Nunca me tragó
Mientras le acariciaba el vientre, su ombligo se abombó, se descorrió como si fuera un párpado y me miró fijo con un ojo terrible. No me costó reconocer la mirada de su padre que, aun con su retrato vuelto contra la pared, hallaba el modo de encontrarme.
Cleptomanía
Descubierto por las cámaras de unos grandes almacenes, la policía registró la casa de aquel intelectual entradito en años. Encontraron un aspirador de nubes, un pelador de sueños, cuatro herraduras de unicornio y otros trastos inútiles, pero ni rastro del corazón que le había robado a la joven dependienta.
Así como las flores son endulzadas / por el sol y el rocío
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