Puedes encontrar este relato junto al resto de seleccionados en la convocatoria en la antología Vade Retro, dentro de la colección Bestiario de lo sobrenatural, en el siguiente enlace: https://lektu.com/l/saco-de-huesos/vade-retro/7914
El demonio de los celos
Edith, gracias por compartir este relato. En principio he de comentar que me encanta la mitología japonesa y sus cuentos macabros. Con este escenario ya me has ganado desde un principio. La idea es muy original, a pesar de ser un clásico en los cuentos de demonios orientales, y bastante popular llevar este tipo de leyendas a nuestra época en los animes o mangas japoneses. Pero encontrar este tipo de historia escrita por una autora de lengua española sí que es original, o por lo menos para mí.
En la narración veo esos cortes de estilo cinematográfico que tanto me gustan, es un relato muy gráfico y secuencial. Buen trabajo.
La trama sorprende doblemente, pues como lector creí entrever el final a mitad del relato cuando la abuela contaba la leyenda del Hannya a su nieta. Sin embargo el giro final me pilló por sorpresa. Lástima que la historia se vea un poco comprimida, solo un poco. Me hubiera gustado que la intriga hubiera sido tratada con un poco más de calma. Bueno, esa es mi opinión. No quiero decir con esto que el ritmo se vea apresurado, para nada. La historia respira desde un principio y acelera en el punto final. Se toma un momento de clímax cuando Yukari está atada a la silla y se descubre quién es el asesino de Yumi, y luego termina con un nuevo giro de tuerca creando un gran final que nos plantea un dilema como lectores: ¿el demonio enjaulado en el cuerpo de una criatura inocente puede tal vez llegar a apaciguarse?
La trama está magistralmente compuesta, todos los personajes tienen su función en pos del argumento. Nada sobra, nada falta para disfrutar del relato.
Sobre la temática propuesta, decir que entra de lleno es poco. Me pregunto si en este certamen no pecaremos al buscar la originalidad fuera de la temática clásica, cuando lo más lógico sea buscar la originalidad dentro de esa fórmula de género que funciona a la perfección. No tengo respuesta, el resultado lo dirá.
Total, que solo tengo alabanzas para este estupendo relato. Te anoto algunos gazapos por si quieres editar tras las votaciones, son tan pocos que merece la pena pulirlo:
—¿Sabes que salí con Yumi sólo porque me daba lastima?
(Aquí falta una tilde)
Un fuerte olor a sangre inundó sus fosas nasales, produciendole arcadas.
(Se escapó otra tilde)
—¿Cuánto tiempo ha pasado? —Dijo ella, apartándose—.
(Ese “Dijo” debería ir en minúscula)
—La odié con toda mi alma, ¿sabes? —Dijo, acariciando el rostro de Nanako—.
(Lo mismo que el anterior)
Esta vez costó más que las anteriores
(Después de esta frase falta un “.”)
No tenía que haber terminado así—. Se miró las manos—.
("Creo" que la fórmula de puntuación correcta sería: No tenía que haber terminado así. —Se miró las manos—.)
Era noche cerrada. Cerró los ojos y olisqueó con fuerza y durante largo rato hasta que encontró lo que estaba buscando.
(Esta cacofonía molesta de manera especial al tratarse del último párrafo: Cerrada/Cerró. Es fácil de solucionar :) )
Mi voto es de 4,5 estrellas. Un saludo.
Un relato muy bien escrito. Con un estilo que atrapa. Aunque al principio me costó entrar, debido a un principio bastante descolocador y los diálogos de las dos amigas que me parecieron algo forzados (seguramente sea culpa mía), luego entré de lleno en la historia y me atrapó gratamente.
La historia usa el esquema de la mitología Japonesa y sus historias sobre demonios, algo bueno, pues demuestra como puedes coger algo que ha sido contado cientos de veces y darle un nuevo punto se vista. Consiguiendo dejar con la boca abierta gracias a sus giros.
Un relato bello, que deja una esperanzadora pregunta, si un alma podrida como la de un demonio puede llegar a cambiar, y todo un ejemplo de originalidad que entra de lleno en el tema de las posesiones.
