La vasija

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Dr. Ziyo
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Mario se hallaba en casa sentado en el sofá, contemplando con suma curiosidad la vasija que descansaba sobre la mesa. La habían conseguido él y Darek en una tienda de antigüedades esa misma mañana y les había salido gratis. Eso es lo bueno que tiene robar, que no tienes que pagar por lo que te llevas.

 

Darek era su compinche, su compañero de fechorías desde hacia tres años. Era un exmilitar de la antigua Yugoslavia (kosovar, por más señas) con una mala leche que parecía no tener medida, una inmensa propensión a la violencia gratuita y que disfrutaba haciendo daño a los demás. Para decirlo de manera suave, Darek era un sádico salvaje hijo de puta. Muy sádico, muy salvaje, y muy hijo de puta. Pero todo lo que tenía de sanguinario carnicero lo tenía de leal y fiel. Mario confiaba en él como si fuera su propio hermano, y le constaba que Darek sentía lo mismo hacia él, mientras no cometiera ninguna estupidez.

 

Esa mañana habían atracado el local de un anticuario, el cual habían estado vigilando hacía un par de semanas ya que les constaba que allí se movían mercancías más que interesantes y había más dinero del que podría imaginarse. El dueño era un anciano con un rostro amarillento y apergaminado que le hacía parecer tan viejo como algunas de sus antigüedades, pero como él mismo les confesó orgulloso antes de que Darek le hiciera un tercer ojo en la frente con su cuchillo favorito –un precioso KA-BAR negro–, tenía “solamente” ochenta y cinco años.

 

No debería haberlo hecho, pero el viejo se puso chulito con Darek –tremendo error– y de repente sacó un vetusto revólver que debía ser de cuando Samuel Colt iba en pañales. Entonces pronunció una frase que sería la última para él en esta vida y que parecía sacada de un western: “No os llevaréis nada de mi tienda, granujas. Antes tendréis que pasar por encima de mi cadáver.”

 

Como es de imaginar, Darek se tomó aquello al pie de la letra y justo cuando el viejo se plantó ante él con el revólver para cortarle el paso, sacó de uno de los bolsillos su cuchillo con una velocidad pasmosa y le incrustó en el entrecejo toda la hoja de metal. Los ochenta y cinco años del anciano cayeron al suelo sin apenas ruido, junto con el revólver que, al contrario que el cuerpo, hizo bastante más ruido.

 

Mario se cabreó mucho con Darek, pero lo hecho, hecho estaba. De modo que fueron a abrir la caja fuerte, para eso el español era un auténtico especialista. Al abrirla comprobaron que el botín no estaba nada mal: casi treinta mil euros en metálico, algunas valiosas piezas de oro, papeles que no se molestaron en mirar... y la vasija.

 

No se pararon a ver lo que contenía, la metieron junto con todo lo demás en una bolsa de deporte y se largaron corriendo tan rápido como pudieron. Huyeron hasta el piso de Mario, en donde iban a proceder de inmediato al reparto, y éste desparramó la mercancía robada sobre la mesa. En ese momento Darek cogió uno de los billetes de cincuenta euros que habían sido vomitados por la bolsa sobre la superficie de madera. A continuación se dirigio a su “colega”, con su voz de barítono y su habitual acento eslavo:

 

–Tío, tengo un hambre atroz. Si no como algo me va a dar un ataque. Me bajo a la calle a comprar unas pizzas al local de la esquina.

 

Y dicho esto, su metro noventa y cuatro centímetros y sus ciento ocho kilos de puro músculo salieron de la casa, dejando allí a Mario. Solo, con la pasta. Solo, con el oro. Solo, con la vasija.

 

***

 

Ahora que la miraba bien, se daba cuenta que la vasija parecía antigua; muy, muy antigua. Era del tamaño aproximado de una botella de agua de dos litros, de color negro y de un material pétreo que no sabía identificar. Sobre la tapa sellada que la cubría se veía una inscripción con caracteres extrañísimos, que él no había visto en su vida, ni tenía la más mínima idea de lo que significaban. Se preguntó si sería una descripción del contenido o algo parecido. Por alguna razón, le pareció que era importante saber lo que significaba, aunque tenía muy claro que eso no le iba a impedir abrirla. También tenía claro que lo que estaba allí escrito no era egipcio, pues no tenía ninguno de esos curiosos dibujitos de los jeroglíficos que Mario recordaba haber visto de pasada en algún documental sobre el Egipto de los faraones.

 

La cogió entre sus manos y la zarandeó, intentando adivinar qué contendría, pero no se escuchaba ningún sonido que le pudiera dar una idea. La sopesó durante unos momentos. Tres kilos; tal vez algo más, pero no pensaba que pesara mucho más.

 

En principio pensaba esperar a Darek para abrirla, pero aquella vasija parecía despertar cada vez más curiosidad en él y decidió que no pasaría nada por abrirla ya. Hubiera lo que hubiera, la mitad sería para Darek, como siempre había sido. Era un “pacto entre caballeros” que él no pensaba incumplir. Además, no se le ocurriría jamás engañar a alguien como aquel enorme kosovar, que era tan peligroso como una llama cerca de un escape de gas. Engañarle sería poco menos que sentarse en la silla eléctrica y activar el interruptor con sus propias manos, una muerte segura que a Mario no le atraía en absoluto, pues le tenía mucho apego a la vida.

 

Se levantó del sofá y volvió al momento con un martillo. De un golpe rompió la tapa sellada, que no opuso demasiada resistencia. De inmediato surgió un olor penetrante, como a polvo antiguo mezclado con algo más, algo inidentificable, decrépito, que le hizo arrugar la nariz y apartar la cara con asco.

 

Vació el contenido de la vasija sobre la mesa al lado del resto de la mercancía robada y lo miró durante unos segundos, sorprendido. Allí no había nada más que cenizas, o algo que lo parecía, como si aquel recipiente fuera una antigua urna funeraria.

 

– “Menuda mierda”, pensó al verlo.

 

Se acercó al montón de polvo ceniciento para verlo más de cerca. ¿Para qué cojones querría ese viejo estúpido guardar en una caja fuerte un puñado de cenizas? ¿Serían de algún familiar? ¿Su mujer tal vez? ¿Quizás su... ?

 

ssssssssss

 

Sus pensamientos se vieron interrumpidos de repente cuando aquello empezó a moverse emitiendo un siseo perfectamente audible. Mario se echó hacia atrás de forma instintiva y entonces observó como el montón de cenizas se removía cada vez más rápido en un movimiento ondulatorio en forma de aparente espiral. De pronto se convirtió en una masa azulada y grisácea que se elevó medio metro por encima de la mesa y quedó allí flotando, como la nube descarriada de alguna tornenta. Un perplejo Mario lo miraba todo con ojos de ciervo deslumbrado por los faros de un coche.

 

–¿Pero qué cojones...? –se preguntó, extrañado y algo asustado ante lo que veía.

 

No le dio tiempo a acabar la pregunta porque en ese mismo momento la nube flotante se abalanzó sobre él, cubriéndole la cabeza. La ceniza (o lo que fuera) penetró con violenta rapidez por su boca, nariz, oídos y por todos los resquicios de su piel. No fue capaz de reaccionar, sólo tuvo tiempo de pensar que ahora sabía lo que significaba la maldita inscripción de la tapa: era una advertencia para no abrirla.

