Puedes encontrar este relato junto al resto de seleccionados en la convocatoria en la antología Vade Retro, dentro de la colección Bestiario de lo sobrenatural, en el siguiente enlace: https://lektu.com/l/saco-de-huesos/vade-retro/7914
Honra a Tu Padre.
Gracias por el comentario y la puntuación, Olethros.
Me encantó la primera vez que lo leí y ha vuelto a hacerlo ahora que lo releo con los añadidos, que no lo parecen, la verdad. Un decálogo oportuno y sabio q cualquiera, no solo un demonio, debería seguir, huir de las ciudades, de los felices, los creyentes, las embarazadas :), servido con una prosa clara, sin complicaciones.
**** estrellas
Se advierte el gusto por la filosofía del autor (supongo). A pesar de esto, hacia el final se vuelve un poco pesado (entiendo que el autor tuvo que agregar palabras al original para entrar en la convocatoria). En un momento parece que los consejos son todos negativos, es una lista de lo que no debe hacer. El protagonista-narrador parece estar a punto de aconsejar: no poseas a nadie, todas las almas implican una complicación relativa. Claro, viniendo desde abajo parece que todos los consejos deben ser negativos; que no se le puede decir lo que sí debe hacer. Incluso creo que ese final hubiera agregado sorpresa. Un soliloquio de un demonio que aconseja lo que no hay que hacer y termina concluyendo que la invasión es inútil, que hombres, demonios y ángeles, somos todo lo mismo; lo único que cambia son las circunstancias que definen la realidad de cada uno (recordar "La rebelión de los Ángeles", de Anatole France). No sé, es sólo una idea. Me puse constructivista.
Es un buen relato y está muy bien escrito. El estilo es original aunque la temática no tanto. Me refiero a que está un poco estereotipado el inframundo y sus habitantes. En cierto momento parece un ejercito humano a punto de entablar la batalla, de entrar a un castillo o algo por el estilo. Los demonios son muy humanos.
3 estrellas.
Bien escrito, otra mirada tras el telón. El hablar de puertas y tronos también me ha parecido un poco antropomórfico y de sesgo medievalizante. Tres estrellas y media:
***´
Texto formalmente bueno y de escitura sencilla, cosa nada fácil de hacer. El argumento es poco, un simple catálogo de buenas prácticas, pero original. El ambiente creado no es mucho, pues es casi más amable que fosco, pero el autor lo ha querido presentar así y ha conseguido ese tono perfectamente. En cuanto a la posesión, pues no, no la hay, pero seguro que la habrá, lo que también hace que cumpla reglas.
En resumidas cuentas: por la originalidad y la sencillez, yo lo calificaría con tres estrellas y media. Y hubieran sido más si el relato hubiera tenido más peso.
En cuanto a la posesión, pues no, no la hay, pero seguro que la habrá, lo que también hace que cumpla reglas.
En cuanto a la posesión, pues no, no la hay, pero seguro que la habrá, lo que también hace que cumpla reglas.
¡Mentira no dije, digo!
Relato admitido a concurso.
Si tuviera que elegir trece relatos entre los presentados al certamen para publicar una antología sobre posesiones, éste entraría en mi lista de ocho relatos seleccionados de forma directa tras la lectura de todos ellos.
Encaja en el tema de la convocatoria, la historia es original por cómo se enfoca al mostrarse como un iceberg y dejar mucho en las manos del lector, está escrito de forma competente y ofrece suficiente atractivo comercial.
★★★★☆
Sin embargo no entra en mi podio de ganadores, más por méritos de los elegidos que por flaquezas propias. Es más distintivo que impactante y los conceptos que maneja pueden terminar resultando algo repetitivos aunque sean diferentes en realidad. Pero es un relato estupendo, digno de la antología.
