Esclavo de la luna

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Dr. Ziyo
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Félix dormía en su habitación. La oscuridad dominaba casi toda la escena, pero la escasa luz que se filtraba a través de las rendijas de la persiana como pequeños rayos láser iluminaba lo suficiente para permitir ver que su cuerpo se sacudía inquieto sobre la cama. Estaba teniendo una pesadilla.

 

En el sueño iba caminando por un inquietante bosque, denso y oscuro. Se dio cuenta de que iba desnudo por completo y desprotegido, pero a pesar de eso no tenía miedo. El silencio reinante era abrumador, parecía estar suspendido en el aire, como una lona invisible. Era de madrugada y el cielo tenía una extraña tonalidad rojiza. A través de las ramas de los árboles se veía brillar una enorme luna llena que bañaba todo con su argentífera luz y parecía mirarlo expectante. Llegó a un claro del bosque donde los árboles parecían haber hecho un pacto para crecer formando un círculo. Se situó en medio del círculo y miró hacia arriba. Se sentía extraño, pero no sabía por qué. Alzó entonces sus manos hacia el cielo, en dirección al satélite nacarado, pero ya no eran manos, eran dos enormes garras cubiertas de pelo y con afiladísimas uñas negras. Agarró la luna con ambas garras y la arrancó del cielo, atrayéndola hacia sí. La contempló sin pestañear mientras la estrujaba y le clavaba las uñas con fiereza. La luna se aplastó como si fuera una naranja y de su interior brotó espesa sangre que se escurría entre sus enormes dedos y goteaba al suelo, formando un charco escarlata a sus pies. La sangre del suelo pareció cobrar vida y comenzó a trepar por sus piernas, deformadas de manera extraña, cubriendo poco a poco todo su cuerpo. Entonces se llevó la destrozada luna a la boca y bebió con ansia la sangre que manaba de ella. Terminó de beber, levantó la cabeza y lanzó un desgarrador aullido que conmocionó al bosque.

 

Entonces se despertó, sobresaltado y aterrorizado como siempre.

 

Llevaba ya meses teniendo la misma pesadilla recurrente casi todas las noches, y siempre acababa igual, con el aullido que le despertaba. Al principio no comprendía por qué tenía tan a menudo ese horrible sueño repetitivo y qué podía significar, si es que significaba algo. Hasta que una noche, al tercer mes de empezar las pesadillas, ocurrió algo que le dio sentido: esa noche sufrió su primera transformación.

 

Esa noche su vida cambió. Siguió adelante; de forma torturada, cierto, pero siguió adelante. No pudieron decir lo mismo todas las inocentes víctimas que sucumbirían al apetito voraz de la bestia que dominaba su voluntad al transformarse.

 

Félix comprendió por fin qué significaban las pesadillas: primero fueron un anticipo de lo que iba a ocurrir; después fueron como un recordatorio de la horrible existencia que llevaría de ahora en adelante. En ellas se veía como si fuera otro, como si él fuera un espectador y le estuvieran mostrando en qué consistía aquella transformación. Su cuerpo sufría una horrible y dolorosa metamorfosis que le llevaba a adquirir la forma de una bestia, mitad hombre y mitad lobo, en tanto que su mente perdía el control por completo. Desaparecía toda racionalidad de ella, y la brutalidad, el salvajismo y una inmensa sed de sangre tomaban las riendas.

 

Cuando despertó al día siguiente de su primera transformación, confundido y asustado, bañado con la sangre de su primera víctima y con el sabor de esa sangre y de su carne aún en la boca, tardó un buen rato en comprender lo que ocurría por una sencilla razón: era algo que se le antojaba imposible. Inconcebible. Una locura. Cuando comprendió, o creyó comprender, lo que había ocurrido, vomitó todo el contenido de su estómago, una repugnante masa rojiza, y estalló en llanto.

 

Jamás había creído en historias de fantasmas, espíritus, casas encantadas, ni nada de eso. Y mucho menos en zombis, vampiros... u hombres-lobo. Esas cosas no tenían cabida más que en las películas y en los libros, pero no en el mundo real, no en su mundo. Si alguien le hubiera contado lo mismo que ahora le estaba sucediendo a él, lo habría tomado por un mentiroso o por un loco. O por un mentiroso loco.

 

Se preguntaba por qué razón le ocurría eso a él. Buscaba una explicación –porque tenía que haber una–, algo que pudiera aclararle qué era lo que había sucedido para que él se convirtiera en..., se negaba a pensar en el término “hombre-lobo”, pero no cabía ninguna duda de que se transformaba en una bestia sanguinaria. Él no era el séptimo hijo varón de un séptimo hijo varón, ni le había mordido un lobo en el bosque (ni en ningún otro lugar), y que supiera, nadie le había lanzado ninguna maldición. Según tenía entendido, esos eran algunos de los motivos que podían convertirte en una bestia en noches de luna llena. Con toda probabilidad había más y él no los recordaba, pero estaba seguro de que no se debía a ninguno de ellos. Algo en su interior le decía que así era. Y si no era por ninguno de los motivos conocidos tenía que ser por alguna otra causa, algo que hasta ahora nadie había planteado.

 

Félix tenía una sospecha desde hace tiempo, algo a lo que daba vueltas en su cabeza, pero que siempre rechazaba porque le parecía una idea descabellada. Aunque si lo pensaba bien, lo que le ocurría a él también era algo descabellado del todo. Y ese pensamiento descabellado volvió ahora con fuerza a su cabeza: la luna era un ente vivo. Un ente colérico, capaz de razonar y que tenía el poder para transformarlo. Ese ente estaba ahora sediento de sangre y lo había escogido a él, por motivos que desconocía, obligándole a metamorfosearse. Él no era más que una expresión de la cólera de la luna. Su brazo ejecutor. Se preguntaba qué podía hacer, cómo podía luchar contra eso. ¿Habría alguna manera de poner fin a esa pesadilla?

 

***

 

Félix subió la persiana como un autómata y miró al cielo. Sus ojos se vieron obligados a dirigir su mirada hacia la brillante luna llena y de pronto, sin saber cómo, se hallaba en el bosque. Entonces sintió aquella cólera palpitante que irradiaba la albina esfera. Vio con pavor los rayos que surgían de ella como tentáculos plateados. Esos rayos, invisibles para los demás, que le alcanzarían donde quiera que se ocultase y le obligarían a convertirse en algo que detestaba. Al principio tampoco eran visibles para él, pero ahora se le aparecían con claridad mayúscula, destacando con fuerza en el cielo nocturno.

 

Cerró los ojos con fuerza cuando los rayos plateados estaban a punto de alcanzarle. Los sintió penetrar por todo su cuerpo como famélicos gusanos invasores.

 

De nuevo empezaba todo.

 

Nunca había creído en Dios, pero en ese instante rezó con todas sus fuerzas para pedirle que detuviera aquella pesadilla. Algo le dijo que Dios estaba mirando para otro lado aquella noche.