 

Mario gritó, todo cuanto podía gritar teniendo la boca y la garganta llenos de esa sustancia maloliente. Sintió como aquello penetraba en su estómago y se iba adueñando poco a poco del resto de su cuerpo. Ardía como si se hubiera tragado un chorro de lava incandescente. Cayó al suelo, retorciéndose entre espasmos de dolor. Su garganta se despejó lo suficiente como para permitirle lanzar horribles alaridos, mientras sentía el avance imparable de eso que parecía estar corroyendo su organismo por dentro. Percibía como aquello parecía ramificarse dentro de él e invadía todas y cada una de sus células, en una orgía de inimaginable sufrimiento. Era como tener dentro una jauría de perros salvajes con dientes de ácido que le mordiera y le devorara las entrañas.

 

Y aunque el dolor que consumía su cuerpo era atroz, aún era peor lo que sucedía en el interior de su cabeza. La nube se había introducido por sus ojos y era como si tuviera incrustadas dos brasas ardientes en las cuencas oculares que le cegaban por completo. Hierros al rojo vivo parecían penetrar por sus oídos, violando sus tímpanos con punzadas abrasadoras. Las fosas nasales le hervían, parecían a punto de entrar en ebullición y le daba la sensación de que se le desintegraba la nariz por dentro. Sentía como si millones de garras minúsculas le arañaran el cerebro, contaminando todo a su paso, infectando sus neuronas con algo tóxico. Poco a poco percibió cómo algo desconocido, un ente de gran poder y malignidad, tomaba posesión de su mente, sepultando su voluntad y cualquier rasgo de su personalidad en una profunda sima de la que sólo un milagro podría sacarlos.

 

Mario quería morir. Su cuerpo se agitaba y se golpeaba contra el suelo con violencia, como si estuviera siendo presa de un ataque epiléptico. Las manos se le retorcían, se le crispaban en el aire, dejando ver sus dedos tan rígidos que parecían ir a romperse de un momento a otro. Su rostro era una máscara de agonía envuelta en sudor. Deseó con todas sus fuerzas que entrara Darek en ese momento y le clavara su cuchillo en el corazón hasta que sus ojos se cerraran para siempre. Pero Darek no volvió hasta unos minutos más tarde.

 

Para entonces, Mario ya no era Mario.

 

***

 

La puerta se abrió y el exmilitar entró cargado con dos grandes cajas de pizzas y con cara de pocos amigos. Su paciencia era inversamente proporcional al tamaño de sus músculos.

 

–¿Estás sordo o qué coño te pasa? He llamado durante casi cinco minutos. Casi he echado la puta puerta abajo, joder. Como me tenga que comer la pizza fría, te la meto por el culo.

 

Mario no respondió nada, se limitó a dejar pasar a su “colega” y cerró la puerta con la calma de un monje budista en plena meditación.

 

Darek se plantó enseguida ante la mesa y comprobó con sorpresa que estaba tan vacía como su estómago. No había rastro del dinero, ni de la bolsa, ni de nada. Eso era algo inusual, que no había ocurrido nunca hasta ahora. Siempre repartían el botín nada más llegar. Siempre. En una escala de rareza del uno al diez eso era por lo menos un doce. Era rarísimo de narices. Y le mosqueó.

 

–¿Qué pasa aquí? ¿Dónde está la bolsa con la pasta, Mario?

 

El aludido se le quedó mirando con una sonrisita burlona, negando con la cabeza.

 

–¿A qué coño estás jugando? Quiero mi parte ahora mismo, si no, ya sabes lo que podría pasarte. Y no me gustaría tener que hacerte daño –la mirada de Darek habría derretido el acero y dejaba claro que hablaba muy en serio.

 

Una sola palabra salida de la boca de Mario –un insignificante monosílabo– puso en marcha esa máquina de matar que era el kosovar.

 

Esa palabra fue “No”.

 

Lanzó las pizzas con furia contra la pared y se echó la mano derecha a uno de los bolsillos para extraer su querido compañero metálico y letal. Sus ojos aullaban de ira homicida, pero su boca permaneció muda al lanzarse hacia Mario con el ímpetu de un enorme búfalo cabreado.

 

Mario no se movió un milímetro de su posición, no intentó defenderse ni cambió la expresión de su rostro. Seguía mirando a su hasta entonces compinche con la misma sonrisita burlona y tenía un brillo extraño y retador en la mirada.

 

La hoja del cuchillo penetró con suma facilidad en el cuerpo de Mario, que no se alteró lo más mínimo. Darek, incrédulo, lo extrajo y comenzó a acuchillarlo con fiereza; una, dos, tres... mil veces. Pero Mario seguía impasible, y lo más extraño de todo, no brotaba una sola gota de sangre de él. Su camiseta estaba destrozada, pero inmaculada. Y él sonreía...

 

Darek lo miró con una mezcla de incomprensión y sorpresa. Aún no había aparecido el miedo, pero lo haría de inmediato. Mario agarró el brazo derecho de su examigo con una sola mano y lo retorció de forma brutal. El chasquido de huesos al romperse se fundió con el alarido de dolor del hombre. A continuación lo agarró del cuello con la otra mano y lo levantó en vilo, estampándolo contra la pared.

 

El miedo empezaba a correr por la cabeza de Darek como un gato asustado. Mario era quince centímetros más bajo que él y pesaba casi treinta kilos menos, sin embargo, estaba levantándolo del suelo con una sola mano y sin ningún esfuerzo, como si levantara una barra de pan.

 

Una carcajada siniestra escapó de la garganta del español y Darek se fijó entonces mejor en su cara y en sus ojos. En ese instante el miedo empezó a galopar por su cabeza como un potro salvaje y sintió que su cordura intentaba huir a otra parte.

 

Mario no era Mario. Era algo más.

 

Su cara no era la suya, parecía ondular. Como si debajo de su cara hubiera otra –un rostro de pesadilla– intentando aflorar y ambas se superpusieran, creando ese extraño efecto. Algo que Darek encontraba escalofriante, aunque no tanto como sus ojos. Los ojos de aquella cosa que antes era su amigo aterraron al hombretón hasta hacerle romper a llorar. Eran dos oscuros calderos donde hervía el más abyecto mal. Eran pozos que comunicaban con el mismísimo infierno. Eran emisarios de la muerte.

 

La cosa que se hallaba dentro de Mario habló, y su voz ancestral era un sonido hiriente, enloquecedor, que penetró por los oídos de Darek como si fuera alambre de espino que lo desgarrara todo a su paso y fue la chispa que hizo saltar su cordura por los aires.

 

–Maldito estúpido. No puedes vencerme con tus patéticas armas.

 

En su rostro se dibujó una sonrisa de escualo que se mezcló con la expresión aterrada de Mario, que yacía debajo pugnando por salir. Entonces alzó la mano que había quedado libre y la puso ante la cara del aterrorizado hombre, que temblaba sin control, con la mirada enloquecida, y musitaba oraciones en su lengua natal. La mano se convirtió en una amenazadora garra y la cosa/Mario le apuntó a los ojos con los dedos índice y corazón, rematados por afiladas uñas negras como el carbón. Ambos dedos empezaron a crecer poco a poco, como ramas resecas de un árbol muerto que revive por un instante, acercándose más y más a su objetivo. Darek cerró los ojos, en un acto defensivo tan desesperado como inútil. Las afiladas puntas de las garras llegaron hasta los párpados, se clavaron en ellos y continuaron su avance, penetrando en los globos oculares y haciendo que estallaran. Siguieron su camino, hurgando, horadando, incrustándose en el cerebro de Darek, que se convulsionó durante unos segundos hasta que su cuerpo quedo flácido e inerte.