Qué buen, buen relato. La segunda persona, y el imperativo, siempre me parecen muy difíciles de usar y son, por ello, una opción que a mí me resulta arriesgada. Es habitual que se haga un poco pesada. Pero en este relato se maneja la extensión y el ritmo con maestría. El enfoque me parece muy novedoso y el punto de vista (del malo, maloso, para variar ) todo un acierto. Y sencillamente me encanta ese padre demonio encariñado con su hijo predilecto.
Muy divertido y original, compañero. Tiene imágenes memorables. Además está escrito en segunda persona, con lo difícil que es. Enhorabuena.
Ahora vienen los palos. No es nada personal, compañero. La culpa la tiene mi adición (por suerte ya superada) a los talleres literarios. Para mí, un relato es, sobre todo, una narración en la que un personaje se enfrenta a un conflicto, así como su reacción frente al mismo. En tu texto tenemos dos personajes: el padre y el hijo. Pero no veo ningún conflicto. Simplemente el padre da un consejo a su hijo. Lo has escrito en prosa, pero también podrías haberlo escrito en verso. Lee, por ejemplo, este poema: Los consejos del tío Dámaso a Luís Cristobal. A mí, mutatis mutandis, me parecen lo mismo: un consejo.
Tu texto tiene esa extensión pero podría también tener más o menos, a discrección del autor, pero sin conflicto, no hay relato.
Siento ser la nota discordante. Lo siento, una estrella y media.
Muchas gracias por lo comentarios, y tambien por lo que respecta a los añadidos.
Bestia Insana, Molu, Ligeia, Mzime, Lis, L.G. Morgan y LCS, gracias por leer el cuento y comentar.
Bestia Insana, Molu, Ligeia, Mzime, Lis, L.G. Morgan y LCS, gracias por leer el cuento y comentar.
Gracias por ti por compartirlo y aceptar las críticas, aunque sean duras (sobre todo la mía).
Una propuesta original y muy bien resuelta. Tienes muy buena prosa, eso por delante. Quizás me haya dejado un poco frío el escenario. Las indicaciones son muy ingeniosas y todo encaja muy bien con el tema, pero el relato no excita demasiado la atención. Casi es más una idea ingeniosa (bien ejecutada, insisto) que un relato propiamente dicho, aunque haya una narración subyacente. La última frase no me termina de convencer aunque cierra bien el planteamiento. ¿Se trata de algún demonio privilegiado? Me plantea cuestiones.
Solamente llamaré la atención sobre ese pequeño fallito de escribir con doble “l” mayúscula la palabra “Llamada”, por lo demás, ninguna pega.
Me ha gustado este relato por su originalidad, aunque, después de leer las recomendaciones del demonio padre, me pregunto a quién se puede poseer sin “efectos secundarios” porque da la impresión de que no hay nadie apropiado. (Esto es cachondeo )
Me falta quizás algo de oscuridad en el relato, porque da la impresión de que se lee de manera muy neutra, como si leyéramos un prospecto medicinal, aunque tal vez eso sea precisamente la intención del autor.
La posesión no se da en el momento, pero está ahí presente durante toda la historia.
Resultado: tres estrellas y tres cuartos.
En cuanto a lo formal, texto limpio y agradable de leer, que toma decisiones sintácticas adecuadas al enfoque del asunto que ha decidido ofrecer su autor.
En cuanto al estilo, sencillo pero adecuado a este monólogo lleno de "buenos consejos", expresados en el "último momento" , desde la "cercanía" y el "cariño paternal". El texto que se ha añadido para que el relato cumpla los mínimos del concurso y pueda participar queda bien imbricado en el original.
En cuanto al fondo, hay posesión. Además, el autor decide aproximarse al tema de la convocatoria de una forma muy original y muy poco trillada (nada en el concurso cuando se presentó por primera vez, ahora ya hay algún texto con el que se podrían encontrar ciertos puntos en común, no demasiado en la literatura).
Mi calificación es 4 estrellas.
Ceterum censeo Carthaginem esse delendam... ;oP