5 estrellas.
Ah, se me olvidaba. En esta frase te has dejado un "Puedes" en el camino.
"Tambien PUEDES pedirle tú una cita a él"
En lo formal, pequeños errores o cosas mejorables aquí y allá con tildes, ausencias, gerundios innecesarios y signos de puntuación. El último párrafo es el que más daño hace porque hay, en cuatro líneas escasas y que terminan el texto, tanto aliteración ("cerrada", "cerró"), como repetición de la palabra "noche", cacofonía ("echaANDO A ANDAr"), dos "y" casi seguidas y dos gerundios de los evitables.
En cuanto al fondo, se nota que el texto intenta alargarse (sin necesidad, en mi opinión) mediante el uso de adjetivos ("pequeño sorbo" o "pequeña servilleta") o de sustantivos complementarios ("anciana mujer"), tiene un buen ritmo estable, le falta nervio, es agradable de leer y muestra claramente el tema de la convocatoria en su trama.
Mi calificación es de 3,5 estrellas.
Me produjo una gran alegría descubrir un comentario nuevo. Muchas gracias a todos los que entregaron parte de su tiempo para leer y comentar mi aportación. Tomé nota de todas sus anotaciones, y quedo segura de que me servirán para mejorar el relato una vez terminado el certamen.
Aparte los errores ortográficos ya comentados, buen relato, a mí también me gustó el giro inesperado cuando uno ya creía imaginar por dónde irían los acontecimientos. A mí me encantan las explicaciones a pie de página y aquí serían buenas para explicar sucintamente los términos en japonés, para quien no domine el tema. Tres estrellas y media:
***´
Edith, a ver cómo te cuento lo que pienso con cariño y sin que pienses que lo hago sin ánimo de ofender.
Empiezo. Me ha costado entender tu relato. Más que nada, por la ambientación en el mundo japonés, con el que no estoy demasiado familiarizado. Supongo que es por culpa mía, pero creo que quizá también puede servirte como aviso de cara a un lector medio como puedo ser yo. Me temo que, si quieres que se aprecie tu relato como se merece, has de intentar rebajar un poco el uso de términos japones o, como apuntaba Ligeia, usar notas a pié de página. El inconveniente es de ese modo se puede sacar al lector de la historia.
Por otro lado, es curioso pero lo que a otros les encanta, a mí me disgusta. Me refiero al (desde mi punto de vista) abuso de los recursos cinematográficos, aunque también me da la impresión de que más que un relato, en ocasiones, parece el guión de un manga. Además, creo que aparte de abusar de los recursos cinematográficos, se usan de forma indebida. A primera vista, tu relato puede parecer que sigue la corriente mininalista: mucho diálogo y poca narración. Sin embargo, no es así. En los relatos minimalistas puros, el narrador solo enfoca a los personajes como una cámara de cine pero sin entrar dentro de tu psique. Es a través de sus actos, como el lector comprende cómo se sienten los personajes. Sin embargo, en tu relato, el narrador se introduce dentro de la mente de los personajes para contar lo que sienten demasiadas veces. Creo que deberías contar menos lo que sienten y mostrarlo más, a través de sus actos.
Escribir diálogos creíbles es muy dificil, sobre todo porque son un recurso con muchas funciones. Una de ellas es la informativa, pero no es la más importante. Sin embargo, en tu relato, me temo que abusas de esa función informativa. No sé si conoces a Ionesco. Es un dramaturgo del siglo XX que escribió lo que se llamaba teatro del absurdo. Una de sus obras más famosas es La cantante calva y empieza así:
"SRA. SMITH: – ¡Vaya, son las nueve! Hemos comido sopa, pescado, patatas con tocino, y ensalada inglesa. Los niños han bebido agua inglesa. Hemos comido bien esta noche. Eso es porque vivimos en los suburbios de Londres y nos apellidamos Smith."