 

La cosa/Mario siguió hurgando con saña en el cerebro del hombre hasta comprobar que había muerto. Arrojó el cadáver a un lado con desprecio y emitió una estruendosa carcajada. Se sentía poderosa por primera vez en mucho tiempo. Levantó la mano y se lamió los dedos recubiertos de restos de masa encefálica sonriendo cruelmente. Hacía mucho que no disfrutaba de esa sensación.

 

Abandonó el piso y salió a la calle, a disfrutar de su recién ganada libertad. Llevaba eones encerrada en aquella cárcel pétrea en la que había sido introducida mediante artes mágicas y ahora que se había visto liberada, no se dejaría volver a atrapar.

 

Ahora el mundo entero conocería su poder.

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Olethros
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En cuanto a lo formal, si al autor le parecen asuntos de interés, problemas recurrentes con el uso de las comas, en especial en los incisos; tanto los gerundios como los adverbios terminados en "-mente" evitan que el autor deba esforzarse para narrar mejor; hay tendencia a la repetición cercana de palabras y, en especial, del uso de la "y" a lo largo del texto (parece un tic del autor).

En cuanto al estilo en general, unas veces se entretiene en dar detalles que no aportan nada a la progresión de la trama ni a sus personajes y otras insiste en la supuesta truculencia tanto que, además de anestesiar al lector por exceso, hace que el autor caiga en sus propias trampas (por ejemplo, al decir "Las fosas nasales le hervían, parecían a punto de entrar en ebullición"). La atmosfera pulp noir es ligera.

En cuanto al fondo, hay posesión. El texto está arreglado para que no sea una simple usurpación de cuerpo y sea una posesión, por más que sea una "posesión djinn tonic".

Mi calificación es 2,5 estrellas.

Ceterum censeo Carthaginem esse delendam... ;oP

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Me parece que el autor se repite en un argumento sencillo de final con moraleja moralista. Esta vez: No robes y asesines a un anticuario pues te puede ir fatal. Se logra muy bien un ambiente de episodio de Twilight Zone, pero parece poco. Argumento lineal, sin sorpresa y sin explicaciones. Sigue el mismo formato que el anterior relato presentado por el autor por lo que no me explayaré sin necesidad sobre lo mismo. En cuanto a la trama, me llamó la atención una cosa. Cuando Derek no ve el dinero le pregunta a su amigo. Éste le responde "No". Hasta se enfatiza que es una única palabra. El otro por respuesta lo apuñala. Así sin más. Me parece un poco exagerado. Entre amigo/amigo y victima/asesino, sólo hubo un "no". ¿De qué le sirve a Derek matarlo? ¿Con esto recuperará su dinero? Creo que al intentar enfatizar la bestialidad del kosovar se ha exagerado un poco. Una cosa es que sea una bestia en cuanto a agresividad e impulsividad, otra que lo sea de bruto, o tonto. Matarlo debería ser la última opción, ya que es la única que no le revela dónde está el dinero. Un personaje así, parece sádico. ¿No va a golpearlo un poco? ¿No desea verlo sufrir, humillarlo? Se mata así por odio o por miedo; no creo que sea el caso. ¿Lo mata para que le diga dónde está el dinero? Me parece que no tiene mucho sentido (más que habilitar el desenlace del relato).
Creo también (y lo digo a modo de consejo de atrevido) que a veces es más importante sugerir que decir (todos hemos escuchado esa formulita mágica). En este sentido el relato entero es poco sugerente, más bien es explícito y en ciertos pasajes redundante. Doy un ejemplo: Decir sobre el cuchillo con el que Derek está a punto de apuñalar a su amigo que es letal (se entiende que es el mismo con el que ha apuñalado al anticuario) es redundante. Ya sabemos que ese cuchillo es letal.
2 estrellas.

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Relato admitido a concurso.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Olethros dijo:

En cuanto a lo formal, si al autor le parecen asuntos de interés, problemas recurrentes con el uso de las comas, en especial en los incisos; tanto los gerundios como los adverbios terminados en "-mente" evitan que el autor deba esforzarse para narrar mejor; hay tendencia a la repetición cercana de palabras y, en especial, del uso de la "y" a lo largo del texto (parece un tic del autor).

Al autor sí le parecen asuntos de interés, porque intenta mejorar, pero necesitaría de ciertas explicaciones, si fueras tan amable. Esto que tan a menudo comentas sobre los gerundios y adverbios acabados en "-mente", ¿es opinión personal o alguna clase de regla que yo desconozco? En todo caso, he de decir que no lo entiendo. No comprendo que decir: "se golpeó violentamente", por ejemplo, sea más adecuado, ni te obligue a esforzarte más o te convierta en mejor escritor que decir: "se golpeó con violencia". Lo mismo en cuanto a los gerundios, no entiendo que tiene de malo utilizarlos. A mí como lector no me molestan ni lo uno ni lo otro, siempre usados en su justa medida, por eso te pido, por favor, que me aclares esto.

Lo de la "tendencia a la repetición cercana de palabras" es algo que me llama la atención, porque es unos de los aspectos que siempre más miro, o intento mirar.

Lo de la "y" me desconcierta, aunque trataré de no poner tantas.

Oletrhos dijo:

En cuanto al estilo en general, unas veces se entretiene en dar detalles que no aportan nada a la progresión de la trama ni a sus personajes y otras insiste en la supuesta truculencia tanto que, además de anestesiar al lector por exceso, hace que el autor caiga en sus propias trampas (por ejemplo, al decir "Las fosas nasales le hervían, parecían a punto de entrar en ebullición"). La atmosfera pulp noir es ligera.

Tampoco entiendo qué clase de detalles son esos que dices que no aportan nada. Si me puedes poner algún ejemplo, se agredece.

En cuanto a lo de anestesiar por exceso, pues no sé, eso entra también en el ámbito de las opiniones personales, creo yo. Lo que hago es crear una descripción lo más detallada posible para intentar formar en la cabeza del lector una imagen que sea una copia de lo que yo tengo dentro de la mía. Creo que podría haber descrito mucho menos esa situación, pero entonces no reflejaría lo que pretendo reflejar. Intento plasmar una situación de horror, que se sienta con rotundidad la tortura que padece el personaje al ser poseído, y creo que es necesario ahondar en las descripciones.

 

Olethros dijo:

En cuanto al fondo, hay posesión. El texto está arreglado para que no sea una simple usurpación de cuerpo y sea una posesión, por más que sea una "posesión djinn tonic".

Esta última frase es graciosa, me gusta.

Gracias por tus comentarios y puntuación.

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Molu dijo:

Me parece que el autor se repite en un argumento sencillo de final con moraleja moralista. Esta vez: No robes y asesines a un anticuario pues te puede ir fatal.

Nada más lejos de mi voluntad que pretender mostrar ningún tipo de moraleja. La única pretensión ha sido la de escribir un relato en el que hubiera implícita una posesión a un ser humano.

Molu dijo:

Cuando Derek no ve el dinero le pregunta a su amigo. Éste le responde "No". Hasta se enfatiza que es una única palabra. El otro por respuesta lo apuñala. Así sin más. Me parece un poco exagerado. Entre amigo/amigo y victima/asesino, sólo hubo un "no". ¿De qué le sirve a Derek matarlo? ¿Con esto recuperará su dinero? Creo que al intentar enfatizar la bestialidad del kosovar se ha exagerado un poco. Una cosa es que sea una bestia en cuanto a agresividad e impulsividad, otra que lo sea de bruto, o tonto. Matarlo debería ser la última opción, ya que es la única que no le revela dónde está el dinero. Un personaje así, parece sádico. ¿No va a golpearlo un poco? ¿No desea verlo sufrir, humillarlo? Se mata así por odio o por miedo; no creo que sea el caso. ¿Lo mata para que le diga dónde está el dinero? Me parece que no tiene mucho sentido (más que habilitar el desenlace del relato).