 

–¡No! –exclamó al sentir de nuevo la furia en su cabeza, la primera señal del proceso transformador.

 

Tembló de terror al saber lo que ocurriría a continuación. Suplicó al cielo, a la severa luna, que detuviera el cambio, pero sus súplicas fueron ignoradas por completo.

 

Se apretó las sienes con ambas manos en un gesto desesperado, como si así pudiera detenerlo. Pero el cambio era imparable. Un proceso inexorable y doloroso en extremo. Una agonía transformadora que le llevaba al borde de la locura. Gritó con salvaje desesperación mientras sentía la vibración naciente en su pecho, un dolor lacerante cuya onda expansiva sacudía todo su cuerpo. Sintió el abrasador desgarro de la piel antes de volver a remendarse de nuevo, ahora cubierta de oscuro y denso pelo negro. Padeció el insufrible dolor de los huesos al quebrarse y volver a reconfigurarse. Percibió la delirante actividad de los músculos al estirarse, romperse y recomponerse. Observó sus manos retorcerse entre temblores que dejaban adivinar las garras que estaban desarrollándose. Le palpitaban de dolor como si las hubieran golpeado a martillazos. Se estremeció al sentir los tendones desgarrarse de manera atroz para volver a unirse después a los renovados huesos. A pesar de su lucha interna, Félix no podía evitar el proceso del cambio y sintió como la mitad inferior de su cara, de los ojos hacia abajo, se proyectaba hacia adelante como si alguien la estirara con ganchos de acero, dando forma a un hocico lobuno. Las mandíbulas se ensancharon de manera exagerada y dolorosa para dar lugar a unas fauces inmensas, plenas de gigantescos colmillos. Las lágrimas causadas por el inhumano dolor anegaban sus cambiantes ojos, que ahora eran capaces de distinguir detalles vetados a los humanos. Sus gritos angustiosos, que se tornaban espantosos gruñidos, impregnaban el aire mientras la brutal metamorfosis continuaba adelante.

 

Todo ese inmenso dolor que invadía su cuerpo se veía agravado además por otro aspecto que todavía le añadía más padecimiento: el calor. El fuego abrasador que nacía dentro de él con cada nuevo cambio. Sentía como si tuviera un pedazo del sol incrustado en su pecho. Algo que irradiaba calor como si por dentro de su cuerpo corrieran ríos de lava. Lava ardiente que le quemaba como si hasta el último átomo de su organismo fuera un ascua al rojo vivo. Ardía por dentro con la intensidad de una deflagración nuclear. Deseó con todas sus fuerzas perder el conocimiento. Deseó que su mente escapara de allí, incluso deseó morir en ese mismo instante –con mayor intensidad que nada que hubiera deseado antes–, pero sabía de sobra que no tendría esa suerte y que debería padecer todos y cada uno de los martirizantes pasos del cambio.

 

Cayó de rodillas, temblando, ardiendo, sufriendo lo indecible, mientras su cuerpo seguía siendo moldeado de forma demencial. El cráneo comenzó a deformarse, como si fuera plastelina, para dar lugar a la monstruosidad que resultaría de todo aquel proceso. Era espeluznante sentir como se desensamblaban los huesos de la cabeza, como se expandían y como se volvían a unir entre sí, en medio de horribles chasquidos y punzadas de insufrible dolor.

 

Pero si esos cambios eran un tormento infernal, aún eran peor los cambios a nivel cerebral. Félix sintió burbujear su cerebro bajo la acción de unos ígneos e invisibles dedos mientras su materia gris era amasada y reorganizada. Podía sentir neuronas mutando entre estallidos púrpura. Sinapsis que morían para renacer como enfermizas conexiones. Todas y cada una de sus células vibraban, oponiendo fútil resistencia, y sintió crecer y expanderse en su cerebro mutante la tremenda furia, el hambre irracional, el ansia desmedida de matar. Y en medio de ese paroxismo de inefable dolor pudo percibir cómo su conciencia era arrinconada, sepultada bajo una enorme losa, la losa del salvajismo y la bestialidad que a partir de ese momento gobernaría sus actos como humano-bestia. Como esclavo de la luna.

 

La terrible mutación había sido completada.

 

Un impulso irrefrenable de aullar invadió la mente del monstruo híbrido. Necesitaba aullarle a la noche. Sentía la ineludible llamada del hambre y debía hacerle saber al mundo que esa noche saldría de caza. Dirigió el rostro hacia el cielo, hacia la blanca esfericidad de su dueña y señora, y de su garganta animal surgió un aullido infrahumano que pareció reverberar por todo el bosque. Un aullido que rezumaba la inequívoca oscuridad de la muerte. Un aullido que anunciaba una orgía de sangre y dolor.

 

Mientras, en el cielo, la fría luna miraba impasible a la criatura que había transformado.

 

***

 

Volvió en sí a la mañana siguiente, en un sitio que no supo reconocer. Un lugar casi vacío por completo y, sin duda, abandonado. Dedujo que se trataba de un antiguo almacén, que ahora estaba medio derruido y que sólo servía para acumular mierda y dar cobijo a las ratas. “Y para servir de refugio ocasional a hombres-lobo”, pensó sin pizca de humor.

 

Se encontraba tumbado en medio del mugriento suelo. Se incorporó y comprobó su estado. Estaba totalmente desnudo, sucio y ensangrentado. Aquella sangre no era suya, eso lo sabía bien. Aquella sangre era de...

 

Posó la mirada en el amasijo que había a sus pies. Eran los restos de lo que parecía una mujer, a juzgar por el sujetador ensangrentado que asomaba entre los jirones de carne. Por el rabillo del ojo vio un bulto en el suelo a unos metros de él. Resultó ser la cabeza de la víctima. Estaba de frente a él, y a pesar del tremendo zarpazo que le había arrancado casi media cara, pudo comprobar que se trataba de una chica bonita. Una chica que había sido bonita, y ahora, gracias a él, era sólo un cadáver devorado y decapitado tirado en medio de un desolado almacén. Sintió un asco y un odio inmensos hacia sí mismo. Los ojos de la chica estaban abiertos en una expresión a medias entre el horror absoluto y una total incomprensión. Era como si hubiera muerto aterrorizada al mismo tiempo que se preguntaba qué demonios era esa cosa que se le echaba encima.

 

No pudo evitar estallar en sollozos mientras contemplaba los ojos muertos de la chica. Otra vida inocente que él había segado.

 

–¿Por qué? ¿Por qué? –preguntaba mientras se sacudía presa del llanto y las lágrimas trazaban surcos en sus mejillas cubiertas de sangre– ¿Porquéporquéporquéporquéporqué...?

 

En ese instante de desesperación decidió que aquello tenía que acabar de una vez por todas. No veía otra solución que quitarse la vida. Debía sacrificarse, morir, para no causar más muertes. Pero sabía con vergonzante certeza que era un completo cobarde y que no podría hacerlo... al menos no en su estado humano.

