El despertar

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mariansp
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Poblador desde: 29/06/2013
Puntos: 1134

 Reme estaba muerta de sueño y no se encontraba bien, añoraba los remedios caseros de la abuela para cualquier mal, pero su abuela estaba muy lejos y ya no podía beneficiarse de sus ungüentos. Deseaba acostarse pronto, a la mañana siguiente tenía un examen, se había pasado la tarde estudiando. Quizás ese era el motivo de su molesto dolor de cabeza, pensó. Por fortuna, su compañera de piso había salido esa noche, Silvia era bastante ruidosa y solía ver la televisión hasta altas horas de la madrugada, era un incordio, sin ella en la vivienda podría descansar tranquila. Entró en su dormitorio y se puso el pijama, se metió en la cama y en breve se quedó dormida.

  Reconoció su tierra nada más mirar a su alrededor, la niebla inundaba la parte baja de las cañadas entre montes dando un aspecto irreal al paisaje. Se escuchaba el correr del agua por el río truchero, caía el atardecer, la luz del día lo delataba. Calzada con altos tacones y ataviada con el ajustado vestido que su compañera Silvia le dejó la noche que salieron juntas a divertirse, se paseaba por la sierra de los Ancares sin saber cómo había llegado hasta allí. El canto del urogallo se escuchó en la densidad de la serranía haciendo ecos en las montañas más lejanas. Pronto empezaría a oscurecer y las aves diurnas enmudecerían para dejar paso a las melodías nocturnas. Sabía que la noche no era segura en los montes, las múltiples leyendas ya lo advertían, y aunque no fueran más que cuentos de viejas, en el fondo ella las creía, y no solo ella, intuía que en realidad todos las creían en Cebreiro, como también creían en meigas. Tras el hábito enlutado de su abuela, con su grueso chal de lana a los hombros y su bien envuelto pañuelo aferrado a sus blancos cabellos,  estaba segura que se escondía una vieja meiga, aunque nadie se atreviese a difamarlo por el pueblo. Presentía que era por miedo a malos augurios, las meigas seguían siendo temidas por muchos. Le pareció verla caminar con su cesto de mimbre en la lejanía, recogiendo hierbas y plantas bajo el resplandor de la luna llena. La niebla estaba creciendo a su paso y si no le daba alcance echando a correr la perdería pronto de vista por el sendero. Se despojó de inmediato los incómodos zapatos que calzaba y los tiró entre los matorrales.

   -¡¡Espere abuela!!,¡abuela!,¡soy la Reme,su nieta!,¡espere!

  El incómodo vestido que tanto se ajustaba a su cuerpo se le subió hasta las caderas con la carrerilla que emprendió para darle alcance.

   -¡Abuelaaaa!

  La mujer al fin pareció escuchar los gritos y se detuvo. La miró y esperó a tenerla frente a frente para abrir la boca. Cuando la tuvo a su vera enseguida se limitó a relatar: -El abuelo nació un veinticuatro de diciembre, fue el séptimo hijo varón de nueve hermanos. Lo amé como jamás a nadie he amado. Tras mucho sufrir por su amor supe que me había enamorado de una bestia. Cuando lo hirieron de muerte como alimaña que acechaba por Cebreiro mi corazón se rompió en mil pedazos.

   Reme,¡escucha!,tu apellido está marcado. La sangre de una bestia corre por tus venas y aunque no llegues jamás a adoptar su forma atraerás a las bestias como una loba en celo. Pero esas bestias que tú atraerás serán peor que los lobos, y tú peor que una loba en celo. La loba atrae a los machos para procrear, pero tú los atraerás solo para fornicar allí en esa ciudad. No debiste marcharte de aquí encabezonada con estudiar. Tu sitio está en estas tierras. Pecarás de lujuria hija mía.

  ¿Por qué vas vestida así?,¿acaso ya has comenzado a atraer a los lobos?Deja al menos que me marche, ya puedo escucharlos cerca,¡ya vienen!-

   La abuela se esfumó trasformándose en niebla.

     -¡Espere abuela!-exclamó ella.

