Áireán

Reseña de la antología de Ángel Luis Sucasas publicada por Sportula

Con acierto, muchas veces se dice que la primera antología en solitario de un autor es una especie de carta de presentación. Esto es cierto en el caso de Áireán, pero no porque recoja una serie de trabajos representativos de su trayectoria —que, en la fecha, incluía ya dos novelas publicadas: Hamelín, con 23 Escalones, y El encuentro, con NGC Ficción!—, sino porque revela el modo de concebir la literatura de Ángel Luis Sucasas.

En efecto, Áireán es más que un recopilatorio de relatos más o menos afines: es una narración articulada en historias independientes que muestra una perspectiva muy personal sobre el género fantástico. No en vano, el cierre elegido, La visión, es toda una declaración de principios creativa empezando por el propio título.

Ángel Luis Sucasas es un autor que se empachó desde su infancia de todo tipo de material, sobre todo de ficción: cine, literatura, cómics, juegos... Hijo de su época, se abandonó a la dulce sobrestimulación del ocio multimedia. Sin embargo, de la inevitable indigestión que muchos sufrimos ha sabido destilar con el tiempo un espacio propio, un perfume que nos trae ecos de la fascinación que experimentan los niños frente a sus primeros cuentos de hadas y, también, los fantasmas del adulto que entiende la ficción como un lenguaje más para hablar de la realidad, como una realidad en sí misma.

No es de extrañar que en Áireán se den cita el terror, la fantasía urbana, el esoterismo, las leyendas reinventadas, el pulp y las referencias cultas, como tampoco es de extrañar que la prosa no busque la mera funcionalidad, servir de vehículo, sino que reivindique su lugar como medio de expresión más allá del simple medio de transporte. Áireán es la antología de un autor que por haber disfrutado de muchos medios artísticos ha sabido reconocer a cada uno sus méritos y los ha conjugado en su propio imaginario.

En otras palabras, Áireán es una muestra de ese terreno inestable que es la weird story, un subgénero literario que consigue descolocar al lector aun moviéndose con piezas largamente conocidas por los amantes del fantástico. El secreto está en la colocación de las mismas, y Ángel Luis Sucasas se muestra particularmente hábil a la hora de montar sus originales mosaicos, a veces inquietantes, a veces vertiginosos, en ocasiones emotivos, siempre fascinantes.