¡Guauu: noventa y ocho relatos! Vaya subidón final.
Que no cunda el desánimo. No es fácil entrar en el Calabazas, pero la satisfacción cuando lo consigues es mucho mayor. Yo he sido descalabazado en muchísimas ocaciones y continúo intentándolo. A veces, tengo suerte. No solo se trata de escribir un buen relato (muchos lo son), sino que además le guste al jurado.
De todos modos, como ya ha comentado alguien, el Calabazas sirve de laboratorio. Luego esos relatos descalabazados tienen otra vida. Más de un relato descalabazado, ha sido luego publicado por ahí.
Por ejemplo:
Bueno, y ahora la otra pregunta: ¿cuando sabremos el próximo tema?
Bueno, pues al final han sido 98 relatos los recibidos. Un buen subidón de última hora, sí señor.
En cuanto a los desánimos, no hay lugar, aunque se entiende. Nunca se está igual de inspirado. Yo llevo unas convocatorias como Ligeia, con muchas ganas de escribir muchas cosas y luego quedándome a mitad o terminando de mala manera. En cualquier caso, hay que perseverar.
Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.