 

Entonces tuvo un fogonazo de inspiración y vio algo que se le presentó como la única salida para terminar con todo. Estaba decidido a ponerla en práctica, pero para ello debía esperar a su próxima transformación. Un poco más y todo habría acabado. Todo era cuestión de esperar.

 

Y esperó.

 

***

 

Llegó la ansiada y temida noche. Hacía un frío intenso y la luna brillaba de forma insultante. Abrió la ventana de su habitación sin detenerse a pensar y se expuso a los rayos lunares que serpenteaban a través del cielo. Los vio acercarse hacia él. Larvas plateadas portadoras de un horror mayúsculo. Castigo y condenación desde el espacio.

 

Ahí llegaban los rayos.

 

Ahí llegaba la furia a su cabeza.

 

Ahí llegaba su oportunidad.

 

La transformación comenzó de inmediato. Dolor, dolor y más dolor. Toneladas de dolor. Crujido de huesos. Roturas, desgarros y uniones. Sangre hirviendo. Fuego invasor. Locura y agonía.

 

Una vez más, contempló sus manos sucumbiendo a la dolorosa metamorfosis. Las garras empezaban a tomar forma. Dentro de poco su cuerpo entero habría transmutado, desembocando en una criatura ávida de sangre. Una criatura que era preciso exterminar.

 

Las garras terminaron de formarse. Era el momento que esperaba y no se lo pensó dos veces. Clavó su garra derecha con fuerza en el pecho, atravesando capas de piel, músculo y huesos. Sus enormes dedos encontraron lo que buscaban. Se enroscaron en torno al palpitante corazón, que parecía arder como el napalm. Pensó que era como coger el sol. Cada sístole era abrasadora; cada diástole, una incineración.

 

A través de los serpenteantes rayos de luna, llegaba hasta su mente con cada palpitante latido la voz ancestral y terrible del astro, conminándole a detenerse.

 

–Bumbum... No lo hagas... Bumbum... No lo hagas... Bumbum... No lo hagas...

 

Desoyendo la voz, cerró la garra con fuerza y estiró con enorme violencia, arrancándose el corazón de cuajo. Lo sostuvo durante unos segundos ante sus ojos, sangrante, sintiendo que se le escapaba la vida igual que se escapaba la sangre del órgano arrancado.

 

Félix miró a la luna por última vez. Sus ojos de moribundo le mostraron algo que le hizo feliz: los rayos plateados habían desaparecido. Sonrió victorioso y se desplomó.

 

Dejó este mundo acompañado del rabioso alarido del satélite.

 

 

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Bio Jesus
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Me he gustado mucho. Muchísimo.
Un relato que refleja la incertidumbre, el miedo y la desesperación del maldecido por la licantropía.
Me gusta tanto el estilo como la historia. Narrada con un lenguaje bien cuidado, sencillo pero bello. Así que le doy...
Nota:5

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Dr. Ziyo
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Bio Jesus dijo:
Me he gustado mucho. Muchísimo. Un relato que refleja la incertidumbre, el miedo y la desesperación del maldecido por la licantropía. Me gusta tanto el estilo como la historia. Narrada con un lenguaje bien cuidado, sencillo pero bello. Así que le doy... Nota:5

¡Caramba, Bio Jesus! No me esperaba esto en absoluto. Me alegro muchísimo de que te haya gustado tanto. Yo disfruté un montón al escribirlo y la idea es que los demás disfruten al leerlo.
Muchísimas gracias.

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Olethros
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Puntos: 352

En cuanto a la forma, bastante limpio en general pero con cositas, como el "expanderse" tan vulgar que chirría dentro del texto, o un "sólo" cuando la RAE recomienda quitar la tilde (en realidad la RAE dice a la vez que es una recomendación y que ponerla es incorrecto, así que quédese el autor con lo que más le guste de la doble afirmación de la "Realísima"). También hay varias subordinaciones revisables (por ejemplo, "Una chica que había sido bonita, y ahora, gracias a él, era sólo cadaver..."). En la expresión "estallidos púrpura" se fuerza una aposición incorrecta y es apropiado usar la composición "estallidos púrpuras".

En cuanto al estilo, usa bastante los gerundios en situaciones que no implican ninguna clase de simultaneidad; presenta frases que tal vez inviten a introducir algún tipo de pausa ("...pero la escasa luz que se filtraba a través de las rendijas de la persiana como pequeños rayos láser iluminaba lo suficiente para permitir ver que su cuerpo se sacudía inquieto sobre la cama"); hay repeticiones cercanas evitables ("garras", "suelo", "sangre", "ensangrentado", "chica", etc) y pleonasmos más redundantes que bellos ("misma pesadilla recurrente casi todas las noches" junto a "horrible sueño repetitivo"). Pero lo más llamativo del texto es la combinación de adjetivación frecuente, que intenta "obligar" al lector a "notar" ciertas sensaciones en lugar de "permitir" que las sienta, con la abundancia de lugares comunes tanto generales como de subgénero ("inquietante bosque, denso y oscuro", "desgarrador aullido", "bestia sanguinaria", "tormento infernal", "insufrible dolor" y cosas de esas).  Para que se pueda disfrutar de lo "poético" y "sensible" del relato sin que el lector se "sobresature" y termine "ajeno" o "insensible", tal vez, si al autor le parece un asunto a tener en cuenta, habría que trabajar en una "desadjetivación" y en intentar colocar los adjetivos detrás de los sustantivos. Además, eliminar lugares comunes y reproducir los buenos resultados de los varios lugares especiales exitosos que tiene el texto ("...los árboles parecían haber hecho un pacto para crecer formando un círculo...", "...detalles vetados a los humanos...", "...neuronas mutando entre estallidos púrpura(s)..." o "...la luna brillaba de forma insultante...") harían funcionar mejor al texto para este lector.

En cuanto al fondo, se aproxima al concurso desde algo poco habitual en las temáticas del subgénero: centrarse en el horror de la nueva condición, en las cosas tan terribles que implica y en la lucha contra ella desde la racionalidad más sensible. En cierto modo, quizá, es novedoso el concepto de la luna como "ente manipulador". Pero el estilo no ayuda porque enmascara, sin querer, muchas de esas cosas tan interesantes.

Mi calificación es de 3,25 estrellas.

Gracias por compartirlo y suerte en el concurso.

Ceterum censeo Carthaginem esse delendam... ;oP

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Puntos: 2776

Olethros dijo:

En cuanto a la forma, bastante limpio en general pero con cositas, como el "expanderse" tan vulgar que chirría dentro del texto, o un "sólo" cuando la RAE recomienda quitar la tilde (en realidad la RAE dice a la vez que es una recomendación y que ponerla es incorrecto, así que quédese el autor con lo que más le guste de la doble afirmación de la "Realísima"). También hay varias subordinaciones revisables (por ejemplo, "Una chica que había sido bonita, y ahora, gracias a él, era sólo cadaver..."). En la expresión "estallidos púrpura" se fuerza una aposición incorrecta y es apropiado usar la composición "estallidos púrpuras".