   El aullido de los lobos se escuchó en las cercanías. La noche se hizo presente apagándose la totalidad del día. Oyó aproximarse a sus espaldas a las bestias hambrientas y cuando se dio media vuelta encontró a la manada parada frente a ella. Los lobos la observaban acechando  cada uno de sus movimientos. Reme caminó hacia atrás muerta de miedo, esperaba ser atacada en cualquier momento. De pronto, sin que lo esperase, unos brazos envolvieron su cintura, y una seductora voz varonil le susurró al oído:-No temas-

   Se giró sorprendida y encontró tras de sí a un apuesto joven desnudo. Sus hermosos ojos color esmeralda enmarcados por unas pobladas cejas arqueadas que parecían juntarse en el entrecejo la miraban con deseo. Su fornido cuerpo estaba cubierto de vello y sus carnosos labios parecían estar pidiendo ser besados.

    -¡Escapemos de las bestias!-le sugirió sintiéndose atraída por él.

    -No van a hacernos daño-le contestó él al tiempo que la aferró hacia sí. Ella pudo sentir el calor de su recio cuerpo.

     -¿Por qué estás tan seguro?-le preguntó comenzando a excitarse al advertir la rigidez de él.

       -Porque ellos te desean como yo, pero saben que soy el macho alfa. Yo ejerzo el dominio de la manada-Reme lo miró sin encontrar qué respuesta dar a su comentario. Él, aproximó sus carnosos labios a los suyos y la besó con fervor. Al sentir la calidez de aquel beso ella se estremeció, la humedad en su sexo se hizo presente y no supo cómo él pudo intuirlo, le rompió el vestido y a bocados con sus dientes le arrancó la ropa interior. Ella creyó estallar de excitación. El joven la tumbó en el suelo con delicadeza y comenzó a lamer todo su cuerpao bajo la atenta mirada de la manada. Embelesada de gozo, Reme pudo admirar la luna llena sobre el cielo estrellado de la sierra, la lengua del atractivo desconocido alcanzó su sexo y ella creyó morir de placer mientras observaba su rerplandor en el cielo. Cuando pensó que más deleite no podía ofrendarle sintió como la penetró con impetú. Quiso gritar pero de su boca surgió un aullido. Los lobos al escucharla se inquietaron y comenzaron a corretear aullando de un lado a otro. Sorprendida por aquel bramido  que escapó de su garganta intentó hablar, pero otro aullido surgió de su laringe. Los ojos del joven que la poseía comenzaron a brillar,  de su boca asomaron afilados dientes, Reme intentó apartarlo de sí, se percató de que a ella le habian crecido las uñas, no dudó en clavarlas en el pecho del apuesto desconocido. El chico aulló de dolor, pero no se apartó de ella, comenzó a brotar sangre de sus heridas mientras continuaba penetrandola mostrandose aún más excitado. Ella se sorprendió de las garras que habían emergido de sus dedos, en su boca sintió poseer largos colmillos. Se apagó su fogosidad, hincó en el cuello del muchacho sus recién nacidos colmillos, lo mordió con ferocidad y éste se apartó de ella al recibir el bocado. Aprovechó ese momento para escapar corriendo por los montes. Se impresionó de la velocidad que podía alcanzar y de cómo su visión parecía a la perfección adaptarse a la oscuridad. Se desplazaba  con gran agilidad entre las rocas y maleza. Tan pronto como llegó hasta un arroyo frenó en seco, se acercó hasta la orilla y obserbó en sus aguas su reflejo. Lo que encontró al reflejarse en el agua la hizo gritar, pero de su interior no surgió un grito, sino el aullido de la loba en la cual se había transformado. 

 

   Silvia giró la llave de la cerradura del piso dos veces, su compañera Reme debía haber echado el cerrojo, la gallega no había querido salir esa noche, la consideraba un bicho raro, costaba despegarla de los libros, además parecia un poco anticuada y supersticiosa, pero no era mala compañera de piso. Palpó a tientas la pared en busca del interruptor de la luz, se tambaleó un par de veces, había bebido demasiado. Se percató de que no llevaba bragas, estaba segura de que se las había dejado en el siento trasero del coche de Pedro, su ligue de aquella noche. Sonrió en la oscuridad, recordó que el coche del chico pertenecía a su padre, le hizo gracia pensar que el padre de Pedro encontrara sus bragas al día siguiente en el vehículo. Mientras sonreía como una tonta a oscuras, escuchó algo inusual que la alertó, un extraño gruñido y el agitado caminar sobre el suelo de parquet de un animal con garras en las patas. Continuó buscando a tientas el interruptor de la luz, sintió un frío hocico olfatearle las piernas, un aliento que subió por sus muslos hasta hundirse en su entrepierna. Asustada se echó a un lado para liberarse de la extraña presencia que la acosaba. Tropezó en la oscuridad con un mueble del recibidor y cayó al suelo de espaldas. Los efectos del alcohol parecieron esfumarse de inmediato. Lo primero que pensó es qué la maldita gallega había incumplido las normas y había traído una mascota a la vivienda.