Este diálogo es una sátira de las obras de teatro en las que se abusa de los diálogos para dar información. Sé que es excesivo y que no llegas a ese punto, pero tus diálogos me han hecho recordarlo. Son los personajes los que hablan de los demonios, nos cuentan que están en el instituto o nos presentan a los personajes. Por ejemplo, si exceptuamos el nombre y las palabras anciana, hermana pequeña o bebé, el narrador apenas nos dice nada de cómo son fisicamente los personajes.
Creo que se podría arreglar, si dieras un poco más de voz al narrador y le permitieras que fuera él quién dosificar la información, en lugar de dejar esa función a los personajes a través de los diálogos.
Espero que no te hayan molestado mis palabras. Se ve que escribes muy bien y tu historia es muy buena, pero creo que puede mejorarse. Por eso mi votación solo pueden ser tres estrellas.
Edith, a ver cómo te cuento lo que pienso con cariño y sin que pienses que lo hago sin ánimo de ofender.
Edith, a ver cómo te cuento lo que pienso con cariño y sin que pienses que lo hago sin ánimo de ofender.
Vaya, Edith, lo siento. Se me ha escapado otro dedazo. Quería decir sin que pienses que lo hago con ánimo de ofender. ¡Voy a suspender hasta los comentarios!
No te preocupes. Escribimos los comentarios con demasiada rapidad y, en realidad, se ha entendido lo que querías decir.
Pero es que la frase quedó graciosa y no me pude contener. Mea culpa.
A mí me pasó en una nota de prensa que me arranqué con un "No complace..." Fue peor.
jajajajaja XD
A primera vista, tu relato puede parecer que sigue la corriente mininalista: mucho diálogo y poca narración. Sin embargo, no es así. En los relatos minimalistas puros, el narrador solo enfoca a los personajes como una cámara de cine pero sin entrar dentro de tu psique. Es a través de sus actos, como el lector comprende cómo se sienten los personajes. Sin embargo, en tu relato, el narrador se introduce dentro de la mente de los personajes para contar lo que sienten demasiadas veces. Creo que deberías contar menos lo que sienten y mostrarlo más, a través de sus actos.
...
... Son los personajes los que hablan de los demonios, nos cuentan que están en el instituto o nos presentan a los personajes. Por ejemplo, si exceptuamos el nombre y las palabras anciana, hermana pequeña o bebé, el narrador apenas nos dice nada de cómo son fisicamente los personajes.
Uf, pues yo no puedo estar más en desacuerdo con esto. Que conste que no entro a valorar este relato en concreto, ni si se aplica o no, exactamente, lo que comentas. Hablaré solo en teoría, porque me parece un principio (o un dogma) que se repite mucho y sobre el que yo opino como autora de forma opuesta.
Yo creo que es elección de cada autor si quiere ejercer de cámara fotográfica o meterse dentro de la psique de los personajes. Igualmente, si prefiere poner el acento en la imagen externa o "radiografiar" el interior de cada uno.
Y ambas opciones, para mí, son igualmente válidas. Creo que dependerá, en el fondo, de cómo conceptuamos "la acción" y de qué queremos reflejar en cada texto concreto. De si somos "conductistas" o "cognitivistas". Para mí, la acción no es únicamente lo que sucede fuera: las luchas, diálogos, persecuciones..., o las acciones cotidianas. También son acciones los procesos mentales, los diálogos internos, las sensaciones interoceptivas... No se ven, pero están.
Y sobre el caso de diálogos informativos, estoy de acuerdo con los extremos que ejemplificas en el texto. Pero sin embargo, me parece una opción estupenda (y muy literaria, por otra parte) que un personaje cuente un cuento, una leyenda, etc. a otros personajes, para "informar" al lector de algo. O que dé una clase (si fuera un profe), o que comente una investigación que está llevando a cabo, o que lea la receta de algo a otro o... Son estrategias que, bien usadas, funcionan perfectamente.
A primera vista, tu relato puede parecer que sigue la corriente mininalista: mucho diálogo y poca narración. Sin embargo, no es así. En los relatos minimalistas puros, el narrador solo enfoca a los personajes como una cámara de cine pero sin entrar dentro de tu psique. Es a través de sus actos, como el lector comprende cómo se sienten los personajes. Sin embargo, en tu relato, el narrador se introduce dentro de la mente de los personajes para contar lo que sienten demasiadas veces. Creo que deberías contar menos lo que sienten y mostrarlo más, a través de sus actos.
