Berserkers

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Ligeia
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                                                  Berserkers

 

Él había oído sobre ellos, pero ahora que los había visto en acción, sabía que rumores y habladurías de campamento se quedaban cortos en cuanto a su aspecto y naturaleza. Docenas de gargantas aullando golpeaban el campo de batalla como un único rugido ebrio de furor, cuyo eco todavía le taladraba los oídos provocándole temblores.

La vista había sido afectada incluso más que la audición. Quinto Aulo cubrió su rostro con una mano; a pesar de mantener los ojos cerrados, era incapaz de ahuyentar de su mente la imagen de aquellos semblantes feroces, de ceños fruncidos sobre ojos muy abiertos brillantes de ira y labios retraídos mostrando dientes apretados, soltando espumarajos que humedecían sus barbas.

Quinto Aulo lamentó el día que llegó para atravesar la frontera y verse inmerso en aquella región fría e inhóspita de inmensos bosques y pantanos, donde sus habitantes eran igual de duros y despiadados. No había allí amplios campos roturados y prados donde pastar el pacífico ganado, amenas villas y empedradas vías… desconocidas eran las ciudades con sus monumentos, bullicio y distracciones. Allí lo único que había eran inmensas selvas de ramas retorcidas, amenazando con su desmesura a las pobres chozas levantadas en medio de calveros abiertos sobre terrenos abruptos.

Maldijo para sus adentros la idea de sus superiores de ordenar una acción rápida y contundente como castigo a las correrías, a la búsqueda de pillaje, que habían lanzado las tribus del otro lado del río sobre la orilla contraria. El castigo ejemplarizante no lo había sido en absoluto. El águila de dorado metal sobre la cartela imperial, había sido derribada ante el estandarte cornudo con sus tiras anudadas. Los legionarios acorazados que seguían  a la primera, habían sido vencidos por los guerreros vestidos con pellejos lobunos precedidos por el segundo.

El único consuelo que encontraba Quinto Aulo en la derrota era que esta solo había sucedido después de unos inicios prometedores para los romanos. Llevaban las de ganar y ya parecía adivinarse el fin de la escaramuza cuando el retroceso de los bárbaros se detuvo al sonido de un cuerno que se aproximaba. Poco tiempo ignorarían que era el heraldo del terror, anunciando la llegada de los perros rabiosos.

El conocimiento de su existencia había despertado su curiosidad, pero no esperaba ni deseaba encontrárselos. El destino, casi siempre cruel con los mortales, parecía tenerle reservada tan desagradable sorpresa. Sus compañeros que recomponían filas tras perseguir a los que huían, endurecieron sus expresiones, murmurando el nombre fatal para mencionar a los que venían: guerreros lobos, imbuidos del furor germánico.

Su buen compañero Venancio, que casi había ejercido de tutor para el novato desde su llegada al campamento, se aproximó hasta arrimar hombros. Estaba pálido. Le advirtió que la única salida sería poner tierra de por medio, mantener la distancia, porque aquellas alimañas, en su delirio irracional y sanguinario, atacaban todo lo que se movía, lo mismo amigos que enemigos.

Acompañando sus palabras, veía Quinto Aulo su confirmación al contemplar como los bárbaros se apartaban veloces de los que arribaban, despejando un camino hacia el frente por el que avanzaban en tropel los ceñidos solo de pieles, blandiendo hachas y espadas a diestro y siniestro.

Mientras empezaban también a dar unos pasos atrás, Venancio le dio un codazo al tiempo que señalaba a su izquierda. En la loma cercana, a la entrada de un vasto robledal, una figura de blanco observaba. Seguro se trataba del druida que había preparado el filtro de beleño y negras raíces que aumentaba su locura hasta el paroxismo. Su amigo le dijo que era inútil intentar el enfrentamiento, pues no sentían el dolor de las heridas y hasta que el efecto empezaba a pasar, matarlos era el único freno contra ellos. Y eso era casi imposible, pues eran incansables en su esfuerzo de cercenar y decapitar a todo el que entrara en su radio de acción.

Un miedo gélido se apoderó de su cuerpo cuando reparó en que ya los tenían encima. Todos corrían huyendo de la masa aulladora. Perdió a Venancio entre la confusión. Quinto Aulo trotaba con el único deseo de alcanzar la ahora acogedora empalizada del campamento salvador, mientras los soldados desde las torres vigía asaetarían a los monstruos que venían en su persecución.

Pero ese momento se demoraba. Las distancias parecían haberse dilatado. Los alaridos le envolvían. Echando una furtiva mirada por encima del hombro, no pudo evitar la pesadilla. Los posesos, entre la niebla que se había levantado, cambiaban. Quinto Aulo juraría sobre el mismo altar de los lares familiares que no fue un sueño. Algunos de ellos corrían a cuatro patas, y la cabeza de lobo que colgaba sobre la propia aparentaba tener vida y sustituir la que cubría. Los ojos amarillos brillaban y los dientes aguzados quedaban expuestos dibujando los labios risas humanas, porque se estaban carcajeando, por los dioses.

