Nomeolvides, de Chupito, en la final.
En la general es muy, muy difícil escoger. Estoy entre el de Rariano y el del Barón, pero me voy a decidir por ese ¡OINK-OINK! del señor Esdrújulo porque creo que es un portento de ingenio y humor y ya sabemos (como ya se comentó) que es más difícil triunfar a base de humor que con relatos serios.
Queridísimo Dr. Ziyo, halagado quedo ante tus palabras, por las que, tumbado en la hamaca que no tengo, colocada entre las dos palmeras que ya me gustaría tener en el jardín de la piscina en la que jamás creo que me zambulliré, brindaré con ese ron añejo del 65 que ni de lejos podré paladear nunca.
Oe oe oe
¡¡Chupito, vamos a bebernos algo!!