Creo que quedaba bastante claro en el relato que Darek es un psicópata, alguien que no atiende a razones, ansioso por hacer daño y poseído por una violencia desmedida. Es alguien que necesita la más mínima excusa para sacar a la luz su maldad. En este caso, la provocación (para él) empieza con una negativa en forma de movimiento de cabeza y sonrisa burlona, y después, con una negación vocal. Por lo tanto, su forma de actuar es la consecuente con su personalidad.

Por otra parte, ¿por qué lo mata? Pues se puede pensar perfectamente que Darek imagina que el dinero está escondido en la casa y que si Mario no se lo da, lo mata y no tiene otra cosa que hacer que buscarlo. No me lo había planteado, pero porque lo vi lo más lógico.

Molu dijo:

Creo también (y lo digo a modo de consejo de atrevido) que a veces es más importante sugerir que decir (todos hemos escuchado esa formulita mágica). En este sentido el relato entero es poco sugerente, más bien es explícito y en ciertos pasajes redundante. Doy un ejemplo: Decir sobre el cuchillo con el que Derek está a punto de apuñalar a su amigo que es letal (se entiende que es el mismo con el que ha apuñalado al anticuario) es redundante. Ya sabemos que ese cuchillo es letal.

No voy a discutir sobre eso de que es más importante a veces sugerir que decir. Estoy de acuerdo, pero "a veces".

Soy explícito por las razones que le he explicado a Oletrhos. Mi idea es plasmar en palabras la imagen que yo tengo en la cabeza para que al lector no le quepa ninguna duda. Siempre se dice que una imagen vale más que mil palabras, pero como yo no tengo una imagen, la describo con todo el detalle que puedo. Intento transmitir, si es posible, la tremenda agonía que supone para Mario esa posesión. Yo podría decir simplemente: "la nube de cenizas penetró en Mario por los orificios de su cabeza y entonces comenzó una posesión dolorosa en extremo", y fin. No es desde luego lo que pretendo contar, no transmite ni la décima parte de lo que yo quiero transmitir.

Son cosas que yo no catalogo como erróneas, pero al parecer algunos sí que lo hacéis. Cuestión de gustos, supongo.

En cuanto a lo del cuchillo, lo que digo es: "su querido compañero metálico y letal". Yo no lo encuentro redundante, sino una manera de describir el cuchillo sin emplear precisamente esa palabra. Si hubiera dicho "mortífero y letal", habría redundancia, creo yo.

Todo esto me lleva a la conlusión de que discrepamos bastante en cómo entendemos que nos gustan los relatos de terror.

Gracias por tu puntuación y comentarios.

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Desde el punto de vista formal, no hay nada que enmarañe la lectura en exceso. Si acaso lo hace, pero poco, la sistemática falta de comas en los vocativos-interjección y algún esporádico uso simultáneo de rayas de diálogo y comillas o su ausencia en algún "ruido silbante", lo que queda un tanto extraño a mi personal modo de ver.

En cuanto al contenido, todo es muy tradicional y consabido; no hay novedades, pero está razonablemente bien llevada la trama.

La atmósfera es ligera, pero adecuada.  Y posesión efectiva, desde luego, la hay. 

Lo mejor, quizá, la descripción de la psicología psicótica de Darek, un carácter mucho más profundo y definido que la de Mario.

Echo en falta una mayor explicación de la cosa, sus orígenes y sus porqués.

Por mi parte, le adjudico una valoración de 2 estrellas y media.

 

"Si quieres llegar rápido camina solo, pero si quieres llegar lejos camina acompañado", (proverbio masái)..

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Mzime dijo:

 ...sistemática falta de comas en los vocativos-interjección y algún esporádico uso simultáneo de rayas de diálogo y comillas o su ausencia en algún "ruido silbante", lo que queda un tanto extraño a mi personal modo de ver.

La verdad es que no entiendo a qué te refieres. ¿Me podrías poner algún ejemplo, por favor?

Mzime dijo:

Echo en falta una mayor explicación de la cosa, sus orígenes y sus porqués.

Por mi parte, le adjudico una valoración de 2 estrellas y media.

Es para añadirle misterio al asunto. no

Gracias por tus comentarios y puntuación.

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Cuestiones sin demasiada relevancia, como por ejemplo en el texto:

La Vasija dijo:

Entonces pronunció una frase que sería la última para él en esta vida y que parecía sacada de un western“No os llevaréis nada de mi tienda, granujas. Antes tendréis que pasar por encima de mi cadáver.”

Como quien nos cuenta es el propio narrador la frase del viejo debe ir, a mi parecer, tras raya [larga] de diálogo, no entrecomillada. Y también parecería conveniente la colocación de signos de exclamación, pero esto siempre es, aunque a mí me parezca claro, opinable y depende del tono con que se lo haya imaginado el autor.

Otro ejemplo:: 

La Vasija dijo:

– “Menuda mierda”, pensó al verlo.

Creo que sobra la raya de diálogo, puesto que es un pensamiento y solo deberían ir comillas.

Y en: 

La Vasija dijo:

ssssssssss.

si se supone ruido producido por el ente, falta la raya de diálogo. Y si es simple ruido de descompresión producido por la vasija, creo que debería integrarse de otro modo en el texto del narrador...

Como digo, nada especialmente relevante o que haya afectado a mi valoración.

 

 

 

"Si quieres llegar rápido camina solo, pero si quieres llegar lejos camina acompañado", (proverbio masái)..

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Mzime dijo:

Cuestiones sin demasiada relevancia, como por ejemplo en el texto:

La Vasija dijo:

Entonces pronunció una frase que sería la última para él en esta vida y que parecía sacada de un western“No os llevaréis nada de mi tienda, granujas. Antes tendréis que pasar por encima de mi cadáver.”

Como quien nos cuenta es el propio narrador la frase del viejo debe ir, a mi parecer, tras raya [larga] de diálogo, no entrecomillada. Y también parecería conveniente la colocación de signos de exclamación, pero esto siempre es, aunque a mí me parezca claro, opinable y depende del tono con que se lo haya imaginado el autor.

Otro ejemplo:: 

La Vasija dijo:

– “Menuda mierda”, pensó al verlo.

Creo que sobra la raya de diálogo, puesto que es un pensamiento y solo deberían ir comillas.

Y en: 

La Vasija dijo:

ssssssssss.

si se supone ruido producido por el ente, falta la raya de diálogo. Y si es simple ruido de descompresión producido por la vasija, creo que debería integrarse de otro modo en el texto del narrador...

Como digo, nada especialmente relevante o que haya afectado a mi valoración.

Hola, Mzime.

No sabes cuánto te agradezco que me hayas respondido. Has sido el único al que he preguntado y lo ha hecho.

Lo primero que comentas, lo de la frase del viejo, yo pensaba que al citarlo a él la frase debía ir entrecomillada. ¿No se hace así cuando se cita lo que ha dicho otro? En cuanto a los signos de exclamación, reconozco que eso fue un fallo mío por dar por sentado que el personaje es el típico valiente, pero imprudente, que habla con una calma total convencido de que nada puede pasarle. Esto debí haberlo aclarado de alguna forma en el relato. Lo de la raya de diálogo sí que no sé si debía ponerse o no.

En cuanto al pensamiento que pongo con raya de diálogo, estuve a punto de no ponerla, pero no lo tenía claro y decidí hacerlo. La próxima vez ya lo sé. yes

Y en cuanto al siseo, es un sonido que surge del propio montón de cenizas y me pareció adecuado ponerlo así. Como por ejemplo, si hubiera sido el tictac de un reloj, tampoco lo habría puesto con raya de diálogo porque creo haberlo leído así en más de una ocasión y en más de un libro.