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... Son los personajes los que hablan de los demonios, nos cuentan que están en el instituto o nos presentan a los personajes. Por ejemplo, si exceptuamos el nombre y las palabras anciana, hermana pequeña o bebé, el narrador apenas nos dice nada de cómo son fisicamente los personajes.
Uf, pues yo no puedo estar más en desacuerdo con esto. Que conste que no entro a valorar este relato en concreto, ni si se aplica o no, exactamente, lo que comentas. Hablaré solo en teoría, porque me parece un principio (o un dogma) que se repite mucho y sobre el que yo opino como autora de forma opuesta.
Yo creo que es elección de cada autor si quiere ejercer de cámara fotográfica o meterse dentro de la psique de los personajes. Igualmente, si prefiere poner el acento en la imagen externa o "radiografiar" el interior de cada uno.
Y ambas opciones, para mí, son igualmente válidas. Creo que dependerá, en el fondo, de cómo conceptuamos "la acción" y de qué queremos reflejar en cada texto concreto. De si somos "conductistas" o "cognitivistas". Para mí, la acción no es únicamente lo que sucede fuera: las luchas, diálogos, persecuciones..., o las acciones cotidianas. También son acciones los procesos mentales, los diálogos internos, las sensaciones interoceptivas... No se ven, pero están.
Y sobre el caso de diálogos informativos, estoy de acuerdo con los extremos que ejemplificas en el texto. Pero sin embargo, me parece una opción estupenda (y muy literaria, por otra parte) que un personaje cuente un cuento, una leyenda, etc. a otros personajes, para "informar" al lector de algo. O que dé una clase (si fuera un profe), o que comente una investigación que está llevando a cabo, o que lea la receta de algo a otro o... Son estrategias que, bien usadas, funcionan perfectamente.
Pues sí, Morgan. Tienes razón: " ambas opciones son igualmente válidas", pero no me refiero a eso. Supongo que no me he explicado bien. No me refiero a que un autor no pueda ser cognitivo o conductista o, para que nos entiendan, que el narrador muestre los hechos como una cámara o que se introduzca dentro de la mente de los personajes.
El problema surge, cuando parece que optas por escribir un relato de forma cinematográfica . Así, en la primera secuencia no se mete el narrador dentro de la mente de los personajes y, sin embargo, luego en la segunda ya cambia a ser un relato más cognitivo. Voy a poner unos ejemplos, los primeros:
"El rostro de Yukari cambió ante la mención de Yumi. La idea de que aquella zorra pudiera robarle a Kosuke…"
"La muchacha parpadeó. Se sentía extraña, mareada. Sonrió dubitativa. Había perdido el hilo de sus pensamientos. ¿De qué habían estado hablando?"
"A Hisano se le habían quitado las ganas de seguir bromeando."
Son frases que no concuerdan con el estilo anterior del relato. Rompe la forma cinematográfica pura de narrar que había llevado hasta ese momento.
Es a eso, a lo que me refiero. A esa falta de unidad. Por supuesto, todo ésto es solo una opinión. Y como tal, es algo subjetivo. No significa que yo tenga razón. Quizá he hilado muy fino pero, bueno, de lo que se trata es de aprender, de fijarnos en lo que nos chirría.
El comienzo es muy original. Nunca esperé que ese bebe hablara. Me gusta la actitud de superada de la vieja. Por eso me rechina que se le erice la piel al final del pasaje.
"También pedirle tú una cita a él", no se entiende.
Es un defecto mio, pero tanto nombre japonés me entreveró un poco. En ocasiones he tenido que volver atrás para saber de quién se está hablando. A pesar de esto creo que es un acierto situarlo en un lugar como Japón. Borges hacía eso con sus ficciones históricas a propósito, las situaba en las arenas de un desierto distante, en una época en la que..., para que el lector tenga menos referencias y el relato tenga más posibilidades de ser considerado verosímil.