En cuanto al estilo, usa bastante los gerundios en situaciones que no implican ninguna clase de simultaneidad; presenta frases que tal vez inviten a introducir algún tipo de pausa ("...pero la escasa luz que se filtraba a través de las rendijas de la persiana como pequeños rayos láser iluminaba lo suficiente para permitir ver que su cuerpo se sacudía inquieto sobre la cama"); hay repeticiones cercanas evitables ("garras", "suelo", "sangre", "ensangrentado", "chica", etc) y pleonasmos más redundantes que bellos ("misma pesadilla recurrente casi todas las noches" junto a "horrible sueño repetitivo"). Pero lo más llamativo del texto es la combinación de adjetivación frecuente, que intenta "obligar" al lector a "notar" ciertas sensaciones en lugar de "permitir" que las sienta, con la abundancia de lugares comunes tanto generales como de subgénero ("inquietante bosque, denso y oscuro", "desgarrador aullido", "bestia sanguinaria", "tormento infernal", "insufrible dolor" y cosas de esas).  Para que se pueda disfrutar de lo "poético" y "sensible" del relato sin que el lector se "sobresature" y termine "ajeno" o "insensible", tal vez, si al autor le parece un asunto a tener en cuenta, habría que trabajar en una "desadjetivación" y en intentar colocar los adjetivos detrás de los sustantivos. Además, eliminar lugares comunes y reproducir los buenos resultados de los varios lugares especiales exitosos que tiene el texto ("...los árboles parecían haber hecho un pacto para crecer formando un círculo...", "...detalles vetados a los humanos...", "...neuronas mutando entre estallidos púrpura(s)..." o "...la luna brillaba de forma insultante...") harían funcionar mejor al texto para este lector.

En cuanto al fondo, se aproxima al concurso desde algo poco habitual en las temáticas del subgénero: centrarse en el horror de la nueva condición, en las cosas tan terribles que implica y en la lucha contra ella desde la racionalidad más sensible. En cierto modo, quizá, es novedoso el concepto de la luna como "ente manipulador". Pero el estilo no ayuda porque enmascara, sin querer, muchas de esas cosas tan interesantes.

Mi calificación es de 3,25 estrellas.

Gracias por compartirlo y suerte en el concurso.

Gracias a ti por comentarlo, por tu puntuación y por esa suerte que mandas.

Bufff, temible e implacable como siempre el bisturí de Olethros.

Me gustaría comentar algunas cosas y empezaré por el principio.

-"Expanderse", mira que he repasado veces el relato y no lo había visto.

-"Sólo". Opino que no todo lo que dicta la RAE es acertado. A mí personalmente me gusta distinguir con la tilde esas dos palabras (sólo y solo) ya que pienso que esto es un paso más que ha dado la RAE en ese empeño que parece tener en los últimos tiempos por hacer nuestro idioma más vulgar, aceptando cosas como "asín", "toballa" y otras memeces por el estilo y dejando de acentuar ciertas palabras porque "la gente se lía", o algo parecido, según ellos. Por lo tanto, por ahora seguiré poniendo tilde, amparándome en esa recomendación de la Academia.

-"Adjetivación frecuente que intenta 'obligar' al lector a 'notar' ciertas sensaciones". Creo recordar que en otro relato del anterior Polidori se me comentó lo mismo y trataré de explicar lo mismo que la otra vez. Cuando escribo esos pasajes, intento que la persona que me lea sienta hasta el más mínimo detalle (en este caso una transformación con dolor supremo) de lo que siente el protagonista, quiero que se dibuje una imagen con toda claridad dentro de su cabeza. No se me ocurre otra forma de hacerlo que no sea así, siendo minucioso en extremo con las descripciones, aunque es cierto que hay mucho adjetivo, pero repito que no sé describirlo (hasta ahora) sin usarlos. No es lo mismo, por ejemplo, "dolor" que "dolor atroz"; lo segundo eleva el dolor a una categoría muchísimo mayor y es eso lo que yo pretendo que se comprenda. Creo que en ese aspecto lo vemos desde dos puntos de vista totalmente opuestos, pero no digo que el mío sea el correcto, sino diferente

-Eso de los "lugares comunes" es un tema que me trae loco ya que no entiendo que esté "feo" utilizarlos y por eso mismo los utilizo, sin darme cuenta de que lo estoy haciendo.

-Estoy de acuerdo en intentar la "desadjetivación" (otra cosa es que lo consiga). En cuanto a colocar los adjetivos detrás de los sustantivos, lo intento, pero es cierto que a veces me suena mejor de la otra manera, aunque esto es opinión personal.

-Para finalizar, gracias por las cosas buenas que has mencionado. A ver si en el próximo relato consigo que sean más.

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Bote
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Llegar a ser hombre lobo sin comerlo ni beberlo, por el influjo de una luna consciente de lo que hace, es lo que más me ha gustado de este relato. La descripción detallada de la metamorfosis no deja lugar para la imaginación y te hace sentir de manera machacona el horror que supone convertirse en lobo. El final me ha gustado, no por lo imprevisible, que no lo ha sido, sino por la idea de que para acabar con la bestia es necesario ser la bestia.

4 estrellas

Mírame a los ojos...

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Patapalo
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Relato admitido a concurso.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Dr. Ziyo dijo:

-"Sólo". Opino que no todo lo que dicta la RAE es acertado. A mí personalmente me gusta distinguir con la tilde esas dos palabras (sólo y solo) ya que pienso que esto es un paso más que ha dado la RAE en ese empeño que parece tener en los últimos tiempos por hacer nuestro idioma más vulgar, aceptando cosas como "asín", "toballa" y otras memeces por el estilo y dejando de acentuar ciertas palabras porque "la gente se lía", o algo parecido, según ellos. Por lo tanto, por ahora seguiré poniendo tilde, amparándome en esa recomendación de la Academia.

Bueno, no es según ellos: la gente se lía. Yo antes ponía todas las diacríticas. Me parecía un modo fantástico de dotar de más precisión a la prosa. Tras casi diez años leyendo manuscritos y relatos presentados a concurso lo tengo más que comprobado: se cuentan con los dedos de las manos quienes las usan bien. Es más, hay más gente que las utiliza al revés que al derecho. Y tampoco es algo nuevo: hace más de 50 años, si no me equivoco, que intentan que se abandone su uso.

Lo que no quita para que quien quiera seguir usándolas las use. Yo creo que es hasta positivo porque, al menos, hacéis un esfuerzo consciente por diferenciar las palabras, y todo esfuerzo es positivo.

Ya en la editorial, el criterio para unificar estilo es dejarlo a criterio del autor en libros de un solo autor y unificar siguiendo las sugerencias de la RAE en antologías grupales. Sé que es discutible, pero también tiene un lado pragmático.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Dr. Ziyo
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Patapalo dijo:

Bueno, no es según ellos: la gente se lía. Yo antes ponía todas las diacríticas. Me parecía un modo fantástico de dotar de más precisión a la prosa. Tras casi diez años leyendo manuscritos y relatos presentados a concurso lo tengo más que comprobado: se cuentan con los dedos de las manos quienes las usan bien. Es más, hay más gente que las utiliza al revés que al derecho. Y tampoco es algo nuevo: hace más de 50 años, si no me equivoco, que intentan que se abandone su uso.