Y ya está. Muchas gracias de nuevo.yes

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L. G. Morgan
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Relato de posesiones más bien clásico, en el que no hay duda de cómo y por qué sucede todo. Se lee a gusto y hay escenas muy bien descritas, como el acto de posesión en sí mismo y el asesinato del kosovar. Como aspectos negativos observo algunas repeticiones de palabras que le restan elegancia a la prosa, reiteración de la construcción sentía/percibía como… que además debería ser cómo, de qué modo; y no me acaba de cuadrar que de buenas a primeras un ladrón, que vive del producto de sus robos, echara mano de un martillo para abrir la vasija, destruyendo su valor como mercancía. Por otra parte, aunque el argumento me gusta, le falta a mi parecer algo de tensión.

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Dr. Ziyo
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L. G. Morgan dijo:

Relato de posesiones más bien clásico, en el que no hay duda de cómo y por qué sucede todo. Se lee a gusto y hay escenas muy bien descritas, como el acto de posesión en sí mismo y el asesinato del kosovar. Como aspectos negativos observo algunas repeticiones de palabras que le restan elegancia a la prosa, reiteración de la construcción sentía/percibía como… que además debería ser cómo, de qué modo; y no me acaba de cuadrar que de buenas a primeras un ladrón, que vive del producto de sus robos, echara mano de un martillo para abrir la vasija, destruyendo su valor como mercancía. Por otra parte, aunque el argumento me gusta, le falta a mi parecer algo de tensión.

Gracias por la parte positiva, Morgan.yes

Te agradecería, con el fin de mejorar, que me señalaras esas palabras que encuentras repetidas, cosa que me da bastante rabia de haberme pasado por alto, debido a la cantidad de veces que repaso los relatos antes de publicarlos.

La reiteración de sentía/percibía como... uf, me resulta complicado encontrar verbos que expliquen las sensaciones de alguien. Aparte de sentir, percibir, experimentar y notar, no se me ocurre ninguno más, por eso se repiten. Aunque ahora veo que lo podría haber escrito de otra manera que no me obligara e ponerlos. Fallo mío.

El asunto de no poner tilde en el "como" es uno de esos puntos que me tienen negro, ya que no me queda claro del todo cuando lo lleva y cuando no.smiley

El asunto de la destrucción de la vasija. Aquí entra en escena el hecho de que el ladrón piensa que el contenido tiene más valor que el recipiente. Quizá debí haberlo dejado más claro en el relato. A veces se dan ciertas cosas por sentadas y es un error.yes

Gracias por tus comentarios.

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Molu
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Ziyo. Me tomo la libertad de responder alguna de tus inquietudes. "Como", lleva tilde cuando es en tono de interrogación, y no lo lleva cuando es en tono de respuesta. Ejemplo: Quería saber cómo se sentía/ Luego supo que se sentía como el peor. En otras palabras: Lleva tilde cuando el "cómo" es una interrogación, denota la necesidad de saber algo (dentro y/o fuera de la pregunta formal). No lo lleva en la respuesta, o en la aclaración o comparación. Ejemplo: Como un tonto/ ¿Cómo, un tonto?. Creo que es así. 
El tema de las reiteraciones. No sé otros autores, en mí caso no quise decir que repetías palabras. Lo que creo que a veces es reiterativo en el relato son los conceptos. Por ejemplo el que ya te he señalado en mi comentario. Repetir hasta el final del cuento que el kosovar es un salvaje no me convence a mí (como lector) de que sus actitudes sean lógicas para con el supuesto salvajismo. Cuando le clava el cuchillo yo no pienso: "Ah, claro. Si el tipo es un salvaje. Con razón el autor me repitió seis veces conceptos (no palabras) que me hacían la idea de que el tipo era un salvaje". Pienso que hay algo que está mal, que suena mal, que interrumpe la línea del cuento. Yo te aconsejaría que no te preocupes tanto por las palabras ( o así está bien). Pero que le prestes más atención a los conceptos, a las ideas. Estás manejando una idea relativamente sencilla (que el tipo es una bestia), pero utilizas casi medio cuento en repetirlo. Si yo intento contar una historia en la que una hormiga va de una baldosa a la contigua, tengo que tener en cuenta muchas cosas. Si, debido a las reglas de un concurso por ejemplo, debo hacerlo en una cifra de palabras cercana a las 3000, deberé darle un enfoque bastante particular a la perspectiva del relato. Si fueran muchas más, debería de ser una genialidad. De otra forma sólo podré reiterarme en que a la hormiga le cuesta, que el camino es largo y que avanza lento, y sería un relato más sobre hormigas que hacen viajes largos y penosos. Pero hay otras formas de que una historia sencilla no sea reiterativa (si no mira el ejemplo del Ulises de Joyce, o sin irme tanto al extremo: La metamorfosis de Kafka). Por ejemplo: Intenta salirte de tú lógica particular como individuo cuando creas un personaje. Mejor es que el personaje no piense como tú. Un ladrón, conservador, materialista, no rompería una vasija antigua. Tú, que no eres un ladrón sí la romperías. Pero él tal vez no. Porque es un ladrón y vive de eso. Aún intuyendo que lo que hay en su interior es mucho más valioso. Sólo piensa en dinero. Y la vasija debe tener su valor, más una tan exótica. Un kosovar salvaje y bestial (creo yo y perdón por la insistencia) no asesinaría así nomas a su "amigo" antes de sacarle la información de dónde está el dinero. Cualquiera de nosotros (que no somos kosovares) fantaseamos con soluciones "a lo macho", pero con seguridad un kosovar sea más frío. Esta curtido. 
Espero que entiendas que esto intenta ser un aporte, porque me parece te quedaron dudas o que no entendiste algunos de los comentarios (como el mío). Saludos.

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Dr. Ziyo
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Molu dijo:

Ziyo. Me tomo la libertad de responder alguna de tus inquietudes. "Como", lleva tilde cuando es en tono de interrogación, y no lo lleva cuando es en tono de respuesta. Ejemplo: Quería saber cómo se sentía/ Luego supo que se sentía como el peor. En otras palabras: Lleva tilde cuando el "cómo" es una interrogación, denota la necesidad de saber algo (dentro y/o fuera de la pregunta formal). No lo lleva en la respuesta, o en la aclaración o comparación. Ejemplo: Como un tonto/ ¿Cómo, un tonto?. Creo que es así. 
El tema de las reiteraciones. No sé otros autores, en mí caso no quise decir que repetías palabras. Lo que creo que a veces es reiterativo en el relato son los conceptos. Por ejemplo el que ya te he señalado en mi comentario. Repetir hasta el final del cuento que el kosovar es un salvaje no me convence a mí (como lector) de que sus actitudes sean lógicas para con el supuesto salvajismo. Cuando le clava el cuchillo yo no pienso: "Ah, claro. Si el tipo es un salvaje. Con razón el autor me repitió seis veces conceptos (no palabras) que me hacían la idea de que el tipo era un salvaje". Pienso que hay algo que está mal, que suena mal, que interrumpe la línea del cuento. Yo te aconsejaría que no te preocupes tanto por las palabras ( o así está bien). Pero que le prestes más atención a los conceptos, a las ideas. Estás manejando una idea relativamente sencilla (que el tipo es una bestia), pero utilizas casi medio cuento en repetirlo. Si yo intento contar una historia en la que una hormiga va de una baldosa a la contigua, tengo que tener en cuenta muchas cosas. Si, debido a las reglas de un concurso por ejemplo, debo hacerlo en una cifra de palabras cercana a las 3000, deberé darle un enfoque bastante particular a la perspectiva del relato. Si fueran muchas más, debería de ser una genialidad. De otra forma sólo podré reiterarme en que a la hormiga le cuesta, que el camino es largo y que avanza lento, y sería un relato más sobre hormigas que hacen viajes largos y penosos. Pero hay otras formas de que una historia sencilla no sea reiterativa (si no mira el ejemplo del Ulises de Joyce, o sin irme tanto al extremo: La metamorfosis de Kafka). Por ejemplo: Intenta salirte de tú lógica particular como individuo cuando creas un personaje. Mejor es que el personaje no piense como tú. Un ladrón, conservador, materialista, no rompería una vasija antigua. Tú, que no eres un ladrón sí la romperías. Pero él tal vez no. Porque es un ladrón y vive de eso. Aún intuyendo que lo que hay en su interior es mucho más valioso. Sólo piensa en dinero. Y la vasija debe tener su valor, más una tan exótica. Un kosovar salvaje y bestial (creo yo y perdón por la insistencia) no asesinaría así nomas a su "amigo" antes de sacarle la información de dónde está el dinero. Cualquiera de nosotros (que no somos kosovares) fantaseamos con soluciones "a lo macho", pero con seguridad un kosovar sea más frío. Esta curtido. 
Espero que entiendas que esto intenta ser un aporte, porque me parece te quedaron dudas o que no entendiste algunos de los comentarios (como el mío). Saludos.