Avanzaba ligero en alas del terror. Entonces cayó. No había tropezado. Un golpe en el parietal había abollado su casco y hundido el metal en la carne. La confirmación de que, en efecto, su fuerza era sobrehumana. Aunque el impacto no sería suficiente como hacerle perder el sentido. Lo que había provocado su desmayo fue el pánico de saberse atrapado por un hombre lobo.

Reprimió el deseo de tocar la herida palpitante, fresca, detrás de la cabeza. Le habían quitado el casco, así como todo el equipo, hasta las cáligas, dejándole solo la camisa y las calzas, inerme y desarmado.

Venancio también le había hablado del trato que los salvajes solían reservar a los prisioneros, sacrificándolos de maneras atroces a sus Marte particulares, así como de los banquetes caníbales que luego festejaban con las ofrendas.

Su mirada se paseó por la estancia sin encontrar ningún objeto válido para sus propósitos suicidas.

A la izquierda, la pared era una única roca de superficie irregular, dando a entender que la choza se levantaba contra la base de un peñasco, así aprovechado. El muro detrás suyo y el de enfrente eran de piedras sin argamasa. El techo cóncavo de paja estaba negro por el hollín y a sus pies había un hogar rebosante de ceniza, excavado en el piso de tierra. Arriba, el hueco para el humo dejaba pasar un poco de luz.

A la derecha un tabique ocupaba todo el espacio a lo ancho, creaba una división y le impedía ver el resto del interior. Lo formaban tres paneles de madera chapada en bronce, cada uno con un círculo central en relieve; terminaban apenas a un palmo del suelo y por arriba ocupaban casi dos tercios de la altura disponible. Las cuatro varas verticales que constituían las particiones se elevaban un poco más y se apoyaban en el suelo. En los laterales quedaba un resquicio hasta la pared. Pensó en si sería capaz de derribar tal obstáculo, cuando oyó sus movimientos y sus respiraciones. Estaban detrás de esa medianera.

En el borde superior fueron apareciendo dedos que se aferraban y luego cabezas, apoyaban el pecho, dejaban colgando los brazos… eran ocho bárbaros de ojos claros que le decían cosas en tono burlón, pero Quinto Aulo no comprendía el idioma. Hacían guiños y alguno sacaba la lengua debajo del bigote lacio. Miró abajo, al vano inferior, y apreció las patas de lo que debía ser un banco largo, sobre el que se habían subido para verle.

Al intentar levantarse, se encontró mareado y débil. Ahora señalaban cierto punto. Se fijó con más atención. De repente, fue consciente de la presencia de un bulto en la penumbra, tendido delante de la pared opuesta a su ubicación. No estaba solo en la escueta pieza.

Era un hombre desnudo, grande y musculoso, como si una escultura de Hércules hubiera pasado del mármol a la carne. El alboroto de sus compañeros le había despertado. Se incorporó y con una mano pisó el tosco cuenco de madera que tenía junto a sí, el cual saltó y rebotó en la pared de roca. Tenía la piel enrojecida y sudorosa, en los hombros, cuello y mejillas, a ella se pegaban sus guedejas rubias.

Quinto Aulo se puso a la defensiva. Cerró los puños, añorando envolver con ellos el pomo de la espada. No entendía la situación. Desconocía lo que esperaban los concurrentes, que parecían jalear al otro para espabilarlo.

El hombre, ya bien despierto y cada vez más alterado, se mantenía fijo en el intruso, mientras Quinto Aulo no podía evitar girar la vista a cada tanto hacia los demás, vigilando ambas bandas.

El oponente dio unos pasos y él se pegó a la esquina, intentando descifrar sus intenciones. Parecía afiebrado, incómodo y su respiración era agitada. Cerró los ojos y contrajo el gesto, como atacado por una punzada dolorosa, pues se rodeó el torso con los brazos y se agachó un poco. Los espectadores habían callado, a la expectativa.

Creyó por un instante que las sombras le jugaban una mala pasada cuando notó como la distancia entre los omóplatos estaba aumentando y las orejas creciendo hasta sobrepasar las sienes. Pero cualquier duda sobre la realidad de los cambios que se iniciaban sobre el que tenía delante desapareció cuando, con una mezcla entre gruñido y lamento, acompañada de un crujido, las rodillas cedieron hacia atrás, volviendo del revés la articulación, cayendo cuerpo a tierra para afirmarse sobre las manos.

Lleno de profunda turbación, Quinto Aulo observó cómo, a gatas, los huesos largos de brazos y piernas se elongaban, en la espalda y pecho se hinchaban las costillas, la boca babeante se proyectaba convirtiendo la parte inferior del rostro en un remedo de hocico o los dedos se acortaban mientras las uñas se estrechaban y afilaban. El vello corporal y la melena se oscurecían y ganaban tupidez. Sin duda, estaba asistiendo incrédulo a la más espantosa nigromancia.

Un par de espectadores se dijeron algo. Recuperaban la actitud arrogante y burlona, pero él no era capaz de salir del estupor ante la presencia y espeluznante mirada de aquel enorme monstruo, demasiado humano para ser un animal, demasiado animal para ser un hombre. Un híbrido que gruñía amenazador, una quimera colmada de ferocidad que se preparaba para saltar sobre él.

Desde el tabique, los bárbaros parecían incitar al engendro. Uno se puso a golpear con la palma de la mano en la lámina metálica.