Lo que no quita para que quien quiera seguir usándolas las use. Yo creo que es hasta positivo porque, al menos, hacéis un esfuerzo consciente por diferenciar las palabras, y todo esfuerzo es positivo.

Ya en la editorial, el criterio para unificar estilo es dejarlo a criterio del autor en libros de un solo autor y unificar siguiendo las sugerencias de la RAE en antologías grupales. Sé que es discutible, pero también tiene un lado pragmático.

Yo también lo veo así, por eso digo que, mientras no se prohiba tajantemente, pienso ponerlos.

Es que lo que veo en los últimos tiempos es una tendencia de la RAE a eliminar cosas que yo creo que estaban bien. Da la impresión de que quieran que la gente se esfuerce lo menos posible, suprimiendo para ello normas que, en mi opinión, servían para diferenciar y dejar las cosas claras, como lo que comenté de los demostrativos. A este paso, cualquier día nos dicen que no se acentúan las esdrújulas o algo parecido.no

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Patapalo
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La RAE se supone que se limita a recoger el uso y hacer recomendaciones, por lo que tampoco creo que tenga un papel tan activo en estos temas. Mucho más responsable es, a mi parecer, la prensa y la precariedad del mercado laboral, que ha mandado a muchos correctores y traductores a casa o les hace trabajar en condiciones poco adecuadas.

Es un caso distinto al italiano, creo yo, donde deliberadamente se simplificó la ortografía no solo para unificar dialectos, sino también por economía del lenguaje (según tengo entendido).

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Mzime
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Pequeños problemas formales aparte (cito, además de las ya dichas, "plastelina" por "plastilina", a efectos de, en su caso, pueda corregirse), el relato es interesante por centrarse, fundamentalmente, en dos puntos fuertes: la descripción minuciosa de la metamorfosis y el original punto de vista respecto de la causa desencadenante de dicha transformación, la voluntad del astro nocturno. Creo que, en un punto de vista muy personal, una mayor contención en la descripción de la metamorfosis habría tenido un mayor efecto en el lector y que una menor personalización de la Luna tambien hubiera tenido mayor impacto en lectores como yo que no son muy proclives a aceptar voluntad en objetos inanimados. 

En todo caso, el conjunto me ha parecido interesante y digno de consideración, sobre todo en las ensoñaciones del protagonista. A lo mejor todo hubiera podido engarzarse mejor por ese hilo, pero, en definitiva, me ha sostenido muy bien la atención en la lectura y me ha entretenido más que suficientemente.

Por mi parte, creo que le corresponde, dado mi gusto personal, una valoración de 3,5 estrellas, que hubieran sido más con muy poquito más de cuidado formal...

 

"Si quieres llegar rápido camina solo, pero si quieres llegar lejos camina acompañado", (proverbio masái)..

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Ligeia
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Puntos: 1152

Coincido con las anteriores valoraciones al respecto de ciertos lapsus: (estallidos púrpura, en lugar de estallidos purpúreos;  expanderse por expandirse o plastelina por plastilina, este es el peor pues es el primero y está tras la conseguida descripción de la metamorfosis, te da un guantazo que no veas jeje creo que el autor estaba muy emocionado y metido en el papel y por eso los dedazos) A bote pronto no he tenido problema con la abundante adjetivación, no sé si más en frío pudiera captar tal cosa, y me ha resultado creíble la personalización de la luna. Original el hecho de describir el problema desde dentro. Cuatro estrellas:

 

**** 

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JFB
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Poblador desde: 05/03/2012
Puntos: 125

Siento ser el contrapunto, y lo digo de veras. Es en estos casos, cuando uno se da cuenta de lo duro que puede llegar a ser poner en valor la obra de un compañero. En este relato, y siempre bajo mi punto de vista, gustos personales, etc, veo más pasión y ganas que técnica de escritura. En general, la historia tampoco me parece que aporte nada consistente al mito.

Numerosísimas y muy variadas repeticiones de palabras y grupos de palabras, no ya en el mismo párrafo, sino en frases contíguas. Además de una abundancia de adjetivos más propia de Lovecraft, que a él le perdono-perdonamos por estar más que justificada en pos de que no había otra forma de acercarnos lo tremendo de sus horrores, cosa que aquí evidentemente no se consigue.

El segundo párrafo, donde se nos describe la pesadilla, no está bien armado.  Salta del pasado al presente y viceversa, y no queda claro si la describe el narrador, al que se le pueden permitir licencias de tal especie, o nuestro protagonista, ya que en una pesadilla, por muy vívida que se nos presente (una escena que recuerda mucho, mucho, a una de «Un hombre lobo americano en Londres») nunca podríamos describir una argentífera luz o un satélite nacarado (por cierto, ambos sustantivos repetidos varias veces a lo largo del texto). Frases mal construidas, como «La terrible mutación había sido completada» (nadie completa una mutación. En todo caso, «La mutación se había completado») o... bueno, el autor ya las irá descubriendo con el tiempo.

Mucha suerte.

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Puntos: 1132

Un texto escrito con pasión y ánimo preciosista, lo que siempre es de agradecer. En mi opinión, su principal defecto es la repetición constante de ideas, acciones y sentimientos; a título de ejemplo, hay cinco frases seguidas en las que solo se describe el calor de su cuerpo en el momento de la transformación. Esta repetición ralentiza el avance de la historia y roza la divagación en muchas ocasiones. La prosa viene acompañada por una adjetivación/descripción excesiva que busca ser espectacular a cada momento y si bien muchas de esas frases aisladas son capaces de lograr ese efecto, su presencia constante insensibiliza.

Argumentalmente la historia es simple y lo apuesta todo a las sensaciones de su protagonista, claramente expresadas por exceso. El sueño y el párrafo de la transformación me han evocado imágenes muy vívidas. Al final, se señala la cobardía como motivo por el cual no puede suicidarse siendo humano, pero se arranca el corazón mientras aún mantiene cierto control sobre la bestia, lo cual hace que me pregunte por qué no pudo matarse a sí mismo sin necesidad de esperar a la luna llena.

 

2 estrellas

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Bote dijo:

Llegar a ser hombre lobo sin comerlo ni beberlo, por el influjo de una luna consciente de lo que hace, es lo que más me ha gustado de este relato. La descripción detallada de la metamorfosis no deja lugar para la imaginación y te hace sentir de manera machacona el horror que supone convertirse en lobo. El final me ha gustado, no por lo imprevisible, que no lo ha sido, sino por la idea de que para acabar con la bestia es necesario ser la bestia.

4 estrellas

Gracias por comentar, Bote. La idea, que creo que queda clara, es transmitir que la maldición del hombre lobo es eso precisamente, una maldición, y que el que la sufre no sólo lo hace por sus horribles actos, sino también por el doloroso proceso del cambio. Ambas cosas se unen para conseguir que el maldito desee morir.

