Mi chico mayor, entre otras muchas cosas, se ha pretendido pedir una diosa.
En francés, claro.
Une déesse. Así, con una ortografía perfecta.
Una /de-es/
Vamos, que lo que quería poner era una DS. La cara de estupefacción nos ha durado un rato.
No se la van a traer, ni la diosa ni la DS.
Semana y media sin niños y el ordenador que no me para de dar problemas... Me está costando ponerme al día.
Y luego para kendo, a ver si no amanezco en el suelo como el jueves, que me deslicé grácilmente tres metros por el dojo.
Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.