En la última conferencia de presidentes autonómicos, a pesar de (o quizás gracias a) no han ido los presidentes catalán y vasco, ha surgido un debate ciertamente interesante que, con algo de retraso, traigo aquí.
Susana Díaz reprochó a Cristina Cifuentes que la Comunidad de Madrid tenga un impuesto de sucesiones tan bajo, acusándola de competencia fiscal desleal.
Cifuentes, a su vez, respondió que tienen sus cuentas saneadas, y que tienen autonomía fiscal como para poner los impuestos al nivel que consideren oportuno. Además, sacó pecho diciendo que Madrid es aportante neto al fondo de solidaridad.
Esto último, es una chorrada. Madrid, por efecto capital, y por efecto de los rendimientos crecientes y el tamaño de mercado, fagocita muchos ingresos fiscales que, con otros criterios de territorialización, no le corresponderían. A parte
Pero lo primero sí tiene su miga.
Es otro de los ejemplos donde chocan la igualdad de todos los españoles con el derecho a la autonomía, ambos constitucionalmente consagrados.
Constitucional y legalmente, a priori, la cosa está más o menos clara: Hoy por hoy, todos los españoles votan a su presidente autonómico, y si unos deciden votar a alguien que le sube los impuestos, no están siendo discriminados más que por ellos mismos.
Pero, como ya hablamos de competencia desleal, sí podría plantearse un cambio regulatorio.
Dicho de otro modo:
¿Debería respetarse la autonomía, hasta el punto de que cada Comunidad Autónoma pueda hacer lo que quiera con sus impuestos?
¿O el Estado central debería retener la competencia de fijar unos mínimos y máximos, para evitar la competencia fiscal?
Es lo que tiene guiarse por principios y no por consecuencias, que es lo que suele hacer la izquierda. La autonomía fiscal es buena por el principio de descentralización pero las consecuencias para la redistribución fiscal son funestas. El impuesto de sucesiones se ha convertido en un impuesto muy impopular porque al final lo pagan los pringados que no tienen medios para poder empadronarse en Madrid.
Para rizar el rizo con las contradicciones están los que defienden la autonomía fiscal de las CCAA pero critican la competencia fiscal entre países. Madrid puede ofrecer ventajas fiscales pero Irlanda no.