Los bastardos malnacidos se mofaban. Lo último que pudo razonar con claridad fue que su muerte iba a ser motivo de diversión para una manada de bestias lupinas.

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Patapalo
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Puntos: 209184

Relato admitido a concurso.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Lord_Ruthven
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Puntos: 929

El cuento me ha parecido muy original, me ha gustado la ambiwetnación en época romana. Cierto es que yo no conocia a los Berserkers, quiza por eso me ha parecido más original. No obstante, el como nos llevas, con un léxico y una entonación tan cuidadas, hasta la Roma de las legiones es digno de admiración. Como unica pega (que alguna hay que sacar siempre) el fianl...no sé me ha parecido "suave". Tras pintar tan bien a las fieras me esperaba algo más sangriennto o impactante.

4 estrellas

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JFB
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Puntos: 125

Un relato trabajado, de lenguaje esmerado, cuidado al punto que deriva en un sobreexceso en el cual los errores y las carencias, aunque sean de poca importancia, parecen quedar más resaltadas . Mucha sobreadjetivación, por lo cual la lectura me resultó bastante empalagosa. Es bastante breve, pero la puesta en escena se hace excesivamente larga (de hecho es casi toda la historia), para finalmente llevarnos a... gustará más a unos que a otros, pero a mí no me convenció y además me supo a poco.

Por momentos me recordó al «Guerrero nº 13», cambiando lobos por osos. Y ya. 

Mi nota: 3

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Olethros
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Puntos: 352

En cuanto a forma y estilo, muchas de sus decisiones están relacionadas con la naturaleza de la propuesta y lo "visual" de la misma. Lo que en otro relato quizá podría señalarse como mejorable, aquí tal vez sirva (o al menos haber tenido la intención de servir) para situar al lector en el limes romano de Germania hace unos veinte siglos. Con todo, la adjetivación puede entrar en el campo de lo excesivo. El pasaje con la descripción detallada del lugar donde encierran al protagonista tal vez rompa la fluidez de la trama y el buen ritmo de la misma.

En cuanto al fondo, se aproxima al tema del certamen con una localización "exótica" y un ejercicio brioso de "horror histórico fantástico". 

Mi calificación es 3,25 estrellas.

Gracias por compartirlo y suerte en el concurso.

Ceterum censeo Carthaginem esse delendam... ;oP

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torpeyvago
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Poblador desde: 29/02/2016
Puntos: 1890

Original, entretenido y muy bien escrito —al menos desde mi humilde punto de vista—.

La escena de la huída en la batalla y la transformación me han parecido geniales. Y el final, insinuando más que explicando, estupendo. A pesar de ser yo de sangre y vísceras, creo que a este cuento no le falta nada de eso, que es suficiente con la angustia final.

Sólo le he podido ver algunos detalles nimios del tipo:

El águila de dorado metal sobre la cartela imperial, había sido derribada ante el estandarte cornudo con sus tiras anudadas.

Vamos, esos fantasmas tipográficos que se cuelan sin llamarlos.

Y sobre todo, me lo he leído sin respirar.

Para mí, cuatro y medio largo (4,5)

___________________________________________________________

En un lugar de La Mancha de cuyo nombre me acuerdo perfectamente...

https://historiasmalditas.wordpress.com/

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Mzime
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Puntos: 352

 Entretenido relato que pretende retrotraer la leyenda los bersekers vikingo-medievales al furor germanicus de la Antigüedad romanaAl inicio, es el típico relato en la línea de frente, donde el protagonista, en vez de estar inmerso en la lucha individual, tiene una extraordinaria visión colectiva de la batalla. Todo termina, no obstante, en una inversa damnatio ad bestias, en la cual las bestias son así mismo parte del público en el anfiteatro. Eso sí es más original.

Por lo demás, el relato es entretenido y se lee bien, con fluidez, pero algunas cuestiones de índole histórica me han perjudicado mucho el sentido de la maravilla (druidas entre germanos, romanos con calzas -término medieval también- en vez de braccae o, incluso, el propio nomen, Aulo, del protagonista Quinto). Ya sé que estas pueden ser simples cosas mías  y de mis intereses personales, pejigerías históricas, pero no puedo evitar que me afecten. 

En todo caso y a pesar de todo, por lo entretenido y por estar bien narrado, le doy tres estrellas en mi consideración. 

"Si quieres llegar rápido camina solo, pero si quieres llegar lejos camina acompañado", (proverbio masái)..

