Cocina minimalista
Maridó la idea con mimo, la sazonó con los adjetivos adecuados y una dosis de picante. Horneó la mezcla a baja temperatura y contempló ilusionada el resultado. La maldición reverberó en el mismísimo Averno. El trasfondo, levadura traicionera, había convertido la microficción en monstruo de tres mil palabras.
Cocina minimalista, es un microrrelato excelso, por el léxico que utiliza y ese paralelismo de receta culinaria que hace servir. Me ha gustado ese detalle y que al final, vaya la levadura cómo es, la microficción se le hubiese hinchado en demasía. Es una experiencia que hemos sufrido más de uno a la hora de adentrarnos en la microficción. En cambio, hubiese agradecido que el conflicto hubiese sido mayor del que presenta y la resolución más sugerida que mostrada.
Oficio, es un golpe en sí, un microrrelato que apuesta por el doble sentido de la última frase. La imagen es poética e ingeniosa y, también, bastante reconocible para más de un escritor en los momentos en que las musas le abandonan. Aun así, como le sucede al micro de su rival, peca de falta de intensidad en el conflicto.
Dos microrrelatos muy parejos que me obligan a decantarme por uno de ellos por detalles, como una mejor utilización del léxico, una buen desarrollo y un símil entre escritura y cocina muy bien elaborado. Por tanto, mi voto recae en Cocina minimalista.
Cocina minimalista es un micro original, en el que la creación literaria se convierte en una receta. Esto mismo me hace pensar si la primera palabra "maridó", no sería un "marinó" (ambas son válidas, pero la forma de receta del micro me hace dudar de si ha habido un pequeño desliz). Me gusta el símil y el vocabulario que emplea. Me gusta también mucho ese toque de mala leche final en el que vemos que lo que era una pequeña historia se ha convertido en algo más grande.
Oficio es directo y contundente. Normalmente los micros así son una apuesta arriesgada y, en este caso, creo que ha salido bien. La idea es también muy original y además muy visual.
Tengo que felicitar a ambos justeros porque me lo ponen muy difícil. Finalmente voto por Oficio, porque su imagen se me ha quedado grabada.
Cocina minimalista habla de la ilusión con la que se construyen las historias y la frustración cuando no se alcanzan los objetivos previstos. La idea del paralelismo con una receta de cocina es muy buena, aunque quizás en algún momento resulta un poco grandilocuente para lo que está contando.
Oficio usa una juego de palabras en forma de metáfora para expresar el miedo a la pérdida de inspiración mostrando una imagen con un gran impacto visual.
Veo los dos micros muy igualados, me voy a decantar por Oficio porque la imagen que muestra me ha gustado más.
Efectivamente, se me fue la pinza, para no variar, y tendría que haber sido un marinado XD
Y dicho esto, lo primero. Felicidades a mi rival. Nada más leer su replica me esperaba este resultado u otro parecido, porque me parecía que expresaba mucho, con mayor ahorro de palabras y cotundencia. De no estar en el pellejo del otro relato, yo misma no habría tenido claro a quién votar.
Por lo demás, gracias a los jueces por sus valoraciones, que considero acertadas, incluso las "negativas". Concuerdo en que puede resultar gradilucuente. Es uno de mis defectos, sobre todo cuando parodio o me río de mis propias limitaciones como autora. Y este es el caso de este relato. El primer micro ultracorto que logré terminar en un periodo de más de un año en que el relato más corto que escribí tenía 3.500 palabras y acabó siendo el prólogo de un serial sobre La Sombra. XD
Y ya dejo de dar la chapa.
Question, tu micro me gustó mucho desde que lo leí y la balanza se podía haber ido para cualquier lado, ese golpe final del monstruo de 3.000 palabras es buenísimo. Me planté aquí porque la cosa en aquel momento estaba cruda para elegir y porque las musas me obligaron (vamos, que no me encendieron la bombilla para ninguno de los otros temas que había abiertos, luego llegó bastante más gente).
Suerte en el resto de las justas, te presentas como una rival peligrosa, aunque aquí no hay rival débil.
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Oficio
Escribió lo mejor de su obra mojando en su frente el plumín de acero: el terror de verse abandonado por las musas le hacía sudar tinta.