que se mantiene esta impresión casi durante todo el relato. Violento, brutal, directo al hígado.
Está tan bien escrito que parece haber atrapado a los que lo han leído hasta ahora, pues nadie ha comentado un par de cosas que a mí me han llamado la atención. En un momento dado se usa el verbo infringir de manera errónea, cuando en su lugar debería ir infligir.
"...un artesano del dolor, capaz de infringir el peor de los tormentos mientras mastica un jamón..."
En otra frase se usa el verbo desquebrajar, aquí no estoy seguro del todo, aunque creo que lo normal sería resquebrajar.
Me ha llamado la atención la palabra emputecido, que yo desconocía y he tenido que buscar en el diccionario.
Y en esta frase: "¿Adivine qué pasa ahora?", hay también un error. O es ¿Adivina qué pasa ahora? O "Adivine qué pasa ahora".
En todo caso, pequeños descuidos que no alteran lo más mínimo mi impresión general y que a mí me hacen darle una calificación de cinco estrellas.
Bueno, otro monólogo de un hombre-lobo más bruto que un bulldozer desbocado y de carácter de lo más sobrado, lo cual es lógico por su posición en la escala trófica además jeje. Aquí, en tono biográfico. Muy bien escrito. Lo único que no me cuadra a mí también es la reacción del verdugo, su motivación para actuar de repente de esa manera. Cuatro estrellas:
****
Contundente.
Estupendo relato al que lo único que se puede comentar en cuanto a la forma es lo dicho por Dr. Ziyo, añadiendo que hubiese puedto «Tamaskán» en minúsculas por parecerme que se usa como nombre genérico. Si acaso indicar que el párrafo «Yo no lo vi...» me resultó algo confuso y hube de volver a leerlo.
En cuanto al relato en sí, me chirría alguna cosa como que el padre sea discípulo de Fiovaranti si los hechos ocurren, necesariamente, antes de 1520. Por otro lado, se me hace imposible que conociese a Edward Kelly, puesto que nació en 1555. Por último, si el «prota» nace en 1457, en la época de los hechos, que me parece que transcurren de 1509 a 1520, tendría de 52 a 63 años, no seis; más concretamente, entre la muerte de Fernando en 1516 y la regularización del tribunal en 1520, su edad sería de 59 a 63 años. Seguro que me he perdido en algún lugar.
En fin, un magnífico relato, entretenido, contundente, salvaje, con todos los elementos de la licantropía —excepto la luna llena y las balas de plata 
—. Vaya para él un cuatro (4) y la enhorabuena para el autor.
PS.—Buen título. Aunque es la segunda vez que se me antoja ver por este certamen un título del tipo spaghetti western. Buen, en realidad le sobrarían un par de los cinco elementos 
. Insisto, título adecuado y atractivo.
PPS.—Como me recarcomía lo de las fechas, y a falta de otra fuente en el curro —ojo, a la hora del café, malpensados—, veo en Santa Güiqui de los Pies que el tribunal de Llerena se estableción oficialmente en 1508, aunque no me fío ni un pelo de la santa 
.
No hice caso de las fechas, se me pasaron, pero la Inquisición en España se inició en 1478 si mal no recuerdo, el Tibunal de Llerena en particular supongo que será pelín posterior, pero de todas todas, como bien dices, no podía tener seis años al momento del suceso motor. Pero puede estar mintiendo, añadiéndose incluso unos añitos más a posta jaja pavoneándose de ser más viejo que Matusalén XDXD
¿Quién quería gore? Pues toma gore. Bueno, el hombre lobo no es mi monstruo favorito, pero me estoy dando cuenta de que prefiero al que va de sobrao antes que al que sufre por lo que tiene que hacer para subsistir. Estoy viendo en los comentarios, cosa que ya no evito hacer a estas alturas, que las fechas podrían estar equivocadas. Bueno, tendría que haberme dado cuenta yo pero como no tengo ni idea lo pasaré por alto. En todo momento me ha parecido creíble y me he dejado llevar. Y el jueguecillo que se trae el bicho con el lector ha sido muy ocurrente, avisando de la sorpresa, exponiéndola.
Por poner algo negativo, el título. Será cosa mía, pero parece quitarle importancia a lo que se está a punto de leer, como si el relato fuera de coña. Bueno, será cosa mía...