Y gracias también por tu valoración.

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Mzime dijo:

Pequeños problemas formales aparte (cito, además de las ya dichas, "plastelina" por "plastilina", a efectos de, en su caso, pueda corregirse), el relato es interesante por centrarse, fundamentalmente, en dos puntos fuertes: la descripción minuciosa de la metamorfosis y el original punto de vista respecto de la causa desencadenante de dicha transformación, la voluntad del astro nocturno. Creo que, en un punto de vista muy personal, una mayor contención en la descripción de la metamorfosis habría tenido un mayor efecto en el lector y que una menor personalización de la Luna tambien hubiera tenido mayor impacto en lectores como yo que no son muy proclives a aceptar voluntad en objetos inanimados. 

En todo caso, el conjunto me ha parecido interesante y digno de consideración, sobre todo en las ensoñaciones del protagonista. A lo mejor todo hubiera podido engarzarse mejor por ese hilo, pero, en definitiva, me ha sostenido muy bien la atención en la lectura y me ha entretenido más que suficientemente.

Por mi parte, creo que le corresponde, dado mi gusto personal, una valoración de 3,5 estrellas, que hubieran sido más con muy poquito más de cuidado formal...

 

Gracias por tus valoraciones y tu puntuación, Mzime. Como ya dije, a pesar de haber repasado el relato montones de veces, se me han escapado esas palabrejas, que me hacen sonrojarme y todo.devil

Tomo nota de tus apreciaciones (al igual que las del resto, claro) y te digo una cosa: tras repasar el relato después de vuestros comentarios, estoy de acuerdo en lo que dices de haberme contenido en la descripción de la metamorfosis. Es algo que he descubierto tarde, por desgracia.

En lo de la luna ya no estoy tan de acuerdo, aunque son gustos personales. El caso es que este relato lo tenía escrito desde hace ya tiempo y me vino muy bien para la convocatoria. Lo quise aprovechar, por lo que lo retoqué un poco, pero por lo visto no lo suficiente.

 

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Ligeia dijo:

Coincido con las anteriores valoraciones al respecto de ciertos lapsus: (estallidos púrpura, en lugar de estallidos purpúreos;  expanderse por expandirse o plastelina por plastilina, este es el peor pues es el primero y está tras la conseguida descripción de la metamorfosis, te da un guantazo que no veas jeje creo que el autor estaba muy emocionado y metido en el papel y por eso los dedazos) A bote pronto no he tenido problema con la abundante adjetivación, no sé si más en frío pudiera captar tal cosa, y me ha resultado creíble la personalización de la luna. Original el hecho de describir el problema desde dentro. Cuatro estrellas:

 

**** 

Pues la verdad es que sí me emociono escribiendo, jajaa, tal vez por eso no he sido capaz de descubrir esos dedazos que brillan como bengalas en la noche a pesar de los múltiples repasos a los que someto mis relatos.

Al final voy a tener que mirarme lo de los adjetivos o me vais a llamar "El Adjetivador", jeje.

Gracias por tus comentarios y tu puntuación, Ligeia.

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JFB dijo:

Siento ser el contrapunto, y lo digo de veras. Es en estos casos, cuando uno se da cuenta de lo duro que puede llegar a ser poner en valor la obra de un compañero. En este relato, y siempre bajo mi punto de vista, gustos personales, etc, veo más pasión y ganas que técnica de escritura. En general, la historia tampoco me parece que aporte nada consistente al mito.

Numerosísimas y muy variadas repeticiones de palabras y grupos de palabras, no ya en el mismo párrafo, sino en frases contíguas. Además de una abundancia de adjetivos más propia de Lovecraft, que a él le perdono-perdonamos por estar más que justificada en pos de que no había otra forma de acercarnos lo tremendo de sus horrores, cosa que aquí evidentemente no se consigue.

El segundo párrafo, donde se nos describe la pesadilla, no está bien armado.  Salta del pasado al presente y viceversa, y no queda claro si la describe el narrador, al que se le pueden permitir licencias de tal especie, o nuestro protagonista, ya que en una pesadilla, por muy vívida que se nos presente (una escena que recuerda mucho, mucho, a una de «Un hombre lobo americano en Londres») nunca podríamos describir una argentífera luz o un satélite nacarado (por cierto, ambos sustantivos repetidos varias veces a lo largo del texto). Frases mal construidas, como «La terrible mutación había sido completada» (nadie completa una mutación. En todo caso, «La mutación se había completado») o... bueno, el autor ya las irá descubriendo con el tiempo.

Mucha suerte.

Yo antes pensaba que Olethros era un juez estricto y severo, hasta que empecé a leer los comentarios que hacías en los diversos relatos que se iban publicando.yes Miedo me daba cuando llegara mi turno, y con razón.

Bueno, y no me he equivocado mucho, me esperaba unos dos puntos, así que...

Hay una cosa con la que no estoy de acuerdo. No veo esa confusión en cuanto a lo de la pesadilla. Creo que queda claro (opinión personal) que no la está contando el protagonista. Y esos saltos presente/pasado tampoco los veo así. Al empezar hay un cambio verbal, después de la primera frase, pero creo, después de haberlo repasado varias veces, que se entiende en todo momento que estoy contando un hecho pasado, aunque también es mi punto de vista, claro.

He visto "Un hombre lobo americano en Londres", pero te aseguro que no recuerdo la escena de la que hablas, de hecho, no recuerdo más que la espectacular transformación y poco más. En ese aspecto, a la hora de recordar películas y libros, mi memoria deja mucho que desear.

Y lo de la frase de la mutación... mira que me ha costado entenderlo, ya que para mí la mutación la realiza la luna con su poder, por eso me costaba tanto entender tu punto de vista.

Bueno, a pesar del varapalo, agradezco tus comentarios, ya que doy por sentado que se hacen siempre con buena intención y con ánimo de hacernos ver nuestros errores.

Gracias.

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Dr. Ziyo
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Hedrigall dijo:

Un texto escrito con pasión y ánimo preciosista, lo que siempre es de agradecer. En mi opinión, su principal defecto es la repetición constante de ideas, acciones y sentimientos; a título de ejemplo, hay cinco frases seguidas en las que solo se describe el calor de su cuerpo en el momento de la transformación. Esta repetición ralentiza el avance de la historia y roza la divagación en muchas ocasiones. La prosa viene acompañada por una adjetivación/descripción excesiva que busca ser espectacular a cada momento y si bien muchas de esas frases aisladas son capaces de lograr ese efecto, su presencia constante insensibiliza.

Argumentalmente la historia es simple y lo apuesta todo a las sensaciones de su protagonista, claramente expresadas por exceso. El sueño y el párrafo de la transformación me han evocado imágenes muy vívidas. Al final, se señala la cobardía como motivo por el cual no puede suicidarse siendo humano, pero se arranca el corazón mientras aún mantiene cierto control sobre la bestia, lo cual hace que me pregunte por qué no pudo matarse a sí mismo sin necesidad de esperar a la luna llena.