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Ligeia
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Poblador desde: 03/12/2013
Puntos: 1152

torpeyvago, cuando en cierto momento has comentado que a ti los relatos licantrópicos te molan con sangre e higadillos, sinceramente, me preocupé pensando: pues cuando llegue al mío, se va a aburrir XD pero veo que has captado la intención y te ha encantado, por lo que me alegro mucho :)

Mzime, también has captado la intención del final y la has visto original, eso también me congratula jeje en cuanto a los detallitos históricos, a mi también me gustan bien puestos porque los anacronismos cantosos me sacan de la lectura pero tampoco busco una rigurosidad milimétrica y lo adapto pensando en lectores que tengan, digamos, mayores lagunas en tal conocimiento. Por eso, no puse bracas sino calzas, que creo es un término más habitual... total, son prácticamente lo mismo, las bracas romanas evolucionaron en las calzas medievales y estas a su vez originaron los pantalones; tampoco por eso puse, a pesar de las ganas de hacerlo jaja gladio en lugar de espada, total, el gladio es una espada romana; pero si dejé cáligas porque he de suponer que desde los peplums ese término sí es más conocido y ayuda al lector medio a situarse temporalmente... lo del druida fue nuevamente para reforzar el contexto de una pincelada, un sacerdote pagano de los bosques supongo que vendrá a la mente de la mayoría al leer la palabra, en ambientación grecorromana sacerdote lo suelo reservar para los religiosos grecorromanos... tal vez en una relectura o repaso tranquilo podría haberlo dejado en vidente al menos, pero bueno, tuve un pequeño problema de desaparición del archivo y tuve que volver a escribirlo casi de cero, de memoria y después del cabreo solo quería colgarlo ya :s  el nombre es a posta, una broma privada que hago a veces, tengo por aquí un relato ambientado en tiempos de Ramsés II donde el prota se llama Amonnefer aunque sé que lo correcto sería Neferamon ^^ como ves, el nombre del amigo también es muy revelador jojo Venancio (Cazador) En fin, pues sí, a veces creo que hay que sacrificarse un poquillo en aras de no liar al lector medio. Aunque no podamos contentar a todos ;)

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Juanmi
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Poblador desde: 27/11/2016
Puntos: 23

Un buen relato perfectamente ambientado; en este caso, el uso de la adjetivación me parece adecuada al contexto.

Se nota que Ligeia lleva tiempo en esto de escribir. Un lenguaje rico y adecuado a lo que se está contando, con el trabajo que esto conlleva. Las adaptaciones históricas son una de mis debilidades a la hora de escribir, dan mucho juego y si se hace bien quedan estupendamente, como es el caso.

Solo reseñar que un par de frases me han parecido algo "forzadas" en su composición, por decirlo de algún modo, y como ha indicado alguien, el tránsito a la escena en donde se describe el lugar en el que el protagonista está encerrado en demasiado descriptivo y rompe un poco el ritmo.

En general un relato muy bueno

3,5 estrellas.

Suerte

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Dr. Ziyo
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Poblador desde: 30/01/2016
Puntos: 2776

Un relato muy bien ambientado. Me ha gustado el cuidado uso del lenguaje, aunque alguna frase me ha sonado forzada, como alguien ha advertido por ahí, y la forma de describir en general y sobre todo la inquietante escena de la transformación.

A mí personalmente se me ha "echado" encima el final. Ha sido la sensación que he tenido, como diciendo ¿ya? Lo cual tiene su parte buena porque significa que se me ha hecho corto y muy entretenido.

En el apartado histórico no entro porque lo ignoro en su mayor parte, así que me creo todo lo que se dice aquí.no

Le doy tres estrellas y tres cuartos.

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Bio Jesus
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Poblador desde: 11/07/2014
Puntos: 1514

Un relato bien escrito y bien ambientado haciendo equilibrios entre lo histórico y lo fantástico. Prosa trabajada y referencias bien medidas, aunque con algún punto debatible: los berserker son vikingos, de hecho los vestidos con pieles de lobo eran llamados ulfhednar "los ceñidos con piel de lobo", y no berserker. Los germanos tenían fanáticos, si, pero más al estilo de los gaesati celtas, luchando desnudos.¡Ojo!, no digo que eso haga desmerecer el relato. ¡Ni mucho menos! Pero es que el tema me interesa.

Otro detalle que no me cuadra es el final. Despues de un relato tan abundante en detalles, me parece algo falto de chispa, un tanto apresurado. De hecho yo esperaba ver a Quinto Aulo "bendecido" con la licantropía y pasando a las filas de los berserkers. Ya ves que como adivino, no tengo precio.

Pero en general es un buen relato, estéticamente muy atractivo y con una ambientación histórica creible.

Nota: 3,75

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MauricioPsy
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Poblador desde: 16/01/2017
Puntos: 96

Hola:

Pues de partida no sé si se puede comentar/votar/criticar/opinar sin estar participando del concurso, pero por si acaso voy igual.

No soy muy entendido de la parte histórica sin embargo el relato no ha trastocado para nada la concepción que tenía yo de la roma antigua. Los nombres y el ambiente, a mi poco entender, son creíbles y coherentes.

La narración ha sido genial comenzando suavemente a más intensa ya en el momento de la batalla en si, transmitiendo en todo momento el estado anímico del protagonista.

Concuerdo con los demás en el final. Un poco débil quizás, tal vez con una frase épica, alguna conclusión desgarradora lograra dar el cierre perfecto.

Además, un detalle: aunque sé que cada cual puede transformar a sus Lupinos de la manera que quiera, a mi parecer no es necesario esa vuelta de rodilla durante la metamorfosis, ya que lo que parece la rodilla inversa es realmente el tobillo. Los cánidos caminan en la punta de los dedos.

Por último pero importantísimo, El relato me ha mantenido interesado y entretenido hasta el final. Lo que considero es lo primordial.

Pues eso, resumiendo y esperando doy 3.5 estrellas. A saber como las ponen ustedes.

