R1. Literatura y supersticiones: Castaña y Ernest Hemingway - COMPLETO - Victoria para Audrey

Fe ciega Me gusta el doble sentido del ciega del título, en relación tanto a la fe que siente como a que no ve la castaña con la que tropieza y la ironía que desprende el micro, pues lo que le protege de la muerte es lo que le mata.

Predestinación Juega con el doble sentido de la palabra castaña y nos presenta al fruto como objeto a evitar en lugar de objeto salvador, pero la historia del micro es muy parecida  a la de su contrincante.

Por eso, me decido por Fe ciega

Fe ciega, un microrrelato con sentido del humor en el que nada es lo que parece y todo es lo que es, o así quiero verlo. El doble sentido de las palabras ayuda a convertir la historia en un buen enredo y resolverlo. Resulta curioso que sea el elemento que salvaguarda su salud el que acabe con él.

Predestinación, si una buena pitonisa vaticina un destino… este debe cumplirse sí o sí, aquí el ejemplo. Es un microrrelato, como el de su rival, que se sustenta en el sentido del humor, pero que es en esa segunda parte donde se desinfla un poco para mi gusto. De todas formas, me gustó también como se hiló.

Analizados ambos microrrelatos, me voy a decantar por Fe ciega al encontrarle un buen uso de los dobles sentidos, al apoyarse originalmente en el sentido del humor y por el título que utiliza.

Fíjese usted, soldado Audrey, qué todos mis hombres se mueren sin esperarlo. Debe ser porque yo no se lo digo. Y la castaña debía ser como un gato del tamaño de un perro grande, para tropezarse con ella...Que nada, que enhorabuena y suerte en próximos desafíos.

Kismet, enhorabuena por el micro, debo confesar que al leerlo me entró miedo, qué digo miedo ¡pánico! Era una castaña muy bien escondida en esa doble acepción. Espero que no seas de "los que no perdonan" título que protagonicé junto a mi querido Burt Lancaster, bueno, lo dicho ¿amigas? 

Pues disiento nuevamente, estimado Capitán ¡Mi Capitán! Pero según lo define la RAE, tropezar 1. intr. Dicho de una persona: Dar con los pies en un obstáculo al ir andando, con lo que se puede caer. Como se puede observar, en ningún caso se especifican las dimensiones del obstáculo en cuestión por lo que, a mi entender, la secuencia bien puede ser: tropezar, pisar, caer, golpear y morir, sin tener en cuenta esta vez, y sin que sirva de precedente, el tamaño.

Insisto en ver Guerra y Paz juntos, esas otras cintas que nombra usted no me tienen a mí como protagonista, y creo que incluir el concepto Paz en sus filas no vendría mal 

Voy a ponerme cómoda mientras le espero.. Besos y diamantes, Capitán

Me gustaron los dos. Al maestro también. Pero puestos a elegir castañas, me quedo con la de Kismet, cuya historia me parece, en general, más redonda (como una castaña). 

LLéveme a ver Charada, soldado Audrey, y seré completamente suyo. Por cierto, tiene usted razón (pero yo sigo creyendo que con una castaña se resbala uno).

Otro entierro sin vela:

Cuando uno se encuentra una castaña en el suelo, generalmente está suelta, por lo que el pie y nuestro cuerpo, proporcionalmente mucho más grandes, al topar con ella la desplazan. Si es con la punta del pie, sale disparada, por lo que sería difícil tropezar con ella. Otra cosa es que la castaña estuviera fija en el suelo (con Loctite o enraizando) y entonces si nos hiciese tropezar o dar un traspies. Ahora bien, si la pisamos, especialmente en una superficie lisa lo más fácil es que nos haga resbalar el pie, actuando cual 'ruedita'  que mantiene el contacto con el suelo y nuestra suela y, por tanto, perder el equilibrio.

Lamento bella y admiradísima Audrey estar, en este caso, de parte del capitán . Llevo días siguiendo la discusión al respecto en silencio, pero hoy tengo la tecla floja. Es la humilde opinión de nadie.

Eso si, que disfruten ustedes desayunando diamantes en París sin tropiezos ni castañazos, simplemente resbalando, tropezando y entrechocando por placer.

Tras esta disertación concluyo que lo más probable es que nadie tenga razón  y como no quiero entrar en terreno resbaladizo, no vaya a ser que vuelva a tropezar, voy a coger mi Nash Healey descapotable y si el Capitán quiere, podríamos volver a protagonizar "Dos en la carretera", a mí me encantaría 

Por otra parte, decirle Sr. Capitán, que puede usted dejar de desconfiar sobre mí, puesto que solo soy una artista del celuloide y el Teniente Nedor apostado todo el día en mi puerta, en servicio de vigilancia, me está poniendo nerviosa.

Besos cinéfilos