El viaje en Egipto
Reseña de la obra ilustrada de Jean-Claude Simoën publicada por J'ai lu en images
El viaje en Egipto (Le voyage en Egypte en el original francés) es una obra de divulgación compuesta, principalmente, por fragmentos de libros y diarios de viajes que datan de finales del siglo XVIII, del siglo XIX en su mayor parte y, en ocasiones, de comienzos del siglo XX. El objetivo de Jean-Claude Simoën es transmitir y explicar las maneras en las que se realizaban los viajes en Egipto en la época, pero también las sensaciones que la experiencia suscitaba en los europeos que se aventuraban en este territorio exótico y misterioso que era considerado la puerta de Oriente.
La obra está estructurada en tres bloques. El primero, la introducción, es un ensayo general del autor en el que explica al lector las circunstancias históricas, políticas y geográficas que marcaban este tipo de viajes. En unas cincuenta páginas nos brinda el contexto necesario para comprender las implicaciones de las experiencias que después se recopilan. Es un capítulo relativamente extenso pero clave para dar sentido a la obra general, además de una guía magnífica para no perderse luego en la lectura y los detalles pintorescos que salpimentan los testimonios históricos. No en vano, es de gran importancia entender también por qué se escribieron dichos testimonios, qué expectativas tenían sus autores, a qué público se dirigían, qué querían transmitir, etc.
Es un apartado que resulta muy ameno en su lectura y que, además, incluye mucha información técnica relevante tanto sobre la historia de la egiptología como sobre la sociedad de la época y, en particular, sobre el tipo de personas que emprendían estos viajes, desde aventureros a eruditos pasando por meros diletantes, así como sobre el impacto que les suponía entrar en contacto con la sociedad egipcia de la época.
A continuación va el grueso de la obra: una recopilación de fragmentos de diarios, cartas y libros de viajes de distintas personalidades que se organizan por capítulos siguiendo criterios geográficos que nos permiten reconstruir las distintas zonas de Egipto: el delta, Alejandría, El Cairo, la primera catarata, el Valle de los Reyes, etc. Este, para mí, es un gran acierto, porque permite orientarse mejor y encontrar más tarde la información que nos interese.
Los autores de estos fragmentos son también de lo más variopinto. Tenemos auténticos egiptólogos, como Jean-François Champollion o Giovanni Battista Belzoni y también artistas que dejaron su punto de vista sobre la experiencia, como Gustave Flaubert, Théophile Gautier o incluso Mark Twain. También personalidades como Florence Nightingale o meras viajeras que acabaron convertidas en auténticos referentes del género, como Amelia B. Edwards. El mosaico de experiencias y enfoques es amplio y muy interesante: algunos se dejan llevar por lo anecdótico y lo prosaico, otros se ven imbuidos de un marcado romanticismo, otros se ciñen a una visión técnica e histórica...
Estos testimonios vienen acompañados de numerosas fotografías de la época, así como de grabados e ilustraciones que no solo permiten contemplar el estado en el que descubrieron Egipto (que, por desgracia, en muchas ocasiones ya no corresponde con la situación actual), sino que ayudan a sumergir al lector en la experiencia del viaje.
Como cierre, se incluyen una serie de anexos que abordan la cronología histórica del Antiguo Egipto, información sobre las deidades clásicas de esta civilización, apuntes arquitectónicos, las biografías de buena parte de los autores de los citados fragmentos de viajes y una extensa bibliografía que permite continuar a indagar en el tema.
Así, El viaje en Egipto es una magnífica obra para descubrir la realidad de estos viajes, presentada con rigor y de un modo muy ameno por Jean-Claude Simoën y en una edición bien complementada en el apartado gráfico. En definitiva, una obra de referencia indiscutible.
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