     -¡¡Reme, despierta!!-gritó-¡¡llévate a este asqueroso bicho del piso o cambio de compañera!!

    No hubo respuesta. Escuchó al animal emitir un aullido. Se levantó del suelo quejumbrosa y de nuevo palpó a tientas las paredes hasta dar con el interruptor de la luz. El bicho saltó sobre su espalda, la empotró contra la pared y se golpeó la frente contra el cristal de un espejo que decoraba el recibidor. El espejo se hizo añicos, sintió la calidez de la sangre recorrer su rostro, había conseguido encender la luz y presintió a la criatura observarla a sus espaldas. Escuchó otro aullido. Muerta de miedo se dio media vuelta para enfrentarse al animal que la asediaba. El encuentro con la criatura aceleró su ritmo cardiaco, esperaba toparse con un perro de gran tamaño, pero a sus espaldas lo que la acechaba parecía ser un lobo. Sus miradas se cruzaron en duelo que le parecío eterno, la alimaña olió la sangre que brotaba del corte de su rostro y comenzó a agitarse excitada. Corrió hacia el dormitorio de su compañera, la puerta estaba abierta, la bestia saltó sobre ella a sus espaldas y la alcanzó. Cayó de nuevo al suelo, el animal le mordió en el costado, chilló al recibir el mordisco. Intentó escapar de la criatura pero en el intento recibió otra dentellada en el brazo, sintió la carne desprenderse de su miembro. El dolor fue terrible, aunque no tan tremendo como observar al animal masticar el pedazo de carne que le había desgarrado del brazo. Si no actuaba con rapidez sabía que pronto recibiría otro bocado. Le asestó con fuerza una patada en el morro, el animal retrocedió de ella menos de un metro. Intentó ponerse en pie y resbaló con la sangre que había bañado el piso. La criatura volvió a lanzarse sobre ella, esta vez la dentellada fue en el vientre. Notó como su piel se desgarraba y sintió el frío hocico de la bestia haciéndose  camino hacia sus entrañas,  desgarrando con sus dientes la carne para devorar sus vísceras. Estaba a punto de desmayarse de dolor  cuando un concluyente esfuerzo por aferrarse a la vida la iluminó. El animal estaba entretenido con el festín que ella misma suponía, como pudo logró alcanzar a quitarse uno de los zapatos que calzaba. Sin pensarlo se armó de las últimas fuerzas que le quedaban antes de desfallecer y golpeó a la criatura con su zapato, el tacón de aguja se hundió en la carne de la fiera, la improvisada estocada fue letal. El morro de la bestia  sin vida quedó hundido en el interior de su vientre desgarrado, a los segundos el cuerpo ya inerte del lobo comenzó a sufrir una trasformación. Silvia creyó que lo que estaba atestiguando eran sus propios delirios antes de fallecer. La criatura se trasformó en un ser humano, una mujer de larga y oscura cabellera que a ella le resultó muy familiar. Agarró del pelo la cabeza que se hundía en su vientre, parecía pesar una tonelada. La vista comenzaba a nublarsele, sabía que estaba a punto de desfallecer pero deseaba mirar ese rostro, no podía morir sin ponerle punto y final a su delirio. Tras un espantoso esfuerzo consiguió alzar esa faz  ante ella. Lo último que sus pupilas pudieron vislumbrar fue el semblante ensangrentado  de su compañera de piso Reme, ¡la maldita gallega!, pensó. 

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Patapalo
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Poblador desde: 25/01/2009
Puntos: 209184

Relato admitido a concurso.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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insomne
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Poblador desde: 17/04/2014
Puntos: 227

El relato tiene demasiados fallos a nivel formal que me han sacado constantemente de la narración. Rayas de diálogo que no lo son, comas sin espacio después, párrafos que deberían ir a continuación de otra frase y sin embargo están mezclados con otros, falta de acentos en varias palabras...
Le habría hecho falta una buena revisión antes de publicarlo, y es una pena, porque la historia, sin ser demasiado original, fluye bien y tiene partes chulas.
Le doy una estrella.

