Ejemplares vacíos
En las contadas ocasiones en que el cura, el maestro o Don Andrés realizaban un viaje de varios días, tras hacer la limpieza, tomaba algún volumen de la biblioteca. Devolvía las páginas y las palabras, pero le arrebataba la historia.
Hasta que alguien lo volvía a abrir.
Ceguera
Nadie se percató de que la biblioteca se estaba vaciando hasta que desapareció el último libro: un ejemplar de La Biblia. No tardaron en hallar a la ladrona, una niña. La quemaron en la hoguera por bruja. Alimentaron el fuego con todos los tomos que nunca echaron de menos.
Breve. Intenso.