UNA BUENA MANO
Mantener la compostura con el que se cobró la apuesta era suficiente para hacerle ver que, tras cobrársela con el dedo meñique de mi mano izquierda, estaba dispuesto a darlo todo en la Gran Partida y poner en juego, si hacía falta, la mano de mi hija.
Juego de cartas de Max Aub