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Bio Jesus
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Poblador desde: 11/07/2014
Puntos: 1514

Imagino que algo te ha pasado con el formato al volcar el relato, ¿me equivoco? El caso es que quedan unos párrafos enormes, muy dificiles de digerir.

Ojo, spoiler.

Respecto al relato en si, creo que juegas varias bazas pero ninguna acaba de encajar del todo con las otras .

Comienzas con un relato onírico (el encuentro con la abuela), cambias a otro erótico, bastante bien narrado pero que no parece llevar muy lejos (porque ese hilo argumental se corta) y por último, cambio abrupto de punto de vista (a Silvia) y pasas a otro registro, el terror. La masacre es descrita de modo vívido, casi gore, pero de nuevo sin una motivación clara ni conexión con lo anterior. Y un final abrupto también, de los que te deja desconcertado. Me da la sensación de que has experimentado con varias líneas argumentales y no te has decidido por ninguna, de modo que has metido todas.

Pero tiene buenos momentos y hay unas descripciones muy visuales, que destacaría como lo mejor del relato.

Nota: 2,75.

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Albion
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Poblador desde: 10/12/2014
Puntos: 134

No insistiré en este comentario en los fallos formales del relato, facilmente subsanables. Por el contrario, encuentro más problemas en el desarrollo de la historia que es una mezcla de varias cosas sin que ninguna de ellas llegue a destacar demasiado. Tenemos una primera parte interesante, con un entorno fascinante y lleno de posibilidades como es la Galicia rural y sus meigas. Esta parte me ha gustado  con una descripción del entorno bastante acertada y simbólica. Luego, hay una escena erótica bien llevada, aunque un tanto irreal por las reacciones de la protagonista y una parte final con un ataque lobuno, típico y con un final decepcionante por lo poco sorpresivo del mismo. Le doy tres puntos

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Olethros
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Poblador desde: 20/06/2015
Puntos: 352

En cuanto a la forma, bastantes problemas de distinta naturaleza que invitan a una revisión concienzuda.

En cuanto al estilo, narración que invita a "podarla" de cosas innecesarias para que fluya y no resulte entrecortada.

En cuanto al fondo, se ajusta al tema de la convocatoria, sin la menor duda, pero forma y estilo deslucen el relato.

Mi calificación es 2,5 estrellas.

Gracias por compartirlo y suerte en el concurso.

Ceterum censeo Carthaginem esse delendam... ;oP

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Mzime
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Poblador desde: 01/02/2016
Puntos: 352

Algún desarreglo formal más o menos sistemático (la falta de uso correcto de las rayas de diálogo y la no utilización del símbolo » para unir los párrafos de parlamentos largos, por ejemplo) me han perjudicado bastante la lectura, aunque son cosas fácilmente solucionables con una buena revisión. De otra parte, el cambio de personaje en el epílogo  –pasamos de estar en la cabeza de Reme, a encontrarnos en la de Silvia— yo creo que descose un poco el hilo narrativo y perjudica al conjunto. De todas formas, no teniendo mayores novedades ni una forma brillante, quizá lo mejor esté en lo profundamente fosco de su final.

En su conjunto, tiene por mi parte una valoración de 2’5 estrellas.

"Si quieres llegar rápido camina solo, pero si quieres llegar lejos camina acompañado", (proverbio masái)..

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Dr. Ziyo
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Poblador desde: 30/01/2016
Puntos: 2776

Como ya te han comentado, le falta una buena revisión al relato para subsanar esos errores formales a lo largo de todo el texto.

Hay tres partes diferenciadas en el relato, cada una de un estilo, como si no te hubieras decidido por ninguno en concreto, aunque la historia en conjunto pienso que fluye bien.

Hay escenas con descripciones muy vistosas (sobre todo en el ataque del final) tal vez lo mejor del relato.

Lo que no me ha gustado ha sido la frase del final. Sé que no era tu intención, pero a mí ese "¡la maldita gallega!" me ha sonado un poco a broma.

Tres estrellas.