4,5 estrellas
En cuanto a la forma, un "santo oficio" que debería ir en mayúsculas, el clásico dedazo del "infrigir" por "infligir" y algún que otro problemita para seguir las convenciones más aceptadas respecto a los diálogos ("...aguardáis mi testimonio y me mandáis callar. -concluye el reo..."). Pero el gran problema es la incidencia en puntuaciones más que revisables, ya sea por mala colocación ("...mientras brota de su cuenca ocular, una mezcla de..." o "...pero el recorrido de la punta afilada por la superficie del ojo que ya parece un huevo revuelto, no se detiene sino...", por citar algún ejemplo), porque invitan a otro signo ("...las de ambos, de hecho ni respire si quiera o..." o "...en su cráneo, yo apunto más bien...") o que no tienen y parecen necesitarlas ("...con el fervor de un fanático que de muy joven había compartido su desprecio hacia los judíos conversos en diálogos inflamados con Tomás de Torquemada durante sus últimos días en Ávila"). Hay una ruptura de coordinación en "las de ambos", que no sé si es de género (si fuese relativo a "lavados dentales") o de número (si fuese relativo a "la frecuencia de los lavados").
En cuanto al estilo, la abundancia de frases redactadas en negativo sin verdadera necesidad produce sensaciones de repetición por la palaba "no" y le quita el poder para cuando hace faltar usarla de verdad. Los "wikimomentos" de la presentación del inquisidor y el alquimista rompen la progresión y las atmósferas del cuento. El "tonito" del narrador está muy logrado, con la suficiente impertinencia pero sin megalomanías ni sintaxis barroca todo el tiempo.
En cuanto al fondo, hay lupinos pero son excusa para contar otro tipo de historia.
Mi calificación es 4 estrellas.
Gracias por compartirlo y suerte en el concurso.
Gracias, Molu, Bestia insana, Bio Jesus, Mizime, Giawulf, Dr. Ziyo, Ligeia, Torpeyvago, Bote y Olethros, por haberse tomado el trabajo de leer y valorar el relato.
Molu: Es cierto que la revelación se podría haber estirado más hacia la parte final, pero como dijo Bestia Insana, el límite de palabras se me vino encima. Me alegra que te haya gustado (¡macanudo!).
Bestia: No creo que tal vez, sino que seguro esté un poco descompensado.
Bio Jesus: No es un juego retórico, es de verdad. El problema es que igual contigo no me salió muy bien.
Mizime: Desmesurado, es cierto. Si el relato no puede explicar por sí mismo el porqué de la conducta del verdugo es que, tal vez, en algo fallé. Me alegra que te haya gustado.
Giawulf: Curioso que la historia cumpla con los clichés de la temática, mi intención era la contraria. Si aun así te enganchó, me parece genial.
Dr. Ziyo: Me equivoqué feo con lo de infringir. Desquebrajar está reconocida por la RAE. Y debería sacar esos signos de interrogación. Por cierto, pasé un año entero sin darme cuenta del chiste del nick.
Ligeia: Te pasó lo mismo que a Mizime. El verdugo tenía sus principios: con los pibes no.
Torpeyvago: Me hice un quilombo con las fechas. Ya sé incluso cómo arreglarlo modificando solo 2 renglones, pero para ello tendré que esperar hasta el final del concurso. Me obsesioné tanto con sembrar pistas falsas, que alejaran las sospechas del verdadero target, que se me fue la cabeza. Además el targuet cambió en más de una ocasión. Tus apreciaciones son correctas. Salvo la referente a 1520, así que hacés bien en no fiarte de la santa.
...no hay registros porque el tribunal se consolida en función al reglamento en el año 1520.
La palabra clave es consolida. Para escribir esa línea me basé en esto: http://censoarchivos.mcu.es/CensoGuia/productordetail.htm?id=48991
Bote: Creo que compartimos el mismo gusto por romper con la literatura romántica. No lo digo por lo gore, obvio, sino por lo del narrador sobrao. El título se me ocurrió por una de las pelis de Greenaway.
Olethros: La verdad que me llevó muy mal con las comas, y es cierto que los “wikimomentos” rompan en alguna medida la atmosfera, pero sobre todo tienen gran parte de la culpa en el manejo atolondrado del presupuesto de palabras.
...no hay registros porque el tribunal se consolida en función al reglamento en el año 1520.