 

2 estrellas

Gracias por tus comentarios y valoración, Hedrigall. Está claro que a veces uno se ciega cuando escribe y no ve más allá hasta que alguien se lo hace ver. Tomo nota (aunque no lo creáis lo hago).enlightened

En cuanto a lo que comentas del final, la idea era que se piense que ese valor que le falta para matarse lo extrae de su parte animal, que ya empieza a hacerse presente. No puede hacerlo como hombre, porque no se atreve, y como bestia es impensable, por lo tanto, recurre a ese estado intermedio en el que su mente no es ni humana ni animal para llevar a cabo su plan. Esa era la idea, repito.  Yo en mi cabeza lo tenía muy claro, por supuesto, aunque creo que cuando escribimos todos lo vemos todo muy claro y el problema está en trasmitirlo a  los demás con acierto.

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Ligeia
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Al final voy a tener que mirarme lo de los adjetivos o me vais a llamar "El Adjetivador", jeje 

[/quote]

 

No te preocupes, no estás solo jaja me pasa lo mismo; me tengo que reprimir cosa mala para no dejarlo todo super-rococó XD

Tiene que estar muy mal puesto o ser realmente hiperabundante para que algo lento, descriptivo y adjetivado me aturulle, pues lo que para unos es defecto para mí es aliciente. Gustos, ya se sabe.

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Sanbes
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Puntos: 1273

Un relato que me ha gustado mucho.
Lo cierto es que lo he leído tan del tirón que no he detectado los fallos que se mencionan. Y eso solo puede significar que su estilo y la idea me han seducido por completo.
Hacer una historia de hombres lobo original es muy difícil, aquí casi se consigue. Lo de que es la luna quien elige a sus víctimas me ha sorprendido para bien, al igual que esos rayos que solo puede ver una vez comienza la transformación.
La transformación a lo Landis (¿acaso después de ver Un hombre lobo americano en Londres puede uno imaginarse otra transformación que no sea dolorosa?) está muy bien descrita.
Como puntos negativos, su final me ha decepcionado. No la idea del suicidio una vez convertido en lobo, ojo, eso me parecía bastante ocurrente, sino la ejecución erronea de esta acción.
Dice que, como no se atreve a quitarse la vida siendo humano, planeará algo para que al convertirse en lobo muera sin darse cuenta. O así es como se entiede. Pero a la hora de la verdad, es su pensamiento lógico de humano el que le hace desgarrarse el pecho hasta arrancarse el corazón. Por lo que, si no se atrevía siendo humano, en ese punto no debería de atraverse pues continua siéndolo.
Creo que si el final hubiese sido una trampa mortal para que cayera en ella siendo lobo (no sé, escopeta con bala de plata tras la puerta y al abrirla se dispara) hubiese tenido más sentido.

4 estrellas más que merecidas.

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torpeyvago
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Puntos: 1890

¡Güeno, güeno, güeno! Un relato impresionante. Y un buen rato de lectura: lo original, la angustia, su algo de casquería, la violencia psicológica...

La verdad es que sólo le he encontrado tres cosillas que menciono más para el autor que como defectos reales.

Lo primero, la repetición de «como si» no menos de una docena de veces. No es tan malo que aparezca ese número de veces como la cercanía entre ellas en algunos casos.

Lo segundo, que ha habido un par de párrafos que se me han hecho algo largos. Pero sólo un poco, ¿eh?

Lo tercero, la motivación para suicidarse como lo hace. Que la escena en sí está muy bien, y en la primera lectura pasa perfectamente. Pero parece como si chirriase algo que te obliga a releer. Y, efectivamente, aunque me haya gustado la imagen del corazón fuera, la forma de quitarse la vida no me parece demasiado justificada.

Pero en cualquier caso, un gran relato, ¡sí, señor!, para mí cuatro y medio largo (4,5)

PS.- Como me gusta leerme los comentarios del resto de gente después de haber escrito el mío, veo que coincidimos en algunas cosas, especialmente en las repeticiones y el suicidio. Ahora, ¡vaya dispersión de notas!

 

___________________________________________________________

En un lugar de La Mancha de cuyo nombre me acuerdo perfectamente...

https://historiasmalditas.wordpress.com/

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Dr. Ziyo dijo:

Gracias por tus comentarios y valoración, Hedrigall. Está claro que a veces uno se ciega cuando escribe y no ve más allá hasta que alguien se lo hace ver. Tomo nota

Yo no tendría tan claro que seas tú el que se ciega con tu texto a tenor de la mayoría de valoraciones, sino más bien yo. devil

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Dr. Ziyo
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Puntos: 2776

Sanbes dijo:
Un relato que me ha gustado mucho. Lo cierto es que lo he leído tan del tirón que no he detectado los fallos que se mencionan. Y eso solo puede significar que su estilo y la idea me han seducido por completo. Hacer una historia de hombres lobo original es muy difícil, aquí casi se consigue. Lo de que es la luna quien elige a sus víctimas me ha sorprendido para bien, al igual que esos rayos que solo puede ver una vez comienza la transformación. La transformación a lo Landis (¿acaso después de ver Un hombre lobo americano en Londres puede uno imaginarse otra transformación que no sea dolorosa?) está muy bien descrita. Como puntos negativos, su final me ha decepcionado. No la idea del suicidio una vez convertido en lobo, ojo, eso me parecía bastante ocurrente, sino la ejecución erronea de esta acción. Dice que, como no se atreve a quitarse la vida siendo humano, planeará algo para que al convertirse en lobo muera sin darse cuenta. O así es como se entiede. Pero a la hora de la verdad, es su pensamiento lógico de humano el que le hace desgarrarse el pecho hasta arrancarse el corazón. Por lo que, si no se atrevía siendo humano, en ese punto no debería de atraverse pues continua siéndolo. Creo que si el final hubiese sido una trampa mortal para que cayera en ella siendo lobo (no sé, escopeta con bala de plata tras la puerta y al abrirla se dispara) hubiese tenido más sentido. 4 estrellas más que merecidas.

Muchas gracias por tus comentarios y tu valoración, Sanbes.

Puesto que eres el segundo que me comenta lo del final, veo que no queda tan claro como yo pretendía. Parece que di por sentado la explicación que yo mismo tenía en mi cabeza.Te voy a copiar lo que le respondí a Hedrigall a ese respecto:
 

En cuanto a lo que comentas del final, la idea era que se piense que ese valor que le falta para matarse lo extrae de su parte animal, que ya empieza a hacerse presente. No puede hacerlo como hombre, porque no se atreve, y como bestia es impensable, por lo tanto, recurre a ese estado intermedio en el que su mente no es ni humana ni animal para llevar a cabo su plan. Esa era la idea, repito.  Yo en mi cabeza lo tenía muy claro, por supuesto, aunque creo que cuando escribimos todos lo vemos todo muy claro y el problema está en trasmitirlo a  los demás con acierto.

Espero que con esto quede aclarado cómo lo veo yo.