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Bote
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Poblador desde: 12/11/2012
Puntos: 1477

Relato resultón en cuanto expectativas; te lo pasas esperando a que ocurra algún giro sorprendente, cosa que no ocurre. El pasar del piso al sueño y del sueño al piso cambiando el punto de vista del personaje me ha gustado, pero que no se haya aprovechado para introducir el giro argumental, que en este caso hubiera sido necesario, hace que te quedes un poco igual que al principio. Me quedo con el interés generado a lo largo del relato, sobre todo a partir de que Silvia llega al piso. Las pifias y faltas ya han sido señaladas, así que no insistiré, pero me ha resultado chirriante una en concreto, no por incorrecta, que no lo es, sino por innecesaria: como pudo logró alcanzar a quitarse uno de los zapatos que calzaba. No hace falta señalar que el zapato que se está quitando es el que calza.

3,5 estrellas

Mírame a los ojos...

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Easton
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Poblador desde: 06/11/2011
Puntos: 416

En este relato encuentro una idea interesante (el que la gallega sea portadora de la maldición de la licantropía y lo descubra gracias a su abuela y, por otra parte su compañera de piso se de cuenta justo antes de morir) pero con una ejecución que tiene sus pegas.

Hay errores de puntuación y de construcción de algunas frases y cambios que se me han hecho bruscos en las escenas (tan pronto va persiguiendo una niebla como aparece la abuela y de repente un hombre lobo con el que el tono pasa a lo erótico) y en las ideas que plantea.

1,5 estrellas

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torpeyvago
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Poblador desde: 29/02/2016
Puntos: 1890

Contundente, desde luego.

La puntuación y el uso de algunas expresiones dificultan la lectura al hacerla confusa: «Se escuchaba el correr del agua por el río truchero, caía el atardecer, la luz del día lo delataba.» —¡y que yo, con lo farragoso que soy, diga esto no !—. Los guiones de diálogo cortos, comas sueltas o sin espacio posterior, dobles espacios... [tras escribir el comentario, veo que hay más compañeros que ya te lo han indicado].

El argumento original en la mezcla de los dos más tradicionales: licántropos rurales y urbanos. Sólo faltaban los históricos blush. Esa fusión me ha gustado bastante. Eso sí, las diferentes escenas parecen sin acabar, lo que es una lástima, porque todas, ya lo he dicho, me parecen contundentes. Especialmente la más gore, porque ¿qué es un relatos de hombre lobos sin su poquito de asaduras y manteca?

Me ha parecido que había una incongruencia en que la abuela diga que no llegará a transformarse y que luego lo haga, pasándose a masticatripas.

Un relato muy especiado y con muchas posibilidades que puede dar mucho de sí. Vaya un tres (3).

PS.—La verdad es que el Bierzo da mucho juego para este tipo de cuentos, aunque al comenzar a leerlo, pensé en la frontera entre Badajoz y Ciudad Real, donde hay una serranía homónima. Luego ya, con lo de Cebreiros y meigas, no quedó ninguna duda.

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En un lugar de La Mancha de cuyo nombre me acuerdo perfectamente...

https://historiasmalditas.wordpress.com/

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torpeyvago
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Poblador desde: 29/02/2016
Puntos: 1890

PPS.—Si puedo sugerir algo, la escena de la muerte de la loba la cambiaría ligeramente para que el tacón de aguja entre por un ojo llegando al cerebro por un hueso más débil. Si además se añade algún adornito de plata en el zapato —hortera en el calzado me parece a mí, sí, pero efectivo antilobos —, mucho mejor. Aunque lo mismo vale como lupicida un chicle pegado en el tacón no blush

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En un lugar de La Mancha de cuyo nombre me acuerdo perfectamente...

https://historiasmalditas.wordpress.com/

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Hedrigall
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Poblador desde: 14/01/2011
Puntos: 1132

Es un relato confuso en el tema tratado; da la impresión de que se ha empezado a escribir con una historia en mente y a medio camino se ha decidido cambiarla sin preocuparse de que lo ya escrito sea consecuente. La idea primera (su sangre licantrópica atrae a las bestias) me ha parecido un planteamiento original, pero luego se cambia sin motivo por una aproximación más clásica. 

Formalmente hay repeticiones cercanas de palabras (bestias, loba en celo, colmillos…) y muchas frases largas amparadas bajo un uso indiscriminado de la coma.

La escena final, si bien es algo larga, hace un buen trabajo con las descripciones del ataque del lobo.