-"No está muerto lo que vive eternamente, y en extrañas eras hasta la muerte puede morir"-

H.P.Lovecraft.

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torpeyvago
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Poblador desde: 29/02/2016
Puntos: 1890

Ligeia dijo:

torpeyvago, cuando en cierto momento has comentado que a ti los relatos licantrópicos te molan con sangre e higadillos, sinceramente, me preocupé pensando: pues cuando llegue al mío, se va a aburrir XD pero veo que has captado la intención y te ha encantado, por lo que me alegro mucho :)

Vayamos por partes, que mis gustos creo que merecen unas aclaraciones, que parece que me gusta nada más que lo que sube el colesterol, lo «entrañable» —vale, chiste malo; me estoy medicando, pero todavía falta para tener resultados—. Me permito hacer un simil con el humor.

  1. El primer paso del humor es el «tetaculocacapedopís». Con esto, salvo algún pacato ignorante de la vida, se ríe todo el mundo. El quiquicaca es siempre éxito seguro. Eso sí, voy a hacer un pequeño matiz. Como dice mi madre, y yo repito habitualmente a modo de sardina, «tocar la guitarra es fácil, tocar bien la guitarra es muy, muy difícil». Hay auténticos maestros de lo escatológico que son geniales. No hay que confundir, pues, el que sea fácil hacer reír así con hacerlo de forma magistral; de hecho, me parece que no hay término medio. En cualquier caso, nos quedamos con que es el primer paso del humor.
  2. El segundo es el humor de situación. Va desde darte cuenta de que has salido de casa con las pantunflas puestas a una escena con nueve actores en «Las bodas de Fígaro». Es el aprovechado por cienes y cienes de comedias insulsas para pasar el rato, que son censuradas implacablemente para eliminar lo escatológico, como si fuese algo malo, y que se fabrican en serie para tener horas y horas a los espectadores pegados a la tele. Pero también es el humor genial de Chaplin, Benny Hill, Mr. Bean, los hermanos Marx y tantos otros —sí, le va mucho las posibilidades del mudo, sin excluir otras técnicas, claro—.
  3. El tercero es el mal llamado humor psicológico. Yo lo prefiero llamar humor conceptual. Les Luthiers, o el mejor Peter Seller. El astracán —aunque esté enreverado con los otros dos al máximo— es también un buen ejemplo.

El que existan esos tres pasos no significan que deban ser independientes. Ya he mencionado al astracán, pero si conocéis «Las majas del bergantín» de Les Luthiers tendréis en mente, seguro, los complicados juegos de palabras, el humor musical de imitación, lo absurdo de otros juegos de palabras, más de situación, y, por supuesto, «...no les muestro Italia porque estaría feo...» o «...no me preocupa el pasado de España, sino el futuro de Italia.».

Pues con el género fosco, desde mi humilde punto de vista, ocurre lo mismo. El primer paso es la casquería. Con ésta siempre aciertas, peeeeero también hay niveles, hay meros diseccionadores que se regodean en la descripción anatómica y otros con los que de verdad notas los intestinos salpicándote la cara, las heces que los rellenan duchándote y el aroma cálido y herrumboso de la sangre invadiéndote las fosas nasales. Más aún ¿conocemos el comienzo de «La dama de las camelias»? ¡Eso es «asquerosería» bien llevada!

Y también están los otros dos pasos: El terror «de situación» de verte comprometido en unas circunstancias realmente horribles y que el escritor tansmite al lector con mayor o menor fortuna. Por último el terror, de nuevo mal llamado, psicológico y que yo insisto, quizá erróneamente, en llamar conceptual. ¿Cuántos, pocos seguro, son los autores capaces de hacerte cagar por la pata abajo sin describirte ni un monstruo ni una situación violenta? Algo de Edgar Alan Poe y de Béquer. Algo de L'isle Adam y de Lovecraft. Algo de Borges. 

Pues eso, cuando leo, sea humor, sea horror, espero siempre un mínimo, un primer paso, pero si la emoción me llega por otro camino, miel sobre hojuelas. Y si me llega por varios, ya ni hablamos.

Por eso me gustó tu relato, creo que la angustia final es suficiente. Ahora bien, unos cuantos sesos espacidos en la batalla, unos hombros desgarrados por espadas poco afiladas, espaldas hendias con hachas terribles... O unos gaznates apretados por un buen par de mandíbulas, unas garras desventrando, un buen masticamiento alimenticio y sanguiolento... blush

Y perdona el tocho. Hoy no he dormido bien, y cuando le falta oxígeno al «celebro» pasan estas cosas.

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En un lugar de La Mancha de cuyo nombre me acuerdo perfectamente...

https://historiasmalditas.wordpress.com/

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Patapalo
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MauricioPsy dijo:
Pues de partida no sé si se puede comentar/votar/criticar/opinar sin estar participando del concurso, pero por si acaso voy igual.

Cualquier usuario registrado en la web puede votar, comentar, criticar y opinar, así que bienvenido a bordo.

 

 

MauricioPsy dijo:
Pues eso, resumiendo y esperando doy 3.5 estrellas. A saber como las ponen ustedes.