Hola, Molu.

Pues muchas gracias por tu aclaración con el "como" y su acentuación. De todos modos debo decir que, mirando mi relato (una vez más) y leyendo ciertas frases del tipo "sentía cómo...", me sigue costando saber en qué "como" debo poner la tilde porque hay algunos que creo que les sobra.

Entiendo lo que me quieres decir con lo del kosovar, pero yo creo que aquí nos movemos más en el territorio de las opiniones personales. Precisamente, lo que yo en el relato intento que se entienda es la reacción de Darek, y por eso insisto en su violencia, su agresividad, su impulsividad, y en que "le falta un tornillo", básicamente.

Es como en lo de la vasija y su contenido. Tú por ejemplo planteas lo mismo que L.G. Morgan, y tal y como le he dicho a ella, Mario cree que lo valioso no es tanto la vasija (que siendo una antigüedad tiene cierto valor, claro) como lo que hay en su interior. Además, si no la abre, no podría tener sentido la historia, aunque ahora que lo pienso, podría haber hecho que se tratara de una rotura accidental. Mira, eso no se me había ocurrido hasta ahora y puede que hubiera quedado mejor.yes

En fin que te agradezco tu aporte y tus aclaraciones y que te hayas molestado en escribir tanto para hacerme comprender tus comentarios, como bien dices, quizás no te entendí bien la otra vez.

Un saludo.

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L. G. Morgan
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Cuando tenga un rato te pongo lo de las palabras repes (que son más bien construcciones repetidas en realidad). Respecto al cómo o como: además de cuando funciona como adverbio interrogativo o exclamativo: ¿Cómo está usted?, ¡Cómo llueve!; lleva tilde cuando signifique de qué manera o de qué modo: sentí cómo me invadía la tristeza, percibía cómo la luz empezaba a extinguirse.

Sin tilde cuando es comparativo, tipo "era como si no existiera", "como quien no quiere la cosa", "se comportaba como si estuviera loco".

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Dr. Ziyo
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L. G. Morgan dijo:

Cuando tenga un rato te pongo lo de las palabras repes (que son más bien construcciones repetidas en realidad). Respecto al cómo o como: además de cuando funciona como adverbio interrogativo o exclamativo: ¿Cómo está usted?, ¡Cómo llueve!; lleva tilde cuando signifique de qué manera o de qué modo: sentí cómo me invadía la tristeza, percibía cómo la luz empezaba a extinguirse.

Sin tilde cuando es comparativo, tipo "era como si no existiera", "como quien no quiere la cosa", "se comportaba como si estuviera loco".

Muchas gracias por la aclaración, Morgan.

El primer apartado (adverbio interrogativo o exclamativo) lo tenía claro, no había ninguna duda ahí.

Donde tenía mis dudas, y espero haberlas resuelto por fin, era en la otra parte, en la que significa de qué modo o de qué manera y en la que hace de comparativo.

A ver si ahora soy capaz de llevarlo a la práctica correctamente. blush

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Ligeia
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Lo ya comentado de las repeticiones le resta un pelín a la prosa. Relato visual y costumbrista, el momento de la posesión corporal bueno. Yo la reacción de Darek la veo lógica, no tiene paciencia y ya está molesto por haber tenido que estar aporreando la puerta y ver que ha desaparecido el botín. La vasija lo mismo, vale que tendrá algún valor por antigua y rara, pero pesa y la codicia hace pensar ¿y sí dentro hay algo mucho mejor? como esas jarras enterradas con joyas y monedas dentro... tres estrellas:

 

***

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Dr. Ziyo
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Puntos: 2776

Ligeia dijo:

Lo ya comentado de las repeticiones le resta un pelín a la prosa. Relato visual y costumbrista, el momento de la posesión corporal bueno. Yo la reacción de Darek la veo lógica, no tiene paciencia y ya está molesto por haber tenido que estar aporreando la puerta y ver que ha desaparecido el botín. La vasija lo mismo, vale que tendrá algún valor por antigua y rara, pero pesa y la codicia hace pensar ¿y sí dentro hay algo mucho mejor? como esas jarras enterradas con joyas y monedas dentro... tres estrellas:

 

***

Me alegro de que estés de acuerdo con la reacción de Darek y la rotura de la vasija. Yo no lo veo tan descabellado, si no, no lo habría escrito. enlightened

Gracias por tus comentarios y tu puntuación.

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Bestia insana
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El relato se podría haber escrito, pienso, con la mitad de palabras, con la mitad de la mitad, la mitad de la mitad de la mitad. Lo que se cuenta no es mucho, vamos, se cuenta mucho para decir poco. Está, es cierto, el placer de contarlo, pero en este caso el placer del autor, que no dudo de que se lo ha pasado muy bien escribiéndolo, no es tanto el del lector, que se encuentra con una especie de batiburrillo, un montón de cosas metidas ahí como para que no falte nada. Lo exhaustivo no tiene por qué ser preciso. Ese es el caso. Para empezar sobran adjetivos. Por ejemplo, no hace falta que se nos diga que una sima es profunda o que un alarido es horrible, qué otra cosa podrían ser.

En cuanto a las repeticiones que comentan los compañeros, he visto dos le(s) constaba muy juntos, dos pensaba y la estructura de no se molestaron en… / no se pararon a…que se repite casi seguida, pero hay más, esto es lo que he advertido así por encima.

2,5 estrellas

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Puntos: 2776

Bestia insana dijo:

El relato se podría haber escrito, pienso, con la mitad de palabras, con la mitad de la mitad, la mitad de la mitad de la mitad. Lo que se cuenta no es mucho, vamos, se cuenta mucho para decir poco.

Evidentemente, no estoy de acuerdo contigo, si no, no lo habría escrito así. no

Bestia insana dijo:

no hace falta que se nos diga que una sima es profunda o que un alarido es horrible, qué otra cosa podrían ser.