Cuando se cuenta la historia de la Hannya, parece que ya se nos adelanta todo lo que va a ocurrir. Es como un spoiler del relato. Pierde suspenso. "—Una maja poderosa como yo —asintió Nana-chan". Le falta decir: !Fui yo!!Yo soy esa maja! ¿No queda un poco artificial que cuando la adolescente entra en la casa, la abuela y la hermana estén hablando justo de eso? Es como que la historia se adapta a la economía del relato. (Escribo esto a medida que leo el relato-no sé el final-. Sería fantástico si la trama no se dirigiera hacia donde parece. O sea: que la adolescente no sea ese bebe donde la abuela encerró al demonio de los celos, que parece querer manifestarse cuando la adolescente se pone celosa pensando en la turra que acosa a su pretendido. Si el relato no termina así, si termina de cualquier otra forma, mediante un giro magistral de tuercas, será excelente. Viene tan bien narrado, que sería genial que la obviedad sea una trampa. Es decir, que el argumento tan dirigido sea en realidad una trampa para el lector, para que la sorpresa final sea más impactante).
Muy buena la escena en la que la besa el muchacho.
Muy buenos los diálogos.
Después de quinientos años el tema de los celos podría ser algo superado. ¿No? Una eternidad de monogamia parece un castigo para el amor, casi algo insuperable. Si aún se aman es porque los celos son algo superado. Claro que ella es el demonio de los celos. La "lógica" del demonio no tiene que ser similar a una mortal y humana.
" El demonio que, después de tantos siglos, es demasiado viejo para cambiar." Sin embargo cambia. No se queda con él. Busca otra cosa.
Muy buen relato. A medida que avanza da varios giros agradables. Si bien el final no sorprende, sé que este es un gusto personal.
Le doy 4 estrellas.
Primero las collejas: necesitas una podadora de su/sus con urgencia y faltan algunas tildes. Los extranjerismos deberían ir en cursiva y hay dos adverbios terminados en mente muy, muy juntos que se me han clavado en los ojos.
Por lo demás, he flipado con el relato (seguro que te encanta esta palabra tan moderna: flipar XDD). Es un puzle bien encajado que juega con el lector como le da la gana y sin hacer trampas. Los diálogos están muy bien encajados y esa forma directa de contar le otorga más fuerza a la historia.
Un relato que quiero ver dentro sí o sí. Enhorabuena por tan buen trabajo.
Mi puntuación: 5 estrellas.
Pd: la palabra majo aparece como maja también, sin que quede explicado el uso del femenino o del masculino.
A primera vista, tu relato puede parecer que sigue la corriente mininalista: mucho diálogo y poca narración. Sin embargo, no es así. En los relatos minimalistas puros, el narrador solo enfoca a los personajes como una cámara de cine pero sin entrar dentro de tu psique.
Mira que te ha dao fuerte ¿eh? jajjajjajajajjajaj
A primera vista, tu relato puede parecer que sigue la corriente mininalista: mucho diálogo y poca narración. Sin embargo, no es así. En los relatos minimalistas puros, el narrador solo enfoca a los personajes como una cámara de cine pero sin entrar dentro de tu psique.
Mira que te ha dao fuerte ¿eh? jajjajjajajajjajaj
Cómo dirían los hermanos Marx, más collejas. Esto es la guerra.
XDD
Bien plantada la historia, con una prosa efectiva. Me ha llevado de la mano hasta la muerte de Yumi y he picado con el giro argumental que descubre a Kosuke como el asesino. He encajado bien el primer giro, no tanto el segundo, con la aparición de Genji; me ha desconcertado. Que el espíritu del hijo del emperador se vaya perpetuando a través de los años en cuerpos ajenos es algo que se ha ocultado, y cuando surge, no se ofrece explicación complementaria a la leyenda de la Hannya, que debería ser la leyenda de Genji y la Hannya, encontrándose y desencontrándose a lo largo de las eras.
La reacción de Aoi, esa paz encontrada, no me termina de cuadrar con ese final en que la Hannya vuelve a alimentarse de la sangre de los pequeños. Se nos presenta un cambio en ella, propiciado por el alma pura de Yukari, para a continuación volver a comportarse sin que nada haya cambiado.