 

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Puntos: 2776

torpeyvago dijo:

¡Güeno, güeno, güeno! Un relato impresionante. Y un buen rato de lectura: lo original, la angustia, su algo de casquería, la violencia psicológica...

La verdad es que sólo le he encontrado tres cosillas que menciono más para el autor que como defectos reales.

Lo primero, la repetición de «como si» no menos de una docena de veces. No es tan malo que aparezca ese número de veces como la cercanía entre ellas en algunos casos.

Lo segundo, que ha habido un par de párrafos que se me han hecho algo largos. Pero sólo un poco, ¿eh?

Lo tercero, la motivación para suicidarse como lo hace. Que la escena en sí está muy bien, y en la primera lectura pasa perfectamente. Pero parece como si chirriase algo que te obliga a releer. Y, efectivamente, aunque me haya gustado la imagen del corazón fuera, la forma de quitarse la vida no me parece demasiado justificada.

Pero en cualquier caso, un gran relato, ¡sí, señor!, para mí cuatro y medio largo (4,5)

PS.- Como me gusta leerme los comentarios del resto de gente después de haber escrito el mío, veo que coincidimos en algunas cosas, especialmente en las repeticiones y el suicidio. Ahora, ¡vaya dispersión de notas!

 

Muy agradecido por tus comentarios y por destacarme esas cosas negativas de las que tomo nota, torpeyvago. (Esos "como si"...heart).

Veo que también tú ves discordancias en el acto final del suicidio (y ya sois tres, lo cual indica que debéis tener razón). Te copio a ti también mi explicación para el asunto, que al parecer únicamente estaba claro dentro de mi cabeza:

 

En cuanto a lo que comentas del final, la idea era que se piense que ese valor que le falta para matarse lo extrae de su parte animal, que ya empieza a hacerse presente. No puede hacerlo como hombre, porque no se atreve, y como bestia es impensable, por lo tanto, recurre a ese estado intermedio en el que su mente no es ni humana ni animal para llevar a cabo su plan. Esa era la idea, repito.  Yo en mi cabeza lo tenía muy claro, por supuesto, aunque creo que cuando escribimos todos lo vemos todo muy claro y el problema está en trasmitirlo a  los demás con acierto.

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Poblador desde: 30/01/2016
Puntos: 2776

Hedrigall dijo:

Dr. Ziyo dijo:

Gracias por tus comentarios y valoración, Hedrigall. Está claro que a veces uno se ciega cuando escribe y no ve más allá hasta que alguien se lo hace ver. Tomo nota

Yo no tendría tan claro que seas tú el que se ciega con tu texto a tenor de la mayoría de valoraciones, sino más bien yo. devil

Jajajaa, ya sabemos que esto es en gran medida cuestión de gusto personal. No le des más vueltas. yes

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epiman157
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Muy bueno y de porte clásico.

Le doy un 3.5

 

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Dr. Ziyo
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epiman157 dijo:

Muy bueno y de porte clásico.

Le doy un 3.5

 

Se me había pasado este comentario... Gracias por leerlo y por tu valoración, epiman157.

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kekanaya
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Poblador desde: 26/12/2016
Puntos: 178

Me has enganchado desde el principio. Me considero un fetichista de las escenas oníricas, más aún si se relatan de manera que resulten poéticas y contengan un sentido oculto. Como Patapalo podrá confirmarte (de momento es quien más ha leído de mí), yo mismo suelo tirar mucho de ese recurso y aprovecharlo al máximo, no sólo para embellecer el texto sino para usarlo como un recurso narrativo potente, un motor en la historia.

¿Hay repeticiones? Sí. ¿Errores de forma? También. Pero sobre todo veo pasión, y una historia muy bien planteada y dirigida. Es evidente desde que empiezas a leer que lo que pretende el autor es describir las impresiones y sensaciones del protagonista de principio a fin. Y conseguir mantener la atención del lector en un texto basado casi exclusivamente en mostrar el dolor tanto físico como emocional que padece Félix es de admirar, porque a pesar de la poca acción mantienes un dinamismo increíble. No sé hasta qué punto seria yo capaz de conseguir algo así.

A la hora de valorar, prefiero fijarme más en el contenido que en el continente, que siempre se puede corregir con un par de revisiones.

Cuatro estrellas y media ****1/2

P.D. A nivel personal añado que si me ha gustado tanto también ha sido porque en algunos momentos me ha parecido leer la otra cara de la moneda de uno de mis relatos.

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Puntos: 2776

kekanaya dijo:

Me has enganchado desde el principio. Me considero un fetichista de las escenas oníricas, más aún si se relatan de manera que resulten poéticas y contengan un sentido oculto. Como Patapalo podrá confirmarte (de momento es quien más ha leído de mí), yo mismo suelo tirar mucho de ese recurso y aprovecharlo al máximo, no sólo para embellecer el texto sino para usarlo como un recurso narrativo potente, un motor en la historia.

¿Hay repeticiones? Sí. ¿Errores de forma? También. Pero sobre todo veo pasión, y una historia muy bien planteada y dirigida. Es evidente desde que empiezas a leer que lo que pretende el autor es describir las impresiones y sensaciones del protagonista de principio a fin. Y conseguir mantener la atención del lector en un texto basado casi exclusivamente en mostrar el dolor tanto físico como emocional que padece Félix es de admirar, porque a pesar de la poca acción mantienes un dinamismo increíble. No sé hasta qué punto seria yo capaz de conseguir algo así.

A la hora de valorar, prefiero fijarme más en el contenido que en el continente, que siempre se puede corregir con un par de revisiones.

Cuatro estrellas y media ****1/2

P.D. A nivel personal añado que si me ha gustado tanto también ha sido porque en algunos momentos me ha parecido leer la otra cara de la moneda de uno de mis relatos.

Ahora soy yo el que tiene que agradecerte esa puntuación tan alta y esas palabras tan elogiosas y tan cargadas de puntos positivos. Si te digo la verdad, no me lo esperaba.

Me alegro especialmente de que hayas captado la idea que yo tenía de mostrar el enorme sufrimiento de Félix, que se sintiera la tortura que tenía que soportar con cada cambio.

Al igual que tú yo también suelo quedarme con el contenido y no con el continente, a no ser que el continente sea un espanto, jeje.

P.D. Qué curioso. blush ¿Un relato también de hombres lobo?

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kekanaya
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Puntos: 178

Dr. Ziyo dijo:

P.D. Qué curioso. blush ¿Un relato también de hombres lobo?

Mi relato del Polidori es la tercera incursión que hago en las Crónicas de Wollock (work in progress, ya encontraré un nombre que defina mejor al conjunto de relatos, porque odio casi todo lo que empieza por "Crónicas de..."). Y hay párrafos en concreto que casi me parecían escritos por mí en mis dos historias anteriores. Si el relato no me hubiese gustado tanto igual no hubiese caído, pero ha sido un déjà vu en el mejor de los sentidos. Al fin y al cabo, cuando escribimos lo hacemos pensando en qué nos gustaría leer.

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