Jungle Speed
Reseña del juego de cartas y reflejos publicado por Asmodee
Jungle Speed es un juego muy sencillo que se basa en la memoria visual y los reflejos. Al igual que otros juegos con mecánicas similares, como el Dobble, no requiere aprendizaje de ningún tipo ni depende de la lengua, lo que lo hace muy adecuado para abrirlo y echar una partida, aunque nadie lo haya probado antes. Sin embargo, la experiencia es un grado y quienes conocen en profundidad las cartas presentes parten con una ventaja insoslayable.
Los componentes son básicos: una serie de cartas, bastante grandes, que tienen dibujados patrones geométricos de distintos colores, y el tótem o daga, un objeto de madera que se pone en el centro de la mesa y que se tiene que recuperar cuando coinciden los elementos de las cartas, como explicaremos a continuación. La idea del tótem es simpática y exacerba el tema de la ley de la jungla que evoca el título, pero puede ser fuente de accidentes en función del entusiasmo y habilidad (o falta de ella) de los jugadores. Como cualquiera puede imaginarse, los dedos van que vuelan y en ocasiones hay que estar pendiente de esquivar los manotazos de los jugadores que tenemos al lado aunque nosotros no estemos implicados en la liza.
¿El sistema de juego? Muy básico: cada jugador saca una carta de su mazo y la pone bocarriba sobre la mesa. Si el dibujo coincide con el de la carta de otro jugador, ambos tienen que hacerse con el tótem. El primero que lo coja, pasa sus cartas situadas sobre la mesa al que ha sido más lento y se acerca un poco más a la victoria. Esta se alcanza, cómo no, cuando te quedas sin cartas en el mazo y termina la ronda.
Por supuesto, hay algunas pequeñas reglas adicionales. En Jungle Speed hay cartas que cambian la comparación del dibujo a la comparación por colores (que hay muchos menos, con lo que la pugna se recrudece), otras que obligan a que todo el mundo saque al mismo tiempo una carta (lo que complica vigilar y retener todas las cartas que hay en juego) y una que permite, al que coja primero el tótem (de todos los jugadores), dejar sus cartas en el centro; una especie de todos contra todos.
Una de las dificultades del juego estriba en que los patrones de los dibujos son engañosos. Por ejemplo, los que representan estrellas pueden tener los brazos unidos al centro, solo parte de ellos, curvaturas, etc., que inducen a error. Para los jugadores novatos, puede ser infernal, pero a medida que te familiarizas con ellos, la cosa mejora y obliga a estar muy atento.
Por otro lado, hay varias expansiones y versiones de Jungle Speed que se pueden combinar entre sí, seleccionando parte de las cartas o incluyendo todas, lo que permite personalizar el juego en función del nivel de los jugadores y su número. A este respecto, hay que decir que puede llegar a jugar mucha gente, toda la que quepa alrededor de la mesa, pero es difícil llegar al final de las partidas porque, cuando este se acerca, los últimos pueden acumular grandes pilas de cartas. Nada que no se pueda solucionar fácilmente, esperando solo a ver los tres primeros en quedarse sin cartas, por ejemplo.
Con estos elementos, Jungle Speed es un juego simpático, capaz de poner nervioso a cualquiera y de garantizar unas buenas risas si el ambiente es bueno, aunque no exento de posibilidades de accidente.
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