El sistema de votación es entre 1 y 5 estrellas. Una sería para relatos rematadamente malos y cinco para relatos rematadamente buenos a criterio del lector, así que, en principio, parece que has votado ajustado a tu criterio.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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torpeyvago dijo:

Y perdona el tocho. Hoy no he dormido bien, y cuando le falta oxígeno al «celebro» pasan estas cosas.

A mí me ha parecido muy interesante el tocho Interesante la gradación sobre el horror. Nunca lo había visto así, pero es una perspectiva potente.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Patapalo dijo:

torpeyvago dijo:

Y perdona el tocho. Hoy no he dormido bien, y cuando le falta oxígeno al «celebro» pasan estas cosas.

A mí me ha parecido muy interesante el tocho Interesante la gradación sobre el horror. Nunca lo había visto así, pero es una perspectiva potente.

nonono

___________________________________________________________

En un lugar de La Mancha de cuyo nombre me acuerdo perfectamente...

https://historiasmalditas.wordpress.com/

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Por eso me gustó tu relato, creo que la angustia final es suficiente. Ahora bien, unos cuantos sesos espacidos en la batalla, unos hombros desgarrados por espadas poco afiladas, espaldas hendias con hachas terribles... O unos gaznates apretados por un buen par de mandíbulas, unas garras desventrando, un buen masticamiento alimenticio y sanguiolento... blush

[/quote]

 

Resumiendo, lo conozco, la escala de tres pasos: gore, terror, horror. Aquí quería algo corto y visual por lo que obvie esos detalles tan estimulantes jeje porque me conozco y podría perderme en las descripciones y ralentizar el asunto. Aun así, como ya me han comentado, no pude evitarlo del todo cuando me puse a detallar donde aparece metido XD

No recuerdo si estuviste en el anterior Polidori, pero te recomiendo la lectura ahí de mi relato Danan el Solitario, donde creo que tus gustos quedarán más satisfechos jojo

 

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Bio Jesus: claro que es así, ulfs ''piel de lobo'' y bers ''piel de oso'' pero tengo la teoría de que entre germánicos, celtas como bien dices y nórdicos antepasados de los vikingos había estos grupos especiales de guerreros cuyo último ejemplo histórico fueron los berserkers vikingos empleados como cuerpo de guardia/guardaespaldas de jefes y reyes y que con la cristianización, al pasar a ser vista su ''posesión'' de divina a demoníaca, acabaron sus últimos representantes como vagabundos o, en el peor de los casos, salteadores de caminos. Eso me inspiró mi relato del anterior Polidori Danan en Solitario ^^

Pero como ya he explicado a Mzime, uso los datos históricos siempre en aras de la claridad y pensando en en un lector medio que desconoce el tema en profundidad, por lo que intento no aturullar con datos demasiado ''exclusivos'' y aprovecho los más ''populares''. Así, empleo la palabra berserker aunque no lo sean exactamente sino sus ehhmm.. precedentes?... pues supongo que esa suena bastante más por ser tal figura y nombre más común en la cultura de masas.

Mauricio Psy: En efecto, conozco la anatomía podal de los cánidos y que ocurre en esa zona en las transformaciones lupinas más habituales. Pero yo prefiero otra combinación, pues me parece  especialmente ''fascinantegrimosa'' jeje rodillas al revés, puf pensando en una rara tara genética que se pudo contemplar entre algunos de los exhibidos en las famosas ferias de rarezas de finales del siglo XIX, primeros años del XX pon en google Ella Harper la chica camello y verás a que me refiero :)

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Puntos: 60

Excelente relato, además que me encantó la ambientación en la campaña romana contra las tribus germánicas.

Le doy un 3.5

PD: Un dato totalmente irrelevante. Además de “Berserker” existe el término menos conocido “Ulfhernar” para designar en específico a los guerreros nórdicos que luchaban con pieles de lobos encima y también drogados con ácido lisérgico (precursor del famoso LSD), dado que normalmente los Berserkers utilizaban pieles de osos (y en casos aún más raros pieles de toro). Sin embargo hasta dónde sé el uso como sinónimos de ambas palabras es admitido.

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Ligeia
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Puntos: 1152

epiman: en el comentario anterior ya he contestado al respecto. Uso palabras más "comunes", creo que más conocidas, para no liar al lector con la correcta más rarilla. Si lo hubiera titulado Ulfhenars, a la mayoría le harían los ojos chirivitas, no tanto con sus iguales berserkers.

Y me pareció que el motor de la transformación también está claro jeje ¿No se ve al "Panorámix" al borde del bosque, insinuando que allí se ha celebrado la ceremonia e ingesta ritual de la "poción mágica"? ¿Qué crees que contenía el cuenco que el grandullón golpea con la mano al levantarse? Los muy cabrónidos han tenido la ocurrencia de encerrar al prisionero con uno en plena transformación.

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epiman157
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Ligeia dijo:

epiman: en el comentario anterior ya he contestado al respecto. Uso palabras más "comunes", creo que más conocidas, para no liar al lector con la correcta más rarilla. Si lo hubiera titulado Ulfhenars, a la mayoría le harían los ojos chirivitas, no tanto con sus iguales berserkers.