Pues en mi opinión podrían ser muchas cosas (sima profunda, abrupta, siniestra, insondable, inabarcable ... Alarido horrible, larguísimo, espantoso, espeluznante, interminable...), y estoy seguro de que habrás leído algún que otro libro en donde habrás visto dichas palabras precedidas o seguidas de algún adjetivo (no siempre), pero no lo recuerdas.

Bestia insana dijo:

En cuanto a las repeticiones que comentan los compañeros, he visto dos le(s) constaba muy juntos, dos pensaba y la estructura de no se molestaron en… / no se pararon a…que se repite casi seguida, pero hay más, esto es lo que he advertido así por encima.

2,5 estrellas

Gracias por tus comentarios y tu puntuación.

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LCS
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Puntos: 6785

Relato sencillo, muy claro, fácil de leer y sin pretensiones. Si su misión es entretener, la cumple con creces.​ También la posesión es clara, por lo que entra dentro del tema del certamen.

Ahora vienen los palos. no  El argumento me parece demasiado obvio. Dos chicos malos roban a un anticuario un objeto y, como consecuencia de ese robo, ocurre lo que ocurre. ​ Además, creo que le falta tensión narrativa. No sé si el narrador debería centrarse tanto en Mario. No sé, quizá si hubiera una elipsis y el narrador no nos mostrara desde tan pronto lo que le ha ocurrido a Mario, el relato ganaría. Creo que debería mantenerse en secreto su posesión e irla desvelando poco a poco, hasta que, al final, fuera evidente y acabara por desvelarse. 

Me permito una licencia,  y es aconsejarle un relato que he recordado al leer el suyo: se trata de El ídolo de las Cicladas, de Julio Cortázar

Mi puntuación iba a ser un aprobado, pero por culpa de la frase final, creo que solo van a ser dos estrellas. Lo siento. heart

 

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Dr. Ziyo
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Puntos: 2776

LCS dijo:

Relato sencillo, muy claro, fácil de leer y sin pretensiones. Si su misión es entretener, la cumple con creces.​ También la posesión es clara, por lo que entra dentro del tema del certamen.

Ahora vienen los palos. no  El argumento me parece demasiado obvio. Dos chicos malos roban a un anticuario un objeto y, como consecuencia de ese robo, ocurre lo que ocurre. ​ Además, creo que le falta tensión narrativa. No sé si el narrador debería centrarse tanto en Mario. No sé, quizá si hubiera una elipsis y el narrador no nos mostrara desde tan pronto lo que le ha ocurrido a Mario, el relato ganaría. Creo que debería mantenerse en secreto su posesión e irla desvelando poco a poco, hasta que, al final, fuera evidente y acabara por desvelarse. 

Me permito una licencia,  y es aconsejarle un relato que he recordado al leer el suyo: se trata de El ídolo de las Cicladas, de Julio Cortázar

Mi puntuación iba a ser un aprobado, pero por culpa de la frase final, creo que solo van a ser dos estrellas. Lo siento. heart

 

Interesantes tus puntos de vista. Está claro que no hay nada mejor que dejar que otros ojos vean tus trabajos para hacerte ver cosas que se te escapan.

Intentaré leer ese relato que me recomiendas, aunque no prometo nada.

Por cierto, que por una sola frase cambies el resultado de tu puntuación me parece algo cruel, y más si ese relato es el mío.no
¿Hubiera subido la puntuación de dos y medio a tres con una frase más "chula"? Lo dudo.

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Dr. Ziyo dijo:

LCS dijo:

Relato sencillo, muy claro, fácil de leer y sin pretensiones. Si su misión es entretener, la cumple con creces.​ También la posesión es clara, por lo que entra dentro del tema del certamen.

Ahora vienen los palos. no  El argumento me parece demasiado obvio. Dos chicos malos roban a un anticuario un objeto y, como consecuencia de ese robo, ocurre lo que ocurre. ​ Además, creo que le falta tensión narrativa. No sé si el narrador debería centrarse tanto en Mario. No sé, quizá si hubiera una elipsis y el narrador no nos mostrara desde tan pronto lo que le ha ocurrido a Mario, el relato ganaría. Creo que debería mantenerse en secreto su posesión e irla desvelando poco a poco, hasta que, al final, fuera evidente y acabara por desvelarse. 

Me permito una licencia,  y es aconsejarle un relato que he recordado al leer el suyo: se trata de El ídolo de las Cicladas, de Julio Cortázar

Mi puntuación iba a ser un aprobado, pero por culpa de la frase final, creo que solo van a ser dos estrellas. Lo siento. heart

 

Interesantes tus puntos de vista. Está claro que no hay nada mejor que dejar que otros ojos vean tus trabajos para hacerte ver cosas que se te escapan.

Intentaré leer ese relato que me recomiendas, aunque no prometo nada.

Por cierto, que por una sola frase cambies el resultado de tu puntuación me parece algo cruel, y más si ese relato es el mío.no
¿Hubiera subido la puntuación de dos y medio a tres con una frase más "chula"? Lo dudo.

Puede parecer una tontería, pero si hubiera quitado esa frase, medio punto más sí que te habría dado.  no Para mí son muy importantes las frases iniciales y finales de los relatos.

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LCS dijo:

Dr. Ziyo dijo:

Interesantes tus puntos de vista. Está claro que no hay nada mejor que dejar que otros ojos vean tus trabajos para hacerte ver cosas que se te escapan.

Intentaré leer ese relato que me recomiendas, aunque no prometo nada.

Por cierto, que por una sola frase cambies el resultado de tu puntuación me parece algo cruel, y más si ese relato es el mío.no
¿Hubiera subido la puntuación de dos y medio a tres con una frase más "chula"? Lo dudo.

Puede parecer una tontería, pero si hubiera quitado esa frase, medio punto más sí que te habría dado.  no Para mí son muy importantes las frases iniciales y finales de los relatos.

¡Mecachisss!

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Patapalo
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Puntos: 209184

He tenido la impresión de que la acción copa el primer plano, no dejando que se desarrolle bien la historia. Sí, esta transcurre, pero es difícil verse implicado en ella porque, a mi parecer, todo ocurre sobre el momento.

Por ejemplo, se nos dice que el kosovar es muy fiel. Lo aceptamos. Pero luego pierde los estribos muy rápido y es así porque se nos dice que es así. Hubiera sido más efectivo, creo, que se nos explicara que el kosovar es un tipo inestable y nosotros anticipáramos que iba a terminar mal el tema de la vasija.

La propia estructura es lineal y tampoco ocurre gran cosa más allá los propios hechos. No hay nada detrás de estos y los protagonistas tampoco tienen tanto carisma para que la cosa nos interese per se. En ese sentido, aun siendo correcto, me da la impresión de que es un relato muy anecdótico. Creo que si se hubiera desarrollado más la historia del anticuario, de la vasija y/o de los ladrones, el efecto hubiera sido mayor.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Lis
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Puntos: 209

Este es un concurso y, desgraciadamente, ni todos los relatos pueden ganar ni todos pueden formar parte de la antología porque compiten entre sí.

Si tuviera que elegir trece relatos entre los presentados al certamen para publicar una antología sobre posesiones, éste no entraría en mi lista de preseleccionados tras la lectura de todos ellos.

Encaja en el tema de la convocatoria pero, por comparación con el resto, le costaría más que a otros contribuir al éxito de la antología mediante una historia llamativa, calidad literaria o tirón comercial.

★★☆☆☆

Sin embargo siento capacidades descriptivas prometedoras por parte del autor o autora. Ojalá me permita leer otras de sus obras en próximas ediciones del concurso.

¿En qué puedo ayudarte?