Estoy en desacuerdo con la opinión de LCS, acerca de la forma de introducir la información del relato y las sensaciones de los personajes. Soy de la opinión que no hay un principio inamovible para eso; funcionará bien en algunas historias y en otras no tanto. Los diálogos en general me han gustado, parecido creíbles y además fluidos; a excepción quizá de la reacción de Yukari al ser atrapada, quizá por reiterativa (¿De qué hablas? ¿Por favor…? ¿Por qué lo has hecho?).
A pesar de la extensión de las críticas, me parece un relato que planta muy bien los elementos de intriga; el clímax de la muerte de Yumi es un pico del relato que me ha pillado en baja guardia.
3 estrellas.
En lo formal, un relato bien escrito al que sólo encuentro algunos de los fallos ya mencionados por mis compañeros.
En cuanto a los diálogos, los encuentro muy bien (tanto los personajes como el narrador) aunque en el diálogo de las amigas, despista un poco que se citen tantos nombres, creo que se podría eliminar alguno y ganaría fluidez.
A mí no me preocupa los términos de la mitología japonesa, si conocía alguno debía estar oculto en mi subconsciente, aun así he podido seguir el relato sin necesidad de recurrir al Google. El propio fluir de la historia deja bastante claro qué es qué.
No me ha gustado la explicación de la abuela a la nieta. Personalmente me gusta que ese tipo de información aparezca de forma menos explícita. Entiendo que es un texto con una limitación de palabras, y al final tenemos que acabar haciendo malabares con ellas.
Y por ese mismo problema, la extensión, el desenlace se me ha venido encima de golpe. Creo que es un relato al que le vendría muy bien poder desarrollar toda la parte un poco más.
En general, buen relato, por todo lo comentado mi puntuación es:
3,5 estrellas.
Un texto donde abundan diálogos poco naturales que a su vez abundan en clichés, (voy más por el lado de LCS) muy japonés en ese sentido, y al mismo tiempo con marcas de oralidad típicas españolas. Claro que todo esto no es malo, al final es cuestión de gusto. No sé si tal vez haya sido esa la intención. Podría ser sin problemas el capítulo de un animé que aborda de buena forma la idea de la redención.
**`
Me pregunto en mi ignorancia si, más allá de los nombres, este relato tiene mucho de japonés. Porque por momentos me ha parecido que la acción transcurría en el instituto al lado de mi casa, que los protas podrían muy bien haberse llamado, por exagerar, Chema y Mamen. Esto igual es así porque la atmósfera del relato es bastante tenue, el autor se explaya poco y construye el relato casi solo a base de diálogos. Por otro lado, salvo en el último y desdichado párrafo :), la escritura es correcta, como han dicho por ahí, eficaz. Me he hecho un poco de lio con los nombres pero eso es culpa mía. Tal y como está planteado, no quedaba más remedio que terminar con un giro: el primero es bueno, o por lo menos no es el que uno espera; el segundo, que hace un doble mortal con tirabuzón :), no sé si le ha salido tan bien.
*** estrellas
Prescindiendo de menudencias, el estilo me ha parecido adecuado a los dos ambientes, el melífluo manga inicial y el más fosco posterior. Yo, como es natural, agradezco, además, el ambiente que aporta al relato el uso de términos propios de la cultura que se narra. El argumento me parece curioso, por desconocimiento de la cultura japonesa, seguramente, pero he buscado, a posteriori, el mito y veo al relato bastante ajustado al mismo. Incluso acepto bien la resolución final con esa especie de reconversión moral de la hannya. La atmósfera está conseguida y la posesión existe aunque sea enquistada.
Por mi parte, y también por la diversión, le corresponden cuatro estrellas y un cuarto.
Un relato muy conseguido. Me ha gustado mucho la ambientación, que resulta muy palpable, y el modo en el que se ha mezclado la mitología oriental con una trama más contemporánea. Me ha dado la impresión, no obstante, que podrías haber utilizado algo más de espacio para, por un lado, perfilar más el lugar concreto donde viven las chicas con la abuela (por lo del estanque, se deduce que en una casa con jardín, pero queda un poco desdibujado) y articular el final para que hubiera un cambio tan brusco en el que se dan tantas explicaciones. En este sentido, creo que siempre es mejor dejar ver que contar propiamente. Son pequeñas aristas, en cualquier caso.