La palabra clave es consolida. Para escribir esa línea me basé en esto: http://censoarchivos.mcu.es/CensoGuia/productordetail.htm?id=48991
Quiero aclarar que las fechas no cambiaron para nada mi valoración, que me pareció un cuento estupendo y que disfruté un montón con él. Lo único que, en respuesta al reto del «prota», mientras lo leía eché cuentas —sí, existe un hombre capaz de pensar en dos cosas a la vez; y no me refiero al «porno» y al «fúrgol»— y me salían 52 años, con lo que deseché al pequeñín, casi a la madre y en parte al padre. De hecho, yo apuntaba a que de manera accidental quedaba el verdugo porque por conciencia se cargaba al inquisidor —es que soy muy listo 
—. Y a partir de ahí vino el resto. Insisto, el baile de fechas no entorpece para nada una lectura muy agradable.
La verdad yo me incliné por el crio desde que lo mencionaron entre los personajes. ¿sino para que puede servir e importar el mocoso de seis en esta historia?
Un relato fuerte y directo como una patada a las... ¿ya dije que me ha gustado? Sí, aunque lo fosco no es lo mio.
Ni idea de lo de las fechas. Con suerte sé cuantos años cumplo este año.
En fin. Un poco raras las razones del verdugo, si me creo que él no mate al niño pero no que, temeroso de Dios como es, se revele contra la autoridad del inquisidor. Te engancha totalmente de principio a fin pero me quede con ganas de conocer al interlocutor de la Bestia.
4.5 puntos y un viaje de ida sobre el potro,
Interesante el juego que plantea este narrador tan sobrado. Yo he perdido. Pondré la excusa de que me han despistado las fechas.
La Inquisición es un tema muy goloso, y muy socorrido en esto de escribir sobre crueldad y terror. Aquí se le saca un partido bestial, porque los niveles de crueldad, terror y revolvimiento de tripas del relato son altísimos. Lo he pasado horriblemente mal, y a la vez reconozco que no podía parar de leer. No es el tipo de relato que más me guste, ni que más me llene, pero valoro mucho lo bien escrito que está, lo genial del origen de la licantropía que se utiliza aquí, y, la verdad, me ha caído bien el despreciable narrador.
Buen relato ¡Menos mal que no acababa de comer! Tengo que admitir que lo paso mal con las imágenes desagradables (debo tener una imaginación muy gráfica) pero también que el autor ha conseguido que el momento del tormento sea creíble.
Me ha gustado la idea del juego, por eso me ha molestado que las fechas no cuadraran (si no hubiera existido la propuesta del juego hubieran pasado más desapercibidas). Tampoco termino de creerme al personaje del verdugo.
En resumen un relato muy potente (todavía tengo mal cuerpo :p) pero que le ha faltado algo. Mi nota 4,25.
Un saludo y mucha suerte en el concurso.
Un relato crudo, descarado, de sensación incómoda... El tipo de monólogo del hombre-lobo-genio-del-mal que veo que funciona bastante bien con el tema licantrópico, la verdad. He visto venir lo del niño, pero eso no desluce la gracia del relato.
4,5 estrellas
Me parece un relato muy bien contado. Con unas imágenes muy potentes, desde luego y de una brutalidad, por explícito, que creo que sólo he leído otro que impacte así en este Polidori.
Está muy bien escrito y, no puedo decir que se disfruta, porque no es una lectura agradable, pero sí que te atrapa (quizás por el puro morbo y por conocer quién es el narrador. Terminas por aceptar el juego y seguir leyendo). Sin embargo, los textos en los que se interpela al lector no son mi fuerte. Si se hace poco y compensa, no le doy importancia. Pero aquí me llega a molestar. Me explico: leo y me meto en la historia. Está tan bien contada y tan detallada que me meto en ella. Entonces llegan esos "descansos" en los que el narrador se dirige a mí, y me saca fuera. Ya no estoy viendo todo desde una ventanita mágica, ahora estoy de nuevo en mi silla leyendo un relato, y no me gusta ese "coitus interruptus" lector.
3,5 estrellas
Un relato efectista, que consigue mantenernos enganchados con una prosa brutal para, cuando ya estamos desarmados, dar la última puntada con el fondo de la cuestión. No es muy sutil, pero sin duda es muy efectivo.
Personalmente, creo que se podría haber acortado el suplicio, pero tampoco es algo que afecte negativamente a la narración. Se compensa la dureza de las escenas con una prosa muy precisa y un buen trabajo de atmósfera. Solo ha habido un punto que me ha sacado de la lectura: el todito, todito. Los diminutivos son muy traidores porque no sabes cómo le van a sentar al lector. Aparte de ese detalle y alguna errata menor, un relato implacable.
La licantropía tratada desde un ángulo original, además.
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Relato admitido a concurso.
Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.