 

1 estrella

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Ligeia
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Poblador desde: 03/12/2013
Puntos: 1152

Coincido en los fallos y en esa sensación de que hay varias ideas que como que no acaban de pegarse bien. La escena final, para mí personalmente, no muestra una completa veracidad, no sé, poder hacer tantas cosas con el vientre abierto, los intestinos desparramándose y un desangramiento en curso... leñe, tiene que doler muchísimo supongo y la pérdida sanguínea produce hipotensión que va desvaneciendo al afectado XDXD Tres  estrellas:

***

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MauricioPsy
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Poblador desde: 16/01/2017
Puntos: 96

Sin mucho que agregar me repito lo que ya han dicho nuestros compañeros. Hay tres ideas y tres estilos que no terminan de fraguar. El viaje onírico simbólico que luego ya no es ni onirico ni simbolico sino real. Las advertencias de la abuela que al final no sirvieron para generar tensión ya que lo que temian se materializó de inmediato, la escena de alto contenido con poco realismo por parte de sus participantes, el cambio de punto de vista tan brusco y nos olvidamos de la manada y todo el asunto de la primera parte y ese ataque que no convence mucho que, vamos, si me cuelgan las tripas es muy dificil armarse de un calzado y de un golpe de suerte matar a un jodido hombre... digo, mujer lobo ¿no?

Eso sumado a varios dedazos (que hasta yo note y eso es mucho decir) le quita muchos puntos.

Dos Lunas y mis mejores deseos para el reñido final.

-"No está muerto lo que vive eternamente, y en extrañas eras hasta la muerte puede morir"-

H.P.Lovecraft.

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Invierno
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Poblador desde: 21/09/2010
Puntos: 903

No pinta mal el planteamiento inicial, esa abuela meiga, esa versión de licantropía que aparentemente se va a centrar puramente en lo sexual, pero todo se abandona inexplicablemente en la segunda mitad, a cambio de una escena que carece de originalidad o de mucho misterio. Por otro lado, en cuanto a forma y estilo también encuentro bastantes defectos, provocando, en general, que la lectura se haga un tanto espesa e incómoda. Me temo que todo lo comentado le resta muchos puntos.

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Germinal
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Poblador desde: 08/03/2016
Puntos: 1307

Este relato puede partir de una buena idea, pero la forma en que está escrito (sobre todo la falta de puntos) ha hecho que no consiga conectar, lo siento. 

2 estrellas

 

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IMayayo
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Poblador desde: 18/12/2016
Puntos: 59

Muy buenas. El relato está dividido en dos partes. El primero me ha parecido más original pero promete cosas que luego no cumple. La abuela le dice que nunca se tenía que haber ido del pueblo (¿allí no hubiera tenido ese sueño?). Le advierte que en la ciudad atraerá a los lobos (al final los atrae en el pueblo, aunque sea en un sueño). También le dice que es probable que no se convierta (lo primero que pasa en cuanto está con el lobo). Me hubiera gustado más que tras la historia de la abuela hubieras vuelto a la ciudad, se me queda todo en nada.

Sobre la segunda parte, no me gusta que cambies de protagonista y aunque la escena del ataque está bien contada el final no es realista.

Mi nota: 2,5. Un saludo y suerte.

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Patapalo
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Poblador desde: 25/01/2009
Puntos: 209184

El relato tiene mucho potencial que, por desgracia, queda sepultado por (a mi parecer) dos problemas: los fallos a nivel formal, que merece mucho la pena revisar (signos de puntuación, erratas, faltas de ortografía) y estructura, tanto en las propias frases, para dar más fuerza a lo narrado y acentuar el ritmo, como en el conjunto.

Personalmente, este es un punto de partida que creo que podría servir para remodelar el relato. Tenemos un pasaje que funciona muy bien con la anciana, que resulta tenebroso y marca un hilo argumental muy sugerente, mezcla de las leyendas de meigas con la moralidad tradicional, y que tiene mucha potencia, y desembocamos en una segunda parte macabra pero sin relación directa con esta. Creo que si hubieras dejado que el leit motiv siguiera siendo la sexualidad desatada hubiera quedado ya más compacto el conjunto, quizás acentuando el contraste entre las compañeras de piso o transformando a la compañera en otro personaje con el que hay una tensión sexual.

En cualquier caso, insisto en el aspecto formal: hay imágenes muy potentes y sentido narrativo, pero sin la escritura adecuada es imposible que funcione (en este formato, claro).

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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