Disculpa. Normalmente sí me doy el tiempo de leer los demás comentarios (sobre todo para no redundar sobre los mismos puntos y opiniones), pero anoche intenté terminar de leer el resto de relatos del concurso, así que esta vez no atendí debidamente esto (y tampoco terminé de leerme todos los demás relatos, :'( )

Y no: a mi no me quedaron dudas sobre el cómo y el porqué de la transformación, por lo que ni siquiera mencioné ningún punto o crítica al respecto... y sí: fueron muy cabrónidos esos manes...

 

 

 

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Ligeia
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Disculpa. Normalmente sí me doy el tiempo de leer los demás comentarios (sobre todo para no redundar sobre los mismos puntos y opiniones), pero anoche intenté terminar de leer el resto de relatos del concurso, así que esta vez no atendí debidamente esto (y tampoco terminé de leerme todos los demás relatos, :'( )

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No pasa nada jeje estamos todos medio parecido seguramente. E intuyo un aluvión final que nos va a dejar temblando XD así que para ese momento, intentaré tener terminada esta tanda. A mí ya no me quedan muchos ^^ A disfrutar con los que van cayendo!

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Patapalo dijo:

Cualquier usuario registrado en la web puede votar, comentar, criticar y opinar, así que bienvenido a bordo.

El sistema de votación es entre 1 y 5 estrellas. Una sería para relatos rematadamente malos y cinco para relatos rematadamente buenos a criterio del lector, así que, en principio, parece que has votado ajustado a tu criterio.

Gracias por la bienvenida y creo que sí, vamos a seguir votando por mientras. Gracias de nuevo.

-"No está muerto lo que vive eternamente, y en extrañas eras hasta la muerte puede morir"-

H.P.Lovecraft.

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Ligeia dijo:

Mauricio Psy: En efecto, conozco la anatomía podal de los cánidos y que ocurre en esa zona en las transformaciones lupinas más habituales. Pero yo prefiero otra combinación, pues me parece  especialmente ''fascinantegrimosa'' jeje rodillas al revés, puf pensando en una rara tara genética que se pudo contemplar entre algunos de los exhibidos en las famosas ferias de rarezas de finales del siglo XIX, primeros años del XX pon en google Ella Harper la chica camello y verás a que me refiero :)

La verdad es que sí, cualquier cambio forzoso en la anatomia que consideramos "normal" es un poco, como decirlo, chocante a la vista. Y si nos imaginamos a la de crujidos que acompañan esa transformación brrrr....

-"No está muerto lo que vive eternamente, y en extrañas eras hasta la muerte puede morir"-

H.P.Lovecraft.

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Sí ^^

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Me encanta tu estilo. Tu prosa me ha tenido embelesado de principio a fin, a pesar de que no me entusiasma demasiado la época que has escogido. Pero eso ya es problema mío, y reconozco que aún así la ambientación funciona a la perfección con la historia que quieres contar.

Me uno a la opinión de que hubiese preferido un final más violento y explícito. La descripción que haces de la transformación me ha hecho esperar algo más salvaje en la conclusión, y no lo he encontrado. Me gusta cómo termina, pero me he quedado con ganas de vísceras y miembros amputados.

Por último, me chirría un poco el uso que haces de la palabra "nigromancia", es algo que yo suelo ver más arraigado a la hechicería que implica la invocación y el uso de fantasmas y muertos vivientes.

Muy buen relato, te doy tres estrellas y media ***1/2

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Curro
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kekanaya dijo:

Por último, me chirría un poco el uso que haces de la palabra "nigromancia", es algo que yo suelo ver más arraigado a la hechicería que implica la invocación y el uso de fantasmas y muertos vivientes.

Realmente las palabras terminadas en -mancia suelen referirse a ciencias místicas relacionadas con la videncia, pero yo siempre he visto esta palabra asociada a la magia negra sin más. La RAE recoge las dos acepciones (confieso que en su día tuve que buscarlo).

Mi opinión...

Me ha encantado la idea, me ha parecido brutal, de esas que me hacen pensar "mierda, ¿por qué no se me ha ocurrido a mí?". Quizás no sea la idea más original de las que llevo vistas en el certamen, pero sí la que más me ha atraído a nivel particular. Y según iba leyendo, la ambientación y las escenas narradas me han resultado tremendamente efectivas y atrayentes.

Está muy bien escrito, tampoco me ha costado tanto navegar entre tantos adjetivos (no es algo que me haya llamado la atención especialmente). Quizás me ha costado ubicarme, no sabía al principio si la batalla ya había terminado hace un tiempo, si acababa de terminar o si seguía teniendo lugar, pero en seguida me he puesto al día. En general, el texto tiene más virtudes que defectos y se disfruta mucho.

Muy buena la descripción de los dos estandartes enfrentados, muy clásica pero efectiva.

Venga, alguna pega. Considero que el argumento está algo desaprovechado. Romanos que luchan contra germanos que tienen una unidad de élite entre sus filas que al final resulta estar formada por hombres-lobo. Es tan genial que esperaba más, quizás el relato se centra demasiado en la figura de Quinto Aulo que en el horror que está presenciando.

Además, por normal general, soy de los que creo que da más miedo lo que se insinúa que lo que se muestra, pero este texto narra una batalla, estoy con Torpeyvago, ¡más sangre!, o al menos más... insinuación de sangre.