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Hedrigall
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Puntos: 1132

Un relato de argumento simple que lo fía todo a la escena de la posesión y a la lucha con Darek. Prima la acción, que está bien descrita, y el poco fondo le da un toque de anécdota a la historia. En lo formal, destaco el exceso de expresiones y lugares comunes, no incorrectas de por sí, pero cien veces leídas; por ejemplo, “velocidad pasmosa”, "kilos de puro músculo”, “máscara de agonía”, “máquina de matar”, “El miedo empezaba a correr/galopar por su cabeza”. 

Aprecio el interés (y la buena mano) en las escenas de acción y truculencia, pero creo que serían mucho más impactantes si se apoyaran en un argumento de más peso; opinión muy personal que me atrevo a expresar después de leer “Poseyendo a César”, del mismo autor, y comprobar que la introducción de ambos relatos es una simple presentación de la escena, y se renuncia a presentar conflicto o preparar un clímax en mitad o cierre del relato.

 

2.5 estrellas

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Patapalo dijo:

He tenido la impresión de que la acción copa el primer plano, no dejando que se desarrolle bien la historia. Sí, esta transcurre, pero es difícil verse implicado en ella porque, a mi parecer, todo ocurre sobre el momento.

Por ejemplo, se nos dice que el kosovar es muy fiel. Lo aceptamos. Pero luego pierde los estribos muy rápido y es así porque se nos dice que es así. Hubiera sido más efectivo, creo, que se nos explicara que el kosovar es un tipo inestable y nosotros anticipáramos que iba a terminar mal el tema de la vasija.

La propia estructura es lineal y tampoco ocurre gran cosa más allá los propios hechos. No hay nada detrás de estos y los protagonistas tampoco tienen tanto carisma para que la cosa nos interese per se. En ese sentido, aun siendo correcto, me da la impresión de que es un relato muy anecdótico. Creo que si se hubiera desarrollado más la historia del anticuario, de la vasija y/o de los ladrones, el efecto hubiera sido mayor.

Quizá se me pasó meter en el relato la idea de que Darek, aparte de violento y sádico, era muy inestable. Fue algo que di por sentado en mi cabeza. Fallo mío.

Admito que leo tu comentario y me cuesta entender bien lo que pretendes decir en algunas cosas. Por ejemplo, dices: "La propia estructura es lineal y tampoco ocurre gran cosa más allá los propios hechos." No sé qué quieres decir con eso de que no ocurre gran cosa más allá de los propios hechos. Si me pones un ejemplo, te lo agraderé infinitamente. no

Respecto a lo de desarrollar más la historia del anticuario, la vasija y/o los ladrones... el tener límite de palabras no te deja (por lo menos a mí) desarrollar todos los aspectos que desearías.

Gracias por tu comentario.

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Poblador desde: 30/01/2016
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Lis dijo:

Este es un concurso y, desgraciadamente, ni todos los relatos pueden ganar ni todos pueden formar parte de la antología porque compiten entre sí.

Si tuviera que elegir trece relatos entre los presentados al certamen para publicar una antología sobre posesiones, éste no entraría en mi lista de preseleccionados tras la lectura de todos ellos.

Encaja en el tema de la convocatoria pero, por comparación con el resto, le costaría más que a otros contribuir al éxito de la antología mediante una historia llamativa, calidad literaria o tirón comercial.

★★☆☆☆

Sin embargo siento capacidades descriptivas prometedoras por parte del autor o autora. Ojalá me permita leer otras de sus obras en próximas ediciones del concurso.

Gracias por tus comentarios y tu puntuación.

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Poblador desde: 30/01/2016
Puntos: 2776

Hedrigall dijo:

Un relato de argumento simple que lo fía todo a la escena de la posesión y a la lucha con Darek. Prima la acción, que está bien descrita, y el poco fondo le da un toque de anécdota a la historia. En lo formal, destaco el exceso de expresiones y lugares comunes, no incorrectas de por sí, pero cien veces leídas; por ejemplo, “velocidad pasmosa”, "kilos de puro músculo”, “máscara de agonía”, “máquina de matar”, “El miedo empezaba a correr/galopar por su cabeza”. 

Aprecio el interés (y la buena mano) en las escenas de acción y truculencia, pero creo que serían mucho más impactantes si se apoyaran en un argumento de más peso; opinión muy personal que me atrevo a expresar después de leer “Poseyendo a César”, del mismo autor, y comprobar que la introducción de ambos relatos es una simple presentación de la escena, y se renuncia a presentar conflicto o preparar un clímax en mitad o cierre del relato.

 

2.5 estrellas

Me desconcierta eso de que haya expresiones que, por ser utilizadas y vistas muchas veces, no queden bien o no gusten. Yo creo que "velocidad pasmosa" es una manera muy válida para definir una velocidad que cuesta de creer. Quiero decir que yo no le hago ascos si lo leo escrito en cualquier otro sitio. Es como si decir "era una mañana luminosa", esté ya visto; puede que lo esté, pero es una manera como otra cualquiera de definir una mañana con sol y sin nubes. Se puede decir de otra manera, de acuerdo, pero eso no le quita validez. En fin, entiendo que son opiniones, por lo tanto se aceptan y ya está.

No termino de entender, y que conste que lo digo todo de buen rollo, es decir, con el objetivo de aprender, en qué consiste eso de presentar conflicto o preparar un clímax en mitad o al cierre del relato. Yo veo (y era mi intención) que el clímax está en el momento de la muerte de Darek, que es cuando el espíritu de la vasija se hace con el control de la situación.

Gracias por lo de la buena mano para las escenas de acción y truculencia. yes Y gracias por tus comentarios y tu puntuación.

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Hedrigall
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Todo lo comentado es una opinión, por descontado.

 

Los lugares comunes, clichés o tópicos no son inválidos, simplemente se consideran de uso gastado. Hay gradaciones; “Sol de justicia” o “Espiral de violencia”, por ejemplo, nos parecen a todos frases mil veces oídas. De nuevo, no hay nada malo en ello excepto que se considera un vicio del lenguaje, una muletilla que, de tan leída, puede llegar a perder su impacto. Si uno busca alternativas retóricas menos frecuentes pero igual de acertadas, el lector acostumbra a sorprenderse, a agradecerlo.

Las que he señalado no son tan llamativas pero son bastante comunes, al menos en mi experiencia lectora. En especial en escenas de acción, lucha. Era algo que quería destacar en lo formal porque añadiría, en mi opinión, frescura a unas escenas de acción con mucho ritmo.

 

En cuanto al segundo punto, vaya por delante que hay mil maneras de escribir una historia, todas ellas válidas, y que cada autor escoge la más adecuada a lo que quiere mostrar. 

El clímax no tiene nada que ver con la visualización de la escena, o su impacto estético, sino con la historia que se narra. Juega con la incertidumbre de si el protagonista conseguirá o no su objetivo, para lo que ha estado luchando desde el inicio del relato. De ahí mi referencia a presentar el conflicto. 

Otra ventaja de plantar bien un conflicto es que caracteriza, a nivel básico como mínimo, al protagonista. Le da carácter y sustancia. 

 

Yo he disfrutado de las escenas que has presentado, pero ese aire anecdótico que presenta la historia está relacionado con lo que digo.  En mi experiencia, para mi gusto, estas escenas salvajes que retratas brillarían muchísimo más cuando la historia te ha enganchado de antes. 

Repito, no hay forma correcta de contar historias. Las hay sin conflicto que son una delicia leerlas, las hay como he explicado y no brillan en absoluto, son anodinas. En todo caso, no es mi intención decirte cómo deberías escribirla, sino plantear una alternativa, o hacerte barruntar un poco. Como me hicieron a mí en pasados Polidoris.

 

Un saludo.

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