Por cierto, ¿es posible que hubiera leído este relato antes? He mirado en Calabazas en el Trastero: Terror oriental y no lo he visto. Es solo curiosidad, así que no te sientas obligada a contestar.
Si tuviera que elegir trece relatos entre los presentados al certamen para publicar una antología sobre posesiones, éste entraría en mi lista de ocho relatos seleccionados de forma directa tras la lectura de todos ellos.
Encaja en el tema de la convocatoria, la historia es original en ciertos aspectos por las vueltas de trama que funcionan a la hora de sorprender al lector, está escrito de forma competente aunque necesite corregir varios detalles y tiene atractivo comercial tanto por lo exótico del argumento como por sus giros.
★★★★☆
Sin embargo no entra en mi podio de ganadores, más por méritos de los elegidos que por flaquezas propias. Su tono suave puede ser lánguido de tanto en tanto y el lector necesita algo de tiempo para introducirse por completo en la historia. Pero es un relato estupendo, digno de la antología.
Me ha gustado mucho. Un relato que te lleva por una idea y, cuando crees que la tienes, da un giro de tuerca y te hace ver que estabas equivocado. Geniales esos giros. También me gusta el aire de cultura nipona que lo impregna.
No me ha gustado la frase "La idea de que aquella zorra pudiera robarle a Kosuke…". Creo que aún es pronto para que salga el pensamiento del espíritu, que se podría guardar esa carta y usar otra palabra más acorde a la niña de instituto en lugar de "zorra".
Luego, también se me hace raro el que el chico la lleve desde el instituto a su propia casa desmayada (¿nadie se da cuenta?). Ahí haces una elipsis y tenemos que imaginárnoslo, pero me cuesta un poco hacerlo sin verle problemas.
No le veo más problemas y, las cosas que me gustan, superan a las que no. Gran relato.
4 estrellas
A mí me ha encantado este relato, tal vez debido a que me encanta la cultura japonesa. Tal vez haya una excesiva aparición de términos japoneses, pero eso no me ha impedido seguir la historia con facilidad.
Yo creo que los diálogos son muy correctos y muy coherentes y me gusta el hecho de haber mezclado una leyenda medieval con la acción en el presente.
Me llama la atención lo opuesto de los puntos de vista de la gente en sus comentarios sobre este relato y ver lo diferentes que podemos llegar a ser y a razonar. Que la puntuación se mueva entre un dos y medio y un cinco, da mucho que pensar.
Será porque yo me hago enseguida una imagen mental de lo que leo, pero este relato me parece muy atractivo y visual, de los mejores de la convocatoria.
Cuatro estrellas y media.
Otro soplo de aire fresco que se agradece, como pasa con el relato del Masai. De hecho, uno de los objetivos del tema de la posesión era ver si conseguíamos planteamientos nuevos o distintos. En ese sentido, objetivo logrado. En el relato hay posesión, y se desarrolla dentro de un mito cultural distinto al nuestro, muy bien explicado, por cierto, para quienes desconocemos los entresijos de la cultura mítica japonesa.
La historia en sí también me ha gustado mucho. Encuentro los diálogos muy naturales y adecuados al tono general del relato. Y el enfoque esperanzador, dentro de la «fosquedad» de conjunto, con esa redención de la hannya. Es ahí donde veo sin embargo el único pero: cuando la hannya ya es ella, ya se reconoce, me resulta un poco expositivo uno de sus diálogos, cuando le explica a Genji su transformación y sus buenos sentimientos. Entiendo que es necesario para que los lectores nos enteremos, pero yo le daría una vuelta para conseguir el mismo estilo natural del resto. Falta un «puede».
Relato admitido a concurso.
(Nota: mi contador de palabras al principio me daba más porque cuenta los guiones largos como tales; os lo indico por si alguno está mirándolo por su lado, que no se extrañe con estas cosas).
Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.