Y luego la escena final creo que tiene poca fuerza en comparación con la que la precede. A ver, cómo lo explico... Tenemos a un ejército romano siendo masacrado por hombres-lobo en el campo de batalla... ¿y de pronto me cuentan lo que le pasa a un único romano al que enfrentan a un licántropo? ¡¡Espera, espera!!, ¡¡yo quiero volver a la parte anterior!! ¿No habría sido más efectivo que, tras caer en el campo de batalla, Quinto Aulo tuviera un combate singular contra un berserker mientras la batalla sigue rugiendo a su alrededor? O vale, que lo secuestren pero ¿no se podría haber ampliado el marco para mostrar más del campamento germano, más prisioneros siendo torturados hasta la muerte, o quizás devorados vivos, o más... de algo?

No sé si me he explicado, ha sido un duro día de trabajo y mis neuronas se están ahogando en materia gris sobrecalentada. De todos modos, la puntuación ya la tenía decidida cuando terminé de leerlo en el metro y entonces todavía mantenía cierta coherencia, así que es válida --> Puntuación: 3,5 estrellas

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Albion
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Puntos: 134

Buena idea bien ejecutada. Es lo primero que me ha venido a la cabeza cuando he terminado de leer este relato. La ambientación me ha gustado bastante, el limes romano, con la civilización a un lado y al otro la barbarie. Pese a algunos pequeños errores históricos que no tienen mayor importancia para el desarrollo del relato, la ambientación general está muy lograda y la escena de la batalla es clara y contundente algo que es bastante complicado de hacer. El final me ha convencido un poco menos, entiendo que es una especie de "circo romano" a la inversa pero no sé, esperaba otra cosa. En todo caso, me ha gustado mucho, le doy una puntuación de cuatro y medio y levanto el pulgar como un Nerón venido a menos , aunque no sé donde leí que en realidad el pulgar arriba significaba lo contrario de lo que creemos pero en este caso es el bien.

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Bote
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Puntos: 1477

En cuanto entendí que la luna no tenía nada que ver en la transformación de los germanos, que era "otra cosa", cambié de parecer. El hecho de que no quede claro, que no haya una explicación que lo muestre abiertamente casa perfectamente con la visión del protagonista y te hace participar de su ignorancia, su pánico ante lo que está presenciando. Un cuento de terror en toda regla, una de esas situaciones tan bien contadas que apabullan y te encogen las gónadas. Sobre todo la parte final, ese control, esa seguridad que les hace confiar tanto en su fuerza ante los romanos que se permiten el lujo de disfrutar de su victoria con un espectáculo sangriento. El terror aumenta cuando sabes que no solo no le importas al que te está matando, es que se lo va a pasar pipa viéndote sufrir.

Aparte de esto y porque he leído las otras valoraciones y explicaciones de la autora después de escribir la mía, tengo que decir que no me parece correcto cambiar conceptos o definiciones por temor a aburrir al lector medio. Yo soy el lector más medio de todos los lectores medios y puedo aceptar perfectamente "braca" en vez de "calza", si lo que llevaban los romanos eran bracas y no calzas. Porque más o menos entiendo que se trata de una prenda y porque si no sé qué prenda es exactamente echo mano de san Google y aprendo. Es maravilloso leer terror, pero si encima terminas un cuento sabiendo algo que desconocías, pues mira, estupendo. Hablando por mí, claro, que por supuesto la autora puede y debe escribir lo que le dé la gana.

4,5 estrellas

Mírame a los ojos...

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Ligeia
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Curro: Si, nigromancia es sinónimo de magia negra, y no eres el primero en pedir más sanguinolencia jojo pero quería centrarme más en lo vivido por el propio Quinto Aulo además de que en relatos muy cortos tengo miedo con las descripciones, que me puedo enrollar como una persiana regodeándome en cabezas cercenadas voladoras, gargantas arrancadas, rojas salpicaduras varias etc

Albión: Acepto la neroniana imagen popular, aunque ahora se sepa que no es correcta :P

Bote: Pues tienes razón, desde ahora pondré lo que corresponda sin temer liar al lector o parecer demasiado pedante, es que no acabo de acostumbrarme a la presencia del google jaja todavía antes que teclear consulto primero mis viejos libros y revistas XD

Me alegro que os haya gustado, gracias por los comentarios :)

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Hedrigall
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La principal virtud del relato es que te mantiene enganchado al texto de principio a fin. El inicio in media res no deja ningún respiro y alterna muy bien la escena de huida, la explicación de cómo se ha llegado a ella y la sensación de pánico creada por los berserkers. En un contraste acusado, el interés se mantiene en la segunda escena a base de alardes descriptivos y un muy buen manejo de la tensión.

Como crítica, concuerdo con alguna frase sobreadjetivada y, más que de construcción extraña, alargadas en exceso. Y a título personal, para hacer la historia más redonda, encuentro a faltar en la conclusión más protagonismo de Quinto Aulo. El desenlace vuelve a hacer hincapié en los hombres lobo que aterrorizan al inicio, solo que centrado en una sola bestia, sin que se nos ofrezca una mínima esperanza para el romano. Aunque solo sea para engañarnos.

 

3 estrellas

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